Comediante, standapera, actriz y guionista. Arrancó en el stand up en plena pandemia y hoy es uno de los nombres más atractivos cuando se presenta un show de humor. Además, fue protagonista de “Siempre las malas de la película”, “Trío busca” y “Buscamos trío”. Esta es la historia de Fani Cantero.

  • Por Luis Ríos
  • Fotos Gentileza

“Lo que pega de ella es que cuando está contando su monólogo, ahí ya se ríe y esa forma de reírse ya hace que vos te rías tam­bién”, dice un compañero que asistió a sus shows. Es como si en su nombre ya estuviera marcado a fuego que la come­dia iba a ser lo suyo porque Fani se pronuncia igual a la palabra inglesa “funny”, que significa “divertida”.

La comedia estuvo presente en su vida desde que tuvo uso de razón. “No sabría decir cuándo descubrí el humor, porque siempre estuvo pre­sente en mi vida y desde muy chica. Hay un sinfín de cosas de las cuales me reía muchí­simo antes. Siempre me gustó más reírme de mí misma (capaz lo hacía como meca­nismo de defensa), y eso hacía que los demás se rían con­migo y no de mí”, reflexiona la humorista oriunda de Ciu­dad del Este.

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El amor entre Fani y el humor fue una cuestión tácita e implícita. “En toda mi vida, el humor siempre me acom­pañó. No solo en la comedia que uno ve en la televisión, sino también en la música que escuchaba y en el idioma gua­raní que hablo desde siempre.

VOCACIÓN

No fue algo que descu­brí como sí ocurrió con mi gusto por las películas de terror o por Los Ramones. No me pasó de decir: ‘Descu­brí esto y estoy encantada’”, puntualiza.

Ese amor fue creciendo y se volvió una forma de vida, justo cuando estaba por ter­minar el bachillerato. “A mí me atormentaba mucho la idea de ‘no saber qué quiero ser cuando sea grande’. Todos ya sabían que querían ser abogados, contadores, pro­fesores porque hay como una presión social de deci­dir lo que uno quiere hacer y ser antes de terminar el cole­gio”, comenta la artista.

Sí, artista, porque ella que­ría ser artista, pero no sabía dónde estudiar, cómo hacerlo ni junto a quién había que ir y/o hablar para poder hacerlo. “¿Caro pio es? ¿Cierto piko que me voy a morir de ham­bre, como dicen todos? ¿Ver­dad que mejor estudio com­putación?”, bromea sobre esa situación.

En ese momento, en su natal Ciudad del Este no había oportunidades para el arte, como las hay ahora, según ella. Faltaba un mes para ter­minar el colegio y le ocurre un milagro: la Universidad Nacional del Este (UNE) abre la Escuela Superior de Bellas Artes, con licenciaturas en música, artes visuales, danza y teatro. “Me acuerdo que vi eso en el noticiero y se me ilu­minó todo. ¡Quería ser licen­ciada en teatro!”, recuerda. Las estrellas se alinearon.

Ese mismo día también des­cubrió que si era eso lo que quería estudiar, tenía que ponerse a trabajar. Y todo se fue dando muy natural­mente, ya que consiguió un trabajo a media cuadra de la facultad. “Por fin había encontrado mi lugar, mi gente, mis amigos y futuros colegas. ¡Spoiler alert! Me faltó un año para recibirme. No terminé la carrera por­que empecé a trabajar para poder estudiar y terminé dejando de estudiar porque tenía que trabajar”, admite entre risas.

En cuanto a las oportunida­des para el arte en el este del país, Cantero señala que las­timosamente siguen siendo pocas, aunque al menos ya no son nulas como hace años atrás. Esto gracias al trabajo que realiza mucha gente para abrir espacios y dar visibilidad.

“YO QUIERO HACER COMEDIA”

Cuando empezó a estudiar y a tener las herramientas para desenvolverse como artista, Fani se dio cuenta de que lo que realmente quería hacer era la comedia a pesar de que desde muy pequeña ya se per­filaba para ello. “Descubrí que me gustaba más leer las obras de comedia que las tra­gedias. Que me gustaba más escribir sobre ese tema, que me gustaba más hablar sobre eso y obviamente actuar en obras que hacen reír”, reco­noce.

Entre todo eso y gracias al internet descubrió el stand Up. Para ella, era toda una nueva forma de hacer humor. “En ese momento, sentía que a mí no me iba a salir. Miraba shows, videos y pensaba ‘esto es redifícil porque tenés que ser vos mismo, estás solito en el escenario y sin poder esconderte detrás de un per­sonaje’. Pero, a pesar de todo, quería hacerlo”, relata sobre ese concepto de estar de pie contando cosas simpáticas en un micrófono sin disfra­ces ni maquillaje frente a un público.

En plena pandemia, Fani se decidió a hacer stand up y se inscribió en un taller de este género cómico. Ya estando allí, varias veces se frustró por falta de confianza. “Se volvió a despertar ese bicho en mi cabeza que me decía que era difícil, que no me iba a salir, que no era lo suficiente­mente graciosa ni ingeniosa. Que mi vida no era tan inte­resante como para hablar de ella y que incluso ya pasaron muchos años desde que dejé el teatro o que a quién se le ocurre empezar a cumplir sus sueños a sus 27 años”, con­fiesa sobre ese mal momento.

