El universo continúa expandiéndose, pero va frenando
Compartir en redes
La expansión del universo continúa, según los primeros resultados de una investigación astronómica internacional que, sin embargo, apunta a que el fenómeno se podría estar desacelerando.
Por Pierre Celerier
Texto y fotos: AFP
Instalado en un telescopio del observatorio estadounidense Kitt Peak, el Instrumento Espectroscópico para la Energía Oscura (DESI) está equipado con un verdadero ojo de mosca. Contiene 5.000 finas fibras ópticas robotizadas, cada una de las cuales observa durante veinte minutos una galaxia, lo que permite calcular luego, con un espectrógrafo, su distancia y, por lo tanto, la edad del universo cuando emitió su luz.
“Hemos medido la posición de las galaxias en el espacio y también en el tiempo, ya que cuanto más lejos están, más retrocedemos en el tiempo, hacia un universo cada vez más joven”, explica Arnaud de Mattia, del Comisariado de Energía Atómica (CEA) francés, quien codirige el grupo de interpretación cosmológica de datos.
Tras un año, el DESI, un proyecto de colaboración con 70 instituciones internacionales lideradas por el Laboratorio Berkeley en Estados Unidos, ya ha cartografiado seis millones de fuentes de luz, galaxias y cuásares, que representan los últimos 11.000 millones de años de la historia del universo.
Dos conferencias, en Suiza y Estados Unidos, anunciaron el pasado jueves estos primeros resultados antes de una serie de artículos científicos en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics.
La misión principal del DESI es ayudar a comprender la naturaleza de la energía oscura, un elemento tan teórico como misterioso, supuestamente responsable de la aceleración de la expansión del universo.
Más concretamente, esa energía oscura sería la fuerza que aumenta la distancia entre los cúmulos de galaxias, como si el espacio que los separa no dejara de expandirse.
LA ENERGÍA OSCURA VA GANANDO
En el modelo cosmológico estándar, el universo observable está compuesto por un 5 % de materia bariónica –es decir, ordinaria–, un 25 % de materia oscura fría hipotética y un 70 % de energía oscura.
Se sabe desde hace un siglo que está en expansión desde sus orígenes hace 13.800 millones de años. Y se descubrió más recientemente que esta expansión se aceleró significativamente hace unos 6.000 millones de años después del big bang.
Mientras que las dos materias, bariónica y oscura, frenan esta expansión, la energía oscura la acelera.
Y claramente la energía oscura lleva ventaja, según este modelo llamado Lambda-CDM, siendo Lambda la constante cosmológica relacionada con la energía oscura.
“Hasta ahora observamos que los datos coinciden con nuestro mejor modelo del universo, pero también observamos algunas diferencias potencialmente interesantes, que podrían indicar que esta energía oscura ha evolucionado con el tiempo”, dijo Michael Levi, director del proyecto internacional DESI, citado en un comunicado del Laboratorio Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos.
CONSTANTE COSMOLÓGICA
En otras palabras, “los datos del DESI parecen mostrar que la constante cosmológica Lambda no sería realmente una constante”, ya que la energía oscura tendría un “comportamiento dinámico” según las épocas consideradas, recuerda Arnaud de Mattia.
Con la consecuencia de que la aceleración de la expansión habría sido “más importante en el pasado, después de 6.000 millones de años, para disminuir luego en tiempos recientes”, agrega Christophe Yèche, físico del CEA.
El escenario de una oscilación de la energía oscura en el tiempo aún debe confirmarse con más datos del DESI y de otros instrumentos.
Pero si esta desaceleración se confirmara, entonces habría que repensar la idea del universo en función de ese comportamiento errático de la constante de energía oscura.
Por ejemplo, sustituyendo la constante cosmológica por un campo de fuerza relacionado con una partícula, aún por identificar.
O modificando las ecuaciones de la relatividad general, “para que se comporten ligeramente diferente a escala de las grandes estructuras”, según De Mattia.
No se ha llegado a eso porque, como recuerda el investigador, la historia de las ciencias muestra casos en los que “hemos visto desviaciones de este tipo que se han resuelto con el tiempo”.
Después de todo, más de cien años después de su creación, la teoría de la relatividad general sigue funcionando perfectamente.
Evolución de la energía oscura reformula la visión del Universo
Compartir en redes
París, Francia. AFP.
