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En esta edición de Mito o Realidad, el investigador Ángel Piccinini analiza el origen de la palabra “kambá”, un término utilizado para referirse a la población afrodescendiente, que significa “negro” en idioma guaraní y cuyo origen expone desde el aspecto histórico y lingüístico.
Durante la era del comercio transatlántico de esclavos, los portugueses capturaron miembros de tribus africanas y los transportaron a América como esclavos. Algunos de estos individuos llegaron a Paraguay o a regiones cercanas. Los primeros esclavos de color llegaron a la región con los conquistadores españoles y portugueses.
La presencia africana en Paraguay tuvo un crecimiento significativo en las décadas siguientes. Para 1799, de una población total de 108.070 personas, 12.546 eran afrodescendientes, de los cuales 7.948 eran libres y 4.598 aún esclavos. Este aumento continuó incluso después de la independencia del país. En 1820, se registra la entrada de un contingente de afrodescendientes orientales que acompañaron al caudillo uruguayo José Gervasio Artigas cuando pidió asilo al Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.
RAÍCES
La teoría más plausible sugiere que “kambá” tiene sus raíces en África, específicamente en el pueblo Kamba (también conocido como Akamba o Wakamba). Este grupo étnico bantú es originario de Kenia, donde habitan una región llamada Ukambani, que abarca los actuales condados de Makueni, Kitui y Machakos.
Es importante notar que la asociación de la voz “kambá” con el idioma guaraní es probablemente el resultado de un proceso de adaptación lingüística más que de un origen guaraní auténtico.
Esta teoría explica por qué la palabra existe en guaraní a pesar de que los guaraníes no tuvieron contacto con africanos antes de la llegada de los europeos a América. Con el tiempo, el término “kambá” se incorporó al vocabulario, integrándolo y usándolo para referirse a personas de ascendencia africana.
“Otra posibilidad es que sea un préstamo lingüístico del quechua boliviano y que provenga del vocablo ‘kampas’, etnónimo para designar a ‘cierta tribu salvaje de origen boliviano’, luego transformado y vulgarizado a ‘cambas’, término genérico para designar a los habitantes ‘mestizos, blancos y morenos’ de los llanos bolivianos, como los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando”, refiere un artículo publicado por el Centro de Estudios Arqueológicos e Históricos del Paraguay (CEAHP).
ESTEREOTIPACIÓN
Un capítulo significativo en la historia de esta palabra ocurrió durante la guerra contra la Triple Alianza (1864-1870). En este conflicto, los paraguayos utilizaban términos despectivos como “kambá” y “macaco” para referirse a los soldados afrodescendientes brasileños.
Las publicaciones de guerra paraguayas como el periódico de trinchera Cabichuí tenían un alto contenido satírico y, al tiempo de ridiculizar al enemigo, tenían el objetivo de motivar a las tropas en su lucha contra el enemigo.
“El Cabichuí, admirado de las altas dotes que adornan el carácter de sus adversarios los macacos, ha tenido la disculpable curiosidad de buscar algunas noticias de su procedencia e investigando entre compañeros más aventajados en las ciencias naturales, se le ha referido a su satisfacción que descendían en línea recta de la famosa y distinguida familia orangután oriunda de Angola de África... estableciéndose después de una reñida lucha en las vastas florestas en la parte oriental del América del Sur llamado Brasil. En el transcurso del tiempo hizo alianza esta respetable familia con la de los monos, de cuya unión salieron los macacos”, señala un artículo titulado “Procedencia y aventura de los macacos”.
No obstante, es crucial destacar que el uso de soldados afrodescendientes y esclavos no fue exclusivo de las fuerzas aliadas. El Ejército paraguayo también incorporó a su filas un número significativo de afrodescendientes y esclavos, especialmente a medida que el conflicto se prolongaba y las bajas aumentaban.
GRAVES PÉRDIDAS
Después de las graves pérdidas sufridas en la batalla de Tuyutí el 24 de mayo de 1866, el mariscal Francisco Solano López se vio obligado a recurrir a nuevas fuentes de reclutamiento. Esto incluyó la incorporación de unos 6.000 esclavos provenientes de estancias estatales y propiedades particulares, incluyendo las de la propia familia López.
Estos soldados no solo servían en la infantería, sino que también realizaban tareas especializadas como asaltar embarcaciones enemigas, actuar como infantería de marina y construir importantes fortificaciones como las trincheras de Humaitá y Curupayty.
Un pasaje de un escrito del ingeniero británico George Thompson, quien trabajó al servicio del Ejército paraguayo, pone de manifiesto las actitudes raciales de la época: “La gran importación de negros y la influencia degradante de la esclavitud ha puesto á los brasileros muy abajo (como raza) en la escala de la humanidad”.
Esta declaración refleja no solo los prejuicios personales de Thompson, sino también las teorías raciales seudocientíficas que eran comunes en el pensamiento de la época.
INVISIBILIZACIÓN
Los pocos sobrevivientes y la asimilación rápida de los afrodescendientes después de la guerra ha llevado a lo que algunos historiadores llaman la “invisibilización” de la herencia africana en Paraguay.
Este hecho resulta más que patente en la afirmación de uno de los más connotados intelectuales paraguayos, Manuel Domínguez, quien en su obra “El alma de la raza” sostiene que “el pigmento negro no ensombrece nuestra piel”.
En resumidas cuentas, además de la falsa creencia de que en Paraguay no existió población negra, el origen guaranítico atribuido al término “kambá” es una asimilación lingüística que es producto de usos históricos.