Todo cambió cuando un día un amigo comediante la invitó a un open mic (literal­mente “micrófono abierto”, un espacio para los come­diantes nuevos o debutantes antes del show principal). Y se dijo a sí misma: “Si yo no hago esto, me voy a pasar la vida arrepintiéndome de al menos no haber probado”. Así llegó a su primera pre­sentación. “Lo recuerdo como si fuese ayer. Fue en Mariano Roque Alonso. Duró cinco minutos y hubo muchas risas”, ate­sora la comediante sobre ese momento que ter­minó siendo determi­nante para ganar con­fianza y que no estuvo exento de un hecho anecdótico.

Así fue la primera de varias subidas al escenario que continúan hasta la actualidad. “Por fin por pri­mera vez tuve un sentimiento de pertenencia muy fuerte. Y esa misma noche llegó la poli­cía porque había aglomera­ción”, agrega. Claro, todavía era esa época en la que no estaba permitido reunirse entre más de diez personas.

Sobre el camino recorrido, Cantero dice que no siem­pre le fue bien, pero apren­dió muchísimo de sus erro­res. Aprendió a lidiar con la frustración y empezó a encon­trar de a poco su personaje escénico y a descubrir cómo conectar con el público. “Ese mismo año, unos meses des­pués del primer show, me ins­cribí a la Competencia Nacio­nal de Stand Up, donde obtuve el primer puesto. Definitiva­mente eso me afianzó muchí­simo”, afirma con orgullo.

EL HUMOR Y EL 2023

Hablando sobre los desa­fíos que tiene la comedia en Paraguay, Fani es tajante en cuanto a que el mayor de todos ellos es generar ingresos para que la profesionalización sea posible. “Creo que para cual­quier tipo de arte se aplica eso. Remuneración, espacios dig­nos y persistir. Otra cosa difí­cil es hacer reír, hay mucho trabajo detrás de un buen monólogo. Es como compo­ner una canción”, puntualiza sobre todo lo que conlleva dar un buen espectáculo.

En cuanto a las diferencias (o cambios) generacionales, ella apunta que el humor es una herramienta muy poderosa y cada comediante elige cómo usar eso, ya sea para reflexio­nar, para educar, para olvidar, para relajar, etc. “El humor está en constante cambio, como todo el mundo. No solo depende de lo que nos pasa por dentro, sino todo lo que pasa a nuestro alrededor como per­sonas, como ciudad, como país y siempre se va adaptar, cambiar, mutar y aprender”, destaca.

Para Fani, es particular­mente importante que el humor sea un lugar seguro tanto para el comediante como para el espectador en el que ambos deben salir ganando. “Como estamos en un proceso de aprendizaje constante, es importante que cada uno se haga responsa­ble de lo que transmite. Es un deber hacer reír sin ejer­cer violencia, sin enfocar las ideas en dañar y/o menospre­ciar al otro”, sostiene.

En esa línea, hay un colec­tivo de mujeres comedian­tes que cada vez más se está agrandando. “A partir de ‘Siempre las malas de la pelí­cula’ (uno de los primeros shows 100 % de mujeres que incluía a Fani, Diana Frutos, Silvia Flores, Claudia Espí­nola, Caro Romero y Yemmy Melina), logramos conectar con muchas otras chicas que se animaron a subir a los esce­narios a hacer lo suyo”, resalta sobre esa experiencia y lo que empezó a gestarse.

Al igual que en otras expre­siones artísticas, en el humor también es necesaria la soro­ridad entre las colegas para crecer y generar espacios. “Algunas continúan hasta hoy, otras dejaron por equis motivo, pero el contacto, el conocerse y reconocerse siempre estuvo y está. Cada día hay más mujeres sobre el escenario y entre todas hay una red de buena onda y apoyo constante”, destaca Fani sobre esta experiencia.

En cuanto al impulso que tomó su propia carrera a par­tir de la realización de esta obra, asegura que “particu­larmente, mi experiencia en ‘Siempre las malas de la pelí­cula’ fue increíble. Tener la oportunidad de compartir escenario con mujeres come­diantes que son geniales en lo que hacen fue un paso enorme como standapera emergente”, agradece.

VUELTA AL TEATRO

Este año, Fani volvió al teatro después de ocho años aproxi­madamente y con total segu­ridad puede decir que, hoy por hoy, le resulta mucho más desafiante hacer una obra en esta rama. Ella fue protago­nista de “Trío busca”, “El club de los cuernos” y “Buscamos trío”. Retomó su viejo amor y tiene aún mucho por aprender y crecer.

“Allí, al compartir escenario con otras personas, al mismo tiempo tengo la responsabili­dad de memorizar 100 % un guion porque si olvido una sola frase o si digo mal una sola palabra puedo perjudi­car todo el trabajo actoral. Me encantó volver a los escena­rios. Me gustaría muchísimo seguir participando de obras y desafiarme en otras face­tas”, anhela la también actriz.

