Tiempoovillo: memoria y utopía de un futuro posible
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A propósito del reconocimiento otorgado por la Cámara de Senadores al grupo teatral Tiempoovillo por su significativo aporte a la cultura, el autor de este artículo reseña una publicación sobre la experiencia de este elenco y que al mismo tiempo constituye una importante obra para comprender el teatro contemporáneo paraguayo.
Por Julio de Torres
Fotos: Gentileza de Teresa González
El pasado 23 de marzo el pleno de la Cámara de Senadores otorgó un reconocimiento al grupo teatral Tiempoovillo “por su significativo aporte a la cultura, a la innovación en el teatro paraguayo, a la promoción de la creación y del pensamiento crítico y reflexivo, así como a la construcción de un país democrático, pluralista y libre”.
Durante el acto, Agustín Núñez, actor y director de Tiempoovillo, agradeció el reconocimiento y recordó a quienes en su momento formaron parte de la agrupación. Núñez refirió que en el marco de su quehacer el grupo tuvo que sortear la censura moral, religiosa y la política. “Teníamos que trabajar mucho la parte de metáfora, las analogías y, sobre todo, nunca olvidar la parte poética, cómo contar, no caer en un teatro de panfleto directo, sino ir a una lectura mucho más profunda, que es lo que perdura generalmente en el hecho teatral”, afirmó.
Así también, agradeció especialmente a la actriz, directora, docente y arquitecta Teresa González Meyer, autora de un libro sobre el teatro paraguayo contemporáneo enfocado en la experiencia del grupo Tiempoovillo. El material, publicado en 2019 y titulado “Tiempoovillo: la utopía y el arte de innovar la escena en el Paraguay”, constituye un aporte relevante para aquellos interesados en el estudio de esta disciplina en nuestro país, por lo que la obra brinda importantes aportes a la investigación en el campo de las artes escénicas.
Henri Bergson decía que el tiempo solo puede ser captado por la conciencia, pues vivimos el hoy con el recuerdo del pasado y avizorando el futuro. Esto es lo que nos explican Giovanni Reale y Darío Antiseri (2010), quienes, a partir de Bergson, grafican el tiempo de la conciencia como “un ovillo de hilo que crece conservándose a sí mismo”, es decir, “nuestro pasado nos sigue y va acrecentándose sin pausa a través del presente que recoge a lo largo del sendero”.
“La mujer del condenado”.
Esta imagen del ovillo como entrecruzamientos y superposiciones de “hilos” del tiempo no se interseca con el nombre del grupo Tiempoovillo por mera casualidad. La conciencia del ser, el espíritu, se nutre del camino andado y, con los recuerdos de las experiencias, se fortalece. Tales experiencias son recogidas en el libro, quien además reseña contextos sumamente difíciles y obstáculos que el grupo de teatro vino sorteando.
Jerzy Grotowski postuló nuevos paradigmas con un quehacer teatral “sincero” que Tiempoovillo llevó como bandera. Sus principios orientaron las búsquedas y coadyuvaron a consolidar un nuevo grupo. Tiempoovillo nació en la década del 70 por iniciativa de estudiantes de arquitectura y fue una de las palancas que reivindicaron la expresión teatral a nivel país.
LLENANDO UN VACÍO
González Meyer ofrece un material que mitiga de manera sustantiva la falta de investigación local en el campo de las artes escénicas. Su obra destaca iniciativas previas al grupo y profundiza en las expresiones emergentes
de vanguardia, estableciendo una relación con los movimientos independientes del teatro latinoamericano. Esta contextualización es fundamental para situar a las nuevas generaciones en una época que, como todas, presenta sus particularidades.
El libro, además, ofrece al lector imágenes de archivo que dan cuenta de los hitos del camino andado: fotografías de puestas, recortes de periódicos, transcripciones de párrafos y citas, etc. Las nuevas generaciones, en su mayoría, están apegadas a hábitos completamente diferentes en que el desconocimiento de una realidad acuciada por el pasado desvirtúa la misión del nuevo trabajador teatral.
“Curriculum vitae”, de Michel de Ghelderode.
