Paulo César López

paulo.lopez@nacionmedia.com

Fotos: Christian Meza

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Al cumplirse 154 años de la Campaña del Pikysyry, que se desarrolló íntegramente durante el mes de diciembre de 1868, te presentamos este recorrido por lugares emblemáticos de las ciudades de Ypané y Villeta, en el sur del departamento Central, donde se desarrollaron las batallas de Ytororó, Avay e Itá Ybaté, con el fin de conocer más detalles sobre hechos y escenarios de los últimos tramos de la Guerra Guasu.

La Campaña del Pikysyry, o Dezembrada para los brasileños, se inició el 3 de diciembre de 1868 con el desembarco de las tropas brasileñas al mando del duque de Caxias en el entonces presidio de San Antonio para intentar sorprender por la retaguardia a las fuerzas paraguayas, que se replegaron hacia Asunción luego de la caída de la fortaleza de Humaitá.

El 6 de diciembre de 1868, las fuerzas aliadas, compuestas por unos 12.000 hombres, chocaron contra 6.000 paraguayos durante la Batalla de Ytororó, en la ciudad de Ypané. Tras ser repelidos tres veces, los invasores lograron tomar el puente haciendo valer su superioridad bélica y numérica.

Las bajas se calculan en 1.800 por el lado aliado frente a poco más de 1.100 paraguayos. Este combate fue bautizado como las Termópilas Paraguayas en referencia al episodio de la Segunda Guerra Médica en el que los griegos, ampliamente superados en número por los invasores persas, se atrincheraron en un estrecho paso para enfrentar al enemigo.

El monumento que conmemora esta batalla, de casi veinte metros, es el más alto del país y es visible desde la ruta Acceso Sur a la altura del kilómetro 20. La escultura, obra del argentino Américo Benetti, fue construida y terminada hacia 1904. Sostenida sobre cuatro pilares, en la cima está representada la Madre Patria custodiada por un león. En la base hay dos bustos en homenaje a Bernardino Caballero y Valois Rivarola, los máximos héroes de esta batalla.

Monumento a la Batalla de Avay.

Además, en un predio adyacente en la ribera del arroyo Ytororó se encuentra una casona rural con elementos típicos del estilo culata jovái donde funciona el Museo de Ypané. El lugar es conocido como Casa de doña Celedonia y fue la residencia del comisario Álvarez y su esposa doña Celedonia. Al tiempo de ser puesto policial, fue el hogar de este matrimonio hasta 1938. La memoria oral refiere que en décadas posteriores siguió funcionando como sede policial y hasta ahora se conservan los calabozos y barrotes que atestiguan su vieja función. El museo fue inaugurado en el 2018.

ERROR ESTRATÉGICO

Luego de Ytororó, el general Caballero, al mando de los sobrevivientes, se dirigió rumbo a Villeta, donde por instrucciones del mariscal Francisco Solano López se instaló al pie de una colina al borde del arroyo Avay. El 11 de diciembre se produciría un enfrentamiento en campo abierto frente a un poder de fuego muy superior, un error estratégico que ya había sido advertido por Caballero y que fue aprovechado por el enemigo. Unos 5.500 paraguayos se enfrentaron a 22.000 brasileños. Resultaron muertos 3.500 paraguayos y por el lado de los aliados los cómputos de las bajas varían enormemente de 300 a 4.000.

El monumento de 18 metros a esta batalla es el más nuevo y fue inaugurado en diciembre del 2018 en el marco de las actividades conmemorativas del Sesquicentenario de la Epopeya Nacional, declarado entre el 12 de octubre del 2014 y el 22 de junio del 2026 “como homenaje de la nación paraguaya al heroísmo y sacrificio del pueblo en armas durante la Guerra contra la Triple Alianza”, según el texto de la Ley 6090/2018.

“La escultura representa una bayoneta a gran escala, sobresaliendo del suelo, evocando a la última resistencia llevada a cabo exclusivamente con armas blancas. La punta está en dirección al cielo significando el ascenso de las 3.500 almas mártires de la causa nacional”, reza la placa instalada al pie del monumento ubicado detrás del cementerio de Villeta.

