Gonzalo Cáceres, periodista, X: @gonzatepes - Fotos: gentileza
La búsqueda de significado surge de la necesidad intrínseca de entender y dar sentido a la experiencia humana, de comprender quiénes somos y cuál es nuestro propósito en el mundo. Estas cuestiones han inspirado a filósofos, escritores, líderes espirituales y políticos de todas las culturas a lo largo y ancho de la historia.
Buscar razón a la existencia proporciona una sensación de orientación y seguridad en un mundo cada vez más caótico, voraz e impredecible, porque sentirse parte de algo más grande que uno mismo puede generar sentimientos de conexión y realización.
La investigación en psicología positiva sugiere que esta búsqueda está asociada a una parte natural de la condición humana impulsada por la necesidad de motivación, bienestar emocional y capacidad para enfrentar y superar los desafíos.
Y de ello nos habla el siempre recordado Albert Camus (1913-1960). Su teoría argumenta que buscar un sentido absoluto a la vida es absurdo debido a la falta de “respuestas definitivas y trascendentales en el universo”. Su concepto de “el absurdo” se refiere a esta brecha entre “el deseo humano de encontrar significado” y “la realidad –aparentemente– carente de sentido”.
La filosofía de Camus se enmarca en el supuesto de que la existencia humana se enfrenta a una discrepancia fundamental, porque hay un “deseo innato de buscar significado” (propósito en la vida) en un mundo indiferente (que no ofrece respuestas)”, lo que constituye la condición “absurda” de la existencia humana (aquí es donde nace el concepto de “el absurdo”).
EL TODO
Camus observa que el cosmos, en su vastedad y complejidad, no muestra signos de preocupación por los asuntos humanos. Las leyes naturales y el funcionamiento del “todo” no parecen tener en cuenta estas preocupaciones, lo que crea el “contraste”.
Sin embargo, él mismo entiende que el individuo ostenta la “grandiosa” capacidad de concebir su “significado absoluto”, un sentido propio en las experiencias cotidianas, en el compromiso con causas justas y en la creaFotos
Gentilezación de obras significativas, lo que llega únicamente a través de la acción y la elección individual porque “la ética de lo absurdo implica vivir plenamente”.
Camus apunta abiertamente contra “las filosofías tradicionales, religiones y sistemas de creencias” al ofrecer estas respuestas que “no son convincentes”. Las explicaciones metafísicas o religiosas “tienden a proyectar un sentido trascendental en un mundo que carece de tales significados”.
“El absurdo” de la vida abarca aspectos mucho más trascendentales de la experiencia humana, como la conciencia de la finitud y la inevitabilidad de la muerte (a pesar de nuestras aspiraciones y esfuerzos, todos enfrentamos la realidad de nuestra propia mortalidad, lo que plantea la pregunta de la relevancia de nuestras acciones y logros).
Pero Camus también se opone a la resignación pasiva. En lugar de aceptar la falta de sentido como una fatalidad, aboga por dar lugar a la “revuelta”, que es una invitación a la resistencia “ética y existencial” frente al “absurdo” de la vida, para vivir con dignidad, valentía y compromiso, incluso en un mundo que a menudo tiene la injusticia como bandera.
LA REVUELTA
La revuelta implica una oposición a todas las formas de opresión, desigualdad y violencia, y de defensa de la dignidad humana y los valores en una coyuntura marcada por el sufrimiento que emana de los intereses de terceros.
“A través de la creatividad, el compromiso con los demás y la solidaridad, los individuos pueden encontrar significado y propósito en la existencia cotidiana”. Esta línea filosófica proporciona a las personas las herramientas para enfrentar la incertidumbre, lo que puede brindar un sentido de liberación y alivio, permitiendo abrazar la realidad tal como es en lugar de luchar contra ella.
Estamos hablando de inspirar a las personas a explorar nuevas ideas, perseguir sus pasiones y expresarse de manera auténtica; a apreciar las pequeñas alegrías de la vida y a cultivar conexiones significativas con los demás.
Además de sus contribuciones filosóficas, las obras literarias de Camus continúan ocupando un lugar destacado en el mundo moderno debido a su capacidad para abordar preguntas existenciales fundamentales y su énfasis en la responsabilidad individual, así como su crítica a las ideologías extremas y su impacto en la literatura y las artes.
Su obra más influyente es “El mito de Sísifo” (1942), en la que explora temas de exilio y soledad en profundidad. Además, su novela “El extranjero” (1942) y su obra de teatro “Calígula” (1938) también reflejan sus preocupaciones filosóficas (sus personajes enfrentan la sensación de estar fuera de lugar o alienados en un mundo ajeno a su búsqueda de respuestas).