En ese sentido, los antecedentes del teatro, que pueden explicar muchas cuestiones actuales, quedan encajonados en la indiferencia. Si bien el material de Teresa González Meyer es uno de los pocos materiales que registran la historia del teatro nuevo paraguayo, que ha marcado la diferencia con otros estilos de teatro como el folclórico y popular, más vinculados con el gusto de la sociedad bajo la dictadura, hay otros materiales sobre el teatro independiente paraguayo que también merecen mención.
CRÍTICA TEATRAL
La crítica teatral a nivel país es otro de los aspectos abordados en el material, que brinda fragmentos de autores reconocidos cuyos ensayos y artículos en la prensa han visibilizado el teatro de entonces. La comparación de esa época con la actual arroja resultados preocupantes: hoy la crítica teatral también es casi nula –junto con la investigación–, con excepciones que tratan de hacerla sostenible.
Recorrer la historia del teatro y comparar el pasado con el presente deja una sensación de impotencia y nos lleva a concluir que tenemos un Estado que está aún en deuda con su teatro. Tiempoovillo es la resistencia materializada en el quehacer artístico que construye esperanzas en contextos devastadores: si no es la dictadura que censuraba expresiones, hoy la desavenencia muta a otro tipo de “censuras”, traducidas estas en “imposibilitar” el quehacer artístico con apoyos e incentivos económicos groseramente limitados y burocráticos.
“De lo que se avergüenzan las víboras”. Creación colectiva.
Ante este escenario es fundamental preservar la memoria del teatro paraguayo y su historia como una forma de hacer justicia a todos los artistas que han luchado por mantener viva la llama teatral en el país y que lo siguen haciendo mediante los gremios y las asociaciones. Tiempoovillo, asimismo, induce a la reflexión contemporánea por parte de los trabajadores del teatro tras percibir el contexto en que se ven inmersos; también se constituye como uno de los principales antecedentes del lenguaje contemporáneo emulado por iniciativas actuales, plausibles en su mayoría, que se deben a la trayectoria del grupo referido.
La imagen latente de la utopía es permanente hasta hoy y el recuerdo, como noción de pasado que acompaña la conciencia humana, impulsivamente toma fuerza con el correr del tiempo, lo que nos permite avizorar un futuro imaginado y con ansias de ser construido.
Ricardo Migliorisi y Agustín Núñez, en “De lo que se avergüenzan
las víboras”.
REFERENCIAS
GONZÁLEZ MEYER, T. (2019). Tiempoovillo. La utopía y el arte de innovar la escena en Paraguay. Asunción: Editorial En Alianza.
REALE, G., ANTISERI, D.(1988). Historia del pensamiento filosófico y científico: del Romanticismo hasta hoy. Barcelona: Herder.
El futuro de las salas de cine son conciertos y transmisiones deportivas
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El futuro de las salas de cine pasa por “crear eventos”, ya sea conciertos en directo o transmisiones deportivas, cree el patrón del gigante canadiense Imax, Richard Gelfond, en entrevista con la AFP. Imax prepara 14 proyectos rodados con sus cámaras especiales en todo el mundo, entre ellos un documental, el primero rodado en francés, sobre la Patrulla de Francia, el escuadrón aéreo acrobático que acostumbra a lucirse en grandes ocasiones, como la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.
Una ceremonia que Imax transmitió en directo en unas 50 salas en Norteamérica, recuerda Gelfond. “Estamos muy concentrados no solamente en películas y documentales, sino en música, en deportes, y en cualquier clase de acontecimientos en directo”, explicó a la AFP. Imax, que cuenta con más de 1.600 pantallas en unos 90 países, estrena este fin de semana un documental sobre el ballet “El lago de los cisnes”, rodado en alta definición en la Ópera de París.
La asistencia de público a las salas de cine ha protagonizado vaivenes en todo el mundo. Grandes éxitos como “Barbie” u “Oppenheimer” (rodado con cámaras Imax) alegraron las perspectivas del sector el año pasado, mientras que esta temporada se anuncia desigual. Imax, que desde 1967 apostó por la espectacularidad de grandes pantallas y proyectores de alta definición, mantiene sus planes de expansión, asegura Gelfond.
“Creo que en la era pospandemia, la gente puede ver toda clase de cosas en sus televisores y mediante las plataformas” como Netflix, explica. “Cuando salen, quieren algo que sea social y algo que sea realmente especial y diferente”, añade. “Hay claramente un apetito por crear eventos, que es lo que nosotros hacemos. Ver una película es algo diferente”, apunta.
