• Paulo César López

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  • Fotos: Gentileza

En la etapa final de la Guerra contra la Triple Alianza se produjo un enfrentamiento que, a pesar de su poca trascendencia en términos de movimiento de tropas o de bajas en un conflicto cuyo desenlace ya estaba definido, representó un hecho pionero al constituirse en la primera vez que una máquina terrestre fue utilizada como vehículo de combate o asalto.

Tras la corta y sangrienta Campaña del Pikysyry, que tuvo lugar en el mes de diciembre de 1868 en el sur del departamento Central, específicamente en las ciudades de Ypané y Villeta, el Ejército paraguayo siguió su repliegue en dirección a la capital desarrollándose la quinta y última etapa del conflicto, conocida como Campaña de las Cordilleras.

El historiador Carlos von Horoch Benítez.

Durante esta tuvo lugar un episodio singular que supuso una innovación en materia de técnica militar a nivel continental y que al mismo tiempo reviste carácter anecdótico por hechos ajenos al desarrollo propiamente de la contienda.

En esta entrevista con Nación Media, el historiador Carlos von Horoch Benítez brinda algunos pormenores del combate de Yuquyry o combate del tren, que tuvo lugar el 10 de marzo de 1869 en la frontera entre los municipios de Luque y Areguá, en la cabecera este del puente del arroyo Yuquyry, que da nombre al sitio y al enfrentamiento.

Estación Yuquyry.

–¿Qué tiene de singular el combate de Yuquyry?

–Fue la primera vez que se utilizaría un tren como vehículo de asalto en Sudamérica y en una guerra internacional. Tras la derrota del Ejército paraguayo en la Campaña del Pikysyry y la evacuación de Asunción, la población y defensa se habían trasladado a la zona donde posteriormente se desarrollará la Campaña de las Cordilleras. A Pirayú fueron llevadas todas las locomotoras, excepto una que estaba averiada. Posteriormente, habían destruido el puente sobre el arroyo Yuquyry. Fue una innovación, ya que antes nunca se había dado en Latinoamérica la presencia de una máquina terrestre utilizada como vehículo de combate o asalto. Décadas después sí se usaron locomotoras artilladas en la Guerra Civil de 1911 al 13 y posteriormente tanques en la Guerra del Chaco.

A finales de 1868 y comienzos de 1869 los paraguayos se retiraron a las cordilleras, llevándose las locomotoras y vagones, además de destruir el puente del arroyo Yuquyry.

–¿Qué se sabe de lo que ocurrió en aquella jornada?

–El tren partió de la estación de Pirayú, recaló en Patiño Cue, donde madame Lynch y una comitiva selecta bajaron a disfrutar de un picnic en la casona de la dama irlandesa. Posteriormente, el tren consistente en 6 vagones, con uno de ellos al frente artillado con una pieza ligera de artillería, partió en dirección a Luque. Poco antes de llegar al Yuquyry, donde había una compañía de zapadores brasileños en labores de reparación del puente ferroviario, una compañía de rifleros descendió del tren para actuar como guerrilla a ambos lados de la vía. Algunas fuentes mencionan la presencia de una tropa de caballería paraguaya marchando a los costados del tren. La locomotora avanzó hasta ponerse en situación de hacer fuego contra los zapadores brasileños. Las fuerzas paraguayas habrían estado ubicadas en el sitio donde actualmente está la estación de ferrocarril de Yuquyry, que hoy es un barrio del municipio de Areguá. Mientras que las brasileñas estaban en torno al cauce del Yuquyry.

–¿Qué habría motivado esta maniobra?

–Era un periodo de la guerra en el cual el Ejército paraguayo ya estaba muy disminuido y prácticamente pasó a ser una milicia o una guerrilla, por lo que la improvisación y la audacia era el pan de cada día.

–¿Qué antecedentes hay sobre este tipo de operaciones?

–En la Guerra Civil Americana, que antecedió por poco a la Guerra contra la Triple Alianza, se utilizaron vagones artillados en ambos bandos, que tuvieron un valor táctico importante porque permitieron atacar posiciones fortificadas a lo largo de las vías ferroviarias que cuando eso ya contaba el país del norte. En la Guerra contra la Triple Alianza, la acción de Yuquyry, por falta de condiciones, no pudo significar una acción decisiva, pues las fuerzas paraguayas no estaban preparadas para una ofensiva mayor. Es probable que la intención del mariscal López haya sido conseguir una victoria con ingredientes de audacia para elevar la moral de una tropa que no terminaba de recuperarse de la desastrosa Campaña de Pikysyry y la consiguiente caída de la capital en manos enemigas.

–¿Qué es lo principal que se puede destacar de este suceso?

–El ingrediente principal de la acción es la audacia y lo bizarro del acontecimiento. Además del uso creativo de la tecnología como medio de guerra, está la presencia de una comitiva civil que acompañó a Madame Lynch a Patiño Cue. Por ello, yo lo llamo “tren de asalto y recreo”. Madame Lynch, al percatarse de que un tren saldría en dirección a Yuquyry, pidió a López que un vagón sea destinado a selectos pasajeros que irían con ella a su casa de Patiño Cue a pasar el día. López accedió y la locomotora de función mixta partió. Al llegar a Patiño Cue, Lynch y su comitiva bajaron, entre ellos estaban el general Bernardino Caballero y el embajador norteamericano Martin MacMahon, entre otros. El tren prosiguió en su función de ataque y antes de llegar al puente designado descargó a los fusileros que se posicionen en guerrilla. Con un cañonazo a la posición brasileña se inició el combate, parte de la fuerza enemiga se desbandó llevando la alarma a Luque y luego en cadena hasta Asunción, donde se iniciaron los trabajos de cavar trincheras, otra parte de la fuerza brasileña montada cruzó y fue enfrentada por la guerrilla paraguaya. Tras seis disparos, el tren se retiró, pasando por Patiño embarcó a Lynch y compañía. El resultado fue de unos 40 brasileños muertos y pocas bajas paraguayas, fue un combate singular.

Estación de Patiño Cue.

–¿Cuál fue la consecuencia que generó este episodio?

–Otro aspecto importante fue que el ataque causó una alarma general en toda la línea, desde el Yuquyry hasta Asunción, pasando por Lambaré (Maramburé), Luque y Trinidad. En cada uno de esos sitios se comenzaron a cavar trincheras, puesto que creyeron que los paraguayos intentarían retomar Asunción.

–¿Se saben los nombres de los jefes militares que tomaron parte de aquel lance?

–Únicamente se menciona como comandante a Aveiro, lo hace el periódico Estrella, una semana después del episodio. Estrella se publicaba en Piribebuy, fue el último periódico de los tiempos de los López. Aveiro podría ser el coronel Silvestre Aveiro, pero él dejó sus memorias y no menciona el hecho.

–¿Cómo valora usted este hecho?

–A López le gustaba organizar ataques sorpresa, con mucha audacia e imaginación, pero sin un plan definido y útil. Más allá de la riqueza anecdótica que tuvieron esa serie de hazañas, terminaron siendo contraproducentes, pues mantenían en un estado de alerta a las fuerzas de la Triple Alianza y de esa forma otras empresas ofensivas paraguayas de mayor envergadura e importancia táctico-estratégica perdían la posibilidad del factor sorpresa.

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