El 15 de julio de 2021 fallecía el periodista holandés especializado en asuntos criminales Peter R. de Vries, de 64 años, luego de ser tiroteado nueve días antes en pleno centro de Ámsterdam por razones que habrían estado vinculadas a sus investigaciones sobre el crimen organizado. Famoso por sus reportajes en el popular diario De Telegraaf sobre el secuestro del barón de la cerveza Freddy Heineken en la década del ochenta, había viajado hasta Paraguay siguiendo el rastro de uno de los implicados.

  • Por Carlos Giménez
  • Fotos: AFP / Gentileza

En 1987, De Vries escri­bió “El secuestro de Alfred Heineken”, una obra en la que narró el plagio desde la perspec­tiva del cerebro del crimen, Cor van Hout. Basado en entrevistas a los dos capto­res, el libro se convirtió en un best-seller en Holanda. Pero para De Vries el caso no había terminado y en 1994 encontró en Paraguay a un tercer secuestrador, Frans Meijer, extraditado a Holanda en 2003.

El periódico Panorama dedicó luego del tiroteo un extenso reportaje para recordar la hazaña de Peter R. de Vries en el verano de 1994, cuando encontró en Asunción a uno de los secuestradores más bus­cados, quien había desa­parecido sin dejar rastros durante casi una década: Frans Meijer. El periodista tomó un avión al corazón de Sudamérica acompañado por un fotógrafo novato, Paul Tolenaar, que venía de la escuela de arte.

Panorama refiere que una mañana de lunes, el edi­tor del periódico encuentra una nota en el correo que pregunta si estaban intere­sados en localizar a Frans Meijer en Paraguay. La única pista es que el criminal iría por una hamburguesa y una cerveza en un restaurante en Asunción, El Encuentro, que era posible de identificar mediante el cartel de Bremer Beer (cerveza Bremen).

“Ya hemos dado muchas vueltas y, concentrados, espiamos a través del caos. Justo cuando me pregunto cómo demonios se puede localizar a alguien en este hormiguero humano, veo todo tipo de materiales de construcción en el lado dere­cho de la carretera, mien­tras un cartel Bremer Beer cuelga en diagonal encima. Miro directamente al edifi­cio asociado y me sorprende. Veo a un hombre de cabe­llo oscuro, ojos marrones y camisa azul: ¡ahí está! Solo en la calle, como si así estu­viera acordado. Está Frans Meijer, el hombre más bus­cado de los Países Bajos, ¡a quien todo el mundo ha estado buscando durante 9,5 años! El hombre que yo mismo pensé al menos una vez a la semana durante los últimos diez años ¿dónde estaría?”, relata De Vries.

El fotógrafo Tolenaar toma las primeras imágenes de la primicia e inmediata­mente envían el material por correo certificado para que el periódico tuviera las pruebas de que Meijer, efec­tivamente, estaba en Para­guay. Posteriormente, el 1 de agosto de 1994, el perio­dista aborda al secuestrador. “Hola Frans, ¿cómo estás?”, dice. “¿Qué quieres de mí?”, pregunta Meijer, sorpren­dido, y aunque trata de con­vencer a De Vries de que no publique la historia, prin­cipalmente porque podría destruir la vida de sus tres hijos paraguayos, fruto de un matrimonio con una paraguaya, acepta que el repor­tero suba a su auto, donde le cuenta sobre su fuga y su nueva vida bajo la falsa identidad de Rudolph ‘Rudi’ Doves. Pocos días después, el equipo periodístico ya está de regreso a casa con esta impactante historia.

Ceremonia de descubrimiento del monumento en homenaje a Peter R. de Vries realizada el pasado 15 de julio de 2024 en Ámsterdam

DOS CAPTURAS Y CINCO APUÑALAMIENTOS

Pasarían más de ocho meses desde que De Vries descu­brió a Meijer para que el secuestrador fuera arres­tado por la Interpol el 16 de abril de 1995, en el barrio San Blas de la ciudad de Paraguarí. Sin embargo, su abogado logró que lo liberen tres semanas después, el 5 de mayo, alegando que fue presuntamente arrestado de manera ilegal. No obstante, el 9 de mayo se emite una nueva orden de captura en su contra.

Panorama menciona que Meijer logra mantenerse fuera de las manos de la jus­ticia durante tres años y deambula principalmente por Brasil. Hasta que el 28 de enero de 1998 es atra­pado entre las calles Maris­cal López y Santa Teresa, en Fernando de la Mora, Zona Norte, donde residía en aquel momento. Desde entonces pasó cinco años en la cárcel de Tacumbú, donde sobrevi­vió a cinco apuñalamientos. El 29 de marzo de 2003 fue extraditado a Ámsterdam y culmina su condena el 3 de enero de 2005. “Más de un mes después está de regreso en el avión a Paraguay, de regreso con su esposa e hijos”, evoca el periódico holandés.