Mientras que ver una ópera, un concierto o una carrera de Fórmula 1 en una pantalla Imax puede ser sustancialmente más barato que verlo en directo, no sucede lo mismo con una película. Ver un largometraje en una de esas salas puede costar entre 25 y 30 euros (o dólares), en salas europeas o estadounidenses. Eso representa como mínimo 5 dólares más que en su versión más asequible. “Pero todos los eventos fuera de casa cuestan ahora más caros: los conciertos, los eventos deportivos...” se defiende Gelfond.
“Cuando filmamos con cámaras Imax, los resultados financieros tienden a ser mejores. Por ejemplo, para ‘Oppenheimer’ y ‘Dune’, logramos el 20 % (de la taquilla) mundial, con menos del 1 % de las pantallas, lo cual es increíble”, explica. Eso atrae a un número creciente de directores, asegura. Según él, las plataformas “son una segunda opción aceptable”, y no son el enemigo del cine de gran formato.
El Gobierno de Paraguay ratificó su postura en torno al compromiso de gestiones por un mayor desarrollo sostenible, en el XVI Foro Ministerial para el Desarrollo en América Latina y el Caribe, desarrollado en Barbados. El evento incluye además un intercambio de potencialidades entre diferentes gobiernos.
El ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible, Rolando de Barros Barreto, representó a Paraguay en el foro, acompañado también por el ministro de Desarrollo Social, Tadeo Rojas. Ambas autoridades coincidieron en el avance existente a nivel nacional en materia de sostenibilidad.
Por otra parte, junto a otros representantes de 27 países, la delegación paraguaya discutió estrategias para enfrentar los impactos del cambio climático y fortalecer la resiliencia y sostenibilidad en la región. De esta manera, las autoridades nacionales buscaron aprender nuevas prácticas a ser aplicadas a nivel nacional.
Desde el Ministerio de Ambiente puntualizaron que Paraguay avanza hacia un futuro más resiliente y equitativo, lo cual además queda demostrado con su rol en este tipo de eventos.
¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake.
En 1954, Jorge Luis Borges (1899-1986), aquel gran maestro, escribió que “los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Aquella frase que, desde la primera lectura, tal vez en 1972, me pareció que encerraba algo misterioso y mágico se mantiene entre mis recuerdos. Sentí que mucha fuerza oculta yacía en aquella fuerte observación simbolizada en apenas catorce palabras. Pero, entre ellas, tres expresiones me atraparon más que otras y debo admitir que son recurrentes en tiempos de reflexión.
Recuerdo que, en mis apenas 21 años, hasta aquel atardecer que me sorprendió en la pequeña vivienda de la maestra Dharma Ma Devi Tao – así se presentó– nunca había tenido un encuentro personal con esa mujer de edad indefinida cuya piel parecía de porcelana y tenía un bindi bien visible entre sus pobladas cejas oscuras. Vestía una túnica en la que predominaba el color rojo y se cubría con un enorme pañuelo de seda naranja.
Casi en silencio la seguí desde la puerta manteniéndome apenas detrás de ella. Caminamos unos pocos pasos hasta una sala iluminada con velas y aromatizada con sahumerios florales, entre los que se destacaban jazmines y lavandas. También creí percibir cedros y sándalos. Pese a que sonaban tenuemente hasta mis oídos llegaron bellas armonías interpretadas con yat-ga mongol (cítara mongol), algún rgyagling (oboe) y dra-nyen (laúd).
Por un breve tiempo solo nos miramos mientras respirábamos profundamente sentados sobre mullidos almohadones. Luego de inclinar su cabeza levemente para llegar casi hasta sus manos, que unidas por sus palmas llevó hasta sus labios, explicó que “gran vehículo es mahāyāna, en sánscrito o bodhisattvayāna, ‘vehículo del bodhisattva’ –dos palabras para una sola creencia– que, junto con theravada, es una de las dos ramas principales del budismo y, a la vez, aplica para clasificar las filosofías y prácticas budistas”.
