La semana pasada la vida social de las celebrities estuvo enfocada en las fiestas de Halloween, en las que, otra vez, Heidi Klum demostró por qué ella sigue siendo la reina del disfraz. El culebrón entre Juan Carlos I y Corinna Larsen ahora llega a ser podcast, justo en el cumple de Sofía.
LOS DISFRACES MÁS APLAUDIDOS
Como cada año, las celebrities compartieron diversión y se esmeraron en elegir disfraces para las distintas fiestas de Halloween, en los EEUU especialmente.
Pero todo el interés, como siempre, estuvo enfocado en aguardar la aparición de Heidi Klum, la modelo que celebra como nadie este día, generando disfraces que han hecho historia.
Y este año no defraudó: luego de 10 horas de trabajo intenso apoyada por especialistas de primer nivel en maquillaje artístico, etc., apareció en la fiesta realizada el 31 en Manhattan ¡disfrazada de gusano! Un gusano horrible capaz de asustar a cualquiera, acompañado de un horripilante “pescador” que no era otro que su esposo, que llevaba una caña de pescar.
Se posesionó tanto de su personaje que dio entrevista a la prensa desde el suelo, reptando como un gusano.
Heidi se divierte mucho con esta fiesta y se ha llevado las palmas por años por la originalidad de sus apuestas. En la misma fiesta, apareció Kim Kardashian como una curvilínea “Avatar” toda azul y con mirada penetrante.
EL CULEBRÓN DEL REY Y SU AMANTE
Justo el día 3 de noviembre cuando la reina emérita Sofía de España cumplió los 84 años siempre activa en los encuentros culturales y artísticos y apoyando a su hijo Felipe VI, la historia de su ¿ex marido? el rey Juan Carlos I, exiliado en Abu Dabi debido a los escándalos que lo obligaron a abdicar, en donde se mezclan el uso de dinero para “donar” a una mujer que a la vez hizo negocios en nombre del reino, que además era la amante... todo como para una serie de Netflix.
Justo ese día donde todos cantaban loas a la discreción de la reina emérita, aparece el anuncio de que pronto se podrán ver y escuchar los podcast llamados “‘Corinna y el Rey”, que contarán la historia de ¿amor? entre el entonces rey de España y una señora rubia, Corinna Larsen, a través de diferentes plataformas.
En el primero que lanzaron como anuncio, “la Casita”, la ex amante dice que el Rey era muy fogoso y cariñoso y que la llamaba 10 veces por día y que compartían intimidad en un pabellón del complejo de palacios, que ella llamaba “la casita”, además de la afición por la caza de animales, otra pasión que los unía... entre otras cosas. Bueno, la polémica está servida y parece que mañana habrá más para conocer sobre semejante historia que hasta le costó la corona al protagonista.
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Asunción: refuerzan seguridad en cementerios por Halloween y Día de los Difuntos
Esta semana desde la Municipalidad de Asunción decidieron reforzar la seguridad en los cementerios principales de la ciudad ante las festividades de Halloween, Día de Todos los Santos y de los Difuntos. Buscan brindar tranquilidad a las personas que visiten a sus seres queridos que ya partieron.
La medida abarca los camposantos del Sur, Este y Recoleta desde ayer miércoles, debido a que a la medianoche del 31 suele ser visitados por personas que se dedican al ocultismo, atendiendo a que se recuerda Halloween o Día de Brujas. Los guardias escoltaron los sitios durante toda la noche.
Según manifestación de Sandra Giménez, directora de catastro de la comuna, la seguridad se verá reforzada hasta el fin de semana, teniendo en cuenta las festividades y la gran aglomeración de personas. Aclaró que en noche de Halloween es donde se suele reportar incidentes, pero en esta oportunidad fue bastante tranquila.
“Se trata de un operativo previo al 1 y 2 de noviembre, que son las fechas en que se concentran gran afluencia de personas en los cementerios, especialmente en los municipales, pero el 31 es una fecha especial que alrededor de la medianoche tiene su público”, expresó en canal Trece.
Indicó que ya se cuenta con todas las indicaciones de refuerzo para el Día de Todos los Santos y Día de los Difuntos. “Nos reunimos para coordinar las indicaciones para el personal, mirar cómo avanzaron los trabajos de mantenimiento y acompañar los horarios nocturnos que son visitados con el objetivo de obtener algo según las creencias”, puntualizó.
