Hoy Toni recala en los recuerdos de Julio Sotelo, historiador de los carnavales encarnacenos, recordando cómo eran aquellas fiestas que empezaran en el lejano año 1906 como “corso floral” que duraban tres días y termina con las añoranzas de los viejos carnavales de barrio asuncenos con las palabras de Petota Solano López, que dice: “Éramos de la época donde nadie se salvaba de un globito o un baldazo”, añorando aquellos viejos febreros que nunca volverán.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Hablar de carnaval de antes es remitirnos a nuestros recuerdos de barrio: globitos, baldazos de agua, comparsas, concursos de clubes, etc. Los antiguos corsos asuncenos se realizaban en tres noches, sobre la calle Palma, Pettirossi y en Sajonia sobre la avenida Carlos Antonio López, siempre con interminables anécdotas, muchas de ellas contadas en anteriores entregas de “Carnavales de antes” en los ya casi cuatro años de publicaciones semanales coleccionables.
MEMORIAS DE JULIO SOTELO
Pero hoy hacemos un viaje a los recuerdos de las memorias de los carnavales de Encarnación a través del archivo de su investigador, Julio Sotelo, quien suma a las historias urbanas paraguayas aquellas carnestolendas que empezaran a principios de siglo XX en la Perla del Sur. En este caso ponemos el piloto automático y él nos va relatando: “En el año 1905 con el esplendor económico de la yerba mate, el obraje y la madera, sumado a la llegada de inmigrantes italianos, vascos franceses y otros, lo que reunió a la elite de la ciudad para crear el Centro Social de la ciudad de Encarnación, un año después los hijos de aquellas familias fundadoras promueven lo que se llamaba el ‘corso de las flores’ o ‘corso floral’, que duraba tres días y se realizaba frente a la antigua aduana. Estas veladas terminaban a la tardecita, aunque podía seguir hasta más tarde, porque ya había alumbrado con farol a querosene. Esta iniciativa tuvo un intervalo por el famoso ciclón que azotó la ciudad en 1926 y por la Guerra del Chaco”.
“En 1940 vuelve lo que en aquel momento ya era una tradición, pero los clubes aparecen desde el año 1950, en una época donde el atractivo eran las carrozas, no las comparsas. En los años 60 aparecen las comprarsas. Era todo muy sencillo, las chicas usaban alpargatas, vestidos de telas económicas. Luego, en los años 70 llegan las primeras plumas hasta que es contratada la profesora Marisil Ceccarini de Posadas, quien implementa el primer espaldar para el Club Pettirossi, pero el boom se dio cuando, previo a un partido, en el año 1977, las comparsas de los clubes de Encarnación fueron a presentarse en el estadio de Puerto Sajonia, llamado en aquella época Estadio de la Liga Paraguaya de Fútbol. Ahí se mostró todo el esplendor del carnaval cuya tradición venía ya desde principios de siglo”.
SUSSY SACCO Y EL CARNAVAL CONTEMPORÁNEO
Sigue relatando el estudioso “carnavanólogo”: “Pero el carnaval contemporáneo aparece en 1978 con Sussy Sacco, que venía de las fiestas de Corrientes, fue contratada por el Club San Juan; ella modificó todo, eran como 100 participantes, espaldares con mucho lujo, la comparsa se llamaba México lindo y querido”.
Todo siguió su camino y Julio Sotelo nos sigue relatando con su precisión encarnacena: “El carnaval se realizaba en la Villa Baja hasta el año 85, en el 86 en la zona media de la ciudad, en el 88 ya subió a la Villa Alta hasta que en el 1994 se creó el sambódromo de la avenida Rodríguez de Francia y a partir del 2012, hasta el 2014 en la Avda. República del Paraguay y desde el 2014 con la inauguración del Centro Cívico que se complementa con la playa San José, habilitada en el 2011, que convirtió a la capital de Itapúa en la lugar preferido del carnaval y del verano de toda la región”.
“Ahora se está tratando de volver al carnaval de familia, pero eso es muy difícil porque se convirtió en atractivo turístico, se mercantilizó, ocurrieron cosas que desequilibraron la tradición del carnaval encarnaceno”, termina diciendo con mucha nostalgia el historiador de los carnavales encarnacenos.
EL VIEJO CARNAVAL DE LAS MELLIZAS Y PETOTA
El pasado, el presente y el futuro siempre deben ir de la mano. Los asuncenos seguimos tratando de volver a hacer los antiguos carnavales de barrio. Algunas vecinas como las gemelas Servín, de la calle Tercera Proyectada, siguen luchando para rescatar aquellos viejos encuentros de vecinos y al final, como recuerda Petota Solano López, del viejo barrio Vista Alegre (hoy barrio Pettirossi): “Éramos de una época donde nadie en la calle se salvaba de mojarse con algún globito o un baldazo, seguido de la palabra mágica: ¡carnaval! Total a nadie le venía mal un poco de agua con tan intenso calor de aquellos añorados febreros de antes”.