María Victoria Benítez Martínez *

Aimé Jacques Alexandre Goujaud-Bonpland nació en La Rochelle, Francia (1773-1858). Hijo de un médico, se alistó primero a la Marina como cirujano y más tarde entabló amistad con Alejandro de Humboldt, a quien acompañó en un viaje a Sudamérica, donde describió más de 6.000 plantas aún desconocidas para los botánicos europeos.

A su regreso a Francia, Amado Bonpland donó su herbario al Museo de Historia Natural de París y, como botánico, se le confió la gestión de las colecciones de plantas del castillo de Malmaison, residencia de la emperatriz Josefina Bonaparte. Tras la muerte de Josefina (1814), decidió volver a Sudamérica.

Acusado de ser espía en Paraguay, se le prohibió salir del país (1821). Gaspar Rodríguez de Francia, deseoso de salvaguardar la soberanía nacional, rechazó totalmente la presencia extranjera en el país. Los pocos extranjeros que entraron en territorio paraguayo fueron hechos prisioneros, como el caso de Bonpland, quien tuvo que permanecer en el país durante nueve años contra su voluntad.

Se presentaron numerosas peticiones para obtener su liberación. Humboldt escribió a su amigo lord Canning para pedir a Inglaterra que interviniera. Al mismo tiempo, con el apoyo de los botánicos Jussieu y Desfontaines, pidió a René de Chateaubriand, entonces ministro de Asuntos Exteriores de Luis XVIII, que liberara a su compatriota. Chateaubriand envió a Richard Grandsire a Paraguay con una carta firmada por los científicos, pero por orden del dictador no se le permitió cruzar la frontera. Ni siquiera Simón Bolívar, que escribió una carta a Francia (23 de octubre de 1823), que no fue respondida, pudo lograr su salida.

Bonpland entró al Paraguay con la intención de investigar la botánica, en particular la yerba mate, cuando el doctor Francia lo hizo detener. Sus relaciones con los caudillos argentinos, enemigos del Dr. Francia, hicieron sospechar que era un espía de Argentina y Francia. La práctica de espiar en diferentes países era común entre los viajeros de la época. Como Paraguay aún no era reconocido como país independiente, esta situación fomentó un clima de hostilidad hacia los extranjeros por parte de Francia.

Al no poder salir del país, Bonpland estudió las plantas y pudo dedicarse a la

María Victoria Benítez Martínez *agricultura, fabricar aguardiente y licores, montar una carpintería y cerrajería, al tiempo que ejercía la medicina gratuitamente cuando era necesario. Aunque se vio obligado a permanecer en Paraguay, llevó una vida agradable.

PLANTAS MEDICINALES

Aunque fue el primero en hacer una descripción botánica de la yerba mate Ilex theaezans (entre 1818-1920), la comunidad científica la conoció varias décadas después de que Auguste de Saint Hilaire publicara su descripción de Ilex paraguariensis en 1823.

Algunas plantas medicinales han sido indicadas por los nativos utilizando nombres guaraníes para numerosas especies que sin duda conocían hace mucho tiempo.

En cierta medida, Amado Bonpland ha contribuido a la valorización de la biodiversidad de Paraguay. Su estudio es importante para la gestión y conservación de los recursos naturales del país. La clasificación de Bonpland merece ser tenida en cuenta, ya que contribuye a nuestro conocimiento de las plantas útiles de Paraguay.

* PhD en Historia y Civilizaciones – Relaciones Internacionales, Université Paris Cité – Francia. Máster en Letras y Licenciatura en Letras Modernas, Université Sorbonne. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers

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