Un estudio reciente de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL) evidenció la alta presencia de hispanismos en la lengua guaraní que usamos habitualmente. Asimismo, demostró que los hablantes de la lengua nativa han adaptado a su sistema léxico, fonomorfológico y sintáctico la mayoría de estos préstamos provenientes del español.
- Por Arnaldo Casco Villalba
- arnaldo.casco@nacionmedia.com
- Fotos: Archivo / Gentileza
La investigación denominada “Análisis de los hispanismos en el ‘Diccionario de la lengua guaraní del Paraguay’ de la Academia de la Lengua Guaraní, versión corregida y aumentada, 2021″, realizada por la Dirección General de Investigación Lingüística de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), arrojó interesantes resultados, entre los cuales se destacan la alta presencia de palabras provenientes del español en el guaraní usual, así como las múltiples formas de adaptaciones que sufrieron estos préstamos al ingresar al guaraní, lo cual demuestra que la lengua receptora casi no ha perdido su esencia y características propias a la hora de incorporar los extranjerismos.
Otro dato muy importante que arrojó la mencionada investigación es que, así como el guaraní amplió su vocabulario a partir del contacto con el español desde hace casi 500 años, el español hizo lo propio incorporando préstamos de varias otras lenguas de todo el mundo.
El diccionario objeto de estudio cuenta con un total de 2.015 entradas (entre voces del guaraní paraguayo y afijos, además de las entradas complejas), de las cuales la investigación arrojó un total de 247 (12 %) palabras provenientes del español (hispanismos).
Algunos de los ejemplos más comunes de hispanismos que arrojó la pesquisa son los siguientes: aramirõ (almidón), kavara (cabra), kavaju (caballo), ovecha (oveja), mesa (mesa), perõ (pelón), aramboha (almohada), mamóne (mamón), asuka (azúcar), kurusu (cruz), etc.
FUENTES
Para la confirmación del origen español de cada uno de los 247 casos se ha recurrido a tres fuentes oficiales. En primer término se corroboró en el “Diccionario de la lengua española”, versión digital 2022 (233 casos confirmados); en segundo lugar se recurrió al “Diccionario de americanismos”, versión digital 2010 (10 casos confirmados) y la tercera fuente consultada es el “Diccionario del castellano paraguayo”, versión impresa 2017 (4 casos confirmados).
Se ha investigado, asimismo, la etimología de cada uno de los términos que han ingresado del español al guaraní, pesquisa que confirmó que al español ingresaron a su vez de un total de 16 lenguas distintas antes de que estas palabras formaran parte del vocabulario guaraní, sin contar los casos de origen onomatopéyico, de origen incierto y algunos que no cuentan con información precisa sobre su etimología.
Como ejemplos de la etimología de los hispanismos se pueden citar aramirõ (almidón), que viene de la mezcla del árabe y el latín; votõ (botón) tiene origen francés; chéke (cheque) viene del inglés; Hesu (Jesús) viene del arameo; jápa (yapa) tiene origen quechua; kurusu (cruz) es de origen latino; sapatu (zapato) viene del turco; sigárro (cigarro) tiene origen maya; vandído (bandido) viene del italiano; vichea (vichar) tiene origen portugués; sandia (sandía) viene del árabe, etc.
La parte más compleja de la investigación tiene que ver con el análisis de los distintos tipos de préstamos o cambios lingüísticos que presentan los 247 hispanismos. Para este nivel de estudio, se ha aprovechado un interesante trabajo de la lingüista Natalia Krivoshein de Canese, quien formula en una extensa clasificación los tipos de préstamos aplicados a los hispanismos en guaraní tanto en el nivel léxico, morfológico como sintáctico.
CAMBIOS FONÉTICOS
Dentro de los préstamos léxicos encontramos los cambios fonéticos; es decir, las adaptaciones en la pronunciación que sufrieron los hispanismos. Esto se da especialmente en la adecuación a la estructura silábica del guaraní, teniendo en cuenta que esta lengua no registra la doble consonante –excepto los digramas, que se pronuncian con una sola emisión de voz–; tampoco registra palabras terminadas en consonante, es decir, en guaraní todas las palabras terminan en vocales; ni siquiera las sílabas terminan en consonante.
Esa es la razón lingüística por la que la palabra cruz se guaranizó como kurusu. Como se podrá observar, la doble consonante “cr” se rompe al agregar la “u” en el medio (kur); y para evitar la terminación consonántica agrega a su vez una “u” al final de la palabra.
En otros ejemplos de adecuación a la estructura silábica del guaraní encontramos la eliminación de la consonante final, como en arro (arroz), asuka (azúcar), choka (chocar), hundi (fundir), kapa (capar), lápi (lápiz), manda (mandar), topa (topar), vela (velar), vende (vender), Hesu (Jesús), etc.
Una adaptación fonética particular se da con las palabras españolas terminadas en “-ón”, que al guaranizarse suprime la “n” final y la “o” anterior se convierte en “õ”; este fenómeno se repite en: aramirõ (almidón), chicharõ (chicharrón), perõ (pelón), kamiõ (camión), kochõ (colchón), korasõ (corazón), korõ (cordón), leõ (león), votõ (botón), etc.
