Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Jorge Jara/archivo
“Hoy mi acervo particular está compuesto por más de 500 piezas, en su mayoría libros de texto y apuntes escolares desde 1840″, cuenta David Velázquez Seiferheld, alma mater del inédito museo que cuenta el origen y la evolución de las aulas en el país. Una experiencia que pasa por formatos religiosos, autoritarios, vistos a la distancia, y por la necesidad de afirmar patriotismo y por enseñar la democracia y los valores de la tolerancia en este presente. Un recorrido que, por ventura, continúa.
En 2019 fue curador de la primera muestra de historia de la educación paraguaya, denominada “Mbo’e: educar en el Paraguay desde la primera República”, y en 2020, de la primera muestra virtual de historia de la educación paraguaya, llamada “Mbo’e: escuelas y docentes en tiempos de crisis”.
Hoy viceministro de Culto, David Velázquez Seiferheld cuenta que esas experiencias fueron la génesis del museo que se inaugurará el próximo jueves 19 de octubre en la Casa Ballario del Centro Cultural de la Ciudad Carlos Colombino - Manzana de la Rivera de Asunción.
“Después de casi 10 años de colectar objetos educativos antiguos propios, a los que se sumaron generosamente otros coleccionistas e instituciones públicas y privadas, tenemos ya las condiciones de presentar un espacio y una propuesta pedagógica importante. Es un gusto poner a disposición de la ciudadanía tanto rico acervo”, comenta en sus palabras iniciales.
–¿Cómo surge la idea del Museo de Historia de la Educación Paraguaya y cuál fue el impulso para concretarlo?
–El museo nació como resultado de la muestra del año 2019 y como en los años 2020 y 2021 estuvimos con el encierro de la pandemia, no pudimos concretar la realización de la muestra que queríamos hacer en años consecutivos. En 2022, buscando un local surgió la posibilidad, el ofrecimiento de hacerlo en la Manzana de la Rivera. Así avanzamos en un acuerdo y luego encontramos el interés de la Fundación Itaú por apoyar una serie de refacciones físicas en salas de la Manzana necesarias para instalar el museo y también un agradecimiento a la Sociedad Filarmónica de Asunción por su inestimable apoyo. Entonces, teniendo como base el acervo mío, sumado a otros particulares y públicos, teníamos un volumen importante de material para exhibirlo al público. El museo es el resultado de esta intención de dar continuidad a la muestra transformada en un museo de carácter temporal, pero la idea es que en algún momento podamos convertirlo en permanente. Inicialmente el proyecto es por dos años. Para avanzar en la idea, una vez que se concretó el apoyo de la Fundación, conseguí el apoyo de Osvaldo Salerno, que había sido quien había montado también la muestra anterior en 2019, y Félix Toranzos, que, en su carácter de director de la Manzana de la Rivera, se sumó a este emprendimiento también como expógrafo. Y luego, recientemente, sumamos a la arquitecta Rosana Velázquez, que se encargó de la terminación, básicamente de la adecuación de las salas que ahora son parte del museo.
–¿Cuál es su propuesta pedagógica?, ¿a dónde apunta?
–El museo combina la narrativa de la historia de la educación a través de objetos educativos con la posibilidad del arte, simbolizando el arte como metáfora de algunos aspectos de la educación. O sea, no solamente van a haber objetos propiamente educativos, sino obras de arte relacionadas con la educación, lo que pretende llamar la atención sobre el campo educativo a través, digamos, del arte. La idea es que este espacio sea pedagógico, en el sentido de que en ese recorrido histórico uno pueda identificar a través de los objetos o animarse a investigar a través de los objetos el pasado educativo en términos de saber qué fenómenos del presente son atribuibles a ese pasado, porque en educación muchos de los fenómenos educativos son de larga duración. Y otros aspectos y fenómenos educativos que son propios de un tiempo determinado y allí la intención es que ese conocimiento de ese momento determinado ayude a comprender mejor ese momento histórico. También, obviamente, sirve para las transiciones entre momentos históricos, es decir, de los momentos históricos más o menos prolongados a los momentos de larga duración dentro del campo educativo.
–¿Cuáles son los nudos críticos que se pueden ver en la muestra?
–Los nudos críticos que pudimos identificar a través de las investigaciones tienen que ver, por ejemplo, con el idioma guaraní, el uso del idioma guaraní en las aulas.
