• Fotos: Gentileza

La Casa Bicentenario de las Artes Visuales organiza el Ciclo de Historia de la Fotografía en el Paraguay. A través de estas imágenes, y a un cúmulo de otras que retrataban la ciudad, el paisaje social, a más de 160 años podemos tener un encuentro con nuestro pasado, con el apoyo de una forma visual que fortalece la memoria y construye un imaginario colectivo de nuestro país.

Con el teléfono móvil en la mano, observando la cámara que tiene incorporada, tal vez se hace difícil imaginar que, para tener un retrato de la familia, tengo que esperar que venga a la ciudad el fotógrafo una o dos veces por año, y que debo hacer cita para asegurar una fotografía copiada en papel de unos 6x9cm, o tal vez un poco más amplia, si fuera de una clase más pudiente. Es lo que sucedía alrededor de 1860 en nuestro país, y cuya realidad no distaba mucho de otras zonas geográficas.

A través de estas imágenes, y a un cúmulo de otras que retrataban la ciudad, el paisaje social, a más de 160 años podemos tener un encuentro con nuestro pasado, con el apoyo de una forma visual que fortalece la memoria y construye un imaginario colectivo de nuestro país.

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La Casa Bicentenario de las Artes Visuales organiza el Ciclo de Historia de la Fotografía en el Paraguay, que se desarrolla cada martes hasta el 3 de setiembre, en el que realiza un recorrido cronológico del uso de la imagen fotográfica en nuestro país. La bibliografía sobre la historia de la fotografía en nuestro país es aún escasa, aunque en los últimos años se fueron consolidando estudios, investigaciones, colecciones, que hacen que empecemos a mirarnos mejor desde el pasado.

Con el objetivo principal de aproximar y reunir las diferentes investigaciones que realizan, tanto historiadoras como cientistas sociales, incluso coleccionistas, autores que desarrollan parte de su obra sobre los usos sociales de la fotografía y su arribo a nuestro país, a mediados del siglo XIX. Nombres como Alfred Du Graty, Juan Estiene, Fulgencia Almirón, Louis de Bocard, Javier López, Manuel San Martín, Auguste François, entre muchos otros dedicados a la fotografía, con cuyo desembarco tenemos imágenes y relatos sobre sus trabajos y procesos.

“La fotografía, sus usos sociales, su contribución como documento puede tener un importante aporte para estudiar, entender y recomponer la historia social de nuestro país, por lo que buscamos recolectar en un ciclo de charlas, parte de lo que varias personas investigan, coleccionan e interpretan, como un aporte para profundizar acerca de la historia de la fotografía en el Paraguay”, refirió Luis Vera, director de esta Casa Bicentenario, sobre el propósito de los encuentros.

Las presentaciones de cada martes, están a cargo de María Belén Strassera y José Sánchez Durán, Juan Migliore, Sebastián Scavone Yegros, Milda Rivarola, Ana Barreto, Rubén Capdevila, Adriana Almada y Luis Vera.

Equipo de remo del Club Nacional de Regatas El Mbigua. Colección Imagoteca Paraguaya

LA GUERRA DEL 70 EN FOTOS

Tomando como referencia el libro “Historia, fotografía y guerra. Un estudio sobre las Fotografías de la Guerra contra la Triple Alianza”, resultado de la investigación de Strassera y Sánchez Durán, presentaron el resultado de sus pesquisas sobre las imágenes de esta contienda bélica que destrozó a nuestro país, la tercera en ser fotografiada en toda la historia. “En la educación formal en la Argentina no se habla mucho de esta guerra, apenas se las nombra”, habían comentado, agregando que su interés inicia en dar a conocer mejor la historia con el apoyo de imágenes.

Las fotos tomadas con la técnica del colodión húmedo, por Javier López, enviado por la casa Bate & Cia, fueron la parte principal de las proyecciones. Por el tiempo que necesitaban para su exposición, de entre 3 a 5 minutos, las imágenes son de momentos fuera del campo de batalla, con retratos colectivos, muchos de ellos mostrando las jerarquías militares, reservando las posiciones privilegiadas a los rangos más altos. Es un código visual recurrente en muchas de las fotografías.