La mayoría de los casos de hispanismos también presentan una adecuación en la acentuación; esto responde a que en el español es más común el tipo de palabra grave o llana, mientras que en el guaraní la mayoría de las palabras son agudas, es decir, se carga la voz en la última vocal.
Así encontramos que azúcar se convirtió en asuka; caballo pasó como kavaju; vaca se convirtió en vaka; cabra pasó como kavara; queso como kesu; cocina como cosina, etc. Cabe mencionar que por regla ortográfica en guaraní no se tildan las palabras agudas. Es también común que el hiato del español se convierta en un diptongo en guaraní: avío pasó como avio; sandía como sandia, etc.
Un hecho particular que resalta Krevoshein y que a la vez se ha constatado en el presente trabajo es el caso del sonido de la “h” en los hispanismos que, según la autora, son préstamos que ingresaron al guaraní cuando en el español la “h” también tenía sonido. Son los ejemplos hallados en ahógo (ahogo), aramboha (almohada), asaha (azahar). Cabe mencionar que en todos los casos presentados en guaraní la “h” sí tiene sonido.
CAMBIOS INCOMPLETOS
Otro fenómeno hallado en el plano léxico responde a los cambios incompletos; es decir, cuando del español pasó al guaraní, la palabra sufrió una adaptación parcial. Así, en karretilla la “rr” adopta un sonido distinto en guaraní; sin embargo, la “ll” es un fonema nuevo para la lengua y no sufrió ninguna alteración. Otro ejemplo es vandída, que como se puede apreciar, reemplaza la “b” por la “v” inicial; sin embargo, no modificó la letra “d”, fonema inexistente en guaraní.
Algunos hispanismos presentan cambios de significado; es el caso de “rambosa”, que viene de “almorzar” (comida del mediodía), pero que en guaraní significa “desayuno”. El mismo fenómeno se da con la palabra “válle” (valle), que en guaraní significa lugar de nacimiento o de residencia, o bien se refiere a una expresión despectiva; sin embargo, en castellano se refiere a la ‘’llanura entre montes o alturas’'.
De los 247 hispanismos constatados en la investigación, un total de 72 casos forman parte del tipo de préstamo de ‘’uso masivo, equivalencia fonológica y semántica’'; es decir, son los hispanismos que han sido incorporados al guaraní de uso corriente sin que hayan sufrido ninguna alteración, modificación o adecuación tanto en la pronunciación como en el significado.
Algunos ejemplos de este fenómeno son: áma (ama), arína (harina), eláda (helada), galléta (galleta), gállo (gallo), jápa (yapa), kadéna (cadena), káña (caña), káso (caso), tóro (toro), vakílla (vaquilla), etc. Cabe mencionar que la cuestión ortográfica no altera el fenómeno señalado, de la equivalencia fonológica y semántica en ambas lenguas.
Existen los cambios que aparentemente no presentan una razón lingüística, entre los que se encuentran la supresión de vocal en “chueco”, que pasó como “chéke”; o bien en el caso del cambio de una vocal por otra en “caballo”, que pasó como “kavaju”, o “queso”, que pasó como “kesu”, entre otros.
MORFOLOGÍA
Ya en el plano morfológico, existen palabras que incorporan artículos o pronombres del español. Así, en “káva larréina” aparece el artículo “la” y en “tuka’ê”, que viene de “tú caes”, se constata la presencia del pronombre personal “tú”.
Asimismo, se registran palabras españolas con afijos del guaraní, como es el caso de “moperõ”, que tiene el hispanismo “perõ” (pelón) con el prefijo guaraní de la voz coactiva “mo”. El mismo fenómeno se tiene en “menta’i”, en el cual a la palabra “menta” se incorpora el sufijo guaraní “‘i”, que indica diminutivo. Se constató un solo caso de palabra guaraní con afijo del español: vyrésa, que viene de “výro” más el sufijo del español que indica sustantivo abstracto “-eza”.
Varios hispanismos son palabras compuestas conformadas por una raíz del español con otra del guaraní o dos raíces del español; este fenómeno se refleja en “gueira’y”, que viene del español “buey” y del guaraní “ra’y”. Un caso que tiene dos raíces del español es “leõperõ”, que viene de “león” y “pelón”.
En el plano sintáctico se han constatado solamente dos hispanismos, estos son “asuka del campo” y “pakova de óro”, ambos casos presentan una estructura sintáctica del español al ser un complemento preposicional en esta lengua; además, es oportuno señalar que en guaraní no existe la preposición.
Así, el trabajo académico realizado por el equipo técnico de la Dirección General de Investigación Lingüística de la Secretaría de Políticas Lingüísticas confirmó la alta presencia de hispanismos en el idioma guaraní. Con el paso del tiempo la lengua nativa ha venido enriqueciendo su léxico a partir del contacto con el español y lo ha hecho manteniendo su esencia, sus características fonéticas y morfosintácticas. Asimismo, el estudio confirmó que el español ha hecho lo propio a partir del contacto e influencia de varias otras lenguas.