En este diálogo itinerante por el Ñeembucú junto con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, el embajador británico saliente, Ramín Navai, evalúa con mirada crítica su gestión destacando sus logros sin omitir por ello su inconformidad respecto a los plazos inherentes a las gestiones diplomáticas. Como principal fortaleza para enfrentar los desafíos futuros, en especial los efectos del cambio climático, Navai resalta el bono demográfico y los recursos hídricos con los que cuenta nuestro país.
–¿Hay síntomas de cómo se van a encaminar las relaciones entre el Reino Unido y el Paraguay?
–No es un secreto que estamos pasando una época complicada en el mundo y uno busca amigos en estas épocas. Realmente hay una amistad larga con Paraguay. Creo que esos valores que compartimos cada vez son más importantes en un mundo un poco más inestable. Yo estoy empujando lo que puedo para fortalecer las relaciones. Creo que las relaciones comerciales tienen mucho que ver con las relaciones bilaterales internacionales.
–¿Qué experiencias de relación tuvo con Paraguay en el tiempo que duró su misión?
–Hubo muy buena relación con el Gobierno. Cuando hemos intentado hacer cosas juntos, lo hemos logrado. Estamos hablando de la parte profesional. La lucha contra el cambio climático por ejemplo es un desafío importante para el mundo. Paraguay es un país que no emite mucho, pero sufre las consecuencias. Hemos trabajado bien no solo con el Gobierno, sino con el sector juvenil para promocionar, para hablar, para debatir. Creo que hemos logrado ciertas cosas, incluso una delegación más amplia en la Conferencia del Clima (COP). En las relaciones comerciales hemos logrado unos pasos importantes, más inversiones británicas acá. También en el tema de la educación. El presidente mismo habla mucho de la educación y ofrecemos becas a más paraguayos, que ahora buscan educación en el Reino Unido más que nunca.
–¿Qué saldo te deja la relación con los jóvenes y qué esperanzas te producen?
–Yo soy muy optimista sobre el futuro de Paraguay. Y no es solo la macroeconomía, sino un lujo que tienen, que es el porcentaje de jóvenes. Mi país tiene un desequilibrio de población y Paraguay tiene un lujo de tener un porcentaje dos veces más grande que el Reino Unido de población joven. Cuando hablo con ellos, veo que yo no estaba en esa posición de mi vida a su edad. Tienen mucha habilidad para conocer lo que está pasando, conocen los desafíos que hay. Entonces, eso me da mucha esperanza.
BALANZA COMERCIAL
–¿Cómo está la balanza comercial entre nuestros países?
–Está aumentando a favor de Paraguay. Estamos hablando de unos 150 millones de dólares, que no es tanto, pero está aumentando. Las exportaciones de Paraguay son de 100 millones de dólares y 50 millones de dólares de productos británicos que llegan a Paraguay.
–¿Cómo cambió la mirada de tu país al respecto de la región con la salida de la Unión Europea?
–Al salir de un grupo fuerte que manejaba muchas cosas nuestras, tenemos la responsabilidad de buscar nuevos mercados para nuestros productos, buscar nuevos tratados de libre comercio. En este sentido, América Latina es muy importante. Mercosur es un mercado libre grande y mi país quiere tener un acuerdo. Siempre los tratados son complicados y demoran mucho tiempo, pero Brexit nos dio la opción de luchar por nuevos mercados.
–Los tiempos diplomáticos son lentos también.
–Sí, muy lentos. Eso me frustra. Yo llegué acá hace cuatro años diciendo lo mismo. En tres años y medio no ha cambiado y me frustra.
–Además de América Latina, ¿cuál es tu experiencia con los EE. UU.?
–Es todavía el único poder global desde la caída de la Unión Soviética. Obviamente China está allá, pero todavía estamos bajo un solo poder realmente. Ahí mi experiencia fue superinteresante. Es un país hermano, tenemos una relación muy cercana, histórica. Lo interesante de mi experiencia es que no sabía que éramos tan diferentes también culturalmente aunque crecí con toda la influencia de EE. UU. a través de las películas, series de televisión, los autos, la música.
–¿Tu futuro es en El Salvador?
–Sí, correcto, al que nunca he ido. Un poco como Paraguay, yo no había venido a Paraguay. Además, siento que hay muchos vínculos entre ambos países.
MULTILATERALISMO
–Vivimos un momento con muchas amenazas, ¿no?
–Sí, yo recuerdo en los noventa la esperanza que había. Después de la caída de la Unión Soviética, uno mirando el futuro desde esa época nunca pensamos que íbamos a estar en este punto ahora. Para mí la solución tiene que ser el multilateralismo. La gente quiere hablar de globalización, pero mi punto es que tenemos que trabajar juntos en las soluciones y olvidar la política a nivel internacional. Hay muchos que están a la derecha en un país y dicen “tenemos que ser amigos con la derecha en otro país”, y la izquierda también. Hay desafíos que necesitan soluciones que no tienen nada que hacer con la política. Tenemos que trabajar juntos y hay mecanismos para eso, pero tenemos que mejorarlos porque ahora veo muchos caminos paralelos que son peligrosos.