Cabalgata dominical. Colección Imagoteca Paraguaya

FULGENCIA ALMIRÓN, LA PIONERA

La primera patente profesional como retratista fue expedida a Fulgencia Almirón el 6 de junio de 1864. Es parte de lo poco que se conoce de la primera primera paraguaya que se dedicó profesionalmente a la fotografía. Con 18 años abrió un estudio fotográfico en Asunción; con el suyo y el del francés Juan Estienne, solo había dos en la ciudad.

Sebastián Scavone Yegros, abogado e investigador, mostró sus pesquisas sobre la joven mujer soltera, Fulgencia. Hacemos incapié en su estado civil, porque si no fuera así, tendría que pedir permiso a su marido para poder dedicarse a una profesión y tener un espacio comercial.

Lamentablemente, hasta ahora no se encuentran fotos tomadas por Fulgencia, ya que apenas unos años después, en 1868, con motivo de la evacuación de Asunción se perdió todo registro sobre ella. Aunque hay algunas pistas, como su nombre en el Libro de Oro, donde aparece en la lista de donadoras de joyas, junto con su madre, para la defensa de la patria, en 1867.

En el “Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles”, publicó un aviso, el 31 de diciembre de 1864, ofreciendo sus “servicios en calidad de retratista en fotografías, ya sean en positivos o negativos, en tarjetas de varios tamaños, en marcos, cajoncitos y medallones a precios equitativos, asegurando que pondrá todo el esmero posible para dar cumplimiento a los trabajos”.

El aviso también da cuenta que tenía su laboratorio abierto en “las horas útiles del día” en el número 54 de la calle de la Asunción, cercana a la Iglesia de San Roque. Además, ofrecía un “laboratorio móvil que le permitía trasladarse algo lejos del centro de la capital para obtener mejor luz y asegurar que los retratos salgan con más perfecciones y semejanzas”.

Su trayectoria se pierde luego, aunque la historiadora Ana Barreto dio un gran aporte, encontrando que falleció en Asunción a la edad de 74 años, en junio de 1920.

Prisionero paraguayo. Enero 1868. Colección Juan Migliore

FOTOGRAFÍAS POR DOCENA, A FINALES DEL SIGLO XIX

Juan Estienne, el 11 de junio de 1864, publicaba sobre su estudio en la casa de Machain, calle de la Palma 36, donde ofrecía fotografía y ambrotipo. Era el mismo año en que Fulgencia Almirón, “una hija del país, aficionada al arte fotográfico” ofrecía sus servicios de retratista.

Juan Alberto Migliore, ingeniero civil e investigador de la historia en Paraguay es el autor de “Fábrica de Dibujos. En nacimiento de la fotografía en el Paraguay”, probablemente el primer libro de historia de la fotografía en nuestro país. El mismo se refirió principalmente al desarrollo de la fotografía en nuestro medio, sobre todo a través de los estudios fotográficos y de fotógrafos viajeros y expedicionarios que llegaban a estas tierras.

Entre ellos, mostró a Manuel San Martín, fotógrafo que al principio tenía visitas periódicas, y que luego abrió su estudio, ofreciendo imágenes con gelatino bromuro de plata y luego platinoti­pia, según pasaban los años y se desarrollaba la tecno­logía fotográfica. San Mar­tín falleció el 29 de octubre de 1903, proclamándose como sucesores en el estu­dio, Ernesto Gunche, Enrico Fratta, M.C. Albons, alter­nativamente.

Domingo José Bertoli, Nuno Perestrello, Bernar­det, Velázques, son nombres de fotógrafos que prometían retratos en las últimas déca­das del siglo XIX y prime­ras del siglo XX, así como el aviso del estudio en el “Pala­cio de Barrios, al lado del cuartel general brasileño”. La propuesta era de “foto­grafías por docena”. Así, la fotografía va recorriendo la historia y aparece ligada a los momentos puntuales de nuestra historia.