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Halloween (un cuentito que contar)
DESDE MI MUNDO
- Por Mariano Nin
- Columnista
Valentín se asomó por una calle oscura, apenas alumbrada por el fluorescente titilante de una casa. Caminó con pasos lentos y temerosos. Su cara dejaba ver el cansancio desbordado de noches sin dormir. Se veía demacrado, desnudando el plan que había ido estudiando desde hacía tantas madrugadas. Estaba decidido. Sería el último día.
Esperó en la parada del autobús el momento exacto. La silueta a lo lejos lo puso en alerta. Esta vez no se escaparía. La luna teñía la calle con un color a plata como un afilado puñal. Poco a poco fue vislumbrando su silueta en medio de la neblina y la penumbra. No había dudas. Era el momento.
Estaba decidido a matarla. Ya lo había intentado infinidad de veces, pero siempre el destino le había puesto una traba. Ella no lo imaginaba. La sorpresa quizás era el factor que iba a marcar esa distancia entre la vida... y el resto de las cosas.
Metió su mano en el abrigo y apretó con fuerza el puñal. Ya escuchaba sus pasos. Entonces, espero que pase. La siguió en silencio. Sus pasos ágiles ganaron espacio, sacó su mano del sobretodo y el filo del puñal fulgurante fue trepando hacía la luz de la luna, esa luna de plata que sería testigo del fin.
Entonces, ella giró y se escuchó un estruendo que rompió el silencio más oscuro. Cayó. Ella se acercó despacio. Lo tomó en sus brazos hasta que su respiración fue solo un susurro hasta desaparecer. Fue una mala idea. No debería haber intentado matar a la muerte aquel día.
Dicen que en Halloween las brujas celebran su reinado y desde las sombras gobierna el terror. El reloj gira inexorable, los pasos retumban en las calles, y hay gritos y caos...
Por un día, el abismo negro que nos separa de los espíritus dejó abierta la puerta para mezclarnos sin saberlo y por ella vivos y muertos se cruzarán en una calle cualquiera. Y nosotros, los mortales, esperaremos el amanecer de un nuevo día para sobrevivir… Pero ese día… siempre será de mala suerte.
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¡Halloween! Famosos paraguayos celebraron la Noche de Brujas
Varios famosos paraguayos lucieron llamativos disfraces de Halloween este sábado último. Desde influencers como Laurys Dyva a comunicadoras como Bibi Landó sobresalieron con sus atuendos para la Noche de Brujas en sus redes sociales. En esta nota te compartimos los nombres de las celebridades que se destacaron por sus disfraces.
Los influencers Ángel Amaro y Gaby Ovelar no se lookearon a juego, sino que Amaro se vistió de cowboy o vaquero, mientras que Ovelar se disfrazó de Tiffany Valentine, personaje del filme “Chucky, el muñeco diabólico”. La presentadora de TV Bibi Landó se disfrazó de una bruja, para la ocasión armó un aquelarre con un grupo de amigas.
La influencer Laurys Dyva se disfrazó de Emily de la cinta “El cadáver de la novia”. La modelo pynandi compartió en su Instagram un video de cómo llegó a una fiesta de Halloween acompañada de un hombre que se lookeó como el personaje de Víctor Van Dort. Otro que se destacó con su disfraz fue el maquillador e influencer Magno Silva, quien representó a un caballero del zodiaco.
La empresaria Verónica “Zuny” Castiñeira representó a Cleopatra, mientras que la exmodelo Marly Figueredo llevó un enterizo negro y un látigo para dar vida a Gatúbela. Otro personaje paraguayo que se ganó puntos por su disfraz de Halloween fue el comediante Walter Evers, quien representó al tejú jagua, haciendo referencia al traje alegórico de Sharon Capó en el Miss Grand International.
Curiosidades
Halloween tiene sus orígenes en la antigua festividad celta de Samhain, celebrada hace más de 2.000 años. Los celtas creían que el 31 de octubre los espíritus de los muertos regresaban a la tierra, por lo que encendían hogueras y usaban disfraces para ahuyentarlos.
Con la llegada del cristianismo esta tradición se fusionó con el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), y la noche anterior fue llamada All Hallows’ Eve, que luego se convirtió en “Halloween”. La tradición de pedir dulces tiene sus raíces en prácticas medievales como el “souling”, donde los niños pedían comida a cambio de rezos.
Halloween evolucionó en Estados Unidos, donde se popularizó y expandió como una festividad divertida de disfraces, historias de terror y dulce o truco, y hoy se celebra en muchos países. En Paraguay ganó popularidad en los últimos años, motivados por los premios monetarios que se entregan a los mejores disfraces en discotecas locales.