ILUMINACIÓN
Quise saber más. “Mahāyāna también se refiere al camino del bodhisattva –un ser destinado a ser un futuro Buddha que busca la iluminación completa para el beneficio de todos los seres”. Luego de otro silencio, profundizó. “Gran Vehículo –mahāyāna– también da cuenta de un camino más ancho y más perfecto que contrasta con el ‘Pequeño Vehículo –Hinayana–’ de la tradición Theravāda, Sthaviravāda, en sánscrito o ‘doctrina de los ancianos’ del budismo temprano en la India”.
Las palabras quedaron atrás. Compartimos casi en silencio una infusión tan agradable como desconocida para mi paladar que, como paso previo, devino en una inolvidable sesión de masajes con la técnica que unos 2.600 años atrás desarrollara Shivago Komarpaj, el médico de Buda, que al parecer imaginó y diseñó esa terapia en el norte de la India.
Nunca volví a ver a la maestra Dharma Ma Devi Tao. Antes de despedirnos me entregó un par de breves libros que por varios días leí con atención. Con ellos me introduje en la búsqueda del sentido de tres palabras que Borges escribió: esencial, universo y vacuidad.
La vida con sus búsquedas me condujo hacia múltiples lecturas. Es la mía una generación que transita dos siglos. Media vida en el siglo de las guerras y hasta hoy un cuarto del camino recorrido en el inicio de otra centuria que encuentra a millones en estado de desorientación y búsquedas. Todo parece estar en crisis. Hay quienes enfáticamente así lo afirman.
La masificación en el acceso a enormes desarrollos tecnológicos cambió muchos paradigmas. Un 65 % de los habitantes del planeta técnicamente puede acceder a la red. Poco más de 3 mil millones de personas, no. Se encuentran carecientes junto con aquellos que sí pueden acceder, pero tienen impedimentos concretos para hacerlo.
La realidad mixta que transitan uno 5.200 millones es solo la realidad real para otros que, también en conjuntos millonarios, tampoco pueden acceder al agua, al alimento, a la educación, a la salud porque, desde algún lugar, son como los choznos y bichoznos de aquellos pauperizados cuyas vidas, sufrimientos y carencias Víctor Hugo narró como nadie en “Los miserables”. Esos son los que acampan hacinados en los costados de la red. La individuación gana espacios impensados. La solidaridad parece en slow motion.
LA ERA DEL VACÍO
Algunos estudiosos se adelantaron en el tiempo con sus observaciones, diagnósticos y advertencias. “La edad moderna estaba obsesionada por la producción y la revolución, la edad posmoderna lo está por la información y la expresión”, sostiene Gilles Lipovetsky en “La era del vacío”, quien también verifica, advierte y da cuenta de una tendencia a “comunicar por comunicar, expresarse sin otro objetivo que el mero expresar y ser grabado por un micropúblico. El narcisismo descubre aquí como en otras partes su convivencia con la desubstandalización posmoderna, con la lógica del vacío”.
Preocupaciones y dilemas de setiembre de 1986. “La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes solo se alimentan [...] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta que nos lanza Paul Valéry en junio de 1999: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?”.
Plantea ese interrogante a la hora de prologar “Modernidad líquida”, de Zygmunt Bauman, quien lee el pasado y no duda en señalar que “el capitalismo pesado, de estilo fordista, era el mundo de los legisladores, los creadores de rutinas y los supervisores. El mundo de los hombres y mujeres dirigidos por otros que perseguían fines establecidos por otros de una manera establecida (también) por otros. Por esa razón era (aquel) un mundo de autoridades: líderes que sabían qué era mejor y maestros que enseñaban a seguir adelante”.
Estábamos ante algo nuevo, desconocido y veloz. Hemos recorrido desde el inicio del siglo apenas 24 años. Corto si miramos el time line y muy largo cuando percibimos sus efectos y descubrimos que una interesante cantidad de preguntas sustanciales –las de siempre– no encuentran sus respuestas. Bauman en 2016 advirtió sobre la individuación.
COMUNICACIÓN RETICULAR
A modo de ejemplo alertó sobre la comunicación reticular y denunció sus prácticas: “Tú (en ellas) tienes que crear tu propia comunidad (pero) lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto. (Porque) la diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad (en la realidad real), pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. (Pero) en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales (que solo) las desarrollas cuando estás en la calle (en la realidad real), o vas a tu centro de trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable (porque) ahí tienes que involucrarte en un diálogo (que solo es real si no hablas solo) con gente que piensa lo mismo que tú”.
