Gloria Ocampos-Prieto, gloria.ocampos@nacionmedia.com - Fotos: Eduardo Velázquez y Cristóbal Núñez
El club Centenario celebró por todo lo alto otra edición de su noche de gala más importante, una ceremonia con años de historia y tradición que se sigue viviendo con mucho entusiasmo y brillo cada setiembre en la entidad social. Fue una fiesta soñada, un bello poema para la primavera y la juventud escrita con mucho esmero y cariño para homenajear a las 100 jovencitas que este año hicieron su presentación en sociedad rodeadas de flores y emociones en un acontecimiento muy esperado por todas ellas. Felices y hermosas, las adolescentes cautivaron con sus elegantes vestidos blancos de alta costura, su alegría y espontaneidad, brillando como estrellas en una noche de aire estival, bajo un clima ideal que acompañó el éxito de la velada.
En esta bienvenida adelantada a la primavera, el club lució radiante con los arreglos de rosas y alhelíes en tonos magenta y rosado, con abundante follaje de eucalipto mentolado, sauces naturales y olivo, una puesta romántica y sofisticada que fue muy admirada. La decoración fusionó elementos naturales con vanguardia tecnológica como las ventanas digitales que se abrían a un primoroso jardín y que estuvieron enmarcadas por columnas de rosas. La idea fue “representar la transición a la era moderna de un clásico de setiembre, pero conservando la esencia del club y de esta ceremonia”, explicó el decorador Armando Teme. La imponente y emblemática escalera simulaba un castillo medieval completamente revestido de follajes y guirnaldas de flores donde las princesas hacían su aparición ante la numerosa y distinguida asistencia; cerca de 3.000 personas disfrutaron de esta cita anual.
La ceremonia inició puntualmente a las 22:00 con la impecable conducción de Marta Díaz Mojagatta y Dani Willigs, y cada debutante recibió de las autoridades del club la tradicional medallita de oro recordatoria. Como todos los años, la Orquesta Paraguaya de Salón, dirigida por el maestro Miguel Ángel Echeverría, interpretó los clásicos valses, el momento cumbre de este ritual de debut cuyos inicios en el club Centenario se remontan a los años ‘40. El acto formal de la gala tuvo un rutilante broche de oro, el show de fuegos artificiales, muy esperado por todos, especialmente por las debutantes que celebraron con júbilo y bullicio este momento tan lleno de magia y emoción. El servicio gastronómico llevó el sello del restaurante Talleyrand: de aperitivo hubo tabla de quesos y jamones; la entrada consistió en causa limeña de pollo, palmito y morrón, sobre una emulsión de palta; el plato principal fue lomito relleno de provolone y tomate seco con salsa de hongos, y cesta de batata, puerro y espárrago. De postre, los comensales saborearon copa crema con frutilla. El baile mostró en todo momento una pista repleta, animada y divertida, y es que los Djs de la fiesta no pararon de enganchar buena música. De esta tarea se encargaron Christian Lozano y sus herederos, Mati y Gianluca Lozano; Cami Flecha, Faro y el invitado internacional del evento, el celebrado Dj y productor uruguayo Nacho Radesca, que musicalizaron hasta el amanecer.