La intersección entre la arqueología, la antropología y la criminalística ha dado lugar a un campo de estudio fundamental en la investigación de crímenes: la arqueología forense. Este enfoque permite la búsqueda, localización e identificación de restos humanos, y su aplicación es crucial en la resolución de casos de desapariciones y homicidios.

En Paraguay, las estadísticas oficiales dan cuenta de un incremento de la criminalidad, que llevó a observar la necesidad de una mayor especialización para la resolución de los casos. Una figura destacada en este ámbito es la licenciada Ruth Alison Benítez, pionera en el desarrollo de la investigación pericial basada en conocimientos técnicos de arqueología forense.

La profesional se ha aventurado a introducir y avanzar en la arqueología forense en Paraguay, jugando un papel crucial en el desarrollo de esta disciplina en el país. Con una sólida formación en diversas disciplinas como ciencias sociales, ciencias humanas y ciencias forenses, ha aplicado sus conocimientos en antropología, sociología, arqueología, criminología y criminalística en varios casos clave que han requerido su experiencia para la resolución o identificación de casos.

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Su enfoque innovador se destaca por adaptar metodologías internacionales propias para el contexto local y por su labor en la formación de nuevos profesionales en este campo emergente.

En Paraguay, la científica forense ha sido una de las principales dedicadas al desarrollo de la investigación pericial basada en los principios de la arqueología y la antropología forense. A través de su trayectoria y contribuciones, Benítez ha logrado posicionar estas disciplinas como herramientas clave para la resolución de casos complejos, tanto en el ámbito criminal como en la identificación de víctimas de conflictos y violaciones a los derechos humanos. Por ello ha conformado el Equipo Forense Paraguay (EFOP).

AUXILIARES DE JUSTICIA

Para conocer mejor sobre su trabajo, La Nación/Nación Media conversó con Alison Benítez, quien comenzó explicando que la arqueología, aunque tradicionalmente se asocia con el estudio de culturas pasadas y los estudios de sitios históricos, también se aplica en el ámbito forense especialmente en investigaciones de criminalística.

Benítez mencionó que las técnicas se integran en escenarios de crimen donde pueden encontrarse restos humanos, objetos o evidencias enterradas. Además, en contexto de secuestros y desapariciones, para lo cual los expertos forenses pueden ser llamados a la búsqueda, identificación y excavación de áreas específicas donde se sospecha que se han ocultado cuerpos o evidencias. Indicó que son auxiliares de justicia que colaboran con sus conocimientos a la resolución de casos, en su caso particular en el acompañamiento de las víctimas.

En contexto de secuestros y desapariciones, los expertos forenses pueden ser llamados para la búsqueda, identificación y excavación de áreas específicas donde se sospecha que se han ocultado cuerpos o evidencias

“Cuando se presenta una denuncia de desaparición y hay indicios que sugieren que la persona puede no estar con vida, es fundamental abordar la investigación con sensibilidad y un enfoque multidisciplinario. Es cuando la evaluación inicial es primordial desde la recopilación de información sobre la persona desaparecida incluyendo antecedentes, relaciones personales y posibles conflictos. Entrevistamos a familiares, amigos y personas cercanas para obtener un perfil más completo y posibles pistas sobre su paradero; luego analizamos indicios, definida como examen de pruebas físicas, la correlación de datos con los indicios encontrados para determinar patrones o conexiones que puedan indicar lo que sucedió”, comentó.

Aclaró que la arqueología y la antropología forense son disciplinas que pueden determinar los indicios que llevan a pensar que se trata de la persona buscada. “Por eso, en ciencias forenses se habla de equipo multidisciplinario, que reúne a especialistas en dactiloscopia, medicina forense, genética, ADN. La combinación de distintas especialidades permite abordar el caso desde múltiples ángulos, lo que enriquece la investigación y podrían tener mayor certeza sobre la persona desaparecida”, explicó.

La científica forense ha sido una de las principales dedicadas al desarrollo de la investigación pericial en nuestro país basada en los principios de la arqueología y la antropología forense

LIMITACIONES

Mencionó que antes de que se animara a tomar la posta de la arqueología forense, muchas investigaciones relacionadas con la búsqueda de restos humanos y la recuperación de evidencia se llevaban a cabo de manera superficial, pues las limitaciones como falta de expertise, escasez de profesionales capacitados en antropología y arqueología forense impedían la aplicación de métodos adecuados para la recuperación y análisis de restos.

Esto provocaba que las investigaciones no fueran tan exhaustivas como se requería, afectando la calidad de la evidencia recolectada. Por otra parte, los enfoques superficiales con los cuales algunas búsquedas se realizaban sin un protocolo riguroso resultaban en la pérdida de información valiosa y la posibilidad de contaminar la escena del crimen.

