Ayer 8 de abril se conmemoró el cincuentenario del fallecimiento de Pablo Ruiz Picasso, uno de los artistas más influyentes del siglo XX, con numerosos actos en toda España y en Francia especialmente. Tampoco falta la polémica en el recuerdo de su hija Paloma, que habló de lo difícil que fue para su madre, Françoise Gilot, la única mujer que lo dejó, aunque eso le costó muy caro.

El 8 de abril se conmemoró el 50 aniversario del fallecimiento de uno de los más grandes artistas del siglo XX, Pablo Picasso, y aunque el año 2023 entero haya sido consagrado a la recordación de esta descollante figura, es a partir de ayer que el Museo Casa Natal y el Museo Picasso de su ciudad natal han preparado jornadas de puertas abiertas al hogar de la infancia del artista y actos simbólicos para recordar el compromiso del pintor con la paz.

Nacido en la plaza de la Merced, Picasso nunca olvidó la luz de Málaga ni sus orígenes. La Casa Natal reivindica en su exposición permanente esta vinculación del pintor con la ciudad a través del mar o la tauromaquia. Y precisamente, una corrida de toros en La Malagueta se sumará a la celebración de este aniversario.

El director del Museo Picasso, José Lebrero, y el director de la Casa Natal, Jose María Luna, han pasado por los micrófonos del programa “Hoy por hoy Málaga” para reflexionar sobre cómo ha evolucionado la mirada de los malagueños hacia la obra del genial artista.

Picasso, Pablo; Weeping Woman (Femme en pleurs); Tate; http://www.artuk.org/artworks/weeping-woman-femme-en-pleurs-201236

FRANCIA Y ESPAÑA

Los gobiernos de Francia y España acordaron trabajar conjuntamente en un programa de alcance internacional a través de una comisión binacional de ambos países. El programa de actividades que conforma la Celebración de Picasso 1973-2023 se compone de unas cincuenta exposiciones y eventos que se celebrarán en instituciones culturales de renombre de Europa y América del Norte.

Nacido en Málaga el 25 de octubre de 1881 y fallecido en la población francesa de Mougins el 8 de abril de 1973, Pablo Picasso es uno de los más célebres pintores de la historia del arte occidental. Su lenguaje expresivo, libre y multiforme sigue influyendo en el arte y la reflexión contemporáneos.

La Celebración Picasso pretende poner en valor la trayectoria de un artista esencialmente europeo, quien desde un profundo conocimiento del acervo y los principios de la tradición y una comprensión del clasicismo como valor ético proyectó internacionalmente símbolos tan universales como el “Guernica”, hoy emblema colectivo de la defensa de los derechos humanos.

“Nuestro objetivo, en definitiva, es reivindicar el legado artístico de Picasso y la vigencia de su obra. Si hay un artista que define el siglo XX, que lo representa con toda su crueldad, violencia, pasión, excesos y contradicciones, ese es, sin duda, Pablo Picasso. También nos permitirá enfrentarnos a él desde la perspectiva contemporánea, ayudándonos a entender con los ojos de hoy a un artista que sigue vivo 50 años después de su muerte”, declaró Miquel Iceta, ministro de Cultura y Deporte de España.

UN HOMBRE DIFÍCIL

Vivir con el apellido Picasso es “una herencia pesada, pero llena de amor”, considera Paloma Picasso, la última hija del pintor. Nacida de la relación de Pablo Picasso con Françoise Gilot, la única mujer que dejó al pintor, Paloma habló el viernes pasado en una entrevista radiofónica del “sufrimiento” que supone esa herencia para los descendientes. “Diría que es pesado, pero que había mucho amor detrás”, explicó esta mujer de negocios de 73 años en la entrevista con la radio France Interr. Creadora de perfumes, ropa y accesorios de moda, Paloma calificó de “absolutamente mágica y maravillosa” la relación con su padre. Paloma se recuerda como “una niña pequeña muy silenciosa”, a la que su padre le autorizaba permanecer en su taller mientras trabajaba y con los paquetes de cigarrillos que fumaba sin parar el pintor le construía “pequeños personajes para colorear”, recuerda.

En 1963, en plena adolescencia, su madre Françoise sacó un libro, “Living with Picasso” (Vivir con Picasso), en el que describe al artista como un “ser tiránico, supersticioso y egoísta”. El libro fue un éxito de ventas en Estados Unidos, pero en Francia un grupo de intelectuales sacó una petición para impedir que se publicara en francés, aunque finalmente fue publicado. “Mucha gente que conocía dejó de saludarme. Aprendes lo que es la vida muy, muy joven. Y ya no pude ir a ver a mi padre”, una experiencia “muy dolorosa”, recordó su hija en la entrevista. “No era un libro contra Picasso, ella humanizó a Picasso, era algo positivo porque para mí esa imagen de dios todopoderoso (...) lo convertía en alguien menos interesante”, puntualizó. En esa época los hijos nacidos fuera del matrimonio no podían llevar el nombre del padre en Francia. Solo años después Paloma y su hermano mayor Claude conseguirían ese privilegio.


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