En esta edición del programa “Expresso”, transmitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al presidente de la República, Santiago Peña, para hablar del proyecto “Hambre cero en las escuelas” que, además de garantizar la alimentación escolar en las instituciones educativas, promete tener una incidencia transformadora profunda en materia de salud y desarrollo del país.

  • Fotos Emilio Bazán

–ADS: Pre­sidente, ¿cuándo fue la primera vez que se encontró con esa cifra funesta de que solo el 5 % de nuestros niños, de los 1.300.000 niños escolari­zados, accede al almuerzo escolar?

–SP: No fue algo que me sor­prendió en el sentido de que yo no puedo decir que llegué el 15 de agosto y empecé a aprender de la situación. A lo largo de los últimos 10 años he estado expuesto a dife­rentes áreas del funciona­miento del Estado, del nivel del desarrollo de Paraguay y tomé la decisión muchos años atrás de involucrarme en materia de educación pública. La historia del desarrollo de las naciones ha demostrado que aque­llos países que apostaron a la educación son los que hoy tienen niveles de desarro­llo económico, una medida mucho más amplia que sim­plemente la riqueza econó­mica. En los últimos meses sí hemos estado expuestos a evidencia, el informe de la Contraloría reveló mucha información y empezamos a adentrarnos en nuevas estadísticas sobre pobreza. Y en el caso de los países que han sido afectados por la pobreza, población en gene­ral, y nos encontramos con datos que realmente demos­traban una tragedia en el Paraguay, como por ejem­plo la bajísima cobertura, solamente del 5 % a nivel nacional, para niños en el sistema escolar y con casos extremos como Caazapá, Canindeyú o San Pedro, que son los departamentos con mayor nivel de pobreza y menor cobertura. O sea, realmente por donde se lo mire es una tragedia y no se puede condenar a un subde­sarrollo al Paraguay.

–¿De dónde crees que deviene esta especie de indiferencia de vastos sectores, algunos muy altisonantes como siste­mas de medios de comu­nicación, al respecto de las dificultades que tie­nen para hilvanar el pro­yecto con el futuro de Paraguay?

–Yo siempre digo que un país crece o se desarrolla cuando la sociedad en su conjunto aspira a bienes públicos que son comunes, que son simi­lares: la salud pública, la edu­cación, la seguridad, que son los tres principales bienes públicos a los que tiene que aspirar una sociedad y que el Estado tiene que promo­ver. Pero eso choca muchas veces contra una mirada más egoísta. Cada uno mira su propio interés y no el inte­rés de la sociedad. Entonces esto te puede llevar a frus­trarte o a entender el pro­ceso de desarrollo. Y yo estoy convencido de que Paraguay en estos 35 años, desde el 89, ha generado grandes avan­ces, pero estos avances son insuficientes para lo que el Paraguay y los paraguayos podemos hacer.

POLÍTICA PÚBLICA

–Probablemente tiene que ver también con esa espe­cie de confrontación cul­tural que tenemos con las políticas públicas en Para­guay, las dificultades que existen para aterrizar una política pública en nues­tra burocracia y en nues­tra ciudadanía.

–En política pública es fun­damental entender los tiem­pos. Cuando uno siembra en una política pública, y esa política tiene que ser con­sistente en el tiempo, tiene que pasar de ser una polí­tica de Gobierno a ser una política de Estado. Y ahí esto genera un cambio, principal­mente un cambio cultural. Porque una ley, un decreto o un nombramiento no genera un cambio cultural. Pero si consistente y constante­mente mantienes una prác­tica, eso se vuelve ya algo permanente.

–Hay que salir de las trin­cheras.

–Sí. Eso es fundamental. Esto requiere tolerancia, requiere de tener empatía, de ponerse del lado del otro. Y lo vivimos en estos días con el programa “Hambre cero”, donde yo hablé desde la posición del Poder Ejecu­tivo, con una serie de datos y estadísticas. Pero del otro lado había autorida­des municipales, autorida­des departamentales y cada uno, obviamente, no mira desde la visión colectiva de los niños, mira desde su pro­pia visión. Obviamente en las estadísticas uno puede ser muy injusto. Si hablamos de hechos de corrupción, no quiere decir que todos son corruptos, pero obviamente algunos se sintieron muy afectados en su dignidad. Así que esto requiere paciencia, dedicación y poder trabajar nunca perdiendo el objetivo esencial. Estamos buscando resolver un problema que es inaceptable: el hambre en el Paraguay.