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De cuando en Europa se propagó la noticia de que en el Paraguay había sido proclamado un rey
- Por Gonzalo Cáceres
- Periodista
- Fotos: Gentileza
Eran tiempos en que España y Portugal buscaban acordar los límites de sus colonias en América del Sur, pero la noticia de que un cura jesuita levantó en armas a los guaraníes causó un revuelo tal que el mismísimo Voltaire lo vio como una oportunidad de hacer dinero.
Sacudidos por las intrigas políticas y las fricciones con las autoridades coloniales, los últimos años del dominio jesuita al frente de las reducciones fueron bastante agitados. Mientras la resistencia de los sacerdotes paraguayos y de los guaraníes amenazaba con hacer fracasar la aplicación del Tratado de Permuta (siete pueblos jesuíticos pasarían a manos de los portugueses a cambio de la devolución de la colonia de Sacramento), surgió en Europa la versión de que los religiosos habían elevado a uno de los suyos a la dignidad de rey.
Ricos, influyentes y con feroces milicias de nativos a su disposición, los jesuitas no tardaron en levantar el recelo de propios y extraños, ganándose poderosos enemigos en América y Europa.
La creencia de un incipiente “Estado cristiano” entre las comunidades guaraníes, fuera del control tanto de portugueses como españoles, despertó suspicacias e intrigas. Cuando se acordó que Portugal devuelva a España la provincia de Sacramento a cambio del territorio cercano al río Paraguay, donde había reducciones con más de 30.000 nativos, los jesuitas se negaron a abandonarlas, iniciándose la guerra entre las tropas hispano-portuguesas y los guaraníes.
Tras estos enfrentamientos, las reducciones no volverían a recuperarse y la reacción jesuita fue tomada como una afrenta a la Corona de España. Los padres fueron acusados de querer acabar con la autoridad del rey.
INICIO DE LOS RUMORES
El 25 de noviembre de 1755, la Gazette d’Amsterdam informaba que un cura jesuita llamado Nicolás había sido coronado “rey del Paraguay” por sus propios compañeros. “Algunas personas de la Corte tienen en su poder monedas venidas del Paraguay, mandadas a acuñar por Nicolás I. Este nuevo monarca es un jesuita que sus cofrades han puesto en el trono y quien seguidamente los echó del país”, relató.
La noticia fue negada por los representantes de la orden a través del padre Carlos Gervasoni, procurador de la Provincia del Paraguay.
La situación escaló porque no tardaron en aparecer los explosivos números de la “Historie de Nicolás I”, la supuesta biografía del ponderado monarca. En tanto, el Mercure Historique et Politique, otro influyente pasquín de la época, aseguró que las monedas eran reales y que eran de oro y plata.
NICOLÁS I
Según Historie, Nicolás Roubiouni nació hacia 1710 en una aldea de Andalucía llamada Taratos, “la cual abandonó a los 18 años tras ser acusado de matar a un hombre”. Al no tener ocupación ni oficio, nuestro protagonista sobrevivió gracias a la caridad de los feligreses instalándose “frente a las iglesias”.
La personalidad altanera y prepotente de Roubiouni le generaría conflictos allí donde iba y le hizo ganar mala fama. Luego de dedicarse al traslado de mercaderías, pasó por Zaragoza y en Aragón, cansado “por años y años de vida errante”, decidió entrar al servicio de la Compañía de Jesús.
Historie alega que Roubiouni contaba ya con 39 años y “arrastrando los vicios de siempre”, a pesar de haber hecho sus votos, contrajo matrimonio con “una joven de 15 años, hija de un comerciante de Huesca, a la vista de toda la ciudad”. Estas versiones llegaron a oídos de los curas jesuitas que, primero, lo enviaron en 1752 “a cuarenta leguas de Zaragoza como portero de un noviciado” para, poco después, dejarlo en Cádiz, de donde partió su misión a las Américas.
Siempre según la versión de Historie, Nicolás Roubiouni se instaló primero en Buenos Aires y allí tomó conocimiento de “un tratado firmado por Madrid y Lisboa (1750) según el cual el rey fidelísimo cedía al rey católico la isla de San Gabriel y la Corte de España entregaba a cambio algunas provincias cercanas al Brasil”.
