AFP.
Un tesoro literario del fallecido escritor argentino Julio Cortázar, hallado en Uruguay en una caja de bananas, ya tiene dueño: fue subastado el jueves en Uruguay en 36.000 dólares, el triple del precio base.
La pieza, un mecanoscrito original de la emblemática obra de Cortázar “Historias de cronopios y de famas”, que incluye siete relatos inéditos, quedó en manos de un coleccionista privado argentino, cuyo nombre no se divulgó.
Zorrilla Subastas, de Uruguay, y la casa Hilario, de Argentina, ofrecían este documento escrito a máquina, con anotaciones manuscritas y certificado por expertos en Cortázar, a un precio base de 12.000 dólares. Estimaban que se vendería a un valor máximo de 21.000 dólares, pero se superó con creces.
“El público lo valoró”, dijo a la AFP Guillermo González, de Zorrilla Subastas.
El remate tuvo lugar en la sede de Zorrilla Subastas en el Centro de Montevideo, pero la puja fue telefónica.
“Hubo siete interesados en Argentina, Chile, España, México y Uruguay, entre ellos el Ministerio de Cultura argentino, que quería destinarlo a la Biblioteca Nacional. Era la única institución que pujaba, pero no fue el comprador final”, contó González.
“No sabemos qué destino le dará a la pieza el coleccionista argentino que la compró, pero tenemos confianza de que será preservada para el futuro. Va a estar en buenas manos”, afirmó.
Fechado en París en 1952, el documento contiene 46 historias breves en 60 páginas mecanografiadas a una sola cara.
Del total de los cuentos, 35 aparecieron “casi sin variantes” en la primera edición de “Historias de cronopios y de famas” (Editorial Minotauro, Buenos Aires, 1962) y otros cuatro se publicaron posteriormente, según el catálogo del remate.
Siete, titulados “Inventario”, “Carta de un fama a otro fama”, “Mariposas automáticas”, “Los viajes y los sueños”, “Diminuto unicornio”, “Rabia de espejo” y “Rey del mar” siguen inéditos, de acuerdo con académicos.
“GRAN INCÓGNITA”
El mecanoescrito apareció en Montevideo en 2020 tras la muerte de una persona que tenía una importante biblioteca.
“Su hijo lo encontró en una caja de bananas, de esas de cartón que se usan para guardar cosas. Su padre le había dicho que tenía algo que creía que tenía valor, pero cómo vino a parar esta obra de Cortázar a Uruguay es una gran incógnita”, dijo González.
La preparación del remate comenzó el año pasado. Dos especialistas en Cortázar fueron consultados para acreditar la pieza: el escritor uruguayo Aldo Mazzucchelli, doctor en Letras por la Universidad de Stanford, y el librero anticuario argentino Lucio Aquilanti, coautor de “Todo Cortázar. Bio-bibliografía” (2014).
“Puedo afirmar sin lugar a dudas que se trata de un original del autor, mecanoscrito, de extraordinaria trascendencia”, escribió Aquilanti, destacando el uso de la misma máquina de escribir, una Royal, con la que Cortázar produciría más tarde otros textos.
“Desde el punto de vista literario, teniendo en cuenta sobre todo la época y el contexto de composición, el estilo, el idiolecto del autor y los temas, no hay ninguna razón sólida para pensar que estas páginas no sean auténticas”, apuntó Mazzucchelli.
Exponente del boom literario latinoamericano surgido en los años 1960 y 1970, Cortázar nació en Ixelles (Bélgica) el 26 de agosto de 1914, hijo de un diplomático argentino. Regresó a Argentina en 1918, antes de partir en 1951 hacia Francia, en protesta por el gobierno del general Juan Domingo Perón. Murió en París el 12 de febrero de 1984.
Su obra, mezcla de fantasía y del realismo mágico típico de la literatura sudamericana, ha sido traducida a una treintena de idiomas. Su libro más conocido, “Rayuela” (1963), es una novela laberíntica de 600 páginas que entrelaza historias de París y Buenos Aires y que el lector puede leer en orden o saltando de un capítulo a otro (hay 155) sin seguir la numeración.