La poetisa bilingüe trabajó más de medio año en esta traducción que suma el ava ñe’ê a las más de 50 lenguas en que la obra recorre el mundo acercando el México profundo a la humanidad. “El mérito es de karai Rulfo”, remarca con humildad la tesoro vivo de la poesía paraguaya.

La traductora define la obra como “un monumento poético al castellano mexicano, construida con la arcilla del habla del pueblo, modelada y llevada a sus máximas posibilidades estéticas” con la que construyó un puente lingüístico y literario con las potencialidades propias del guaraní.

Explica luego que le fue “obligado invertir el mejor esfuerzo para decir ese inigualable ‘Pedro Páramo’ con una música diferente, surgente de una cultura milenaria y singular que en su momento de mayor esplendor se extendió en una amplia región de Sudamérica”.

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En la semana se presentó en la Biblioteca del Congreso Nacional esta reveladora versión de una obra emblemática de la literatura latinoamericana que accede así a nuestra lengua originaria.

La empresa fue posible gracias a la colaboración entre las Secretarías de Políticas Lingüísticas (SPL) y de Cultura (SNC) junto con la Embajada de México. La tarea contó además con el respaldo de la Academia Paraguaya de la Lengua Española y la Academia de la Lengua Guaraní.

La edición bilingüe de “Pedro Páramo” fue realizada bajo el sello de Editorial Rosalba, que hizo posible alumbrar este hito del realismo mágico y del llamado boom latinoamericano en el ava ñe’ê. La traductora destacó que “México valora y respeta mucho las lenguas originarias” y alumbró por ello esperanzas de que la obra ayude al fortalecimiento cultural del guaraní.

–¿Qué sensaciones te deja ver en libro la traducción de una obra del tamaño de “Pedro Páramo”?

–Una emoción grande porque es la concreción de un sueño. Desde la primera vez que leí “Pedro Páramo”, fue creciendo en mí una admiración profunda hacia esta obra que sintetiza el arte literario singularísimo, maravilloso de Rulfo. Y hablo de la primera vez porque de tanto en tanto sentía el llamado de volver a zambullirme en su magia verbal. En cuanto a la tarea de traducir, que con los años se había convertido en mi segunda gran pasión junto a la creación poética, entre los autores por los que me sentí más llamada para esta tarea, desde hace muchos años, estuvo Rulfo. Mi lectura de “Pedro Páramo” y los cuentos de Rulfo tienen la mirada de una cultora de la capuera de la poesía, como tal vez es natural.

LENGUAJE POPULAR

–¿Se siente en el texto que el castellano de Rulfo le debe mucho a las lenguas mexicanas originarias?

–No soy especialista en las lenguas originarias de México, pero sí puedo señalar algo que sobresale claramente en el lenguaje rulfiano: el castellano popular mexicano y algo notable que se constituye en un hermoso hallazgo en esta aventura de traducción de “Pedro Páramo” es el caudal de vocablos comunes que tiene el mismo con nuestro castellano paraguayo y con nuestro guaraní paraguayo, profundamente influenciado a su vez por este. Al leer “Pedro Páramo” encontramos un parentesco profundo que aumenta el interés de nuestra lectura. Tu alusión a las lenguas originarias de México es un buen ángulo para la investigación; por el momento, el lenguaje de Rulfo se nos muestra ricamente matizado de mexicanismos.

–¿Qué sentís que “gana” el guaraní con esta tarea y qué cosas le puede dar nuestro idioma a la obra?

–Gana en su acercamiento y su diálogo con otros universos lingüístico-culturales. Y gana demostrando que tiene la riqueza necesaria para este tipo de aventuras. Gana también ejerciendo un gesto político de resistencia y afirmación hacia el futuro. Imbareteve ha oveve yvateve ohóvo…

MULTIPLICIDAD DE ÁNGULOS

–La novela, además de obra cumbre del realismo mágico, tiene también una denuncia de la arbitrariedad, del patriarcado, de males arraigados en Latinoamérica. ¿Es esto un desafío en lo conceptual para quien lo aborda desde el guaraní?

–Así es. “Pedro Páramo” es una obra verdaderamente rica. Nos plantea todos esos ángulos inquietantes que mencionás y uno que a mí me llega como el más profundo: la imagen del ser humano en su orfandad esencial, el yvypóra de una tierra que se ha convertido en un páramo hostil, un tave’y habitado por los fantasmas de otros yvypóra tyre’y… Y una materia tan delicada como esta por supuesto que es un desafío importante para llevar a cualquier otra lengua.

–¿Cómo empezaste en el camino de la traducción y cómo se amalgama esta tarea con tu labor poética?

–Empecé con mis propios textos poéticos escritos originalmente en guaraní, que, según me parecía, necesitaban del puente del castellano para llegar a más lectores. Esta necesidad se fue convirtiendo en un ejercicio persistente y cuidadoso que de a poco me estimuló a buscar a los maestros especialistas de la traducción. Y así fui pasando de la traducción personal o para antologías colectivas, a la de libros individuales de autores como Augusto Roa Bastos, Gabriela Mistral, Olga Orozco, Rosalía de Castro y otros… El universo y la atracción se me ampliaron enormemente. Por ello, la traducción se convirtió en mi segunda gran pasión.

Tapa del libro "Pedro Páramo"


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