Posteriormente nos dirigimos al Museo Histórico y Cultural San Felipe de Borbón en el Valle del Bastán, una casona amarilla de rasgos italianizantes ubicada entre las calles Enrique Shoenfeld y Mariscal Estigarribia, en pleno centro de la ciudad de Villeta, donde se pueden apreciar elementos bélicos de la época y otros referentes a la historia de la ciudad. El lugar se encuentra frente a la plaza de los Héroes y a pocos metros de la iglesia de la Virgen del Rosario, que durante la contienda funcionó como Hospital de Sangre y fue bombardeada por las fuerzas aliadas.

Escultura con diseño de Roberto Goiriz en homenaje a Ramona Martínez.

ÚLTIMO TRAMO

Camino a Lomas Valentinas, en la ruta Itá Ybaté-Nueva Italia, atravesamos los Campos de Cumbarity, donde se desarrolló la última batalla de esta campaña y se encuentra el memorial conocido como Kurusu 40, donde reposan los restos de combatientes tanto aliados como paraguayos. La leyenda refiere que un sobreviviente de la contienda volvió luego de dos años del fin del conflicto y enterró 40 carretas de huesos humanos que encontró desperdigados en lo que fuera el campo de batalla en cumplimiento de una promesa que había realizado.

Siguiendo nuestro itinerario, en el desvío que conduce a Itá Ybaté, se encuentra la escultura en homenaje a Ramona Martínez, la guerrera de Lomas Valentinas, con diseño genérico de una residenta de la autoría de Roberto Goiriz. De acuerdo a datos aportados por Juan E. O’Leary, Ramona era una adolescente sobre la cual no hay mucha información más allá de que era hija de una mulata que servía a la familia de López. Luchó el 27 de diciembre en defensa de su vida y de otras niñas; sobrevivió a la guerra y habría muerto en San Lorenzo en precarias condiciones de subsistencia.

Monumento de Lomas Valentinas.

GUERRA DE EXTERMINIO

El último episodio de esta campaña fue la cruenta Batalla de Itá Ybaté, que se desarrolló entre el 21 y el 27 de diciembre de 1868. Caxias, a la cabeza de 25.000 hombres, partió de Villeta rumbo al campamento del mariscal, para lo cual dividió sus fuerzas en dos columnas. En tanto, los argentinos, unos 10.500 hombres a las órdenes del general Juan Andrés Gelly y Obes, se movilizó hasta Palmas, no lejos del arroyo Pikysyry.

Las crónicas refieren que el Ejército paraguayo estaba conformado mayoritariamente por mujeres, niños y convalecientes del Hospital de Sangre.

Sobre este enfrentamiento, el general Martin McMahon, entonces embajador de los Estados Unidos en nuestro país y que fue testigo presencial de los hechos, escribió: “Seis mil heridos, hombres y chiquillos, llegaron a ese campo de batalla el 21 de diciembre y lucharon como ningún otro pueblo ha luchado jamás por preservar a su país de la invasión y la conquista... otros han fugado (hacia su propio ejército) de las pocilgas que utilizaban los invasores como prisión... el cuartel paraguayo comenzó a llenarse de heridos incapacitados positivamente para seguir la lucha. Niños de tiernos años arrastrándose, las piernas desechas a pedazos con horribles heridas de balas. No lloraban ni gemían, ni imploraban auxilios médicos. Cuando sentían el contacto de la mano misericordiosa de la muerte, se echaban al suelo para morir en silencio”.

La mayoría de los observadores coincide en que llegado a este punto la conflagración debía haber finalizado, pero muy sospechosamente el general brasileño Caxias dejó escapar a López en una maniobra que se atribuye a la intención de prolongar una guerra de exterminio.

El obelisco que conmemora esta batalla fue inaugurado el 30 de abril de 1944 en un acto que contó con la presencia del entonces presidente Higinio Morínigo. En el lugar también hay una senda que dirige a las trincheras, pero esta resulta accesible solo con la guía de un baquiano.

Parte del acervo exhibido en el Museo de Ypané.
Parte de la colección del Museo Histórico y Cultural San Felipe de Borbón en el Valle del Bastán.


Memorial del Kurusu 40.

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