La energía oscura, motor teórico de la expansión del Universo y que se creía vinculada a una constante cosmológica, parece de hecho evolucionar con el tiempo, un comportamiento que podría llevar a replantear la comprensión del cosmos. “Lo que vemos es profundamente intrigante” y “podríamos estar en el amanecer de un gran descubrimiento” sobre la naturaleza fundamental del Universo, declaró el miércoles en un comunicado Alexie Leauthaud-Harnett, uno de los portavoces del proyecto internacional DESI, que reúne a 70 instituciones en torno a un telescopio bajo la responsabilidad del Laboratorio Berkeley, en Estados Unidos.
Instalado en un telescopio situado en la cima del observatorio estadounidense Kitt Peak (Arizona), el Instrumento Espectroscópico para la Energía Oscura (DESI) tiene como misión ayudar a comprender esta fuerza, una de las grandes incógnitas de la física. Las finas fibras ópticas robotizadas del DESI observan simultáneamente durante veinte minutos 5.000 galaxias o cuásares (un objeto muy brillante con un agujero negro en su centro).
Esto sirve para calcular su edad y su distancia y luego para cartografiar el Universo en 3D y detectar patrones que permiten retrazar su historia. Se sabe desde hace un siglo que el Universo se expande desde sus orígenes: los cúmulos de galaxias invariablemente se alejan unos de otros.
Y se descubrió en la década de 1990 que esta expansión se aceleró notablemente unos 6.000 millones de años después del Big Bang (hace 13.800 millones de años). Para explicar este fenómeno, cuyo descubrimiento fue premiado con un Nobel, los físicos postularon la existencia de una energía repulsiva, la energía oscura, cuyos efectos están parcialmente compensados por la materia ordinaria y una hipotética materia oscura. La teoría dominante que describe la estructura y evolución del cosmos predice que el Universo observable está constituido por un 70 % de energía oscura, un 25 % de materia oscura y apenas un 5 % de materia ordinaria.
Este “modelo cosmológico estándar” es conocido como Lambda-CDM. Lambda designa la constante relacionada con la energía oscura, una idea inicialmente introducida por Einstein en su teoría de la relatividad general. Si bien este modelo estándar es “satisfactorio” en líneas generales, “comienzan a aparecer tensiones” con las observaciones, explica a AFP Arnaud de Mattia, físico del CEA que participó en el análisis de los datos de DESI.
Junto con otras mediciones, como las observadas en torno a la luz primigenia del Universo, las supernovas o la manera en que la gravedad deforma la trayectoria de la luz, los datos sugieren de forma creciente que la energía oscura no es constante.
Su impacto “podría debilitarse con el tiempo”, subraya el comunicado del equipo DESI que acompaña una presentación en la Conferencia de la Sociedad Americana de Física de Anaheim (California). Esos estudios se derivan de tres años de observaciones que abarcan 15 millones de galaxias y cuásares.
“Cuando combinamos todos los datos cosmológicos, estos apuntan a una aceleración de la expansión del Universo ligeramente más importante hace aproximadamente 7.000 millones de años”, detalla De Mattia. Y esta aceleración “tiende a disminuir” desde hace 2.500 millones de años.
Pero por el momento no hay “certeza absoluta”, precisa el investigador. Para alcanzarla, serán necesarios nuevos datos del DESI y los aportados por otros instrumentos, como los telescopios espaciales Euclid (europeo) y el estadounidense Nancy Grace Roman (cuyo lanzamiento está previsto para 2027) y la inminente entrada en servicio del observatorio Vera Rubin en el norte de Chile.
“Deberíamos tener más claridad en cinco años”, espera Etienne Burtin, también físico del CEA. “Esta nueva generación de estudios resolverá la cuestión. Transformará estas pistas en un descubrimiento. O bien nos mostrará que estábamos en el rumbo equivocado y que la energía oscura sí es constante”, añade Joshua Frieman, cofundador del programa Dark Energy Survey (DES) y antiguo colaborador del DESI, quien habla de un “momento crucial”.
La confirmación de una energía oscura “dinámica” sería una “revolución al nivel de lo que ocurrió con el descubrimiento de la aceleración de la expansión”, destaca Burtin. Y en ese caso, “el modelo cosmológico estándar deberá ser diferente”, agrega. Habrá que ver si las teorías alternativas existentes pueden reproducir mejor las observaciones, o elaborar nuevas, para dar un paso más en la comprensión del Universo.
