Hoy Toni Roberto nos ofrece algunos pormenores en torno al Monumento al Arpa y su creador, Juampi Pistilli, así como de su amistad con el ingeniero Chico Bogarín, dueño del taller donde fue construida la obra.

Son las ocho de la noche, las luces “apuntan a la punta” de la monu­mental pieza diseñada por Juampi Pistilli y desarrollada en los talleres de Chico Boga­rín. Observamos el cielo con Gloria Miranda, viuda del recordado escultor Hugo Pis­tilli, padre del creador de esta obra dedicada al arpa, y recor­damos la vida de barrio de esta familia, que habitaba una casa de la calle Herrera en el cen­tro de Asunción. En ella, Hugo Pistilli Statunato, hijo de una familia de mimbreros, ima­ginó transformar este mate­rial en hierro.

PISTILLI Y LA SALA BOGGIANI

“Recordando los recuerdos” de principios de los 80, cuando se había ampliado el colegio Dante Alighieri en la zona de la calle Humaitá, donde se ins­taló la Sala Boggiani. Una de las primeras muestras realiza­das allí fue la de Hugo Pistilli, que se denominaba “Afganis­tán”, una estremecedora serie en la que el duro hierro se vol­vía poesía en homenaje a aquel sufrido pueblo que enfrentó una larga y dura guerra.

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Hugo Pistilli. Escultura. Asunción, 1983

En la misma noche de la inau­guración, salimos de la casa mi abuela y yo. Caminamos la arribada de la calle Alberdi en dirección al centro por dicha importante arteria asuncena, sobre la que vivíamos, y llega­mos a la muestra de Pistilli; en la puerta, un cartel de hie­rro diseñado por Hugo rezaba: “Sala Boggiani”. Me detengo un momento y pienso: “Creo que fue la primera visita que hice a una noche de vernisagge en Asunción”.

GLORIA MIRANDA Y EL FONDO DE ARPA RÓGA

Siguiendo en la mágica velada de inauguración, de fondo escuchamos al grupo de jóve­nes de Arpa Róga. Los recuer­dos van y vienen y se entremez­clan sin tiempo. Sigue la charla con la eterna compañera de este gran escultor paraguayo nacido en 1940 y fallecido en 2006, como cuando se muda­ron de la casa de la ruidosa calle Herrera en los años 80 a la ya histórica Urbanización Aero­puerto del viejo IPVU y que debido al silencio del lugar en las noches no podían dormir; toda una paradoja.

Familia Pistilli Miranda. Asunción, c.1986

JUAMPI PISTILLI Y LA LÍNEA 3

Por esos años, debido a la dis­tancia de la nueva casa con el legendario Colegio Dante, Juampi hacía del largo reco­rrido en la desaparecida Línea 3 hasta el centro el momento ideal para observar la ciudad desde su extremo este hasta el centro, justo en el límite con el oeste de la ciudad; de esta última zona tenemos noticias a partir de las investigaciones de Patricia Ygarza Cuquejo. Tam­bién rememora el escultor: “En los días de lluvia eran famosos los raudales de las calles de la urbanización y estaba tácito que ya no podíamos salir de la casa o que no podíamos regre­sar hasta el día siguiente y era normal quedarme en el centro en el domicilio de los Volpe”.

Juampi Pistilli. Escultura colgante. Barrio Mariscal. Asunción, c. 2017

LA AMISTAD DE LOS PISTILLI Y LOS BOGARÍN

Juampi Pistilli, que desde su infancia concurría al taller artístico de su padre, Hugo Pistilli, sobre la avenida Sacra­mento, donde utilizó el hierro para sus juegos de niño, realizó en las últimas décadas impor­tantes obras de gran tamaño. Sin embargo, es la primera con esa monumentalidad, con una base de 50 toneladas y una escultura de 12 toneladas. Si bien la obra se realizó en cuatro meses, el proceso de creación y los prolegómenos tienen una larga historia que empezó hace muchos años cuando el inge­niero Walter Bogarín padre, Chico Bogarín, constructor de la gran obra de la costanera, hizo una muestra en el Centro de Industriales Metalúrgicos denominada “Metalmorfo­sis”. En esa exposición home­najearon a Hermann Guggiari y a Hugo Pistilli, por lo que a partir de ahí consolidaron su vieja amistad. Cuando falleció Hugo, el ingeniero Bogarín se fue al taller de Juampi a com­prar algunas obras, a visitarle a la familia y ahí le dice a Juampi: “El día que necesites el taller, está a disposición”.

Hugo y Juampi Pistilli. Colegio Dante Alighieri. Asunción, c.1989

DESDE TOBATÍ HASTA EL MONUMENTO AL ARPA

Después empieza hacer un monumento para Tobatí y ahí hace uso del ofrecimiento que le había hecho el inge­niero Walter. “Fue a la fábrica a terminar todo el trabajo, yo estaba en otra empresa del grupo que queda en Limpio y en WAL, el taller de Asunción, se estaba haciendo la obra ‘Tobatí’, donde Juampi iba a verificar y dar las instruccio­nes”, nos cuenta Chico.

Sigue diciendo Bogarín: “Yo me encargué personalmente de hacer el montaje de la escul­tura en aquella ciudad; armé el equipo, con la grúa, con los camiones e hicimos todo el procedimiento del montaje. Juampi quedó muy agrade­cido y así fue como nos reen­contramos y a partir de ahí un día me llamó y me fui a una exposición suya, donde estaba a la venta la maqueta de la obra ‘Tobatí’. En ese momento no tenía plata para comprar y le dije: ‘Algún día te voy a comprar’. Después de un tiempo me llamó y me regaló la pieza. En el mismo acto de lo de ‘Tobatí’ yo vi la maqueta del arpa y la compré, ahí empezó el proyecto de construir el Monumento al Arpa”.

Jóvenes de Arpa Róga, en la inauguración del Monumento al Arpa. Asunción, 2023

EL SUEÑO DE HOMERO DUARTE Y LA CONCRECIÓN DE PISTILLI

Hace muchos años, en la década del 60, el gran arqui­tecto Homero Duarte había planteado hacer un monu­mento en los bajos de la antigua costanera de Asunción plan­tando 36.000 árboles nativos en homenaje a la misma can­tidad de caídos en la guerra del Chaco, que no pudo llevarse a cabo. Hoy, después de muchas décadas, tenemos en ese lugar una pieza monumental dedi­cada al arpa paraguaya, que está ahí mirando al cielo, para siempre, haciendo música en nuestros corazones.

Etiquetas: #barrio#Pistilli

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