Ante esta situación, indicó que se solicitaba ayuda a profesionales de otros países, sobre todo de la Argentina, que cuenta con un Equipo de Arqueología Forense (EAF), que en muchas ocasiones ayudaron en la capacitación del personal judicial y policial de nuestro país, sobre todo cuando se trataba de la búsqueda de desaparecidos durante la dictadura.

“Fue entonces cuando me aventuré a buscar una solución a partir de los conocimientos en ciencias sociales y forenses, reuniendo así a la antropología sociocultural, a las comunicaciones, arqueología forense y la criminalística en la resolución de casos”, explicó. A raíz de la falta de especialistas en estas materias, señaló que hay ciertos casos emblemáticos en Paraguay que no se resolvieron en tiempo y forma, e incluso aún no resuelven a la fecha. Por ello, viendo este gran vacío en el campo investigativo se impulsó la conformación del Equipo Forense Paraguay (EFOP). Este equipo trabaja de forma independiente y de acuerdo al requerimiento de la Justicia o de las partes.

CAMPO DE ACCIÓN

La especialista refirió que en la actualidad existen casos que están en proceso de investigación, principalmente casos de personas desaparecidas, que requieren de la activación de un protocolo que integre conocimientos de arqueología forense y antropología sociocultural a fin de mejorar significativamente la calidad y la eficacia de las investigaciones.

“Una coordinación efectiva puede garantizar que todos los involucrados en la investigación, desde las fuerzas del orden hasta los especialistas forenses, trabajen de manera ordenada, alineada y eficaz. Seguidamente, la importancia de la estandarización de métodos que permite la aplicación consistente de técnicas arqueológicas y antropológicas, lo que aumenta la fiabilidad de los hallazgos. Estos conocimientos técnicos y especialidades pueden aportar mucho en casos como desaparición de personas en contextos complejos como el narcotráfico”, explicó. Benítez destacó que la aplicación de la técnica de arqueología forense, específicamente en un caso que actualmente está en proceso de investigación, requiere de mayor apoyo de las instituciones del Estado para avanzar y llegar al objetivo.

“Pongo ejemplo de otros países, que han logrado resolver casos complejos con la ayuda de la arqueología y antropología forense y no estoy hablando de la ayuda del ADN, la genética o solamente la balística, sino con ayuda de la antropología forense”, comentó.

NECESITAN APOYO Y GARANTÍAS

Siguiendo los ejemplos y experiencias de otros países como México, Guatemala o Colombia, que han tenido experiencias desafortunadas en las que el investigador, arqueólogo o antropólogo forense terminaron siendo víctimas de desaparición o asesinados por avanzar en su trabajo, recordó que acá en Paraguay también ya han vivido situaciones de amedrentamiento o amenazas cuando les toca indagar sobre casos complejos. Por ello, subrayó los riesgos que enfrentan los profesionales que trabajan en el ámbito de la arqueología forense y la antropología, especialmente en contextos en los que el crimen organizado y la impunidad son prevalentes. Apuntó que este tipo de violencia puede ser resultado de su compromiso con la justicia y la verdad en contextos de impunidad. En este contexto remarcó que los equipos forenses necesitan de garantías para llevar adelante su trabajo.

“Nosotros necesitamos que las instituciones nos apoyen y protejan para que podamos avanzar, son casos que necesitan de resolución, no deben quedarse en el tintero, estamos constantemente observados por la comunidad internacional incluso, especialmente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que puede reclamar la falta de resolución de casos de personas desaparecidas, como Yuyu, Edelio, el señor Urbieta o el exvicepresidente Denis”, expresó.

El Equipo Forense del Paraguay necesita de mayor apoyo de las instituciones del Estado para avanzar y llegar al objetivo

INTERÉS ACADÉMICO

A pesar de lo incipiente que aún es la aplicación de la arqueología forense en el país, la licenciada Benítez rescata que esta especialidad es bien recibida en el ámbito judicial, lo que sugiere que las técnicas y métodos utilizados están comenzando a ser reconocidos como valiosos para las investigaciones de crímenes. Además, sostiene que lo más valioso es que las universidades e instituciones académicas están interesadas en implementarla en los programas curriculares como, por ejemplo, en el área de identidad humana. Esto resalta un aspecto crucial sobre el desarrollo de la arqueología forense en Paraguay y la importancia de la educación en este campo.

“Esto ayudará mucho tanto a futuros profesionales criminalistas o a los profesionales ya en carrera tanto de la Fiscalía, de la Policía y otros agentes peritos externos que podrían especializarse en esta área. A nivel país, contamos con dos o tres especialistas nada más, es imposible para un perito abarcar todas las áreas. Por eso celebro el interés de las instituciones académicas y universidades en introducir por primera vez materias que sean de arqueología y antropología forense”, concluyó.




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