• Fotos: Carlos Juri

En esta edición del “Expresso”, Augustos dos Santos conversa con don Agustín Konrad, un nombre que es referencia mayor en el ámbito del cooperativismo. El presidente de la Cooperativa Colonias Unidas relata cómo inicio todo, guiado por el sueño de inmigrantes, hasta la actualidad, en que la cooperativa es uno de los mayores emprendimientos en el campo productivo del Paraguay.

–Don Agustín, quiero que me hables un poco de tus padres y particularmente de tu padre, que vino de Alemania.

–Y bueno, papá es descendiente alemán, de parte de papá, su mamá, la abuela, era de Dinamarca. Y la parte de mamá, mis abuelos son paraguayos, Fleitas González, lo que más hay en el país. Y de parte de mi abuela, de mi mamá, argentina. Ramona Correa se llamaba mi abuela. Y bueno, tenemos una mezcolanza. Ellos vinieron hace muchos años buscando un horizonte. Primero vinieron al Brasil, mis abuelos, mi papá tenía ocho años, y ahí escucharon que acá en Hohenau había tierra, que había tierra para trabajar, porque Hohenau significa pradera alta. Vinieron acá, emigraron acá muy pobres, gente que no tenían prácticamente nada y empezaron a trabajar la tierra, hace cerca de 100 años.

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–Cuando su abuelo vino de Alemania, ¿acá ya había alemanes trabajando?

–Ya había emigrantes de Alemania. Ellos vieron ya prácticamente con la segunda generación. Como decía, mis papás eran muy pobres; papá decía: yo vestí el primer zapato a los 14 años. Pero por lo menos también se usaba en esa época la alpargata. Así comenzaban a labrar la tierra acá.

–Habrá sido un tiempo y unos años muy difíciles porque a veces uno dice, bueno, la diferencia con las migraciones del Chaco y compañía, pero las zonas que tienen muchos árboles también tienen sus dificultades para domarlas.

–Principalmente los caminos. Los caminos en aquella época se hacían con arado y bueyes, se arreglaban así los caminos. Y en donde ellos comenzaron los cultivos de aquella época era la yerba y el tung. La yerba, por ejemplo, ellos plantaron y nosotros teníamos un secadero, tenía un cilindro donde se molinaba la yerba y se molinaba con bueyes alrededor, así como se trabajaba en la olería. Y la yerba se llevaba a vender en Encarnación y con carros se tenía que ir de acá a Encarnación. El viaje era ida y vuelta, ocho días, aproximadamente, y acá en Capiibarí no había puentes, tenían que pasar por una balsa y ahí muchas veces se juntaban de noche cantidad de carreros y se iban a Encarnación.

–Y tu niñez, ¿cómo fue? Supongo que en medio del trabajo.

–En medio del trabajo, pero yo siempre quería ser un poquito haragán. Y en esta zona no se podía hacer haragán, papá eso no permitía. Es que en aquella época los padres eran diferentes. Yo creo que eran bastante duros, no digo autoritarios, bastante duros. Los hijos tenían que tener una disciplina, que hoy ya no existe y yo creo que era una época que se apretaba mucho con los hijos, con la familia, y creo que hoy la época cambió, hay una flojedad absoluta. Yo creo que tenía que ser un término medio y eso es lo que nosotros teníamos, teníamos una dureza total, la disciplina era lo principal.

–Al mismo tiempo en que estos colonos alemanes y de otras nacionalidades estaban organizando sus cultivos, convirtiéndose en un eje productivo, supongo que también estaban al mismo tiempo organizando la comunidad.

–Vos sabés que la cooperativa nació porque había un padre católico que era el padre Guillermo Hütte, y para mí que él es el culpable de lo que hoy es Colonias Unidas. Esto ya era mucho más adelante, en el año 1952, aproximadamente. Y se reunió con un grupo de gente acá en la colonia y eran 76 alemanes y dos eran paraguayos, dos paraguayos nomás lo que integraban la fundación de la cooperativa. Y le dijo a ellos el padre Guillermo Hütte, si ustedes quieren vender mejor su grasa de cerdo, su huevo, su queso, hagan una cooperativa, porque cuando llevaban a Encarnación venían la gente a llevar y se le aprovechaba mucho. Tres productos nomás, grasa de cerdo, huevo y queso, y así nació la cooperativa, los grandes productores. Y bueno, y ahí 78 fundadores prácticamente fundaron lo que es la cooperativa. Y hoy la cooperativa es, digo yo, Naciones Unidas, porque 21 nacionalidades integran la Cooperativa de Colonias Unidas.

