La Conferencia de la Paz del Chaco celebrada en Buenos Aires en 1938 fue el escenario en el que se debatió la definición de los límites territoriales entre Paraguay y Bolivia tras tres años de guerra y una larga controversia diplomática.

  • Por María Victoria Benítez Martínez *
  • Fotos: Gentileza

Un informe diplomá­tico fechado el 4 de julio de 1938 describe las deliberaciones de la Con­ferencia de la Paz del Chaco y los temas tratados en ella tres años después del final de las operaciones bélicas.

En la Conferencia de la Paz los debates se centraron en las diversas dificultades que entrañaba la demarcación de la frontera entre los dos antiguos países beligerantes, Paraguay y Bolivia.

Esta se reunió desde princi­pios de junio de 1938 en Bue­nos Aires bajo la presidencia de José María Cantilo, ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina. La dele­gación paraguaya estuvo inte­grada por el Dr. Cecilio Báez, ministro de Relaciones Exte­riores de la República del Para­guay; el general de Ejército don José Félix Estigarribia, presi­dente de la delegación ante la Conferencia de Paz, y los dele­gados Luis A. Riart y Efraim Cardozo. En tanto, la delega­ción boliviana estuvo integrada por el canciller, Dr. Eduardo Diez de Medina, y el doctor Enrique Finot, presidente de la delegación de ese país ante la Conferencia de Paz, además de representantes de los países mediadores: Estados Unidos de América, Brasil, Perú, Argen­tina, Uruguay y Chile.

A los delegados de Paraguay y Bolivia fue presentada la pro­puesta de delimitación de la frontera entre Bolivia y Para­guay: una línea que parte de Esmeralda y pasa por 27 de Noviembre, cerro Cristian, laguna sin nombre y termina en el río Paraguay, ligeramente al norte de Bahía Negra.

El Gobierno boliviano dio su aprobación. Según el pro­yecto, la prioridad sigue siendo la región petrolera, que por sí misma reviste gran interés. Pero el Gobierno paraguayo protestó inmediatamente y envió una contrapropuesta.

Plano adjunto al laudo arbitral que determinó los límites entre Paraguay y Bolivia

PROPUESTA PARAGUAYA

Paraguay pretendía retener todo el territorio ocupado por sus tropas al final de las hosti­lidades y presentó la siguiente propuesta de demarcación fronteriza: Cururenda, D’Or­gigny, Carandayty, Mativo, Ravelo, Fuerte San Juan.

Esta línea le daría acceso a las tierras situadas al noroeste de los yacimientos petrolífe­ros actualmente en explota­ción, donde también esperaba encontrar petróleo.

Por otra parte, se opuso formal­mente a que Bolivia obtuviera el puerto Caballo en el río Para­guay, impidiendo así cualquier tráfico boliviano por el río.

Desde hacía un mes que los miembros de la Conferencia de la Paz intentaban conven­cer a Paraguay de que adopte una actitud más conciliadora y prosiguieron los esfuerzos de conciliación con vistas a la adopción de una línea interme­dia entre las reivindicaciones territoriales de ambas partes.

ARBITRAJE

Si la Conferencia de la Paz del Chaco fracasaba, la posibilidad que quedaba era que el dife­rendo sea sometido al arbitraje de la Corte Permanente de Jus­ticia Internacional de La Haya.

Por lo tanto, los dos países ten­drían primero que aceptar el principio de este arbitraje y después comprometerse a someterse a la propuesta.

En este sentido, el historiador Ricardo Scavone Yegros señala que “Bolivia pensaba recurrir a la Corte Permanente de Jus­ticia Internacional a fin de que esta se avocara al estudio de la controversia en vista del com­promiso asumido en el Proto­colo de Paz de 1935. Por tanto, a la delegación del Paraguay no le quedó mucho margen de maniobra. De mantenerse en su intransigencia sobre la línea de hitos, se hubiese clau­surado la negociación del arre­glo directo para pasar a la del compromiso arbitral. Meses más o menos, con su consenti­miento o sin él, la cuestión del Chaco caería bajo la jurisdic­ción de la Corte Permanente de Justicia Internacional y no sería imposible un fallo que, salomónicamente, partiese el Chaco en dos, o que dejase a Bolivia una sección del litoral del río Paraguay al sur de Bahía Negra. La negativa paraguaya a admitir la competencia o las resoluciones de dicho tribunal podría llevar de nuevo a los dos países a la guerra y, antes de eso, serían cinco, siete, diez años de paz armada. En con­trapartida, la Conferencia de Paz ofreció una fórmula con la que se anulaba la aspiración portuaria boliviana, lo que se estimaba como una garan­tía para la seguridad para­guaya, y se reconocía al Para­guay la mayor parte de lo que pudo recuperar militarmente durante la guerra del Chaco”.

Las negociaciones continua­ron hasta que, finalmente, el 21 de julio de 1938 se firmó en Buenos Aires el Protocolo de Paz, Amistad y Límites que puso fin a la larga con­troversia por la posesión del Chaco Boreal. En virtud del acuerdo final, Bolivia con­servó la zona petrolífera, pero sin litoral al río Para­guay al sur de Bahía Negra, mientras que nuestro país se quedó con la mayor parte del territorio en disputa.

Scavone Yegros y Liliana Brezzo detallan en el libro “Historia de las relaciones internacionales del Paraguay” que la frontera paraguayo-bo­liviana “está formada por once hitos principales que se extienden desde el río Pilco­mayo (I, Esmeralda; II, 10 de Octubre; III, Villazón o Sar­gento Rodríguez; IV, 27 de Noviembre o Gabino Men­doza; V, Cerro Capitán Usta­res o Coronel Cabrera; VI, Pal­mar de las Islas; VII, Coroneles Sánchez; VIII, Cerro Chovo­reca; IX, Cerrito Jara), hasta el río Negro (X, 12 de Junio) y sigue luego por el cauce de este hasta su desembocadura en el río Paraguay en la denominada Bahía Negra (XI, confluencia de los ríos Negro u Otuquis y Paraguay)”.

* Ph. D. en Historia y Civili­zaciones - Université Paris Cité - Francia. Máster en Relaciones Internaciona­les. Máster en Letras. Licen­ciatura en Letras Moder­nas, Sorbonne Université. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conser­vatoire National des Arts et Métiers

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