• Fotos: Pánfilo Leguizamón

En esta edición del programa “Expresso”, transmitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al pediatra e infectólogo Tomás Mateo Balmelli, quien habla de las secuelas y las enseñanzas que dejó la pandemia. Además de lamentar el balance de fallecidos, Balmelli rescata el avance hacia una mayor autonomía sanitaria con el fortalecimiento del sistema de salud y de la industria farmacéutica. No obstante, lanza una advertencia contra la medicina telemática reivindicando una práctica terapéutica basada en el contacto humano.

–¿Cómo mirar la pandemia en perspectiva?, ¿existe ya mayor claridad al respecto de por qué pasó lo que pasó en el mundo?

–Lo que pasó fue un problema real de salud pública que involucró a más de 180 países en el mundo en los cinco continentes que dejó muchas familias diezmadas. La mortalidad de esta pandemia fue de casi siete millones de personas, entre estas, 20.000 paraguayos por acción directa del covid, y se calcula un número igual en forma indirecta. Cuando hablamos en forma indirecta estamos hablando de aquellos pacientes con otras patologías que por la saturación del sistema sanitario no pudieron tener una atención adecuada y fallecieron por otras patologías. Sin embargo, en otros aspectos disminuyó la mortalidad por la reducción de los accidentes de tránsito porque la gente no andaba por la calle. La pandemia tuvo un impacto importante en la salud pública y nos encontró al mundo entero desprotegido.

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–¿Por qué nos sorprendió con la guardia baja?

–Yo creo que tiene una explicación geopolítica. El mundo que estamos viviendo actualmente en la última década está fraccionado en dos mitades. Las políticas internacionales están muy divididas y no estamos hablando el mismo idioma. Hay guerras, nadie habla de la paz y en el año 2019 la gran mayoría de los países europeos ya venían con la política sanitaria de restringir el uso sanitario.

–¿Qué es el uso sanitario?

–Restringieron el número de hospitales, restringieron el número de camas, restringieron el número de personal de blanco como política de restricción haciendo una política sanitaria mucho más social, amplia, pero de menor calidad y ahí le agarra a Europa en un momento que venía con cinco o seis años de restricción de los presupuestos sanitarios.

Tomás Mateo Balmelli, infectólogo

–¿Se deprimió todo el nivel de estructura de asistencia?

–Estaba debilitado. Si vos España, Europa, Portugal, mismo Alemania, estaban con una restricción en sus presupuestos sanitarios Y así también en el norte de América, que realmente es el país que rige actualmente. Se restringieron mucho los controles a nivel de los centros de vigilancia. Se habían suspendido ciertos departamentos de vigilancia epidemiológica que estaban orientados hacia Asia y América Latina por políticas sanitarias en ese momento del presidente Donald Trump.

AUTONOMÍA SANITARIA

–¿En qué proporción en algunas cuestiones fuimos exagerados? ¿En qué proporción la exageración es conveniente a la hora de prevención? ¿Con qué preconceptos nos preparamos y cuáles se convirtieron después en realidad?

–Hay que estar en el zapato del que toma las decisiones en ese momento, en este caso de Julio Mazzoleni, que en ese momento era el ministro de Salud. En segundo lugar, nosotros tenemos que ser concientes de que Paraguay no tiene una autonomía sanitaria. Eso es algo positivo que dejó la pandemia. Posterior a la pandemia, nuestra industria farmacéutica creció exponencialmente. Nosotros no pasábamos de hacer medicamentos básicos dentro de la industria farmacéutica paraguaya. Posterior a la pandemia, nosotros fuimos los primeros en la región en producir el remdesivir. Es decir, se desarrolló la tecnología, la industria y hubo un desarrollo también comunicacional, las redes se comenzaron a utilizar ya sea para el trabajo en casa, para la educación en casa, es decir, son cosas positivas que dejó la pandemia, pero a un alto costo.

–¿Cuál es tu evaluación respecto a la Organización Mundial de la Salud y el mecanismo Covax?