Agustín Konrad, un hombre dedicado al cooperativismo en Paraguay

–Repetime eso, para que la gente entienda mejor, ¿cuántos asociados tienen hoy, cuántas nacionalidades? y si puede recordar cuántos cultivos financian más o menos.

–Y bueno, ahora aproximadamente tenemos más de 4.000 asociados activos porque las matrículas ya están llegando a cerca de los 8.000, y prácticamente son 4.000 familias, porque anteriormente cuando la cooperativa era solamente agrícola, el padre de familia era el socio, no la señora ni los hijos, y bueno, hoy esto va cambiando de a poco, las épocas van cambiando, pero esto viene a ser más o menos 20 mil personas que integran hoy la cooperativa, de 21 nacionalidades .

Resulta que en ciertos momentos se permitió entrar a muchos paraguayos, paraguayos criollos, como se dice, y eso a la gente un poco en aquella época no le gustó tanto esto, porque decían que van a fundir la cooperativa. Hoy tenemos 61 % de paraguayos criollos como socios. Inclusive tuvimos en la directiva ya hace varios años japoneses que estaban en la Junta de Vigilancia.

–Me quedé con algunas curiosidades del tema de las comunidades. Es importante recordar que acá hay comunidades japonesas. ¿Podés describir más o menos eso?

–Yo creo que la alemana siempre es la que más hay. Después los japoneses, en la zona de Pirapó, y también La Paz, Fram, ahí están, hay dos grupos de japoneses que vinieron.

–¿Cada nacionalidad se distingue por algún cultivo o todos cultivan lo mismo?

–Todos cultivamos lo mismo, prácticamente. Y quiero decirte que hay algo que uno tiene que valorar mucho, que tenemos varios socios japoneses y ellos tienen sus propias cooperativas, Cooperativa Pirapó y Cooperativa La Paz. Sin embargo, hoy varios son socios de nuestra cooperativa, eso habla de por sí de la credibilidad que tiene Colonias Unidas para que inmigrantes japoneses o rusos o ucranianos estén hoy asociados a nuestra cooperativa. Esa es una credibilidad que se ganó durante los 71 años que tiene Colonias Unidas. Porque yo creo que es un elemento que demuestra eso.

–Evidentemente esta es la cooperativa más importante de toda esta región y probablemente a nivel nacional.

–Lo más difícil es manejar una cooperativa, se maneja una plata ajena, un dinero ajeno, y yo creo que los directivos anteriores y los que estuvieron hasta hoy siempre mostraron una transparencia, una honestidad y esa credibilidad se transformó en que la gente sepa que hablar de Colonias Unidas es hablar de algo muy serio. Y eso es lo que hay que cuidar mucho de que nunca se tiene que perder.

–Hay una frase tuya cuando te entregaron la distinción en el Congreso, porque quiero empezar a hablar de tu trabajo dentro de la cooperativa, cuando dijiste que el cooperativismo nació antes de esta democracia y ya nos enseñó a ser iguales. Qué hermosa frase, realmente.

–Y eso es lo importante que en la cooperativa no hay distinción, somos todos iguales, no importa el que tiene más o el que tiene menos, y los resultados también, de igual manera los retornos vienen a los asociados, por eso yo dije que esto: ya antes de nacer la democracia ya nació el cooperativismo, y bueno, eso es una realidad grande.

El dirigente cooperativo recuerda el inicio del sector solidario en el país

–¿Cuántos años de ser presidente de la cooperativa? ¿Y cuántos años de asociado tiene?

–De directivo tengo 30 años, pero 20 años de presidente, en tres periodos. Tengo un compromiso muy grande porque hay una credibilidad muy grande de mi persona y no puedo fracasar.

–¿Cuáles son las producciones básicas que hoy sustentan la prosperidad de la cooperativa?

–Tenemos 150.000 hectáreas al momento que cultivamos. Industrias tenemos varias. Tenemos industria yerbatera, vendemos aproximadamente 10 millones de kilos de yerba, que es la marca Colón. Y yo creo que es una de las mejores yerbas. Tenemos la industria láctea, tenemos semilleros, tenemos realmente muchas cosas, así que son industrias y lo que cuidamos mucho es la calidad de la industria. Yerba mate se recibe de los socios, 30 cargas al año se rechaza, lo que no contiene la calidad que quiere Colonias Unidas. Y eso se vende a otro lado. La yerba que hace la cooperativa es la yerba tradicional, la que no se altera con ningún otro gusto. Igual que con la leche. La leche tiene 500 guaraníes de diferencia. Si usted es productor de leche, si no hace calidad, usted no recibe ese 500. Va a perder y no va a poder trabajar en leche.

–Entre productor, los técnicos de la cooperativa, los administradores, el instalar una disciplina de trabajo. Eso debe ser complicado.

