Tony Bennett, el último de una generación de cantantes estadounidenses cuyo espíritu alegre unió generaciones para convertirlo en un creador de éxitos durante siete décadas, murió el viernes pasado a los 96 años. Shakira enfrenta nuevos cargos por supuesto fraude fiscal en España, una exposición de Beyoncé genera indignación en Egipto y el rey emérito Juan Carlos de Borbón está nuevamente en el foco por acusaciones de una examante.

  • Texto y fotos: AFP

UNA VOZ LEGENDARIA SE APAGÓ

Criado cuando las grandes bandas definían la música pop estadounidense, Tony Bennett logró una improbable resurrección cuando comenzó a ganarse al público joven en la década de 1990, sin necesidad de reinventarse.

Con más de 80 años se convirtió en la persona de mayor edad en alcanzar el número uno en la lista de ventas de álbumes en Estados Unidos gracias a una colección de duetos con Lady Gaga, quien se con­virtió en su amiga y compañera de gira.

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Lady Gaga fue apenas una de una larga lista de estrellas jóvenes que trabajaron con el cantante, cuya muerte fue anunciada por su publicista Sylvia Weiner. Padecía el mal de Alzheimer desde 2016.

Las expresiones de pesar no demoraron. “Sin duda, el cantante, hombre e intérprete con más clase que jamás verás. Es insustituible. Lo amaba y lo adoraba”, escribió el astro británico Elton John en Instagram.

También se involucró en la causa contra el racismo en la década de 1960 y una hija de Martin Luther King Jr. lo recordó. “Gracias por tu compromiso con el amor, los derechos civiles y un mundo mejor”, tuiteó la hija de King, Bernice.

DOCENAS DE ÉXITOS

Comenzando con la grabación de la canción de la película “Because of you” en 1951, Bennett cantó docenas de éxitos, incluidos “Rags to riches”, “Stranger in paradise” y, en lo que se converti­ría en su tema característico, “I left my heart in San Francisco”, que le valió dos de los 19 premios Grammy de su carrera.

Pero la invasión británica de Estados Unidos lide­rada por The Beatles pasó factura al cantante, cuya música comenzó a tornarse anticuada. Con el tiempo, su carrera revivió.

“Cuando apareció el rap, o la música disco, cual­quiera fuera la nueva moda, no traté de encon­trar algo que encajara con el estilo de la escena musical”, dijo Bennett a la revista cultural britá­nica Clash.

“Simplemente me mantuve y canté con since­ridad y traté de ser honesto conmigo mismo, sin comprometerme nunca, simplemente haciendo las mejores canciones que pude pen­sar para el público”, dijo. “Y afortunadamente dio resultado”.

“EL MEJOR”

Nacido el 3 de agosto de 1926 en Astoria, en el distrito más cosmopolita de Nueva York, el can­tante, cuyo nombre verdadero es Anthony Bene­detto, debe parte de su singular longevidad a su técnica vocal.

Formado en el bel canto, el que se hacía llamar Joe Bari al principio de su carrera mantuvo intacta su voz durante toda su vida.

Bennett encarnó la canción de la posguerra, sin caer en la vejez. Dejó pocos clásicos, a diferencia de Frank Sinatra, otro hijo de inmigrantes italianos del área de Nueva York, con quien fue muy comparado, pero cuyo éxito fue muy superior. Sus mayores éxi­tos llegaron al principio de su carrera, a comienzos de la década de 1950.

Tony Bennett, quien adoptó ese nombre artístico por sugerencia del comediante Bob Hope, mantuvo una audiencia leal gracias a miles de conciertos y una presencia escénica admirada por todos.

“Como espectador, (creo) que Tony Bennett es el mejor cantante”, dijo una vez Frank Sinatra. “Me emociona cuando lo veo, me emociona”. Su sonrisa, su elegancia y su energía proyectaban una imagen cálida y optimista.

“NUNCA PREVISIBLE”

Bennett padeció en los años 70 y 80 una etapa mar­cada por la adicción a la cocaína y superó sobredosis en 1979. Su hijo Danny intervino y le abrió el camino a una segunda carrera presentándolo a una audien­cia más joven.

Así, en 1994 realizó en el canal de música MTV un “Unplugged”, conciertos acústicos más bien reser­vados para jóvenes artistas en boga.

En 2006 lanzó el disco “Duets: An American classic”, junto a nombres muy grandes de la música popular, desde Stevie Wonder hasta Bono.

El éxito fue total al punto de que en 2011 verá la luz un segundo opus, “Duets II”, con el que logró el pico de ventas de discos en Estados Unidos a sus 85 años. El álbum contiene sendos duetos con Lady Gaga y Amy Winehouse que revelan a las dos jóvenes can­tantes en un registro refinado.

Las colaboraciones continuarían, en particu­lar con un álbum completo junto a Lady Gaga, “Cheek to cheek”, que se convirtió en un nuevo número uno en los Estados Unidos. Durante siete décadas siguió el consejo de Frank Sinatra: “Nunca seas predecible”.

ASUNTOS FISCALES

Un juzgado español abrió una nueva causa por presuntas irre­gularidades fiscales a la can­tante colombiana Shakira, quien ya debe ser juzgada a partir de noviembre por otros delitos contra la Hacienda española, informó el tribunal el pasado jueves.

“El juzgado de instrucción 2 de Esplugues de Llobregat tiene abierto un procedimiento deri­vado de la querella presentada por la Fiscalía contra la cantante Shakira por dos presuntos deli­tos contra la Hacienda Pública por el IRPF e impuesto sobre el patrimonio del ejercicio 2018″, indicó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en un comunicado.

Poco después, el equipo de la artista, que tras años afincada en España ahora reside en Miami, volvió a insistir en su inocencia y aseguró que todavía no ha sido notificada oficialmente de la nueva causa.

