María Victoria Benítez Martínez *. - Foto: archivo
El Tratado de Itaipú se basa en los principios de igualdad y equidad entre las partes contratantes. Se trata de explotar los recursos hidroeléctricos del río Paraná, que son propiedad conjunta de los dos países, por lo que se acuerda que toda la energía eléctrica producida se repartirá en partes iguales entre ambos socios.
En 1974 se creó la empresa binacional Itaipú; en 1986, Paraguay aceptó la petición de Brasil de vender su electricidad por debajo de los precios de mercado en un contexto de crisis económica nacional; en 2009, Paraguay pidió la renegociación del tratado.
Para algunos expertos en geopolítica de la región, “el trauma de la guerra contra la Triple Alianza sigue muy vivo y se ha convertido en una antífona revanchista de la geopolítica paraguaya. El inicuo tratado sobre la represa binacional de Itaipú, firmado en la década de 1970, podría considerarse la peor ‘puñalada diplomática’ infligida al país desde la firma de la coalición militar secreta en 1865″.
El tratado se basa en los principios de igualdad y equidad entre las partes contratantes. Se trata de explotar los recursos hidroeléctricos del río Paraná, que son propiedad conjunta de los dos países, por lo que se acuerda que toda la energía eléctrica producida se repartirá en partes iguales entre ambos socios. El tratado dispone que el Anexo C, sobre las bases financieras y de prestación de servicios de electricidad, está sujeto a revisión cincuenta años después de su entrada en vigor, que se cumplieron el año pasado, “teniendo en cuenta, entre otros conceptos, el grado de amortización de las deudas contraídas por Itaipú para la construcción y operación de la hidroeléctrica, y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de los dos países”.
Cuando se creó Itaipú, el acuerdo financiero se basó en una inversión de capital y explotación de 3.500 millones de dólares. Esta suma correspondía a la estimación inicial del coste de la fase de construcción de la presa de la central hidroeléctrica. Sin embargo, pronto se hizo evidente que la cifra inicial de endeudamiento se había subestimado.
EL PRECIO DE VENTA DE LA ELECTRICIDAD
Se decidió bajar el precio de venta de la electricidad producida por Itaipú en comparación con el precio obtenido utilizando la ecuación definida en el tratado. A partir de abril de 1986, el precio se fijó provisionalmente en 10 USD/kW/mes (ligeramente inferior al precio del mercado de la electricidad en Brasil en aquella época) en lugar de 16,5 USD/kW/mes.
La situación, que debía normalizarse rápidamente, duró en realidad más tiempo. No fue hasta 1987 cuando el precio de venta aumentó gradualmente. En 1990, volvió al nivel fijado por el tratado. En 1997, la deuda se dolarizó y se definió un factor de ajuste de doble indexación vinculado a la inflación estadounidense (esta doble indexación se suprimió posteriormente en 2007). Esta deuda, en particular la que comúnmente se denomina “deuda espuria”, es considerada ilegítima debido al incumplimiento del contrato constituido por el tratado de creación de Itaipú Binacional. En otras palabras, durante cuatro años Itaipú Binacional vendió electricidad a un precio inferior al coste, incluidos todos los cargos, incumpliendo así las disposiciones del Anexo C del contrato.
Brasil (Eletrobrás, Eletrosul y Furnas) compró el 97 % de la electricidad y Paraguay (Ande), el 3 %. El dinero necesario para la construcción y funcionamiento de la central se pidió prestado a altas tasas de interés a instituciones brasileñas.
No obstante, una vez normalizada la situación y reajustados los precios, Brasil expresó su deseo de que esta deuda se pague en 50 % cada una de las partes y no por cada país en la medida de su contribución, es decir, 97 % y 3 %, como debería haber sido el caso. De esta manera, Eletrobrás, que se benefició de tarifas por el 97 % de la energía vendida durante el periodo, debería haber asumido el 97 % de la deuda generada. Así también, la Ande debería haber reembolsado el 3 % restante sin hacerse responsable del 50 % de la deuda, incluidos los intereses, que son recaudados por las instituciones brasileñas titulares de los préstamos.
PRINCIPALES PUNTOS DE DEBATE HOY
Estudios de expertos concluyen que Paraguay terminó de pagar su deuda en 2008. Al final, según las propias cuentas de Itaipú Binacional, si la situación se prolonga hasta el pago de la deuda en 2023, la construcción y puesta en marcha de Itaipú Binacional, que debía costar 3.500 millones de dólares, acabará costando más de 60.000 millones de dólares.
La deuda se ha acumulado a lo largo de los años y, según los expertos, ha sido pagada en su totalidad, teniendo Brasil que reembolsar a Paraguay parte de las cantidades recibidas después de esa fecha.
Brasil aceptó discutir este punto en una mesa de negociación y el 25 de julio de 2009 se comprometió a estudiar los resultados de la auditoría de la deuda realizada por la inspección financiera de Paraguay, en la que afirmó que consideraba ilegítima la deuda acumulada entre 1986 y 1990 debido a la práctica de vender energía a precios que no se ajustaban al tratado de creación de Itaipú Binacional.
Este informe es el primero desde las irregularidades que se produjeron hace más de 30 años a petición de Brasil y que fueron aceptadas en su momento. El informe recuerda los hechos, el precio fijado de 10 dólares/kilovatios /mes, y luego de 14,75 dólares de la energía contratada durante cuatro años, precio que benefició principalmente a Brasil y le permitió acumular una deuda de 4.194 millones de dólares. El reporte concluye que “desde que Itaipú comenzó a operar, comenzó a hacerlo a una tarifa inferior al costo de producción del servicio eléctrico, contraviniendo así los artículos IV. 1. y 3 del Anexo C del tratado”. Los expertos calculan que la deuda de Paraguay con Itaipú habría sido reembolsada en 2008 y que Brasil debe a Paraguay más de 5.000 millones de dólares en concepto de reembolsos posteriores.
Finalmente, los ingresos adicionales que nuestro país debe recibir considerando que la deuda está cancelada deben ser reinvertidos para apuntalar un desarrollo sostenible pensando en beneficio de toda la población.
* Ph. D. en Historia y Civilizaciones - Université Paris Cité – Francia. Máster en Relaciones Internacionales, Máster en Letras y Licenciatura en Letras Modernas, Sorbonne Université. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers