Entre canto y guitarreo, la música Erika Estigarribia comparte con Augusto dos Santos esta ronda de “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, en la que habla sobre sus inicios como artista, su labor docente, sus proyectos actuales y futuros, así como su relación con el folclore, al que está dedicada de lleno en su faceta de compositora. Erika representará en noviembre próximo a nuestro país en un festival internacional con una canción inédita en jopara que genera grandes expectativas.

  • Fotos Emilio Bazán

–¿Cómo te parece que se consi­gue transitar un camino que combine el éxito y la calidad?

–Realmente por mi expe­riencia y el momento en el que estoy viviendo ahora mismo lo que es la carrera de la música desde el estu­dio, desde la creación, desde la docencia, yo me levanto todos los días y digo que tengo todo el éxito y la suerte del mundo ahora. Si bien ahora mismo como que las redes sociales, los medios de comu­nicación, las mismas figuras que van surgiendo, se pre­senta una especie de éxito como algo que pasó hoy y que se pierde nuevamente bastante rápido. Entonces se debe trabajar la constan­cia para que trascienda y que no solamente quede en una canción que después de un tiempo ya no va a sonar más, sino que quede también en el corazón de la gente.

–Supongo que también las redes y el exitismo que imponen son una forma de presión con la que hay que lidiar.

–Yo creo que las redes sociales ahora mismo son una puerta absolutamente necesaria para los artistas. Yo siempre trato de motivar a mis alum­nos y les digo “qué linda voz que tenés, atrevete ya, ya estás como para que la gente te escuche, para que el mundo te escuche”. Y me dicen “pero no sé dónde cantar”. Y yo les respondo que para eso tienen Instagram, tienen Facebook, que suban contenidos para que la gente les pueda escu­char. Yo personalmente he aprendido a comunicarme a través de mis redes socia­les de una manera bastante sutil, pero siempre tratando de aportar calidad e infor­mación útil, que pueda ser­vir a las personas que me ven y que me escuchan, de repente invitar también para mis conciertos.

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–¿Cuándo fue que te cru­zaste con la música y cuáles son tus primeros recuerdos sobre la música?

–Yo empecé a los 12 años estu­diando guitarra. Se me despertaron esas ganas de cono­cer esa expresión, eso es lo que más yo buscaba, tratar de expresar emociones, sen­timientos a través de lo que más me gustaba, que era la música.

–¿Y no pensabas todavía en el canto?

–No pensaba que podía can­tar. Realmente no sabía que podía cantar. Me metí a estu­diar en un conservatorio y fue ahí tocando que me escucha­ron. En todos los conservato­rios se hacen conciertos regu­larmente con los alumnos y me decían “vos sabés cantar, vení y cantá”. Yo empecé a cantar con mi maestro Víctor Manuel Cáceres, que ahora ya está con los ángeles can­tando allá. Él fue mi maes­tro durante todos estos años desde que empecé y después empecé a estudiar en otros ámbitos, empecé a estudiar guitarra clásica en el Insti­tuto Municipal de Arte.

EL CAMINO DEL ESTUDIO

–¿Estudiaste guitarra clá­sica en el medio?

–Estudié guitarra clásica con el maestro Osvaldo Loup y con Luz María Bobadilla. Estudiando también canto a la par, ya que siempre tuve claro que estudiar era el canal, ese era el camino. Si bien me considero una per­sona bastante autodidacta, me gusta también ese con­tacto con la persona que la tiene clara, que te puede tirar la precisa cuando más necesitás. Y ahora mismo estoy terminando ya la carrera de la Licenciatura en Música, que fue algo que me despertó absolutamente todo y reivindicó nueva­mente este amor que tengo.

–Me referías un evento que marcó una especie de afirmación definitiva en este rumbo, que fue un concierto de Berta Rojas, ¿no?

–Asimismo, cuando yo tenía creo que 17 años tuve la opor­tunidad de ir al teatro a ver el lanzamiento del disco “Cielo abierto”, de la maestra Berta, que es una persona súper importante para mi carrera. Ese momento, el estar ahí, verle a ella y sentir toda esa emoción que me transmitía su toque, su música, su cali­dad artística, hizo una explo­sión dentro de mí y dije “así quiero ser”. Entonces, ella es un referente muy impor­tante. Tenerla a ella como referente es para mí una bús­queda de la excelencia cons­tante y es algo que busco no solamente en mí, sino tam­bién inculcarle a la gente que estudia conmigo, a la gente que confía en mi trabajo.