Lavanderas en la Bahía de Asunción. Fotografía de propiedad de Juan Quell. Colección Imagoteca Paraguaya

LAS IMÁGENES COMO VESTIGIOS DE LA HISTORIA

La más reciente propuesta del Ciclo fue dada por Milda Rivarola, historia­dora, socióloga e ingeniera agrónoma. Desde imágenes publicadas en el portal de su colección Imagoteca para­guaya, el rico acervo de imá­genes de nuestro país, reu­nido por ella en las últimas décadas, fue dirigiendo la mirada hacia varios elemen­tos que componen la imagen.

La fotografía tiene un potencial para testimoniar hechos, costumbres, vesti­mentas, lugares, épocas, por lo que tienen un importante papel en un relato histórico cualitativamente signifi­cativo en la posibilidad del acercamiento histórico de la realidad social y las rela­ciones de sus actores en el tiempo.

“Casi siempre las imágenes carecen de fechas, de luga­res, de nombres, de datos que nos cuenten acerca de lo que representan. Ante eso recurrimos, por ejemplo, al uso de tecnología actual para leer documentos, como la ampliación de la imagen. Eso nos deja ver elementos que no son claros a simple vista”, comentó en una parte.

Milda luego hizo referencia hacia elementos como la ves­timenta, el corte de pelo, los autos, la gestualidad, y otros constituyentes de la imagen que nos ofrecen datos para identificar una foto. Dijo que los gestos denotan épo­cas bien diferenciadas en muchos casos.

Con muchas fotografías inéditas y una propuesta de exégesis, abrieron un espejo al pasado, que incorpora sobre todo en aspectos pre­sentados ordenadamente para estudiar, entender y reinterpretar los hechos his­tóricos y los relatos oficiales; una historia alternativa a la que nos presentan a menudo.

En secciones como los oficios de la mujer, las formas del ocio y política en tiempos de crisis fue ahondando en deta­lles que muchas veces a los neófitos nos cuesta centrar la mirada y encontrar seña­les que delantan los hechos y sus particularidades.

Según su portal Imagoteca paraguaya, “El criterio de selección de las imágenes es nacional: son grabados ilustrativos, fotos, mapas, billetes, cartas postales de o sobre el Paraguay, aun­que sus autores –dibujan­tes, grabadores, fotógrafos, autores de libros, etc.– sean a menudo europeos, o de otros países americanos”. Precisamente, inició las proyec­ciones con un grabado del belga Alfred Du Graty, quien tomó las primeras imágenes del Paraguay y que fueron luego publicadas como gra­bado.

MÁS FOTOGRAFÍA E HISTORIA

Los siguientes encuentros serán: el 6 de agosto, con Ana Barreto, historiadora, quien expondrá sobre décadas comprendidas entre 1950 y 1960, a través de publicacio­nes internacionales como la revista Life y National Geo­graphic, con la presencia de sus enviados especiales, donde Frank Scherschel es figura puntal, entre otros.

Luego, el martes 13 de agosto, Rubén Capdevila, historia­dor e investigador, quien rea­lizó la pesquisa sobre Louis de Bocard, el expediciona­rio suizo que recorrió la Tri­ple Frontera a principios del siglo XX.

La fotógrafa y arquitecta Rocío Ortega, mostrará la Asunción de Klaus Hen­ning y su trabajo en los años 50 y 60. Será el martes 20 de agosto. Por su parte, Luis Vera, fotógrafo, artista visual y docente, el 27 de agosto, expondrá sobre la fotografía como arte en el Paraguay, tomando la pri­mera exposición de Jesús Ruiz Nestosa, como punto de partida, hasta las expre­siones de fotografía contem­poránea.

Adriana Almada, crítica de arte y editora, quien trabajó en una investiga­ción en Paraguay y Fran­cia, sobre Auguste François (1857 – 1935), cónsul fran­cés en Paraguay entre 1893 y 1895. La misma editó libros y realizó la curaduría de una gran muestra fotográfica en el CCR Cabildo hace unos años. Su participación será el 3 de setiembre.

Guardia urbana con antorchas, en la Revolución de 1947. Colección Imagoteca Paraguaya

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