Fotos: Nanu Maldonado, Fernado Allen, WCS
El pasado miércoles 19 de abril quedó inaugurada la muestra “El sueño del jaguar”, que hasta el próximo 20 de mayo permanecerá abierta en el Centro Cultural de España Juan de Salazar (CCEJS). La propuesta busca generar conciencia a través del arte sobre la importancia de la conservación de la población de yaguaretés en nuestro país, que se encuentra en creciente amenaza por las actividades humanas, así como la expansión sobre sus territorios y sus fuentes de alimentación.
La supervivencia del jaguar, yaguareté o Panthera onca enfrenta crecientes retos en la actualidad, ya sea por la cacería furtiva e indiscriminada, el tráfico de vida silvestre, la disminución de sus fuentes de alimentación, la pérdida de hábitat natural y el conflicto con la especie humana en zonas ganaderas, puesto que al tratarse de un animal carnívoro en muchas ocasiones ataca al ganado.
Como respuesta ante esta problemática, en nuestro país se encuentra en desarrollo el proyecto denominado “Esfuerzos del sector público y privado para proteger a los jaguares de amenazas claves en el Chaco Paraguayo”, financiado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los EEUU (USFWS, por sus siglas en inglés), y ejecutado por la Wildlife Conservation Society (WCS).
Para conocer más detalles de esta iniciativa, Nación Media conversó con la bióloga Laura Villalba, coordinadora del Programa de Conservación de Especies de la WCS en Paraguay, quien explicó en primer lugar que la muestra se realiza con la intención de “mostrar a través del arte todos los esfuerzos que se realizan para la conservación de esta especie. El jaguar siempre fue considerado emblemático y estuvo presente en todas las culturas a través del tiempo en toda la historia de la humanidad. O sea, siempre fue considerada una de las especies más emblemáticas, más majestuosas. No solamente a nivel de Latinoamérica, sino en todo el mundo y a lo largo de toda la humanidad. Y aun así, sus poblaciones están amenazadas, van disminuyendo y las amenazas aumentan”.
Así, la exposición desarrollada por los curadores Fernando Allen y Fredi Casco, quienes han venido documentando desde hace mucho tiempo trabajos de las comunidades indígenas que reflejan el espíritu del jaguar en estas culturas, presenta una interpretación del mundo simbólico y natural del jaguar desde los lugares sensibles del arte, donde el felino más grande de América es el absoluto protagonista, y su relación con la realidad actual a la que se enfrentan sus poblaciones, que lo ha llevado a un estado crítico en nuestro país.
ESFUERZO COLECTIVO
Villalba añade que este proyecto parte de la premisa de que todos los esfuerzos que vienen haciendo para disminuir las amenazas, explorar las potencialidades para la conservación, el trabajo en educación y políticas públicas, así como los distintos tipos de mecanismos para disminuir las mortandades, no tendrán los resultados esperados si se implementan de manera aislada.
Por ello, la WCS, que desde hace 12 años desarrolla este programa de conservación, inició un trabajo con vistas a incluir a todos los sectores en una labor mancomunada con el objetivo de proteger esta especie. Entre estos se cuentan actores como los productores de carne, las autoridades locales y nacionales, así como las escuelas a fin de incluir el componente de educación.
“Hay pinturas, hay trabajos hechos en madera, en lienzo. Fernando Allen y Fredi Casco han estado documentando eso, tenían una mirada casi mágica sobre esta especie. Y nosotros, por otro lado, manejando el tema de la realidad, de los problemas y las amenazas que tiene esta especie, cuando nos juntamos dijimos: ‘Tiene que haber alguna manera en la que se pueda mostrar todo este trabajo, todo este esfuerzo a través del arte, y también mostrar la importancia del arte, de los artistas, de los trabajos, de la influencia de esta especie a través de datos reales sobre la situación ecológica de las poblaciones’. Y ahí surgió esta idea, la idea de juntar esos dos mundos, de juntar un poco lo que es toda esa maravillosa forma de ver al jaguar, por ejemplo, en el espíritu del bosque, en la luna, ha marcado a culturas enteras. Por ejemplo, hay chamanes para quienes la aparición del jaguar en sus comunidades es un presentimiento de fuerza, un presentimiento de bonanza, ha tenido diferentes significados”, detalló la bióloga.