–Si en esa cámara están doña Juana y don Felipe y usted tiene la oportu­nidad de hablarles direc­tamente, ¿qué les diría al respecto de cómo va a cambiar la vida de sus hijos y de su sociedad esto que va a empezar?

–Este es un paso trascen­dental. Como yo siempre digo, en los diferentes colec­tivos, sean sindicatos, gru­pos de trabajadores, tienen esa capacidad de unirse, pero los niños que primero no saben el impacto que tiene en su desarrollo futuro la falta de una alimentación adecuada, esto va a cam­biar la vida de esos niños, las oportunidades que van a tener. Y por supuesto tam­bién va a ayudar en las fami­lias más humildes. En esa disyuntiva que tiene una madre, cuando el niño ha llegado a los 12, 13 años. Ese niño puede ser un genera­dor de ingresos y al no tener la posibilidad de contar con la alimentación, y tiene que salir a buscar la alimenta­ción en la calle, con esa medida está condenando el futuro de ese niño.

GRADUALIDAD

–Los paraguayitos y las paraguayitas de hoy que van a ser los dirigentes, líderes y la gente que tiene que construir el futuro, ¿no?

–Yo soy realmente un curioso de la historia por­que encuentro en la histo­ria muchos de los eventos que hacen que lo que noso­tros estamos aspirando no sea muy fantástico. Cuando nosotros en 2015 lanzamos el programa de becas Carlos Antonio López y nosotros decíamos que no hay absolu­tamente nada fantástico en esto. Entonces, en realidad cuando nosotros estamos hablando del desarrollo y el futuro del potencial, esto es algo tan básico. La alimen­tación en un país que pueda alimentar a cerca de 100 millones de habitantes no se puede dar el lujo de tener paraguayos que no comen. Y mucho menos niños que dejan el colegio porque no tienen acceso a un plato de comida. Este proceso no supone que en marzo el 100 % de los departamentos van a tener almuerzo escolar. Es importante que explique lo procesual que tiene esto. Esto obviamente como toda gran reforma va a tener su proceso de aplicación.

–¿Qué le diría, otra vez apelando a esa cámara, a los congresistas respecto de la importancia de este proyecto y la pertinencia de aprobarlo?

–El Congreso ha sido tre­mendamente generoso con este gobierno desde 15 de agosto. Nos han aprobado el 100 % de los proyectos. Este proyecto, como lo dije el lunes en el Palacio, va a ser realmente un antes y un des­pués. Probablemente va a ser uno de los grandes legados que va a dejar nuestra admi­nistración hacia el futuro. Y nos tiene que encontrar todos unidos. Y es lo que me ha motivado, de hecho, a pre­sentarlo dentro de un receso parlamentario para adelan­tar la discusión. Las conver­saciones que hemos tenido con legisladores, con gober­nadores y últimamente ya con intendentes, creo que han allanado el camino para que este proyecto pueda ser aprobado lo más rápido posi­ble. Por supuesto que esta­mos siempre abiertos. El Poder Legislativo tiene su dinámica y por supuesto que vamos a ser respetuosos.

CASO EMBLEMÁTICO

–¿Cómo este proyecto luchará contra la pobreza en Paraguay genérica­mente hablando y pun­tualmente al respecto del tema de la niñez?

–Cuando nosotros miramos el fenómeno de la pobreza en el Paraguay, la pobreza no es una condición, no es un problema que no poda­mos resolver. Es simple­mente que no hemos sido capaces de desplegar las políticas públicas focaliza­das para poder apoyar a ese paraguayo en situación de vulnerabilidad. Entonces, la medida que probablemente va a tener el mayor impacto en la historia del Paraguay es la reducción de la pobreza. La pobreza rural, principal­mente, pero no solamente la rural, también la urbana, tiene mayor incidencia en los niños. Entonces, la posibi­lidad de poder, a través de un programa tan amplio, que va a permitir llegar a 1.300.000 niños, principal­mente aquellos que están en el sector de vulnerabilidad, nos va a ayudar a disminuir la pobreza extrema, prácti­camente a eliminarla. Y la pobreza total va a disminuir también de manera impor­tante. No hay una política pública más poderosa que el programa “Hambre cero en las escuelas”. Entonces, nosotros podemos, en los próximos dos a tres años, eliminar la pobreza extrema en el Paraguay y esto sería un caso emblemático.

–¿Por qué un plato de comida bien trabajado desde la perspectiva nutricional habrá de inci­dir en la calidad de la edu­cación?