Socializamos, crecemos, construimos, hacemos y honramos la vida. Es silencioso el camino de las realizaciones, surge desde el sonido indescriptible que traen las noches, como también nace en los recorridos de los amaneceres, que avizoran la puesta de los sueños. En esas corrientes, que develan la proximidad entre uno y el universo, se constituyen los descubrimientos que impulsan a ahondar por los senderos de lo cotidiano.
Santiago Montserrat-Esteve (1910-1994), psiquiatra catalán, a la hora de abordar la estructuración de la personalidad sana, expuso, en 1969, que la egostasis o equilibrio del yo personal está en función de la interacción dinámica equilibrada de la sensorio o perceptastasis (función reguladora del equilibrio entre yo y el mundo exterior) y la homeostasis (función reguladora del equilibrio del medio interno), configurando las dos el yo psicológico y el yo corporal, respectivamente.
En la sociabilidad fluyen los vínculos, se destacan los dones personales, se multiplican las acciones que tienen como destino el crecimiento del otro. Es en esa tarea en donde el concepto del equilibrio se aproxima a su punto ideal, ese que solo puede percibirlo, sentirlo y vivirlo el que lo experimenta a través de sus propias conductas, en ellas la otredad, es la máxima expresión, aunque paradójicamente sea la fuente sustancial de la autorrealización.
Es contundente la manifestación recíproca entre la estima personal y la valoración del prójimo. Aquello identificado como el medio interno y el mundo externo. Hay silencios que unen esos extraordinarios universos. Incluso puede haber temporales que profundizan las convicciones personales, que develan las auténticas misiones y al paso de las tormentas, enseñan a disfrutar de las lloviznas de la vida.
Ambos caminos, tanto íntimo como público, desde los pensamientos hasta lo conductual, están impregnados por los aprendizajes transitados, por las lecciones recibidas, por las pérdidas vividas, por los sucesos acontecidos, además de las cimas alcanzadas y los anhelos logrados; es alucinante entender la vida como una maravilla natural, por lo tanto, su cuidado integral es trascendental.
En lo sensorial fluye la capacidad de representar lo que se vive, sonidos especiales, imágenes singulares, sensaciones inspiradoras, un abanico de vitales recursos se encuentran en el conjunto de la humanidad. De lo innato y lo aprendido se retroalimenta el pasaje terrenal.
Es admirable la manifestación de lo auténtico, la naturaleza es por excelencia una fuente ejemplar. En ella puede inspirarse la vida, y al contemplarla, iniciar el acceso hacia la enorme composición de las particularidades que nutren la existencia de cada ser.
Las fechas 7 y 8 de las eliminatorias sudamericanas se disputarán los días jueves 5, viernes 6 y martes 10 de septiembre. Nación Media está lista para ofrecerte otra gran cobertura con GEN Albirrojo ueno, a través de las pantallas de GEN, Universo y Hei. Foto: Nación Media
GEN Albirrojo ueno, más fuerte que nunca en un nuevo combo de eliminatorias
Compartir en redes
Las fechas 7 y 8 de las eliminatorias sudamericanas se disputarán los días jueves 5, viernes 6 y martes 10 de septiembre. Nación Media está lista para ofrecerte otra gran cobertura con GEN Albirrojo ueno, a través de las pantallas de GEN, Universo y Hei.
Con los derechos exclusivos para transmitir los partidos, Nación Media te brinda una experiencia inigualable, acompañando a la hinchada en cada paso rumbo al Mundial de México, Estados Unidos y Canadá 2026.
La Albirroja afronta dos desafíos cruciales: el viernes 6 de septiembre contra Uruguay y el martes 10 contra Brasil. Con la transmisión en vivo por GEN y en los canales de YouTube de GEN y Versus. No te pierdas ni un solo partido de este emocionante combo 4. Te dejamos el calendario completo para que sigas de cerca a Paraguay y a las demás selecciones:
¿Por qué no hemos sido contactados por otra civilización?
Compartir en redes
La humanidad lleva décadas enteras disparando todo tipo de señales a lo largo y ancho del universo observable. La búsqueda de vida extraterrestre solo arrojó algún dudoso indicio, pero ninguna prueba concluyente hasta el momento.
Por Gonzalo Cáceres
Periodista
Fotos AFP
La Vía Láctea (nuestra galaxia) contiene cientos de miles de millones de estrellas y más allá también existen otros cientos de miles de millones de galaxias, cada una con su propio conjunto de estrellas, planetas y otros cuerpos celestes, lo que nos lleva a aceptar la existencia de planetas muy similares a la Tierra, con agua líquida y atmósferas potencialmente habitables.