–¿Te está gustando el viaje?
–Sí, me encanta.
–Ñeembucú es un paisaje muy especial porque es un ecosistema rodeado de agua.
–Muchos paraguayos me dicen “tenemos mala suerte, no hay petróleo acá, no hay gas, no hay litio”. Pero ustedes tienen lo más importante de todo, que es el agua. El resto realmente no significa nada si no tienen agua. Tienen el lujo más grande del mundo y más en este siglo. Pero la abundancia a veces trae su propio problema porque hay tanta agua que no están protegiéndola. Y hay que comenzar ahora a protegerla y eso creo que es otro punto a favor del crecimiento a largo plazo de Paraguay.
–¿Cómo están evaluando el mundo ante la amenaza del terrorismo?
–El terrorismo no es nada nuevo. Cada generación pretende que es peor o mejor que antes. Es como una guerra, no quiero decir perpetua, pero hay tantos conflictos que parece que no hay soluciones. Tenemos realmente que buscar soluciones que ahora no estamos.
ÚLTIMO RECURSO
–Debe ser muy difícil administrar las situaciones. No creo que nadie diga que la guerra es una herramienta, pero la guerra es una cuestión imposible de evitar.
–Sí, creo que debe ser la última decisión. Lo que yo creo es que también tenemos que dejar ciertos países llegar a un punto sin intervenciones. Porque a mi país le llevó siglos pasar de la monarquía absoluta a la democracia. Y no es una luz que uno pueda prender así. Hay que respetar los procesos de las sociedades aunque sean lentos. A veces en el mundo queremos que ellos sean como nosotros rápido, pero hay países que viven en otros tiempos.
–Te habrás dado cuenta de que el Paraguay es un pueblo muy afecto a su historia.
–La historia de Paraguay no es muy conocida en el exterior, entonces para mí ha sido un descubrimiento espectacular. Cada parte del país tiene su propia historia. Ahora que estamos en Pilar veo que es un pueblo que tiene su propia historia y cultura. Lo lindo de la sensación de ser diplomático es descubrir nuevas cosas. La aventura me encanta.
–El Reino Unido está presente en diversas regiones del mundo, pero estar en un lugar puntualmente te lleva a lo que se llama la capilaridad, o sea, el detalle más microscópico de la presencia, ¿no?
–En mi carrera diplomática yo no quería ir a Washington o a París, a los sitios que conozco y obviamente es un trabajo importante, pero para mí el lujo de este trabajo es ir a partes del mundo donde no tenía ninguna perspectiva. He aprendido tanto acá y la riqueza de la historia en Paraguay es impresionante. Es para estudiar.
–¿Qué cosas aprendiste de la relación entre Inglaterra y la historia de Paraguay?
–El presidente habla mucho de lo gigante que era Paraguay. Y mirando a esa época, mi país estaba al lado. Tuvimos un papel importante en el crecimiento del poder de Paraguay a mediados del siglo XIX con el convenio que (Carlos Antonio) López firmó con el Reino Unido. Muchos ingenieros detrás de eso vinieron a construir el ferrocarril. En esa época los que vinieron tuvieron un impacto no solo físico en el sentido de lo que construyeron, lo que apoyaron a construir, sino cultural también. Y la otra cosa del Paraguay que me encanta es el idioma guaraní. No conozco, no puedo hablar, pero lo que muestra la historia, lo que muestra la identidad, es increíble. Los británicos que llegaron acá tuvieron la misma sensación.
–Además algunos de ellos llegaron en una etapa en la que el guaraniparlante era lo promedio.
–Tuvieron una relación con el idioma y leyendo sus historias y mirando la mía un poco, tengo la misma sensación. Yo por suerte viajo mucho por el país y voy a sitios donde no hablan español.
PUENTE ENTRE LOS PUEBLOS
–¿Qué importancia real, aparte de lo que se menciona siempre en el mundo de la diplomacia, te parece tiene el intercambio cultural entre los pueblos para el futuro?
–Es clave. Para mí en esta época complicada necesitamos unir pueblos, unir culturas. Y eso debe ser un trabajo de un diplomático también, usando la cultura como un puente. Y con más puentes, menos posibilidades de guerra. Nunca debemos pensar que hemos superado situaciones como el de la Guerra Grande. Siempre hay un camino para una Guerra Grande.
–Y esa cultura como una ventana para sostener el proceso civilizatorio y no la cultura como retroceso.
–Hay que respetar la cultura, pero también estar abiertos. Lo que yo digo sobre mi país, impacto grande en el mundo, pero también un flujo de personas importantes por muchos siglos y tenemos una capacidad de reinventarnos. Yo creo que esa es una habilidad para nosotros que es importante en el mundo de ahora.
–¿Cómo ves tu vida y tu misión a partir de Paraguay?