“Una vez más, como viene ocu­rriendo durante todos estos años, es a través de los medios de comunicación como la can­tante se ha enterado de la inter­posición de esta querella, evi­denciando la presión mediática y reputacional a la que se ve some­tida”, señalaron sus representan­tes en un comunicado.

“Shakira defiende haber actuado siempre conforme a la ley y bajo el consejo de los mejores expertos fiscalistas”, expusie­ron, agregando que la cantante “ahora se encuentra centrada en su vida artística en Miami y está tranquila y confiada en la reso­lución favorable de sus asuntos fiscales”.

La estrella colombiana tiene otro proceso abierto por el que debe ser juzgada probable­mente a partir de noviembre en la Audiencia de Barcelona por un presunto fraude fiscal cometido entre los años 2012 y 2014.

El Ministerio Público solicita para ella más de ocho años de cárcel y una multa de cerca de 24 millo­nes de euros (26,8 millones de dólares), bajo acusación de haber defraudado 14,5 millones al fisco español en esos ejercicios.

La Fiscalía acusa a Shakira de haberse servido de un “entra­mado societario” creado años antes para no tributar en España en los ejercicios de 2012, 2013 y 2014, pese a que ya residía en el país más de los 183 días al año que estipula la ley.

La artista de 46 años, conocida por éxitos internacionales como “Waka waka”, “Hips don’t lie” o “Music sessions, Vol. 53″ con el argentino Bizarrap, ha negado siempre las acusaciones, y ase­gura que debido a su profesión mantenía por entonces un estilo de vida en continuo movimiento.

La privacidad de la estrella volvió a acaparar gran atención mediá­tica al hacerse pública el año pasado su separación del exfut­bolista del FC Barcelona Gerard Piqué, con el que tiene dos hijos. Tras alcanzar un acuerdo con su expareja por la custodia de sus niños, Shakira trasladó su resi­dencia a Miami.

LA EXPOSICIÓN DE BEYONCÉ

En un museo neerlandés, los ritmos de la música hiphop resuenan junto a sarcófagos y estatuas. Los comisarios de la exposición aseguran querer ilustrar la influencia del anti­guo Egipto en los artistas de raíces africanas, pero en el país norafricano no opinan igual.

La muestra expone una foto­grafía de Beyoncé como la reina Nefertiti y un video de Rihanna bailando frente a las pirámides junto a unos bus­tos antiguos. En medio de una sala hay una máscara dorada que parece pertenecer a un faraón, pero luego resulta ser una escultura moderna que reproduce la portada de un álbum del rapero Nas. Los artí­culos conforman la exposi­ción “Kemet” (Tierra negra) del Rijksmuseum van Oudhe­den de Leiden. La exhibición ha causado indignación en Egipto, que vetó a los arqueólogos del museo neerlandés en una excavación.

El servicio egipcio de antigüe­dades dijo que el museo “falsi­ficaba la historia” con su enfo­que “afrocéntrico” y denunció la apropiación de la cultura egipcia, según los medios neer­landeses.

Algunos comentarios sobre la polémica en redes socia­les eran “de naturaleza racista u ofensiva”, lamentó el museo de Leiden. Así, lo que antes era una estimulante celebración de Egipto en el hiphop, el jazz, el soul y el funk se ha convertido en objeto de una batalla cultural.

A LAS PUERTAS DE UN JUICIO

Luego de abdicar tras múltiples escándalos, el rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón, está nuevamente en el foco mediático por razones poco deseables. Esta vez, el abo­gado de Corinna zu Sayn-Wi­ttgenstein-Sayn, su examante, lo acusó de intentar “evitar un juicio inevitable”, defendiendo el jueves que su demanda por acoso puede ser juzgada en Inglaterra e incluir actos pre­vios a su abdicación.

Esta danesa de 58 años, que man­tuvo una relación con el entonces monarca entre 2004 y 2009, pre­sentó una demanda civil en 2020 en Londres, que se encuentra en fases previas al inicio de un even­tual juicio.La empresaria, divor­ciada de un príncipe alemán, utiliza el apellido de este, pero es también conocida por su nombre de soltera, Corinna Larsen.

El padre del actual rey de España, de 85 años, niega “enfáticamente” haberla sometido a amenazas, intrusiones, seguimiento, pirateo y difamación entre 2012 y 2020 con el objetivo de recuperar 65 millo­nes de euros (73 millones de dóla­res) que le había regalado.

Pero sus sucesivos abogados buscan desde hace dos años impedir que un tribunal británico juzgue el fondo de la causa. Tras obtener en diciembre que el Tri­bunal de Apelaciones de Londres reconociese la “inmunidad” de Juan Carlos hasta su abdicación en 2014 en favor de Felipe VI, en los últimos días argumentaron que la querella no tiene base y ni jurisdicción en Inglaterra.

Es “un amplio intento de evitar un juicio inevitable”, fustigó el abo­gado de la empresaria danesa, Jonathan Caplan.

Por su parte, el defensor de Juan Carlos, Adam Wolanski, afirmó, en el inicio de estos cuatro días de vistas previas, que los actos denunciados por Larsen, desde presiones para asistir a fiestas hasta vigilancia y ataques a su reputación, “no son acoso”.

Pero Caplan aseguró el jueves que “los actos están vincula­dos, de manera que la totalidad puede ser considerada como una línea de conducta” de “un hombre poderoso contra una mujer sola”, buscando “obtener el control de la demandante y el dinero regalado”.

Larsen, que desde 2020 reclama una compensación por daño psi­cológico, agregó recientemente un reclamo por “pérdida de negocios e ingresos”, que según Wolanski ascienden a 126 millones de libras (165 millones de dólares).

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