–¿Y desde la música para­guaya en todo este tiempo cultivaste diferentes rit­mos?

–Asimismo. Yo soy amante de la versatilidad. Entonces, siempre busqué conocer y más que nada mis propias raí­ces. En mi repertorio siempre estuvieron las guaranias, pol­cas, siempre intenté mostrar eso y no olvidarme de dónde vengo. Es más, como adelanto te comento que de las can­ciones en las que estoy tra­bajando ahora mismo, dos de ellas son con ritmos folcló­ricos nacionales, una polca canción y una guarania.

–¿Empezaste una nueva etapa como realizadora musical? ¿Vas a pasar de cantante a cantautora o ya estás en eso?

–Compositora, desde la música y desde la letra tam­bién, desde la poesía. Y es algo que yo creo que me debía un poquitito y gracias a la bús­queda, al conocimiento, fui trabajando y ya estoy viendo los frutos de eso.

CREACIÓN FOLCLÓRICA

–¿Y en materia creativa te afirmás en el folclore o empezaste con otros rit­mos?

–En el folclore, que es como la raíz que me llamó y me fui hasta ahí. Las dos primeras canciones son una polca can­ción, una guarania, y un bossa nova, que es también parte de mis comienzos allá por 2008, 2009 más o menos, cuando empecé a incursionar en la música profesional.

–Todo eso que contás de los procesos de aprendizaje, de prueba, de acometida de una nueva idea proba­blemente han sido más la facultad de ese proceso creativo.

–Sí, pero yo te quiero con­tar cómo fue para que yo decida estudiar música. Es algo que siempre cuento en conferencias, simposios en los que estoy como peda­goga. Cuando yo empecé con mi carrera musical, yo sola­mente cantaba, llegaba a los ensayos y compartiendo con los músicos que siempre me acompañaban es como que ellos hablaban en términos que yo si bien tenía cierto conocimiento, no me había apropiado del todo. Enton­ces dije “esto no puede estar pasando, yo necesito apren­der”. Quería empoderarme también en el sentido del conocimiento de lo que yo amo, que es la música.

–Con todo respeto por la historia, cada quien tiene sus condicionantes, pero hay cantantes que pueden sobrevivir por décadas sin hacer esto que hiciste.

–Totalmente, pero en este momento de la globaliza­ción y de la información, hay mucha gente que está estu­diando, que está metiéndole garra no solamente desde la universidad, sino desde su home studio. Ahora cual­quier persona, cualquier chico que se interese puede tener un home studio en su casa, hacer música y el can­tante se puede ir a expresar sus ideas y crear música.

–Ahora quiero hablar un poco de tu participación con grupos. ¿Estabas cola­borando con bandas, ver­dad?

–Asimismo. Tuve la oportu­nidad de trabajar con ban­das locales y como corista más que nada en sus mate­riales, en la producción en sí, en el proceso de grabación y también desde la tarima. Tuve la oportunidad de tra­bajar con Revolber, con Pipa para Tabaco. Grabé con un par de bandas realmente. No me quiero olvidar de ninguna, pero estuvo entre ellas una banda de reggae que hasta ahora me gusta mucho, que se llama Cultura Nativa. Hace poco grabé también para el material de Mente Nativa. Después estuve también grabando para una banda venezolana de reggae también, que se llama El Gran Tombo. Y así estuve participando en la oportunidad que se me daba.

–¿Cómo estás viendo todo el soporte creativo que tiene la música cuando vos te disponés a grabar algo?

–Si vos querés hacer una maqueta, por ejemplo, que sería como un borrador de la canción, lo puedes hacer con tu celular y si querés por ejemplo reproducir una can­ción lo puedes hacer en un home studio como el que tienen muchos chicos. Para la calidad del sonido aporta mucho lo que es por ejem­plo grabar en un estudio del tamaño de Spirit and Sounds u otros que sé que hay acá como el de César Acosta. Realmente está a nada el tema de la produc­ción musical y también de los lanzamientos. La verdad es que es un trabajo bastante complejo. Acá el artista paraguayo es un todólogo. Nosotros tenemos que ser compositores, autodidactas, estudiantes, profesores, los mánanger.

ACERCAMIENTO CON LA GENTE

–Qué impresionante cómo las cosas revolucionaron y cambiaron tan pronto que seguimos hablando con insistencia de discos y ellos casi están desapareciendo.

