Juan Carlos dos Santos, Twitter: @Juancads
El año 1924 culminaba con las consecuencias de una profunda sequía y el sector agrícola sufría además otra plaga de langostas. Entre esta situación del campesinado, también las personas que trabajaban en empleos domésticos hallaron inconvenientes a la hora de registrarse para esas labores, al parecer por el alto costo de dichos registros en la Municipalidad de Asunción. La principal cárcel del país, en la calle Comuneros, sufría la indiferencia del Gobierno y de gran parte de la ciudadanía. Estos y otros relatos que hacen a la historia no registrada en libros en el Paraguay duermen en la Biblioteca Nacional, esperando ser alguna vez procesados y pasados a un formato que no permita su desaparición por la acción del tiempo, de la naturaleza y de las personas mismas.
Desde ayer la municipalidad comenzó a expedirlas
Ha estado en nuestra redacción el señor jefe de inspección de la Municipalidad de la capital, Don Benjamín Aceval, con el objeto de explicarnos que son falsos los rumores que corren de que la comuna está cobrando una suma exorbitante a los interesados por expedirles las libretas de servicio doméstico.
Nos ha manifestado que que la expedición de esas libretas no se ha podido hacer sino desde el día de ayer por razón de que no se ha podido disponer su impresión antes de esa fecha.
Nos ha dicho también que por cada libreta la Municipalidad cobra estrictamente la suma determinada por la ordenanza sobre el servicio doméstico promulgada en julio de 1884, es decir, la cantidad de 0,50 pesos, por más que el costo de cada libreta es muy superior a esta suma.
No debe olvidarse la disposición contenida en el artículo 35 de dicha ordenanza que dice: “Todo sirviente que se colocase sin estar inscrito en la oficina correspondiente y sin tener libreta de orden para la multa de $5″.
Esto se entiende que rige para los que no se han hecho registrar en el libro de inscripciones de la Intendencia, dentro del plazo previsto por la Policía, vale decir hasta el fin de noviembre último. Dichas libretas quedan en poder de cada patrón.
Perspectivas agrícolas
Una larga sequía y grandes mangas de langostas, cayeron este año como una maldición sobre la agricultura.
El campesino, con escasos materiales y recursos, ha tenido que afrontar los dos castigos que han venido a drenar su chacra en la que cifraba todas las esperanzas.
No obstante nadie ha desfallecido. Todo el mundo se ha puesto a replantar apenas abandonada la pala con la cual se batía el acridio.
Es así, como lejos del pesimismo, se puede cifrar esperanzas en la próxima cosecha. El agricultor ha sufrido, pero también ha sabido reaccionar. Esta reacción es una verdadera felicidad para el país, ya que el Paraguay es eminentemente agrícola y el comercio, los profesionales y el Estado mismo, dependen de este renglón que es esencialísimo en la vida nacional.
Con esta convicción hemos venido reclamando desde estas columnas, una atención más inteligente y decidida para la industria agrícola. Como también hemos pedido que se ampliara la acción del banco, facilitándole mayores medios para el cumplimiento de su misión.
En este orden de cosas, tócanos hoy dar una a buena noticia: la fundación de una cooperativa de agricultores en el departamento de Itá. Esta fundación aparte de su utilidad directa, puede entrañar la reacción necesaria contra el excesivo individualismo del campesino paraguayo, que es una de sus principales fallas.
Saludamos pues el nacimiento de esta institución, como el principio de la cooperación como sistema para la convivencia de los productores. Si se multiplicaran estas cooperativas, poco tendríamos que temer de los frecuentes contratiempos que se presentan a la industria agrícola.
Con voluntad se pueden realizar grandes obras
Desde hace muchos años, ese infierno de la calle Comuneros que se denomina Cárcel Pública, fue un motivo de interés especial tanto del Gobierno como del pueblo mismo. Ambos consideraban que esa penitencia sería como un lugar de martirio, como un calvario en que se mata a fuego lento más de medio millar de hombres, que viven en degradante promiscuidad. Pero ni el Gobierno ni el pueblo han podido iniciar jamás una obra tendiente a liberar a los infelices recluidos de tan inmundo cautiverio, donde antes se especializan en el crimen, hombres que culpables de un delito, podrían sin embargo regenerarse y ser útiles a sí mismo, a sus familias y a la sociedad.Como es sabido, se ha constituido una comisión de damas y señoritas, encargadas de recolectar fondos en beneficio de los pesos. Se organizan fiestas con el mismo fin y según informes que publicamos ayer, la comisión de damas juntamente con el jefe de la Policía, han encontrado el modo de solucionar práctica y temporariamente el problema carcelario, qué debe preocupar seriamente a toda sociedad organizada.