–Yo creo que mi fuerte siempre fue gerenciamiento. Cuando vos salís de la facultad, vos el 30 % aprendiste lo que es tu profesión, 70 % tenés que aprender en el campo de juego, en la chacra, en la finca, en la industria, ahí se tiene que aprender, en el comercio, y no hay secreto para que funcione cada sector. La cooperativa está muy bien organizada. La clave es que yo como gerente responsable de un sector, mis primeros anillos tienen que funcionar. Y una vez que esos tres, cuatro, cinco sectores de tus anillos funcionen, las 100 personas que tenés van a funcionar así. En el 2011 fui elegido como el mejor empresario del país, en el 2019 por dos organizaciones internacionales mejor empresario, y para ser empresario tenés que tener todos tus sectores y todo tiene que funcionar.

Me acuerdo que los balances antes se hacían cuando llegaba la asamblea, a un año se presentaban los resultados. Hoy vos tenés cada cinco días de cada mes los resultados de los 18 o 20 rubros, cómo está el súper, como está el híper, como está tal industria, la leche, la yerba e inmediatamente uno ya se da cuenta y tiene que corregir. Otra cosa que tenemos que agradecer también es que hay mucha gente buena todavía en Colonias Unidas, y ahí tiene que ver mucho el comité de Educación. Tenemos alrededor de 600 funcionales que se recibieron de becarios a través del departamento de Educación. Gente humilde que no podía estudiar y la cooperativa le hizo estudiar.

–¿Hablame un poco de la producción actual de la cooperativa?

–Lo que estamos trabajando muy grande ahora es la parte de leche, pero más en el tema de producción de cerdo, donde tenemos una UPL que es un ejemplo. El país tiene que venir a visitar la UPL, es donde nacen los chanchitos. Y hoy tenemos más de 3.000 madres, y en la segunda ahora ya llegan 6.000 madres. Y con un promedio de producción de 15 y medio por ciento, casi 16 lechones nacen de una madre. Imagínense un poco. Y estamos entregando en frigoríficos, donde nuestros frigoríficos somos grandes accionistas, Upisa, Prodecar, y en otros lugares estamos entregando 24 mil cerdos mensuales. La meta es, hoy tenemos 11 millones de kilos de balanceado al mes que producimos para este objetivo y el objetivo el año que viene es llegar a 15 millones, y llegar también a los 34 mil cerdos mensuales de entrega. En la UPL nacen los cerditos y a los 25-30 días se entrega al productor para que termine. Esto es algo grandioso. Es realmente donde se invirtió más de 44 millones de dólares en este tema cerdo.

–¿Y tienen algún tipo de relación con mercados del exterior directamente o a través de estos intermediarios como los frigoríficos? ¿La yerba, por ejemplo, está saliendo afuera?

–La yerba lo que más se está vendiendo es en Bolivia, pero no son partidas demasiado importantes. Estamos vendiendo a Uruguay, estamos vendiendo a Alemania, hay ocho países más o menos que estamos vendiendo, pero yo creo que el Gobierno, los cancilleres, los embajadores, tienen que trabajar en la yerba paraguaya, para que podamos llevar directo al Líbano, a otros países donde están llevando los argentinos. Ahí se tiene una buena paga porque hoy vender a la Argentina no tiene sentido, y ellos también protegen mucho su industria. Argentina está cobrando en este momento aranceles acá en Encarnación del 47 %. Es imposible. Tenemos también nuestro propio puerto que hoy nos está costando 15 millones de dólares. De la cooperativa. En un predio de 340 hectáreas, tiene una capacidad estática de 80 mil toneladas, un cargamento de 750 mil kilo/hora para cargar las barcazas e ir al mundo.

–¿Qué despachan por ahí?

–Y lo que más sacamos es soja. Este año recibimos 471 millones de kilos de soja, 750 millones de kilos de grano recibe la cooperativa en diferentes tipos y 365 días tiene el año. Tenés que estar recibiendo más de dos millones por día y desalijando más de dos millones por día. Eso es Colonias Unidas, es un monstruo. Vos te vas a Buenos Aires, te vas a Rosario, vas a encontrar nuestra oficina de Colonias Unidas.

–Algo que la gente ve cada vez que pasa por Hohenau o por Obligado es ese enorme emprendimiento comercial que tienen ahí sobre la ruta, y la gente cree que ahí empezó todo, pero todo empezó en realidad con un supermercado más pequeño. ¿Cuándo empezaron con ese rubro?