–La verdad es que las pla­taformas de streaming en donde se puede escuchar música te acercan muchí­simo más a la gente, pero tam­bién tiene un pequeño contra ahí, que es justamente el tema de las regalías y todo eso. Pero al final de cuentas es una manera de que tu expresión artística se pueda escuchar. Las redes sociales y las plata­formas de streaming ayudan a que eso suceda.

–Lo que sí se mantuvo inal­terable es que el momento más emotivo del músico es su relación directa con el público, ¿no?

–Absolutamente. Estar ahí compartiendo la euforia con el público es algo maravilloso.

–¿Cuál fue un momento así muy emotivo tuyo en este tiempo que te llevó a tomar parte de un evento directo con el público?

–Fue hace poco la verdad. Estaba con una banda que estaba haciendo tributos a Fito Páez. A mí me encanta Fito Páez. Yo estuve ahí haciendo coros, cantando un poco tam­bién las partes de Fabi Cantilo y fue en una de esas presenta­ciones en donde estábamos compartiendo con el público y el local en el que estábamos tocando estaba repleto y fue increíble.

–¿Qué fue el proyecto Jepo­reka para tu vida?

–El proyecto Jeporeka fue algo que nació gracias a la maestra Berta durante la pandemia, en un momento en el que la crea­ción musical estaba como muy apagada por todo lo que estaba ocurriendo en el mundo. Lo que ella hizo fue conectarnos a los creadores, intérpretes, autores, desde una plataforma online. Yo estuve en dos ediciones, en 2021 y 2022, en donde concursé y quedé seleccionada como can­tante y estuve también con una autora y una compositora. Eso fue una creación colectiva en la que salieron obras maravillo­sas y la verdad es que aprendí muchísimo. Tuvimos muchos maestros de acá de Paraguay y también del extranjero, de Brasil, de Argentina, ayudán­donos en ese proceso creativo y que claramente dio sus frutos a esta altura de esa búsqueda.

–¿Formás parte de circui­tos de cultores del canto en Latinoamérica?

–Formo parte de la Liga Ibe­roamericana de la Voz, en donde pedagogos de toda Ibe­roamérica aportan sus conoci­mientos. Estamos constante­mente compartiendo nuevas técnicas y hace poco estuve como ponente en un simposio en el que pude exponer mis metodologías de enseñanza y lo que hago para trabajar con mis alumnos.

–Toda disciplina tiene su dinámica y su renovación, ¿no?

–Totalmente. Desde el punto de vista de la pedagogía, el canto se viene estudiando ya desde el inicio de los tiempos, desde lo que fue el canto grego­riano con los maestros italia­nos que empezaron en esa bús­queda de ver de dónde viene la voz, cómo se produce. Des­pués hubo una gran brecha de tiempo en donde solamente fue la técnica del canto lírico y ahora recién el canto popu­lar está pudiendo solventarse con teorías también.

–¿Sos de escuchar mucho rock?

–Cuando era adolescente, como tengo hermanos que son un poco mayores que yo, escuchaba mucho rock en inglés, Oasis, U2, un poco de grunge, Nirvana. Pero el rock argentino en particular es un amor reciente en mí. Lo que es Charly García, (Luis Alberto) Spinetta, Fito ya de hace tiempo. La verdad es que me encanta cómo ellos supieron fusionar un poco su música tradicional con una expresión muy popular y no solamente musicalmente hablando, también desde la lírica.

LABOR DOCENTE

–¿Qué experiencias estás desarrollando con el tema de ser maestra de canto?

–Lo de maestra de canto la verdad es que fue una inspi­ración de mi propio maestro. Él era muy buen maestro y fue como que me empezó a incul­car un poco eso y yo no sabía que podía llegar a enseñar hasta que llegó la pandemia. Me empezaron a llamar algu­nos compañeros conocidos y me animé. La verdad es que me encanta, es algo que me apa­siona muchísimo no solamente el hecho de enseñar, sino trans­mitir todo aquello que yo sé y que amo.

–Algunos quizás piensen que en tres meses se van a convertir en estrellas de canto, pero los caminos siempre son más lentos.

–La verdad es que según mi experiencia, con la gente que trabaja conmigo al menos, todos son muy distintos. Vie­nen con cosas súper distintas, desde personas que están pro­duciendo sus temas propios, trabajando en sus propias pro­ducciones o trabajando desde covers, por ejemplo, con ban­das que están sonando, que están tocando ya, que están trabajando a nivel profesional, hasta personas que lo hacen por hobby o como terapia. Entonces, todos son muy dis­tintos y a mí me encanta poder entender desde las diversas perspectivas porque me veo en cada uno de ellos.