Enfatiza que “las redes sociales no enseñan a dialogar (y advierte que) mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, (y) donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, el pasado 24 de junio sostuvo por su parte que “los algoritmos empujan a las personas a burbujas de información y refuerzan prejuicios como el racismo, la misoginia y la discriminación. Así, las mujeres, los refugiados, los inmigrantes y las minorías son objetivos comunes”. Ese mismo día añadió que “la desinformación y la incitación al odio alimentan los prejuicios y la violencia, exacerban las divisiones y los conflictos, demonizan a las minorías”.
Y no son escasas las oportunidades en que desde los más alto del poder se avanza en esa línea y se aboga por comunicarse “con la gente sin intermediarios”, “sin periodistas”, “sin medios”, a los que acusan incansablemente de mentir y hablar por orden de quienes les pagan.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake. ¿Será verdad esto o aquello que vemos, cuando leemos o escuchamos? Hay momentos en los que creo que –aun lo verificable– tal vez no sea verdad. ¿Será esta la era de la mentira?
Recordé que un par de días atrás para quien quisiera verlo en la plataforma Tiktok, Donald y Kamala flirteaban enamoradísimos. Tiempo antes también fue posible ver al papa Francisco vestido con un largo abrigo blanco sintético; a Elon Musk con ropas de superhéroe. Hay de todo. El dictador Nicolás Maduro en Venezuela sostiene en la realidad real y en la virtual que ganó unas elecciones fraudulentas. Daniel Ortega y Rosario Murillo, los autócratas en Nicaragua, encarcelan, torturan, exilian, destierran, practican la apatridia y cancelan a quienes denuncian como “enemigos del pueblo” mientras bloquean las redes que solo usan ellos.
"Los algoritmos empujan a las personas a burbujas de información y refuerzan prejuicios como el racismo, la misoginia y la discriminación”, alerta António Guterres, secretario general de la ONU
MENTIRA
Todo –sin serlo– parece posible y verdadero. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), mentira es una “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”. Tan simple como compleja explicación porque todo lo que las otredades piensen, por ejemplo, acerca de mí y mi circunstancia podría devenir en mentira si mi decir y mi hacer no fueran lo que digo y hago. Aunque el debate entre mentira y verdad, sospecho que va por otro lado. Tal vez de cada persona humana la única verdad sea justamente su humanidad. Doxa y episteme no siempre o, tal vez nunca, convergen. Aunque tampoco divergen demasiado. Y, tal vez en esa compleja indistinción es donde una mentira puede ser una verdad.
“¿Qué ves? / ¿Qué ves cuando me ves? / Cuando la mentira es la verdad...”, canta Divididos desde 1993 en un álbum que llamaron “La era de la boludez”. ¿Por qué no? “Engañar, inventar, fingir, macanear, boletear (...) falsificar, calumniar”, según la RAE son sinónimos de mentir, pero también pueden ser parte indisoluble del desmentir. Incluso cuando para cualesquiera de esas dos acciones se aporte una verdad.
La dificultad es discernir rodeados de voluntarios o involuntarios “embusteros, mendaces, falaces, falsos, falsarios, farsantes, noveleros, cuentistas, troleros, boleros, fuleros, calumniadores, tramposos, fulleros, engañosos, hipócritas, fariseos, macaneadores, habladores, boleteros, globeros, bolaceros, chiveros, bocones, jetones, sirificos, chileros” o como se prefiera llamar a mentirosos y mentirosas. Quizás por estar tan extendidas –mentir y desmentir– como casi involuntarias prácticas humanas y sociales, con frecuencia son expuestas como parte de la vida de los otros. La viga en el ojo ajeno.
“Me acuerdo de todo, incluso de aquello que nunca sucedió”, recuerdo decía un muy veterano hombre de prensa más de cuatro décadas atrás cuando, también por entonces, yo era un muy joven periodista en ciernes. Inolvidable. Desde aquellos años no fueron escasas las oportunidades en que cuando quise saber sobre sucesos trascendentes encontré historias diferentes. No es imposible construir un pasado que no fue –¡y hasta un futuro que no será!– y, aun así, no ser una mentira y sí ser una historia de “no ficción” creada en el contexto de una obra literaria.