–Fue un fracaso, pero en aquel momento si te dicen “en seis a ocho meses vamos a tener una vacuna que va a frenar las formas severas de la infección por covid, que hay un sistema colaborativo, cooperativo de muchos países y se va a hacer la distribución en forma equitativa de acuerdo a la densidad poblacional de cada país y hay que poner como iniciativa tantos millones de dólares, en ese momento vos no podías dudar. Tenías que jugarte a Leguizamóntodas las cartas. Luego se ve que la vacuna comienza a tener un impacto a medida que el gran porcentaje de la población se iba vacunando, no disminuía la transmisión del virus ni la infectividad del virus, pero sí variaba en el impacto de los casos severos, disminuyó eso.

ANTIVACUNAS

–¿Qué sentías vos cuando estabas tratando de darle vida a un paciente y afuera escuchabas a un tipo que se plantaba y decía que las vacunas no servían, estaban los terraplanistas, los antivacunas?

–La gente le llama a aquellos que están contra las vacunas en general antivacunas. Yo no los llamo así. Yo los llamo aceptadores tardíos de la vacuna. Finalmente aceptan la vacuna, finalmente se aplican la vacuna en forma más tardía que la población general. Hay siempre un 60 % de la población que tiene una respuesta inmediata, hay un 20-25 % que necesita más tiempo para convencerse de lo que se está exponiendo como una innovación. Pero eso es en todos los productos de la vida, en la televisión, en la industria, en el comercio. Después está el 10 por ciento que es más escéptico, que necesita más tiempo. Estos son los aceptadores tardíos de la vacuna y gracias a Dios en relación a la población general son el mínimo porcentaje. Hacen mucho ruido, pero son pocos.

–Hay una especie de concepto de que te va a hacer mal la vacuna en el pensamiento más tradicional.

–Un investigador y profesor de una universidad inglesa publicó en los 80 en una revista de alta referencia científica, el Journal of British, un trabajo en el que hace un metaanálisis sobre los componentes adyuvantes a la vacuna. En la década de los 80 se publica esto donde se veía una relación entre las vacunas y algunas alteraciones del desarrollo neurológico que se veían en el niño. Después se vio que estos datos eran falsos. A este individuo, aparte de hacer una disculpa por parte de esta revista científica y retirar el artículo, también el colegio de médicos de Inglaterra le sacó el registro.

–Si tenemos coronavirus diversos, ¿por qué esta infantería logró ocupar todo el mundo?

–Por su alta transmisibilidad, era altamente transmisible. En la pandemia del 2009 del H1N1, un individuo con el virus infectaba a tres, pero con el covid un individuo infectaba a nueve y cada uno de esos nueve volvió a infectar a nueve.

Si vos tenías una rápida transmisibilidad, aquellos pacientes vulnerables que habían recibido una alta carga infecciosa, no carga viral y le encontraba vulnerable desde el punto de vista sanitario, ya sea porque tenían comorbilidad, obesidad, hipertensión, problemas cardíacos, problemas respiratorios, mayores de 65 años, problemas renales, problemas metabólicos, diabetes, le encontraba vulnerable y obviamente esos eran los pacientes que hacían infecciones severas que requerían atención sanitaria especializada en terapia intensiva. Si vos estás preparado para tener una mortalidad de 150 personas por día y del día a la noche eso se va al 300 %, tu sistema sanitario entra en colapso.

–¿Qué tenemos que aprender nosotros de esto?

–Fortalecer nuestras capacidades.

MENSAJE

–Necesito que nos hables de los médicos y las enfermeras. Supongo que esos fueron días muy heroicos, ¿no?

–Yo siempre sostuve que se sabía cómo se iba a desarrollar la pandemia. Todas se desarrollan igual. Tienen un punto de partida, un desarrollo, una meseta y luego más cuando se trata de virus, ese virus se va debilitando a medida que se va formando esa inmunidad de rebaño, ya sea en forma natural, por infección de los individuos o a través de un biológico.

Entonces los trabajadores de blanco que tenían algún tipo de vulnerabilidad se les intentaba proteger de alguna manera y aquel trabajador de blanco que era más joven, que no tenía enfermedad de base, que no tenía comorbilidad, era el que estaba en la primera línea de batalla y realmente en el mundo entero se demostró que muchos trabajadores de blanco llevan ese sentimiento de servicio como bandera en el desarrollo de su vida. Sin embargo, hubo ciertos mensajes que se le dieron a la población, “quedate en tu casa”, “no salgas”.