–Ahora estoy triste porque la verdad me gustaría quedarme. Me siento muy en casa en Paraguay, he hecho muchos amigos, pero la vida diplomática es así. Y mejor sentirte un poco triste que feliz de salir de un país. Realmente Paraguay ha sido una gran parte de mi vida y va a quedar en mi vida por cierto.
–¿Cómo ves el futuro? ¿Ves con optimismo en un mundo pesimista?
–Yo sobre Paraguay soy muy optimista, sobre el mundo un poco menos. Es decir, yo veo al Paraguay protegido por la misma razón que estaba aislado un poco del mundo. Esa también es una protección en una época de complicaciones, pero al mismo tiempo soy optimista de largo plazo. Creo que la humanidad pasa por épocas complicadas. Hemos pasado peores épocas y siempre hemos inventado algo. Creo que estamos en este proceso, pero a Paraguay le veo superbién.
DESENTRAÑANDO MITOS
–ADS: Tengo un amigo historiador que se llama Fabián Chamorro. Le puedo llamar si tenés alguna curiosidad sobre nuestra historia. (Chamorro contesta el teléfono). Te va a saludar el embajador para presentarte su primera curiosidad de la tarde.
–RN: Hola Fabián, ¿cómo estás? Hemos hablado un poco de la historia de Paraguay y obviamente un punto importante fue la guerra contra la Triple Alianza. Me encantaría saber tu opinión sobre el rol o la posición de mi país, porque yo escucho muchas cosas, he leído bastante, sobre (la supuesta participación en) la guerra.
–FC: Directamente el Reino Unido no tuvo ningún tipo de participación política en cuanto a lo que sucedió en el entorno o el contexto de la guerra contra la Triple Alianza. Lo que sí hubo es que los bancos tanto brasileños como argentinos captaron fondos de la banca inglesa, pero probablemente Paraguay también iba a hacer lo mismo porque durante un congreso que se realizó para declarar la guerra a Argentina se aprobó el pedido de un préstamo, pero después quedó aislado. O sea, probablemente iba a salir también a buscar en la banca inglesa un préstamo para financiar la guerra. Entonces, como gobierno nada, pero como banca sí. Por supuesto, las bancas prestan plata. O sea, eso es normal.
–RN: Eso es lo que yo había leído y me alegra escucharlo. Entonces, ¿por qué sale el mito de que políticamente estuvimos involucrados?
–FC: En la década del setenta, sectores de la izquierda latinoamericana comenzaron a buscar en la guerra un cuarto aliado y ese aliado era Inglaterra como para justamente atacar la posición política tanto de Estados Unidos como de Inglaterra en la década de 1970 para adelante. Ese es un discurso que es instalado por periodistas e historiadores de izquierda que instalaron el mito de que Inglaterra tuvo que ver con la guerra y que no solamente solventó la guerra, sino que también de alguna manera le obligó a los países aliados a la participación durante la contienda. Lo que mucha gente olvida es que muchos de los ingleses que vinieron a Paraguay en los años previos a la guerra participaron en la guerra sirviendo en el Ejército paraguayo.
–ADS: ¿Alguna otra curiosidad?
–RN: Sí, sobre el doctor Francia. Me gustaría saber en su opinión qué impacto tuvo en el Paraguay que conozco hoy? He leído bastante, me parece una persona supremamente interesante, ¿pero qué impacto tuvo en el país que conozco hoy?
–FC: Hay que decir que el doctor Francia es el que consolida la identidad del paraguayo. Cuando empieza el proceso de independencia del Paraguay había sectores de la sociedad paraguaya que buscaban todavía unirse a esa entidad territorial dirigida por Buenos Aires, que hoy se llama Argentina. Había sectores de la población paraguaya que adherían todavía al pensamiento español, o sea colonial, y había un sector que quería ser puramente paraguayo independiente como paraguayo y eso es lo que terminó prevaleciendo y tuvo como cabeza a José Gaspar Rodríguez de Francia. Yo creo que muchas de las costumbres o, como se dice, el comportamiento del paraguayo fueron definitivamente marcados ya desde aquella época y prevalecen hasta nuestros días.
–ADS: ¿Puedes comentarnos en 40 segundos qué es el cementerio Inglés que está en la región?
–FC: El 11 de junio del año 1865 se libró la batalla de Riachuelo, que fue una de las batallas navales más grandes de la historia americana. La mayoría de los operarios de los barcos paraguayos eran ingleses, o sea, ya habían venido en la época de don Carlos Antonio López y en la guerra sirvieron a Paraguay. Muchos de esos operarios mueren durante la batalla y yo no sé si hubo un pedido del Gobierno inglés o de ingleses que viven en Paraguay para que se les entierre todos juntos y fueron enterrados en una zona cerca de Paso de Patria, porque allí llegaron los muertos y llegaron los heridos. Fueron enterrados y están en esa tumba. Debe haber por lo menos entre 15 a 20 ingleses que fueron enterrados allí en la zona.