De eso también se trata la literatura porque como lo afirmaba Jorge Luis Borges, una ficción literaria “no tiene intención de engañar o tergiversar con fines y objetivos inconfesables”. Con vocación docente –palabra más, palabra menos– puntualizó que cuando de ficción se trata hay una especie de pacto entre quien escribe esa historia y el lector que acepta leerlo. Con la mentira, el mentiroso siempre procura defraudar la buena fe de esa persona a la que convence de que lo que le cuenta es una verdad. En el mismo sentido, en los diarios, hasta no hace mucho tiempo, nos referenciábamos y enfrentábamos con las responsabilidades que emergían del “contrato de lectura” siempre vinculado con la “línea editorial”.
INFAMIA
Vuelvo a aquellas palabras que Borges escribió en 1954. “Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Eran parte del prólogo de “Historia universal de la infamia”, una selección de cuentos maravillosos que el maestro escribió, prologó y presentó por primera vez en 1935. Ochenta y nueve años después esa frase despeja parcialmente el hoy porque dan cuenta de alguna forma de continuidad en las prácticas de poderosos y poderosas cuando se emborrachan de poder.
Borges, enigmático, encuadra desde el inicio las infamantes acciones de aquellos despreciables infames en el hinduismo que –como creencia– se sustenta en el dharma, que es la ley universal de la naturaleza. En ese corpus la más importante de las preocupaciones es la liberación del sufrimiento. Alcanzar el nirvana y, para alcanzarlo, se necesita un sila, de una acción ética que –con meditación y prajña (sabiduría en sánscrito)– permite saber de “las cosas como realmente son” en un universo que no fue creado por un ser superior y, por ello, todos los fenómenos están marcados por la vacuidad y, en consecuencia, nada puede nacer y nada puede morir.
Mentir –una forma de traición tanto personal como social extendida desde el inicio de los tiempos– sin dudas desacredita y deshonra. Dos palabras a las que la RAE alude para definir “infamia”.
“Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”, sostiene Jorge Luis Borges en el prólogo de “Historia universal de la infamia” en 1954. Foto: AFP
Investigadores apuntan a innovar el futuro aeroespacial en Paraguay
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Un grupo de investigadores de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) presentó ayer viernes “Sistemas de Propulsión Aeroespacial (Gispa)”, con la finalidad de desarrollar proyectos de innovación e investigación sobre propulsión aeroespacial, y colaborar con la iniciación científica, y apuntar al avance de la industria nacional en este ámbito. El acto de lanzamiento se llevó a cabo en el aula magna de la mencionada Facultad, del Campus de la UNA, de San Lorenzo.
El coordinador del Gispa, Ing. Félix Kanasawa habló para el diario La Nación y dijo que para llevar adelante las acciones, se estableció que dentro del grupo se traza dos líneas de investigación: uno, del diseño y desarrollo de un motor de cohete a propulsión (APCP), o propulsor sólido compuesto de perclorato de amonio. La otra línea es el diseño y desarrollo de una aeronave controlada a distancia con combustible a hidrógeno H2.
En efecto, el grupo de investigadores ya están en la fabricación de un cohete a propulsión que llevará el nombre de Yaguarete 1, nombre de un animal autóctono de nuestro país en peligro de extinción. “Tenemos proyectos de participar en competencias internacionales de Rocket Science (ciencias de cohetes) en São Paulo Brasil en noviembre de este año 2024 y Desierto de Mojave Nuevo México EEUU para mediados de 2025″, manifestó.
El grupo de investigación está conformado por estudiantes del último semestre de la carrera de Ingeniería Aeronáutica y también de otras especialidades, docentes investigadores, siendo el coordinador del Gispa el profesor MSc. Ing. Félix Kanazawa. Está colaborando como investigador invitado un profesional experto brasileño en hidrógeno MSc. Ing. Carlos Lavrado.
El Gispa es un grupo de investigación en formación que, también, se propone apoyar a los docentes de las carreras de grado y posgrado sobre temas de propulsión aeroespacial, además de asesorar y apoyar a los estudiantes de grado y posgrado en el desarrollo de proyectos de investigación.