–Porque es fundamental. Está demostrado que el niño que no tiene un desarrollo físico, mental, es imposi­ble que pueda aprender, por más que tenga la mejor escuela o el mejor maestro. Obviamente, acá tenemos que trabajar desde la pri­mera infancia. Pero este programa de alimenta­ción escolar va a tener un impacto tremendo, prin­cipalmente en combatir la deserción escolar. Por supuesto que tenemos que mejorar el proceso de apren­dizaje, pero hoy está demos­trado que uno de los princi­pales motivos por los cuales un niño abandona el sistema público es porque choca contra esta necesidad entre tener que estudiar o gene­rar un ingreso. Yo te puedo garantizar que los cambios que estamos haciendo en el proceso de aprendizaje, el programa “Hambre cero” puede permitir que Para­guay pueda generar un cam­bio muy importante en muy corto tiempo, que va a sig­nificar también una valida­ción de que la democracia le está funcionando a la ciu­dadanía.

CONTROL

–¿Cómo el gobierno del presidente Peña garanti­zará la ejecución honesta de este proyecto?

–Y son los controles entre todas las instituciones. En esto claramente noso­tros tenemos toda nuestra determinación, pero tam­bién somos conscientes de que necesitamos el acom­pañamiento de todos, de los padres, de la comuni­dad educativa. En el mes de diciembre tuvimos un encuentro con cerca de 5.000 directores y super­visores regionales donde les dije yo tengo el deseo de mejorar la educación y no lo puedo hacer solo. Los con­ceptos que hemos desarro­llado en materia de segu­ridad, en materia de salud y, por supuesto, en educa­ción va a ser fundamen­tal ese trabajo mancomu­nado. Vamos a necesitar que los organismos de control también puedan funcionar. Estamos trayendo a la Con­traloría General de la Repú­blica ya no como un control posterior, sino como un con­trol desde el mismo inicio.

–¿Cuál va a ser el rol de la licitación?, ¿cuál va a ser el rol de las gobernaciones y los municipios?

–Fundamentales. O sea, en mi visión del desarrollo del Paraguay es imposible que el Gobierno Nacional pueda desarrollar una agenda de política pública sin la coor­dinación con los gobiernos departamentales y muni­cipales. Entonces, más allá de quién administra, más allá de quién haga el pago, en el proceso operativo esto requiere una integra­ción dentro de los diferen­tes niveles de gobierno. Así que, claramente, la auto­ridad municipal es la que está más cerca de su ciu­dadano. Entonces, va a ser fundamental el trabajo de la autoridad municipal y, por supuesto, también de la comunidad de padres y educadores.

–¿Qué mensaje tendría al respecto del involucra­miento de los educadores y los padres de familia en este proyecto?

–La experiencia que noso­tros hemos tenido y hemos vivido ahora lo estamos viviendo ahora en periodo de vacaciones, con las aulas abiertas. Realmente es impresionante cómo los padres valoran, lo que nos está llevando también a ree­valuar qué es lo que pode­mos hacer durante el año lectivo. Porque los niños están de lunes a viernes en la escuela ¿y qué pasa los sába­dos y domingos? La infraes­tructura está ahí. ¿Qué tipo de enseñanza, de educación podemos darles? Y ahí noso­tros vemos mucho involu­cramiento por parte de los padres. Así que yo no tengo duda de que los padres van a ser una pieza fundamen­tal y ellos están con muchas ganas de colaborar.

–¿Qué se puede apuntar respecto a la gradualidad en términos de qué regio­nes serán las que empeza­rán este año y cuándo se estima que se alcanzaría la totalidad?

–Yo creo que va a depender y acá van a haber dos velo­cidades. Las velocidades que le puedan imprimir las administraciones departa­mentales y la velocidad que le imprima el Ministerio de Desarrollo Social, que va a centralizar todo lo que es el Área Metropolitana. El Área Metropolitana va a ser el área de mayor población, pero también están relati­vamente más concentrados. Y tenemos ya la experiencia que ha tenido el Ministerio de Educación y Ciencias en todo lo que es la cobertura de capital, tenemos ya algu­nas experiencias también en distritos del departamento Central. Así que yo creo que en ese sentido nosotros tenemos, por supuesto, la obligación de ser los prime­ros en avanzar. Mi interés es que esto en 2024 sea un proceso de ejecución, pero en 2025 esto tenga un 100 % de cobertura.

OPORTUNIDAD

–¿De dónde saldrán los alimentos? ¿Hay un potenciamiento del sis­tema de producción?

