Este domingo Toni Roberto hace un viaje imaginario en la vieja Línea 16, en el que se entremezclan la despedida a un obispo con una antigua sastrería de Las Mercedes.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Son las 15:30 del miércoles. Llego en una imaginaria vieja Línea 16 a la catedral de Asunción. Suenan las campanas, es la despedida de monseñor Pastor Cuquejo. El espacio está completamente lleno. En la primera fila de la nave derecha me encuentro sentado al lado de Leni Pane y del otro Pilita Rodríguez, la custodio de la Virgen de la Asunción. Enfrente una larga alfombra roja que señala el espacio donde descansarán para siempre los restos del obispo emérito de Asunción. Parado se encuentra Mariano Mercado, quien fuera hombre de confianza de este pastor de la Iglesia.
Confieso que en todos estos casi 400 ininterrumpidos domingos nunca fue tan complicado decidir el tema semanal, sobre todo porque no tengo la voz de mi consejera Marycruz Najle. Un viaje al barrio Las Mercedes y un homenaje a la vieja Línea 16 se entremezclan en mi memoria como una rica ensalada de frutas del Lido con vistas a la Catedral Metropolitana.
Al final, ¿por qué no puede ser un viaje en un 16 fuera de línea por el barrio Las Mercedes y una evocación a monseñor Cuquejo?
EL IMAGINARIO 16
Eran las seis de la tarde del viernes pasado y decidí caminar cuatro quilómetros para retirar mi auto del taller. Tomé la avenida República Argentina rumbo al sur. Durante la caminata el ruido incesante y los bocinazos de los conductores apurados a llegar a “no sé dónde”, cada tanto una parada repleta de ciudadanos saliendo de sus trabajos, muchos de ellos esperando unidades del transporte público que le lleven a otras ciudades del sur del departamento Central.
Al llegar a la esquina del viaducto paso por debajo y al estar por cruzar la avenida Eusebio Ayala para en frente de mí una línea de transporte de donde se baja el chofer.
Camina unos metros y llega a un barcito, donde compra una gaseosa y un chupetín. Mientras, el pasajero sereno esperando dentro del bus con toda la calma del mundo. Acto seguido sube el conductor y sigue el viaje.
En ese momento me vinieron a la mente imágenes de un pasado asunceno que yo pensaba que estaba extinguido. Eso me llevó directamente a un viaje en la Línea 16, que con todo el honor del pasado sigue marchando por Asunción contra viento y marea. “En un principio, en su inauguración en octubre de 1971, la terminal del bus quedaba en Villa Guaraní en una de las últimas casas de aquella urbanización antes de llegar a la avenida Molas López. Después siguió hasta Campo Grande, pero los días de lluvia solo iba hasta la Villa donde estaban las oficinas porque ahí terminaba el empedrado”, me cuenta Blanca Edith Coronel, antigua azafata de la Línea 16, que hoy reside en España.
DESDE UNA SASTRERÍA
Por otro lado, en esta mezcla de recuerdos en este viaje en el 16, rescato memorias sueltas contadas por el Dr. Vicente Bataglia Doldán, del barrio Las Mercedes, al que llegaron allá por 1945 recomendado por los parientes italianos oriundos de Raguzza que habitaban la zona. Ahí su padre, don Ramón Bataglia, creó una sastrería, que con el tiempo se fue convirtiendo en lo que hoy son los shoppings. Al llegar la tardecita, los vecinos iban a charlar en ese negocio mientras Bataglia cosía en la vieja máquina, siempre con el centímetro colgado al cuello como todo buen profesional del rubro
“Los chicos del barrio jugábamos en la canchita de la antigua iglesia de Las Mercedes, muchos de ellos pasaron a formar parte de los jugadores del Club Libertad que fueran grandes protagonistas de la selección campeona de 1955″, nos cuenta Bataglia Doldán.
UNA DESPEDIDA AL PASTOR
Quiero terminar este viaje de domingo en el viejo bus con las palabras de despedida a monseñor Pastor Cuquejo de parte de su sobrina Patricia Ygarza Cuquejo:
“Una vez, cuando mi abuela materna me mostraba las fotos de la familia, llegamos a una en la que aparecía un joven vestido con atuendos que no eran los comunes. Pacientemente me explicó la historia de Pastor, hijo de Zacarías Cuquejo, que inicialmente no estaba de acuerdo con la idea de que su hijo sea sacerdote. Pero Pastor supo desde niño lo que quería y fue firme desde entonces en seguir su vocación. Esa foto era de su ordenación sacerdotal en Estados Unidos”.
“Ese joven determinado, con el tiempo, llegó a ser el obispo que coordinó la primera visita papal al Paraguay en tiempos más que difíciles. Y luego, fue el quinto arzobispo de la Asunción”. “Hoy décadas después, en el silencio de la Catedral Metropolitana de Asunción, le di las gracias por las veces que dijo sí y también no durante su largo camino. Y recé por su eterno descanso”.
“Guardo en esta foto el silencio inmenso en el que le pude decir adiós a un Pastor”.
Me despido. Tal vez vuelva a viajar en otra Línea 16 a otro rincón de algún barrio el próximo domingo, siempre teniendo como destino común algún lugar del pasado de Asunción.