Durante la presentación de Gispa se presentaron las líneas de investigación y los líderes, quienes explicaron los alcances y metodologías científico-técnicas a fin de buscar las soluciones a problemas identificados, e innovación en las áreas.
El ingeniero Kanasawa mencionó que uno de los logros más destacados que se alcanzó con el Grupo de Investigación del Sistema de Propulsión Aeroespacial es el desarrollo de un innovador motor de APCP. “Este motor se basa en un tipo específico de sal que se emplea en los grandes motores de cohetes, lo cual representa un avance tecnológico significativo en el campo de la propulsión. Un motor que son utilizados en las grandes empresas y agencias espaciales como la NASA”, dijo.
Este avance abre la puerta a una serie de beneficios en el ámbito científico y tecnológico. En primer lugar, permite la realización de estudios avanzados en la alta atmósfera, proporcionando datos cruciales sobre la composición y el comportamiento de la atmósfera superior, lo cual es fundamental para la investigación climática y meteorológica, afirmó.
El cohete Yaguarete 1, desarrollo por investigadores de la Facultad de Politécnica UNA. Foto: Gentileza
El ingeniero dijo que además están desarrollando una aeronave tripulada a distancia con combustible a hidrógeno (H2), el hidrógeno es renovable, es un vector energético con cero emisiones de CO2 (anhídrido carbónico). El hidrógeno se obtiene por electrólisis en la descomposición de las moléculas de agua H2O en oxígeno O2 e Hidrógeno H2 por acción de una corriente eléctrica continua que se conecta mediante electrodos al agua.
El hidrógeno almacenado en un recipiente especial se combina con una pila de combustible, uniéndose de nuevo con el oxígeno proveniente del aire y se obtiene energía eléctrica que hace mover el motor de la aeronave. Esta sería el objetivo principal de nuestra investigación, el cálculo de la potencia generada con el diseño aerodinámico de modo a crear menos fricción de arrastre y optimizar el consumo de combustible versus autonomía, manifestó.
En la Politécnica UNA están desarrollando una aeronave tripulada a distancia con combustible a hidrógeno (H2). Foto: Gentileza
Con esta investigación, la academia busca soluciones de reducir la huella de carbono en el transporte aéreo, que representa grandes oportunidades para promover el desarrollo tecnológico con la adquisición de conocimientos científicos de modo a extrapolar los resultados para aeronaves tripuladas, explicó.
Este proyecto impactará de manera directa a los estudiantes de secundaria, al involucrar a los estudiantes en áreas como matemáticas, física y química. “Nuestro objetivo es que los jóvenes comprendan la aplicabilidad práctica de estas disciplinas, lo que les permitirá apreciar su relevancia y fomentar un mayor interés en estos campos”, dijo el Ing. Kanasawa.
Agregó que los investigadores quieren aportar en la promoción de las ciencias a los estudiantes de la secundaria, contribuyendo a mejorar la educación de nuestro país.
Grupo
Integran este nuevo Grupo de investigación de la FP-UNA con sus respectivas líneas de investigación: la Dra. Magna María Monteiro (Ciencias de los materiales), PhD. Ing.Adolfo Javier Jara Céspedes (Tecnología aeroespacial); MSc. Ing. Aníbal Antonio Mendoza Ruiz (Tecnología Aeroespacial y Aeronáutica), Ing. Carlos Antonio Riquelme Ríos (Electrónica) y el MSc. Ing. Carlos Lavrado Filho, Colaborador (Hidrógeno).
La Facultad Politécnica cuenta con 13 grupos de investigación con registro definitivo, conforme al Reglamento de Núcleos y Grupos de la FP-UNA, y 8 grupos de investigación en formación.
- Presentaron el Gispa para desarrollar nuevas técnicas-científicas y apuntar a la innovación aeroespacial en el Paraguay.
- Para el efecto se crea dos líneas de trabajo: 1) diseño y desarrollo de un motor de cohete a propulsión (APCP), o propulsor sólido compuesto de perclorato de amonio. 2) diseño y desarrollo de una aeronave controlada a distancia con combustible a hidrógeno H2.
- Investigadores están en el desarrollo de un cohete nacional que llevará el nombre de Yaguarete 1.