–La experiencia con la gente que ya empezó un camino con la música, que ya tiene una banda y que lo que busca es mejo­rar su técnica y sus métodos, debe ser una experiencia muy interesante también, ¿verdad?

–Absolutamente. Porque ya estás hablando con alguien que está ahí en el circuito pro­fesional prácticamente. Lo que pasa es que la voz es una cues­tión que hay que tomarla con pinzas. Siempre les digo a mis alumnos que la cuerda de la guitarra se cambia, la cuerda del bajo se cambia, el parche de la batería se cambia, pero las cuerdas vocales son algo delicado y en especial para la gente que se dedica profesio­nalmente a esto, que tiene un alto rendimiento como can­tante, de repente necesita esa ayuda, esa mirada de un maes­tro que le diga “acá te estás esforzando demás”, “estás gri­tando un poco”.

–Hay mucha gente que cas­tiga mucho su voz y sus cuerdas voca­les teniendo el camino de hacerlo desde otro método menos doloroso digamos.

–Totalmente, pero yo creo que se está abriendo mucho más el cui­dado de la voz, del hecho de bus­car una persona que te pueda guiar, no solamente un vocal coach o una profesora de canto, sino también un fonoaudiólogo, un otorrinolaringólogo, que te esté ahí monitoreando, ya sea un cantante que se dedica a sus temas propios o un can­tante que se dedica a cover de manera profesional o un can­tante de alto rendimiento como ser un cantante de crucero por ejemplo. Entonces son como distintos tipos de situaciones.

–¿Esa búsqueda de una per­sona que acompañe desde sus conocimientos profesio­nales y desde la academia es más frecuente ahora que antes?

–Yo creo que antes los padres les mandaban a los chicos a estudiar algo como materia extracurricular, pero ahora más que nunca estoy viendo una conciencia de gente profe­sional y de gente grande tam­bién que capaz no se dedica profesionalmente a esto, pero le gusta o siempre le gustó, de joven le gustó y ahora se está animando y capaz lo hace en su casa desde el karaoke, pero también se va a las cla­ses de canto porque le gusta.

NUEVOS TALENTOS

–¿En la universidad estás viendo el nacimiento de valores que estás sospe­chando que van a ser gente muy importante en el futuro del canto y la música?

–Absolutamente. Compa­rando lo que era cuando había ingresado a la universidad con lo de ahora es como exponen­cial. Y es gracias a todo lo que es la globalización, el cono­cimiento lo tenés ahí y cada vez hay gente más capacitada como para brindar informa­ción. Entonces, los chicos ya entran con una conciencia mucho más amplia de todo y se van con ganas de aprender. La verdad es que hay muchí­simos nuevos talentos y yo sé que va a haber mucha música nueva y de calidad en los próxi­mos años acá en Paraguay.

–¿Querías contarme algo más?

–En noviembre voy a ir a repre­sentar a Paraguay en el Fes­tival Internacional de la Can­ción de Punta del Este con una canción inédita de autoría pro­pia. Todavía no salió mi EP.

–¿Podés contarnos algo de esa canción o no?

–No puedo cantar nada por­que tiene que ser inédita. Tuvi­mos una preselección en junio pasado en donde se presenta­ron un montón de canciones también inéditas de cantauto­res paraguayos y la que se dio es una canción que es mitad en guaraní y mitad en español. Es una guarania. La parte del guaraní tuvo la ayuda de una gran traductora que se llama Lilian Aliente. Así que estoy súper contenta con lo que se viene.

–¿Y para ese festival llevás una orquestación o ya hay una orquesta estable?

–Es una orquesta estable que tiene allá la organización del festival. Nosotros mandamos el arreglo y ellos se encargan de hacerle sonar hermoso con toda la infraestructura de ins­trumentos que tienen.

–Qué bueno. Te deseamos el mayor de los éxi­tos. Vamos a reen­contrarnos allá por diciembre para recordar el momento. Te agradece­mos muchísimo el tiempo, Erika.

–Muchas gracias a vos, a todo tu equipo maravilloso, a la gente que está viendo tam­bién en sus casas. Muchísi­mas gracias y les invito a que me sigan en las redes sociales como @erikaesti.


Gracias a todo lo que es la globalización cada vez hay gente más capacitada como para brindar información. Entonces, los chicos ya entran con una conciencia mucho más amplia de todo y se van con ganas de aprender. La verdad es que hay muchísimos nuevos talentos y yo sé que va a haber mucha música nueva y de calidad en los próximos años acá en Paraguay”.

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