SUEÑO
Respecto al nombre de la muestra, Villalba hace alusión a un sentimiento de empatía mediante el cual se busca hacer un ejercicio de ponerse en el lugar de esta especie amenazada y buscar identificar cuáles son los sueños que abrigan estos animales. “Si los jaguares pudieran soñar, si pudiésemos imaginarnos lo que el jaguar sueña, creemos que estaría soñando con sus bosques, con sus atardeceres, con tener agua, alimentos, poder reproducirse, criar a sus cachorros. Creemos que con eso soñaría el jaguar y soñaría también con que es posible la coexistencia. Es decir, ahora hay muchas propiedades ganaderas en el Chaco y allí surgen conflictos porque el jaguar muchas veces no distingue a sus alimentos y ataca al ganado. Creemos que el jaguar soñaría con un poco de tolerancia y que la convivencia es posible si es que el jaguar tiene sus bosques, suficiente lugar para moverse y tiene sus presas naturales como el venado, los pecaríes. Si el hombre dejara de cazar a sus presas naturales, el jaguar no necesitaría cazar ganado”.
En este sentido, Villalba refiere que a través de investigaciones se ha podido demostrar que las actividades ganaderas en el Chaco paraguayo son compatibles con la conservación de la biodiversidad.
“En el Chaco paraguayo en cierta época no hay agua casi en ningún lado y en las propiedades ganaderas siempre hay agua para las vacas y de esto se nutren también las especies silvestres. Las propiedades ganaderas mantienen sus cortinas rompeviento y sus áreas de reserva, que por ley tienen que dejar. Y estas cortinas y áreas de reserva sirven como conectores y refugio”, señala para ilustrar la idea de que la producción agrícola y la protección de la biodiversidad no son entidades antinómicas.
APORTE MULTIDISCIPLINARIO
La exposición consiste en una muestra colectiva de 20 artistas que aborda cosmovisiones, paisajes sonoros, imaginarios, leyendas, biodiversidad y políticas ambientales que integran un relato comprometido con la defensa y protección del patrimonio natural. De esta manera, el público podrá apreciar, además de fotografías de jaguares y su hábitat, obras de artistas indígenas en lápiz y bolígrafo, así como esculturas en madera que retratan las representaciones culturales en torno a esta especie, que ocupa un lugar destacado en la mitología de los pueblos indígenas del Paraguay.
A esto se agrega información científica sobre esta especie y su entorno natural, así como un material audiovisual y datos relativos a la incidencia del jaguar en distintas culturas, lo cual evidencia la fascinación, a pesar de las distorsiones que lo asocian a una presencia amenazante, que ha ejercido desde tiempos inmemoriales en los seres humanos. “Esto te muestra que es inimaginable nuestro mundo sin los grandes felinos”, afirma Villalba.
Respecto a la situación actual de los jaguares en nuestro país, la profesional detalla que la mayor población se concentra en el Chaco, sobre todo en los ecosistemas secos ubicados al norte de la región Occidental de nuestro país, donde se encuentran los mayores remanentes boscosos, con una población estimativa de 500 individuos. De estos, un estudio de abundancia relativa indica que unos 90 viven en el Parque Nacional Defensores del Chaco, que tiene una superficie de 720.000 hectáreas, aunque por las grandes distancias que estos animales recorren salen permanentemente de los lindes de las áreas protegidas para ingresar a las propiedades circundantes.
“Hacemos monitoreos permanentes de la población y ahí podemos ver desde jaguares adultos machos, hembras, y juveniles. Y eso significa que la población está equilibrada y que de alguna manera es una población estable que se está reproduciendo. Si se reproducen, es porque tienen refugios, tienen alimentos”, concluye la experta graficando la fortaleza de estos animales, que a pesar de las múltiples amenazas que deben enfrentar muestran una voluntad manifiesta de seguir poblando los bosques.