Hace 30 años, el periodista Peter de Vries y el fotógrafo Paul Tolenaar encontraron en Paraguay a Frans Meijer, quien llevaba prófugo casi una década

SECUESTRO DE PELÍCULA

Cor van Hout, Willem Holleeder, Frans Meijer, Jan Boellaard y Martin Erkamps se conocieron de adolescen­tes en un miserable barrio de la capital holandesa. El 9 de noviembre de 1983 cap­turaron a Alfred “Freddy” Heineken (1923-2002), nieto del fundador de la cervecería Heineken y uno de los hom­bres más ricos de Europa, junto con su chofer Ab Dode­rer. El plan era que el secues­tro dure 48 horas, pero se extendió a 21 días; pedían unos 10 millones de dólares por el rescate.

Francisco (Frans) Meijer, nacido el 16 de mayo de 1953, tuvo la tarea de garantizar que Heineken y Doderer comieran todos los días. Por eso, invariablemente, cada día a la hora de comer se mar­chaba de su bar favorito de Ámsterdam y decía que tenía que dar de comer a Heine­ken. Más tarde, los clientes del bar se dieron cuenta que no se trataba de una broma.

Durante tres semanas, los secuestradores reproduje­ron grabaciones desde un teléfono de monedas para dirigir a la policía a una serie de mensajes enterrados; así como a través de anuncios codificados en periódicos. Cuando se hicieron con el botín, escondieron el dinero en barriles que luego ente­rraron en un área boscosa y se fugaron en bicicletas, aun­que solo lograron llevarse unos 2,5 millones de dóla­res del total.

Cor van Hout y Willem Holleeder estuvieron pró­fugos en Francia y el Caribe francés hasta que fueron extraditados y sentenciados por el secuestro en 1987. En el caso de Frans Meijer, se entregó voluntariamente a la policía en 1984 tras afirmar que había quemado su tajada en una playa. En la prepara­ción del juicio, el juez ordenó que se le hiciera un examen psicológico (se especula que fingió un desorden mental), por lo que fue transferido al centro psiquiátrico Pieter Baan, del que escapó el día de Año Nuevo de 1985, y huyó vía Bélgica a Paraguay.

Semejante historia no solo motivó a que Peter R. de Vries escribiera su libro “El secuestro de Alfred Heine­ken” en 1987 y que los lec­tores lo convirtieran en un éxito de ventas, sino que también el cine abordó esta trama en dos ocasiones. Pri­mero, la producción holan­desa “The Heineken kidna­pping”, dirigida por Maarten Treurniet, se estrenó en 2011, con la estrella local Rutger Hauer en el papel de Fred Heineiken. Luego, en 2015 salió “Kidnapping Mr. Heineken”, coproducción británica y holandesa, diri­gida por Daniel Alfredson, y que se basa en el libro de De Vries, con el famoso Anthony Hopkins como Heineken, y los conocidos Sam Worthin­gton y Jim Sturgess interpre­tando a dos de los secuestra­dores.

En junio de 2001, en la cárcel de Tacumbú, Frans Meijer contó que se había convertido al cristianismo gracias a su esposa paraguaya

EL HIJO PARAGUAYO

El sitio Criminalia describe que Meijer se convirtió al cristianismo en Paraguay y que cuando su compañero de delito Cor van Hout fue ase­sinado a principios de 2003, este puso un anuncio el 27 de enero en De Telegraaf con el texto “Cor, rezaré por ti”.

Panorama continúa rela­tando que tras la libera­ción de Meijer en 2005 no se supo nada de él hasta que, el 2 octubre de 2018, De Tele­graaf publica un titular que remueve incógnitas: “La policía dispara al secuestra­dor de Heineken, Frans Mei­jer”. La crónica indica que, en el centro de Ámsterdam, un policía en moto disparó en la pierna a un hombre armado que, junto con dos cómplices, intentaba robar un camión que transportaba dinero. Ese hombre, disfrazado con un bigote falso, fue identificado como uno de los secuestrado­res de Heineken.

Sus cómplices eran su hijo paraguayo Rudi Doves, de 26 años, y Laurens Boellaard, hijo del también secuestra­dor de Heineken Jan Boe­llaard. El 22 de marzo de 2019, su hijo fue condenado a dos años de cárcel y el hijo de Jan Boellaard, de 35 años, fue absuelto por tener un papel secundario en el robo. Meijer, por su parte, recibió una condena de tres años de prisión.

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