–Sí, es el hipermercado. Hace aproximadamente 20 años que está funcionando. Esta es la primera etapa del hipermercado. Es un proyecto de tres etapas y esta es la primera recién. Inclusive la parte administrativa y todo tiene que ser de tres plantas, acá estamos todavía en la administración vieja, el supermercado va quedando chico. El supermercado tiene más de 3 mil personas por día que están comprando ahí, el hipermercado está vendiendo demasiado mucho también y realmente es una maravilla, es un lujo el hipermercado y da grandes satisfacciones a toda la gente, que sea socio o no socio.

–Me doy cuenta también de que hay como mucho cuidado para incluir socios, no nuevos, sino desde siempre, ¿verdad?

–Le voy a contar un secreto, después el país va a saber. Se maneja una manera de tomar socios. Primero luego que tiene que ser una buena persona o de lo contrario ya no entra. Y eso se trata en el consejo. Uno dice no, fulano, este es un tipo medio jodido, ese ya no se toma. Y segundo es que se cuida más o menos 6 por 10 de que sean productores, porque si tomamos consumidores así como quieren entrar la gente mañana los consumidores van a hacer los que van a manejar la cooperativa y nosotros queremos que sigan manejando gente de trabajo, gente productores que sean los dirigentes de la cooperativa. Por eso siempre cuidamos el porcentaje, es un secreto pero es cierto. Son lógicas distintas. Si hay mayoría de consumidores, van a cambiar el estatuto y van a poner al revés y van a entrar todos los consumidores. Por eso cuidamos mucho este detalle.

–¿Cómo ve el futuro de la cooperativa?

–Yo creo que el futuro de los jóvenes acá en la cooperativa es un futuro incierto. Falta mejorar muchas cosas, la educación, la salud, porque la educación se enfoca siempre sobre las facultades y demás cosas. Y siempre hay un desprecio hacia la gente que trabaja y eso tenemos que cambiar, siempre hay que apoyarle a la gente que trabaja, que es el sostén de la economía de este país, el que más está aportando dinero limpio al Gobierno. La cooperativa creo que no tiene tanto ese problema porque está muy bien diversificada, en donde tiene 18 rubros, de los 18 rubros uno puede fracasar y 17 salen bien, por eso que el balance cada año es bueno. Este año otra vez estamos con un balance magnífico. Uno es la buena gente, tenemos un gran equipo, yo soy apenas uno de la parte. Hay un gran equipo que está manejando bien todas estas cosas. Entonces la cooperativa no tiene problema en ir creciendo. Lo que complica es nuestra juventud que ya no quiere más ir a la chacra, porque se habla muy mal de la gente que trabaja.

Agustín Konrad, directivo de la Cooperativas Colonias Unidas

–Hay casos ya de abuelos y padres que trabajaban en el campo e hijos que ya no quieren hacer lo mismo.

–Ya no quieren, ya se dedican a otras cosas, porque muchas veces la gente solo habla que están envenenando la tierra, están enfermando a la gente, cosa que no es cierto. El que más aporta al país es el sector productivo, ganadero-agrícola. Por ejemplo, yo he visto en la tele profesionales que dicen mira apenas el 8 % aporta la soja. ¿Y de qué? Esa es la exportación seguramente, ¿pero lo que aporta en general? Lo que vos estás comprando está pagando impuesto, estás comprando una maquinaria del 30-33 por ciento de impuesto, los insumos están comprando, todo tienen IVA, acá no se compra nada gratis y todo hay que pagar impuestos. Si no había esta producción agrícola-ganadera, yo no sé qué iba a pasar en este país. Eso es lo que tenemos que hacer desde nuestra juventud para que vuelva y que siga trabajando la tierra. Lo único que uno tiene que trabajar la tierra y hacer con responsabilidad, cuidando el medioambiente y cuidando los productos que uno va a usar.

–Don Agustín, finalmente, ¿qué buenos deseos tenés para el futuro de Paraguay como una persona que dio tanto testimonio de trabajo?

–Yo tengo una amistad muy grande con todas las autoridades. Mi gobernadora, por ejemplo, es liberal. Y la cooperativa tiene liberales, colorados, hasta de Frente Guasu tengo. Entonces tenemos que trabajar con las autoridades legalmente constituidas. El presidente de la República, no digo que es mi amigo, pero es una persona que me aprecia mucho. Yo creo que este presidente de la República es un joven con mucha esperanza y con un perfil espectacular. Lo único es que tiene que escuchar mucho más lo que le dicen la gente dentro de su país. Tengo una esperanza tremenda de que este presidente en cuatro años puede cambiar muchas cosas y de que va a hacer bien, quiere hacer bien. Ahora, querer hacer bien y tomar decisiones de repente muy apresuradas, eso es lo que tiene que cuidar, tiene que pensar bien, preguntar bien y hacer bien las cosas.

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