Además, se desempeña como guionista y productora. El trabajo de escritura es clave a la hora de hacer un monó­logo y, por supuesto, al llevar a cabo una obra de teatro. Sobre ese rol, Fani dice que siem­pre le gustó escribir. “En mi adolescencia escribía poe­mas, cuentos y hoy sigo escri­biendo, pero chistes (risas). Con respecto a la facilidad de escribirla, depende mucho. Es un ejercicio constante y todo sale bien siempre cuando las musas inspiradoras me encuentran trabajando”, reflexiona al respecto.

Consultada sobre cómo le alcanzan las horas para cumplir con todo, dice que le gusta mucho planificar todo con antelación. “Odio los pla­nes a última hora, me gusta tener todo bajo mi desorden, pero controlado. Trato de no encimar actividades para cumplir al 100 % con todo”, recalca sobre la cantidad de responsabilidades. A eso hay que sumarle que aprendió a costurar hace un tiempo y utiliza estos conocimientos como otra fuente de ingresos. “Hago ropitas, arreglos, ves­tuarios para teatro. Siempre tratando de ser una adulta independiente”, bromea. Definitivamente, ella tiene una habilidad de adaptarte y conseguir nuevas habili­dades para crecer constan­temente.

ANIMARSE Y NO QUEDARSE CON LAS GANAS

Muchas veces la vida tiene planes distintos para noso­tros y el camino que que­ríamos hacer se presenta de manera diferente a la que pensábamos. En ese contexto, las oportunida­des pueden llegar cuando menos lo esperamos y Fani es el ejemplo de eso. Por eso ella invita a jugarse cuando uno tiene la posibilidad. “Es mejor arriesgar a que la vida pase mientras te preguntas ‘¿qué hubiese pasado si...?’. Equivocarse está bien. Jun­tarse con la gente correcta es primordial”, puntualiza.

Para ella es fundamental creer en uno mismo, por­que si no, nadie lo hará. “Por eso me defino como ‘guero­via’, que en guaraní signi­fica ‘creer’. Una vez, Claupi (Claudia Espínola) me dijo: ‘Si vos no te la creés, nadie te va creer’ y uso eso como ban­dera. A mis 30 años haciendo lo que me apasiona, sin juz­garme por mis decisiones”, explica. Simple y directo: fe en uno mismo.

En este sentido, Cantero hace hincapié en su propia experiencia personal. “A mí me costó mucho cree r en mí, en lo que puedo lograr y sé que todos vivimos una rea­lidad diferente y todos tene­mos un tiempo para crecer, madurar y acomodar nues­tras vidas. Hace años atrás, pensaba que el arte para mí había terminado y ahora estoy acá”, atesora la actriz, guionista y comediante.

Así como alguna vez dijo uno de los bateristas de su banda favorita, Marky Ramone, “el punk expresa los mensajes que una sociedad necesita escu­char acerca de las situaciones de la vida cotidiana”, pode­mos decir que Fani utiliza el humor para expresar lo mismo y lograr que la gente se ría de uno mismo y que los demás se rían con uno y no de uno.

IMPRUDENTES DE IMPROVISACIÓN

Por otro lado, ella adelanta que está trabajando en una nueva puesta en escena. “Hay un nuevo show que se está gestando. En noviembre lanzamos un show de impro­visación. El equipo se llama ‘Imprudentes’ y me acompa­ñan Manni Delvalle y Yemmy Melina”, adelanta sobre este proyecto que no es stand up ni teatro.

¿De qué se trata entonces esta obra? Son juegos de impro­visación (como su nombre lo dice) en los que los intérpre­tes interactúan con el público y cada show es diferente. “Va ser algo diferente a lo que están acostumbrados como público, pero no se preocupen porque las risas están asegu­radas. Nuestra primera invi­tada es Silvia Flores y van a ir rotando cada semana”, cie­rra Fani.

FUNCIONES

Las funciones son el viernes 3, sábado 4 y domingo 5 de noviembre en el Galpón del Pasaje Molas (Pasaje Molas 1511 entre Cerro Corá y 25 de Mayo) y las entradas ya están a la venta a través del (0983) 212-369. “Aprovechen porque hay promos para los que quie­ran venir en grupo”, indica la actriz e ideóloga. “Impruden­tes” es producido por Lolli­post, la misma productora de “Siempre las malas de la película”, “Trío busca”, “Bus­camos trío” y “No te vamos a extrañar”.

CONOCIENDO MÁS A FANI CANTERO

• Un show de stand up para ver siempre en streaming: “Uno de mis comediantes favoritos es de Brasil, se llama Thiago Ventura y definitivamente elijo “Pokas”, su especial en Netflix, en el que habla de su vida creciendo en un barrio pobre y los problemas sociales que afrontó”.

• Un/a humorista que es tu influencia esencial: Thiago Ventura.

• Tu propio especial en streaming se llamaría: Irresponsable-Mente.

• La mejor cartelera en un show de stand up nacional es con: Yemmy Melina, Manni Delvalle, Silvia Flores.

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