–Sí, también hay una opor­tunidad y ahí el desafío es cómo hacemos que esos recursos financieros, final­mente, cumplan un objetivo de segundo orden. Porque acá también es importante porque en el pasado también se pensó cómo utilizar esta política de apoyo a la agri­cultura familiar campesina, que es importante, pero ese objetivo nunca puede estar por delante del obje­tivo principal que es asegu­rar la alimentación y una buena nutrición. Entonces, el objetivo principal es ase­gurar la nutrición el 100 % del año escolar para el 100 % de los estudiantes. En paralelo, como un objetivo de segundo orden, está ase­gurar que ese dinero pueda generar un beneficio econó­mico en la comunidad para personas que van a traba­jar en las cocinas, en la lim­pieza, que puedan ser tam­bién productos que fueron sembrados y cosechados en esos departamentos.

–¿Cómo se puede dibujar la implicancia que tiene para la prosperidad de las naciones niños que aca­ban la escuela o jóvenes que acaban el colegio bien nutridos y bien educados?

–Es como el combustible. El vehículo no puede moverse si no tiene combustible. Y el alimento funciona de esa misma manera. El niño que no tiene alimentación pro­bablemente no tiene fuerza, no tiene la capacidad de estar atendiendo. Enton­ces, es como que va al aula y como que no estuviera ahí. Entonces, yo visualizo que de la situación que hoy tene­mos, que es una tragedia lo que hoy vive el Paraguay, a lo que nosotros queremos plantear muy rápidamente, esto va a generar un cambio tremendo en los próximos años en el Paraguay. Así que yo creo realmente que esto nos va a permitir visualizar también el poder que tiene una política pública. La for­taleza de la política pública es que se construye sobre la base de la evidencia cientí­fica. ¿Y cuál es la evidencia científica? El niño que no está alimentado no puede desarrollarse.

CONDICIÓN NECESARIA

–Igual no es fácil de expli­car que reforzando el almuerzo escolar tendre­mos mejores diputados y mejores presidentes.

–Es una condición necesa­ria, pero no es suficiente. Nosotros no podemos ase­gurar de que seamos una nación más desarrollada solamente por esta medida, pero podemos asegurar que nunca seremos una nación desarrollada si no tomamos esta medida. Entonces, esto es una condición necesaria, pero no es suficiente. Esto tiene que ser complemen­tado con otro tipo de medi­das. Cuando hablaba con los intendentes, cada uno hablaba de lo que iban a per­der, pero ninguno habló de lo que íbamos a ganar, por­que en realidad los que van a ganar son los niños. Y ahí es donde uno ve la impor­tancia de entender el fun­cionamiento de la política pública, porque la política pública hace que nos des­prendamos del interés per­sonal y pensemos en un inte­rés colectivo.

–¿Qué expectativas tiene respecto del debate parla­mentario y el voto en este tema?

–Yo creo que se ha allanado bastante. Por supuesto que van a haber algunas voces disonantes que no van a estar de acuerdo. El rol de la oposición, así lo ha demostrado a lo largo de estos seis meses, a lo largo de todas las discusiones, ha sido de manera consis­tente un voto en contra de los proyectos del Gobierno que claramente van a traer beneficios para la ciudada­nía, pero estamos convenci­dos de que así como hemos tenido un apoyo mayori­tario a lo largo de estos seis meses, con el camino transcurrido, con el diá­logo, con la apertura tam­bién, porque muchos ponen de una manera peyorativa la reculada, y en realidad es la capacidad de poder entender que hay un obje­tivo tan noble, que ese obje­tivo noble bien vale tener que abrir la mente y tener que hacer una apuesta toda­vía mayor.

–¿Y cómo se proyecta que esta iniciativa impacte en el tema de la salud?

–El tema de la nutrición, que es un eje de hoy, que no es tanto una siembra para el mañana, sino tiene rela­ción con lo que puede pasar la próxima semana con un niño que empieza un pro­ceso de mejor nutrición. Hoy sabemos tanto sobre el proceso de desarrollo del niño cómo romper ese cír­culo vicioso de la pobreza y construir un círculo vir­tuoso que permita que haya una mejora y que se rompa ese paso de generación en generación. Pero nosotros tenemos que entender que esto no solamente es una apuesta al futuro, es una apuesta principalmente al presente, porque ese niño que hoy no está reci­biendo una alimentación es un niño desmotivado, un niño sin ganas de vivir, un niño que puede estar pasando por enormes pro­blemas sociales de relacio­namiento. Un pararrayo de diversas enfermedades. En realidad esto va a ser una política pública que va a ata­car el centro neurálgico de gran parte de los problemas que tiene hoy una familia en situación de vulnerabilidad. Entonces, el impacto y las externalidades que esto va a tener son tremendos.

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