En realidad, primero históricamente y durante centurias, siglos, la prohibición del uso del idioma guaraní hasta su reparación histórica y su inclusión en la educación actualmente. Otros nudos, como, por ejemplo, la feminización del magisterio, que es cómo el magisterio se fue convirtiendo de una profesión puramente masculina a una profesión esencialmente femenina. La aparición, por ejemplo, de la prensa educativa como medios especializados en los que se debate acerca de la educación, prensa educativa, que se remonta en algunos casos a poco antes de la guerra del 70 con algunos artículos publicados en los diversos periódicos de la época de los López (Carlos Antonio y Francisco Solano) y los más actuales que tienen que ver con la educación moderna que son revistas ya contemporáneas, producidas generalmente, aunque no exclusivamente, por el Estado. Esos son, digamos, algunos de los nudos que se pueden ver en la muestra.
–¿Qué importancia tienen educadoras como Asunción Escalada, Adela Speratti, María Felicidad González y Serafina Dávalos en ese contexto?
–Son procesos históricos importantes que tuvieron trascendencia. Por ejemplo, la aparición del normalismo educativo, que tiene que ver con la formación profesional y científica de docentes, especialmente mujeres. Entonces allí aparecen los nombres de María Felicidad González, de las hermanas Speratti, de Ramón Indalecio Cardozo, de Juan Ramón Dahlquist y de maestros no normalistas como, por ejemplo, Delfín Chamorro, algunos de cuyos aspectos recogemos allí.
–¿Qué objetos aparecen en la muestra y qué nos cuentan?
–Y también uno aprende acerca de lo que llamamos la cultura material escolar, el significado que tienen los objetos en el marco de la escuela, no para quien está fuera de ella, sino para la evidencia cotidiana de la escuela, qué significa un cuaderno, qué significa un útil escolar, qué significa un uniforme, qué significa un mapa. En fin, a eso se le llama cultura material escolar y tiene que ver con el significado simbólico que tienen en la vida escolar los objetos, más allá de su funcionalidad, en la funcionalidad educativa para la que fueron diseñados, qué significan eso para esos objetos, para las personas, para su memoria. Digamos entonces que esos son los ámbitos que cubre la muestra, una narración histórica con algunos problemas puntuales hoy por hoy y la cultura material escolar.
–Recibiste también importantes contribuciones…
–Sí, claro, como la que nos facilita el Museo Eclesiástico Juan Sinforiano Bogarín, que nos proporciona un banco del seminario de la época de Carlos Antonio López y un ejemplar del “Catecismo de San Alberto” y muchísimos otros objetos pertenecientes a colecciones, acervos y recuerdos privados, boletines de calificaciones, diplomas de estímulo al rendimiento, fotografías, objetos en general que nos fueron cedidos para su uso en esta muestra. Y eso es quizás lo más resaltante de la muestra y la proyección es que Paraguay va a ser uno de los pocos países del mundo que tiene museo educativo propio. Cierto que ya hay otros, quiero también decir que no es el primero, pero es el primero que está ubicado en un espacio de acceso público permanente como es la Manzana de la Rivera, porque hay un museo recientemente inaugurado, en el cual también aporté, que es el Museo Ramón Bogarín Arámbulo de Yaguarón, el Museo de la Escuela Uruguay, el Museo Pedagógico del Centro Educativo Laureles, el museo que está en el Colegio San Martín de Porres de Ñemby y el Museo de los Menonitas, el museo escolar propiamente dicho, pero este es digamos el primer museo que instalamos en un espacio público de amplio acceso.
–Es una empresa inédita en la que imagino tendrás a mucha gente por agradecer…
–Quiero mencionar que el museo en realidad es el centro de una serie de actividades académicas que cuentan con el apoyo de la editorial AranduBook y con el aval académico de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo. Pretendemos hacer cursos, talleres, conferencias y seminarios en el entorno del museo y aprovechando el museo como un espacio también pedagógico para la formación en historia de la educación paraguaya. Es importante expresar también un agradecimiento a todo el equipo técnico y administrativo de la Manzana de la Rivera, al personal de servicios y de obras que trabajó en la reparación de las salas para hacerlo posible.
SOBRE EL COLECCIONISTA
David Velázquez Seiferheld es el actual viceministro de Culto, es investigador de la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (UNVES, Paraguay) y académico correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia.
A su vez, es socio fundador del Comité Paraguayo de Ciencias Históricas y de la Sociedad Argentina de Investigación y Enseñanza en Historia de la Educación. Velázquez Seiferheld integra redes y grupos académicos regionales de investigación en los temas de educación y autoritarismo, cultura material escolar, historia y patrimonio escolar, historia, educación y memoria, y didáctica de historia y ciencias sociales.
De su producción literaria sobre estos temas se destaca “Educación y autoritarismo en el Paraguay”, en cuatro volúmenes (2015- 2019), y “Mbo’e: introducción a la historia de la educación paraguaya” (2019).