Este domingo Toni Roberto hace un encuentro entre la despedida de una murallita sobre la avenida Carlos Antonio López hasta la recuperación de una casona de la avenida Francisco Solano López.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Un día cualquiera del año 1986 me preguntaban “¿che, los Martínez hacen récord de permanencia en la vereda?”, refiriéndose a mis antiguos vecinos de la calle Alberdi. Eso es lo primero que pensé cuando recibí una foto de los Canale Frescura y sus vecinos en la vereda de su casa sobre la legendaria avenida Carlos Antonio López con vista a los árboles de tipa y jacarandá del hoy maltrecho paseo central.
“Enviale esta foto a Toni para ‘Cuadernos de barrio’”, era el mensaje que recibí de la vecina; es que después de más de 70 años de vida, la murallita de la casa diseñada con la misma fachada por el arquitecto Ramón Marini Palmieri se demolió para dar paso a una alta muralla “por una cuestión de seguridad”, me dice Malui Frescura Ferrari de Canale, hija de la primera dueña, doña Diosma Ferrari de Frescura, la primera mujer paraguaya dedicada al negocio inmobiliario y que falleciera hace tres años a los 102 años.
Aquella antigua murallita fue sofá, silla, asiento, taburete y butaca de varias generaciones de vecinos. Vio pasar amores, desamores, chistes, chismes, radio so’o, carnavales y una infinidad de recuerdos. Claro, incluido el paso de las líneas 2 y 7 rumbo al Club Deportivo de Puerto Sajonia.
Oficialmente, la murallita estaba en el territorio del barrio Sajonia, que con la división de barrios allá por 1976 limitó su territorio este-oeste desde la calle Ñuflo de Chávez hasta el río Paraguay, en el mismísimo final del oeste de la ciudad de Asunción.
CON CARIÑO DE AVENIDA A AVENIDA
A veces, una diminuta muralla se puede convertir en poema, en alegrías o tristezas y puede motivar un artículo que lleve por muchos otros caminos, incluso puede llevar a retomar el artículo del domingo pasado sobre la casa Louteiro, que esta semana tuvo su inauguración oficial con un detalle, la presencia de dos bisnietas –Margarita Fratta Louteiro y Dolores Louteiro de Perasso– y la última vecina, doña Consuelo Faraone de Palazón.
Pero ¿por qué insistir con la casa Louteiro? Sencillo, por ser un ejemplo para que muchas otras empresas o personas se animen a rescatar casas patrimoniales. En este caso, una adaptación contemporánea con el diseño y construcción realizada por los arquitectos Gómez Abente, un sector dedicado a eventos culturales, permitiendo un diálogo entre dos épocas y creando un espacio increíblemente funcional, que hoy y hasta julio del próximo año acoge a la muestra “Volver a casa: el arte y la cultura del Paraguay” en la Expo Dubái 2020, que se puede visitar de jueves a sábado de 10:00 a 19:00 en el sector antiguo de esta casa asuncena de principios del siglo XX, sobre la avenida Mariscal López casi Dominicana.
UN APORTE DEL CAF AL PATRIMONIO ASUNCENO
Nos cuenta Jorge Srur, representante residente regional sur del CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe), que la primera idea era trasladar las oficinas a esa residencia, pero que al final por una cuestión patrimonial se decidió convertir en Casa de la Integración, un espacio que todos puedan visitar o proponer actividades culturales.
Siempre decimos que los ladrillos solos no hacen una restauración, es el ser humano el que le da vida a los materiales. El encuentro del trabajo de José María “Txema” Calvo, sumado a la investigación histórica que estamos realizando, será no solo una obra integral, sino también una posibilidad para que otros dueños de propiedades patrimoniales u otras no catalogadas de los años 50, 60 o 70 se animen a mirar que es posible poner en valor una antigua casa convirtiéndola en un espacio cultural o lugar para el desarrollo de sus empresas, conjugando el pasado, el presente y logrando una sinergia arquitectónica que también es futuro.
Al final, la murallita perdida de más de 80 años de la casa de doña Diosma Ferrari y don Guillermo Frescura que servía de silla a los amigos del barrio y que hoy se despide con tristeza con esta foto para “Cuadernos de barrio” nos llevó a pensar en la alegría de poder recuperar de alguna manera nuestro patrimonio, en este caso el ejemplo de la casa de los Louteiro, que hoy vuelve a engalanar la ruidosa avenida Mariscal López ante la atenta mirada de otras mansiones de ayer, de hoy y de siempre.