La existencia de vida inteligente fuera de nuestro mundo es de los grandes enigmas que estimulan nuestra experiencia como seres pensantes e innovadores. Consecuentemente, la respuesta viene por su propio peso, porque la lógica dicta que resulta difícil aceptar que no haya otra civilización más que la nuestra habitando en el vasto universo.
INDICIOS
Con la ayuda de potentes telescopios espaciales, sondas, misiones y otros instrumentos, la humanidad ha sido capaz de comenzar el estudio de una ínfima parte del universo en longitudes de onda de radio, revelando fenómenos como púlsares, cuásares y el fondo cósmico de microondas, entre otros.
Es así que el 15 de agosto de 1977 tuvo lugar el considerado “incidente” más importante en la materia. Ese día, un proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) del radiotelescopio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio, bajo el mando del astrónomo Jerry Ehman, recepcionó una señal que duró aproximadamente 72 segundos. Fue significativamente más intensa que el ruido de fondo normal y parecía ser de origen externo al sistema solar.
Pequeña región de formación estelar en el complejo de nubes Rho Ophiuchi, la región de formación estelar más cercana a la Tierra
Esta señal estaba centrada alrededor de una frecuencia de 1420 MHz (resonancia natural del hidrógeno, el elemento más abundante en el universo) y fue tan inusual que Ehman escribió “Wow!” en el margen del registro de datos impresos. A pesar de muchos intentos de escucharla de nuevo, nunca más volvió a detectarse, lo que generó una lluvia de especulaciones y debates sobre su origen.
Otro de los eventos importantes tuvo lugar el 19 de octubre de 2017, cuando el astrónomo Robert Weryk con el telescopio Pan-STARRS1 (Hawái) avistó el primer objeto interestelar confirmado en visitar nuestro sistema solar. Lo llamaron Oumuamua (mensajero de lejos que llega primero, en hawaiano).
Según los cálculos, Oumuamua vino probablemente de la dirección de la constelación de Lyra y pasó cerca del Sol. Por sus características únicas y misteriosas (forma alargada y parecida a un cigarro, con dimensiones de unos 800 metros de largo y 80 metros de ancho) levantó especulaciones sobre su posible origen natural o artificial.
DEMASIADAS CHANCES
¿Por qué aceptar la existencia de otra forma de vida inteligente? Los distintos proyectos activos de investigación en astronomía y astrobiología han identificado unos 4.000 exoplanetas, de los cuales cientos ostentarían ecosistemas que se condicen con la vida, por citar algunas de las más promisorias: TOI-700 d, LHS 1140 b y/o unos exoplanetas localizados en el sistema (4) TRAPPIST-1.
Pero veamos algo más concreto. Ubicado a unos 1.400 años luz de distancia en la constelación de Cygnus, un serio candidato para albergar vida es, por ejemplo, el exoplaneta Kepler-452b. Se encuentra dentro de la zona habitable de una estrella muy similar al Sol, tan semejante a nuestro mundo en tamaño, órbita y composición, por lo que recibió el apodo de Tierra 2.0.
Oumuamua, el primer asteroide interestelar
Sobre Kepler-452b se especula que podría tener agua líquida en su superficie, lo que eleva las probabilidades de que al menos albergue algún tipo de vida vegetal o forma animal. Como Kepler-452b hay cientos y seguramente miles de millones de mundos que aguardan por revelar sus secretos. ¿En cuánto tiempo podríamos alcanzar uno de estos planetas? Con las fuentes de energía y tecnología de transporte y propulsión actual, lo más probable es que no será pronto.
Suponiendo que entre uno de estos miles de millones de mundos habitables se encuentre una con vida inteligente, una civilización tan avanzada o más que la nuestra o con la tecnología como para dominar el paso por el espacio profundo, ¿por qué no nos han contactado? Hay que entender que nuestra tecnología actual puede no ser lo suficientemente sensible para detectar las señales extraterrestres débiles o podríamos estar buscando en el lugar equivocado del espectro electromagnético.
Así, convencida de la existencia de vida inteligente en algún lugar del cosmos, la comunidad científica se inclinó por una serie de teorías que tratan de dar lógica a nuestra “soledad” en el universo.
