Hoy Toni Roberto nos lleva a su estilo a pasajes del libro “Fábrica de dibujos/El nacimiento de la fotografía en el Paraguay”, del investigador Juan Alberto Migliore.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Son las 14 en punto de un sábado de tarde. La charla con Juan Alberto Migliore empieza. Antes, yo hago un viejo ritual de estas páginas de “Cuadernos de barrio”. Voy irremediablemente a la niñez, es que el padre de Migliore era mi pediatra y el de muchos. Esto me llevó al imaginario barrio plaza Italia, sobre la calle 14 de Mayo casi Amambay, hoy Ygatimí, donde quedaba la casa de los Migliore Monello, lugar donde en la infancia visitaba con frecuencia con mi padre.
Pero ¿por qué hablar de esto teniendo en cuenta que Migliore es ingeniero civil e investigador histórico? Sencillo, porque creo que todo tiene un origen, diríamos, el origen del origen; las vivencias barriales, los vecinos, la plaza, todo tiene que ver con todo.
LA INVESTIGACIÓN DE MIGLIORE Y EL DISEÑO DE PRIETO
Pero sin escalas vamos al libro de 200 páginas a todo lujo con el sello indiscutible del diseño de Celeste Prieto. Aquí el autor nos habla de su gran aporte al registro de la fotografía en el Paraguay desde la llegada de los primeros fotógrafos extranjeros a Asunción –una ciudad devastada que empezaba a revivir con la llegada de inmigrantes que iniciaban sus negocios en varios rubros– hasta los años 20 del siglo pasado.
El indiscutible aporte de Migliore se suma a otros en diversos campos como el de la “Historia de la arquitectura en el Paraguay”, de Ramón Gutiérrez, desde la colonia hasta principios del siglo XX; y luego el de César Augusto Morra, con la “Arquitectura moderna y contemporánea”, o el de la “Vestimenta paraguaya”, de Rocío Duria Menchaca. En su interior podemos observar también los capítulos de los primeros gabinetes de fotografía, pasando por los fotógrafos de finales del siglo XIX, exaltando la figura de tres extranjeros: Louis De Boccard, Guido Boggiani y Manuel San Martín, hasta las tarjetas postales.
SAN MARTÍN Y SARMIENTO
Recorrer el contenido que nos brinda Migliore es recordar momentos clave de la historia del Paraguay. Eso sí, de las pequeñas revoluciones urbanas, más allá de las grandes batallas. En este camino que empieza con la llegada de varios fotógrafos, remarca la presencia en Asunción de Manuel San Martín, quien arriba en 1886 y pensaba quedarse solo uno días, pero que cuando el Gral. Caballero, cinco ministros y tres edecanes fueron a retratarse a su estudio, le empezaron a “llover pedidos”. A partir de esto, San Martín se queda en el Paraguay por largos 17 años, convirtiéndose en figura destacada de la historia en el Paraguay.
Una de sus más célebres piezas es la de Domingo Faustino Sarmiento, que debido al paso de las horas después de su muerte se tuvo que hacer malabarismos para poder inmortalizar su final, hecho que lo hizo muy particular, una postal que se convirtió en un ícono en la Argentina por ser el padre de la educación del vecino país. Además, gracias a San Martín el público europeo conoció por primera vez cómo eran los nativos de esta zona en la famosa Exposición Universal de París en 1889.
DE SAN MARTÍN A FRATTA
Con el paso del tiempo, el negocio que fuera primeramente Fotografía San Martín terminó siendo el importante Estudio Fotográfico Fratta, de Enrico Fratta, abuelo de mi querida tía María Cristina Figueredo Fratta, que falleciera hace unos pocos días y a la que le rindo homenaje desde estas páginas de las que ella era una constante colaboradora.
“Soy Celeste María del Rocío Vely Insaurralde Lacognata Pereira San Martín”. Esto escuchaba siempre de una amiguita en mi infancia. Contándole este detalle a Migliore en radio, al minuto recibo el llamado de Mirtha Lacognata Vda. de Vely, que nos cuenta su parentesco con el célebre fotógrafo. A partir de ahí empieza otra historia, la de la relación familiar de San Martín en el Paraguay, a lo que también está abocado este meticuloso investigador.
EL PINTOR DEVENIDO FOTÓGRAFO
En el capítulo que le dedica a Guido Boggiani, primero nos sitúa geográficamente en una avenida de Asunción, detalle que enriquece el relato de la historia, y dice: “La avenida Boggiani atraviesa una demandada zona de Asunción. Diariamente, en sus más de tres kilómetros de largo, circulan miles de vehículos, teniendo a uno y otro lado lujosos edificios residenciales y oficinas públicas y privadas. Todos los asuncenos conocen la avenida, pero es probable que muy pocos sepan que quien dio el nombre a dicha arteria fue Guido Boggiani, un renombrado artista italiano, devenido en pionero del estudio y la fotografía de indígenas en el Paraguay”.
Llegó al Paraguay como pintor. Luego, haciendo expediciones hacia el norte, se convirtió, sin querer, en un gran “registrador antropológico”, anotándolo todo, haciendo dibujos o bocetos, recorrió diferentes tolderías. Sin saberlo, el artista estaba dando pasos científicos que luego de vuelta de otro viaje a Italia acrecienta su investigación trayendo una cámara fotográfica. El trabajo de Boggiani se convirtió en un legado no solo para el Paraguay, sino para todo el mundo científico.
FULGENCIA Y “OJHÓTAMA BENÍTEZ”
En este camino se destaca también la legendaria y enigmática Fulgencia Almirón, nacida en 1846, la primera fotógrafa paraguaya que según los cálculos de Migliore empezó su carrera a los 18 años no teniéndose datos de su paso por algún estudio. Otro detalle llamativo, una publicidad en guaraní titulada “Ojhótama Benítez”, allá por 1876, de la casa de fotografía Benítez Hnos., cosa muy particular para la época, teniendo en cuenta que el público al que se dirigía veía con malos ojos hablar nuestro idioma vernáculo.
Al final, siguiendo el viejo adagio que dice “una imagen vale más que mil palabras”, se refuerza con este pensamiento del gran fotógrafo San Martín:
“Harto hice con valerme de mi máquina para conseguir por medio de la fotografía lo que nunca alcanzaría mediante la literatura”.
Manuel San Martín, 1897, del libro “Fábrica de dibujos/El nacimiento de la fotografía en el Paraguay”, de Juan Alberto Migliore, Asunción, 2023.