Eso hizo que los hospitales en muchos casos en periodos de la pandemia estuviesen vacíos no solamente de pacientes, sino también de médicos. Yo creo que el mensaje no fue adecuado, podríamos haber salvado mucho más vidas si nosotros alentábamos al paciente a consultar más precozmente.

El pediatra e infectólogo Tomás Mateo Balmelli

–Lograr la autonomía sanitaria debería ser toda una política pública.

–Por supuesto. Tendríamos que seguir incentivando la investigación, tendríamos que tener laboratorios para producir biológicos. Hoy en día se producen biológicos en Paraguay, medicamentos con antineoplásico contra la leucemia, contra los cánceres, contra los tumores. Eso en 2019 hablabas con un industrial y le planteabas eso y te decía “no, tú estás loco”.

–Sos un profesional de altísima competencia con dos facetas, la pediatría y la infectología. ¿Qué incidencia tuvo en los niños el covid?

–El covid hacía presa fácil de la gente añosa y en el niño el impacto fue menor. Si bien es cierto se describen algunas complicaciones como el síndrome inflamatorio multisistémico poscovid que se presenta cuatro u ocho semanas posterior al covid. El niño fue muy poco afectado. Yo tuve pacientes recién nacidos con covid, tuve niños de un mes o dos meses con covid, de todas las edades, y ninguno se comportaba con la agresividad y con el alto porcentaje de mortalidad de los adultos mayores con comorbilidad.

–¿Qué lecciones no tenemos que olvidar en caso de que alguna vez tuviéramos de vuelta un virus de este tipo?

–Autonomía sanitaria es fundamental y dos, trabajar en equipo, coordinación. No puede ser que en la mesa de tomas de decisiones frente a una pandemia de origen infeccioso no participen infectólogos. No había infectólogos, había gastroenterólogos, reumatólogos, todos muy capacitados, gente muy bien formada, con mucha moral. Yo respeto mucho, había epidemiólogos, salubristas, pero no había infectólogos. Los neumólogos hablaban del virus y yo creo que el neumólogo nunca en su vida estudió la estructura de un virus. Entonces aprendieron durante la pandemia, pero uno cuando va a la guerra no va para aprender a disparar el fusil, va a la guerra ya sabiendo.

SECUELAS

–¿Qué dejó la pandemia en la vida de la gente en términos de afecciones que no se superan fácilmente a pesar de los años?

–Yo creo que el mayor impacto que tuvo el covid es el efecto emocional psicológico. Mucha gente no se recuperó ni se va a recuperar de eso. Hay gente que estuvo aislada socialmente, hay gente que estuvo aislada familiarmente, hay gente que se sumió en una depresión profunda de todas las edades. Acá no hay diferenciación. Creo también que la pandemia tuvo un impacto a nivel social.

Se cambiaron muchos hábitos sociales. Evidentemente se hicieron muchos esfuerzos sobre la educación telemática, inclusive el ejercicio de la medicina telemática, que como excepción a la regla yo la justifico, pero no como regla general. El médico tiene que tener contacto con su paciente, el médico tiene que mirar a los ojos a su paciente, ver cómo brillan esos ojos, ver la apertura de sus ojos, ver su alma a través de sus ojos. El médico tiene que tocarle al paciente, sentir la piel del paciente, el médico tiene que olerle al paciente.

–¿Te da temor un futuro impersonal de la medicina o creés que eso no va a darse aún?

–No me da temor, pero sí la medicina está yendo hacia eso. Creo que la esencia humana va a ser que nosotros nos demos cuenta de que eso no funciona. Hacer consultas por Zoom no es medicina. Medicina es tocar al paciente, estar al lado del paciente. En medicina a lo mejor que yo le dé un abrazo a un paciente, que yo le dé una palabra de calma ya podría ser el cincuenta por ciento de la cura. Es terapéutico el contacto físico, un apretón de manos, una caricia. Yo creo que la medicina no debe perder su esencia humana.



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