GRAN FILTRO
La teoría del gran filtro postula que existe algún tipo de obstáculo que impide que las civilizaciones avancen desde etapas simples (como la vida unicelular) hasta formas de vida complejas y tecnológicamente aptas para colonizar el espacio. Este filtro podría estar relacionado con eventos catastróficos, extinciones masivas o con problemas inherentes a las civilizaciones, como la autodestrucción a través de armas y/o el cambio climático.
RAREZAS
Hay una línea de teóricos que sugieren que la vida compleja e inteligente podría ser extremadamente rara (no única) en el universo. Esto podría deberse a condiciones específicas que favorecen el desarrollo de la vida, como la estabilidad a largo plazo de un entorno planetario o la existencia de agua líquida, entre otras.
También se debe tener en cuenta que es posible que las formas de vida extraterrestre sean diferentes en términos biológicos y culturales, y, por lo tanto, sus formas de comunicación podrían ser radicalmente distintas a las nuestras.
DISTANCIA Y TIEMPO
Se calcula que la Vía Láctea, nuestra galaxia, tiene un diámetro de aproximadamente 100.000 años luz (la distancia que la luz viaja en un año en el vacío, aproximadamente 300.000 kilómetros por segundo) que equivale a aproximadamente 9.461 billones de kilómetros.
La estrella más cercana a nuestro Sol, Proxima Centauri, está a unos 4,24 años luz y el centro de la Vía Láctea está a unos 26.000 años luz de nuestro sistema solar.
Aunque la vida extraterrestre puede existir, las distancias entre estrellas son tan grandes que el tiempo requerido para que la luz y las señales viajen entre sistemas estelares puede ser prohibitivo. Esto dificulta tanto el contacto directo como la detección de señales débiles de radio o luz. Es decir, el universo sería tan ridículamente vasto que entorpece toda forma de contacto.
ETAPAS
De existir, las civilizaciones extraterrestres pueden no haber alcanzado un nivel tecnológico lo suficientemente avanzado como para ser detectadas o para comunicarse efectivamente a través del espacio interestelar. O podrían estar en una etapa de desarrollo muy diferente a la nuestra, centradas en otras cuestiones y no en el contacto.
¿PARA QUÉ CONTACTARNOS?
Yendo a un plano filosófico, las civilizaciones extraterrestres podrían optar por no revelarse y/o comunicarse con otras menos desarrolladas o mucho más avanzadas por razones varias o por evitar interferir en su evolución.
Aquí no hablamos de una cuestión ética, sino que podemos plantear la pregunta de si de verdad nos consideran avanzados o, en todo caso, primitivos e impulsivos y un auténtico peligro para su propia seguridad y existencia.
Comparación entre la Tierra y el planeta Kepler-452b, cuyo diámetro es aproximadamente un 60 % mayor
¿LOS ÚLTIMOS?
El planeta Tierra se formó hace 4,5 mil millones de años, aproximadamente, y las primeras formas de vida surgieron a los 3,8 mil millones de años. El primer eslabón conocido de la cadena evolutiva humana apareció hace entre 6 y 7 millones de años y el hombre moderno lo hizo “recién” hace 200.000 años.
Sumeria, la primera civilización humana de la que hay registro histórico, data de hace unos 6.000 años y la exploración espacial arrancó hace poco menos de 70 años. Es decir, en términos del cosmos, somos muy verdes aún.
Una teoría bastante pesimista señala que tal vez la humanidad llegó tarde. Es decir, seríamos los últimos, la última forma de vida inteligente.
PELIGROS
Por otra parte, existen posiciones que sostienen que estaríamos mucho más seguros solos y en silencio. La controvertida teoría del bosque oscuro presume que el universo sería como una enorme y densa selva, que cuenta con toda una cadena alimentaria conformada.
De entre las diversas especies, la humanidad no sería precisamente el eslabón más fuerte de esta cadena. Por ello, estaría más bien siendo protegida por su todavía obsoleta tecnología, lo que evitaría el destaque y la consecuente exposición a los potenciales seres hostiles que acechan entre las estrellas.
Por último, es preciso tener en cuenta que estas teorías no son mutuamente excluyentes y que la respuesta al gran enigma puede ser una combinación de múltiples factores. La investigación continúa en áreas como la astrobiología, la búsqueda de exoplanetas y la exploración del espacio interestelar, lo que probablemente arrojará resultados en el futuro.