UN “MALHECHOR”
Historie retrata a Nicolás como un malhechor que prácticamente se valió de la bondad de la Compañía para ganar prestigio, al tiempo de escalar en la organización y hacerse de la influencia necesaria como para ganar espacio en la isla de San Gabriel, donde lideró un salvaje levantamiento de los nativos, para luego hacerse arrogar “el nombre de rey del Paraguay”.
“Los indios, que se creían liberados para siempre de la dominación de los europeos, le dieron el título con gran criterio y vivas demostraciones de alegría. En la misma ocasión se acuñaron varias medallas que han sido vistas con indignación en Europa. La primera de estas medallas representa, de un lado, a Júpiter fulminando a los gigantes, y en el reverso se ve el busto de Nicolás I con estas palabras: Nicolás I, rey del Paraguay. La segunda medalla representa un combate sangriento con los atributos que caracterizan al furor y la venganza. En la orla se leen estas palabras: la venganza pertenece a Dios y a sus enviados”.
Los siguientes números de Historie, divulgados a través de la Gazette d’Amsterdam, relatan que Nicolás I, “animado por esta primera victoria”, volcó sus armas contra el territorio del actual Uruguay, para cuya invasión preparó un ejército de 5.000 guerreros guaraníes. Sin embargo, al verse imposibilitado de marchar, se centró en conquistar otras cuatro reducciones.
Este increíble rumor siguió creciendo al punto de que se menciona que los mamelucos, “asombrados por las victorias de Nicolás I, decidieron ofrecerle la ciudad de Sao Paulo y la Corona imperial”, siendo llamado “Nicolás I, rey del Paraguay y emperador de los mamelucos”.
REPERCUSIONES
El rumor fue de tal magnitud que el mismísimo François-Marie Arouet –el famoso Voltaire– se refirió al asunto en cuatro cartas escritas a lo largo de seis meses (15 de octubre de 1755 - 12 de abril de 1756). En la última de ellas, dirigida a la condesa de Luxemburgo, niega la existencia del rey Nicolás, pero no pierde la oportunidad de analizar el trabajo de los jesuitas y comparar su disciplina con el dominio de Esparta sobre los ilotas.
“¿Es verdad que los jesuitas eligieron a uno de sus padres como rey del Paraguay? ¡Un maldito hereje!”, comentó Voltaire en una carta al banquero Tronchin de Lyon, en la que disponía del uso de sus fondos para financiar un barco llamado Pascal, que sería enviado como parte de la flota del rey de España a las Américas, para aplacar el supuesto levantamiento de Nicolás I.
Las direcciones de Voltaire demuestran cuán seriamente se tomó el asunto en principio. “En cartas que recibo de Buenos Aires se ratifica plenamente que los jesuitas pueden mantener una respetable guerra contra el rey de España”, escribió. Sin embargo, el filósofo anticlerical cambió de parecer con el desmentido publicado en el Avertissment du Libraire, en el que se declaran falsas todas las noticias anteriormente publicadas sobre Nicolás I.
¿MALENTENDIDO?
El misionero austriaco Martín Dobrizhoffer ofrece en su “Historia de los abipones” otra visión de Nicolás I. Según esta, toda la parafernalia se debe a una confusión lingüística. “La palabra guaraní ‘mburuvichá’ significa cacique-capitán, pero también rey. Los españoles de Asunción habían oído hablar del mburuvichá de los indios y estos entendieron que se trataba del rey de los indios. Toda esta fábula merece ser objeto de burla antes que de refutación”, comentó.
Aseguró además que las comentadas monedas acuñadas en oro y plata no podían ser genuinas, pues “el Paraguay carecía de metales preciosos y de casas de moneda”.
El planteamiento de Dobrizhoffer encontró respaldo en la “Breve relación de las misiones jesuitas del Paraguay”, escrita por el general de la orden, el jesuita español José Cardiel, quien dedicó un apartado para las “dudas”.
Aquí incluyó lo de Nicolás I y lo vincula con el cacique Nicolás Ñeenguirú, a quien se presenta como un corregidor “de la reducción de la Concepción, un gran músico y locuaz de facilidad para hacer arengas”.
Cardiel cuenta que Nicolás Neenguirú fue nombrado “comisario general” de su zona en la “época de las rebeliones”, siendo “muy respetado por todos los indios” y “cabecilla de sus tropas (de la reducción, a merced de la autoridad jesuita)”.
INVESTIGACIÓN
El 24 de enero de 1755, un oficial de las tropas españolas de nombre Nicolás Elorduy informó que “por orden del gobernador de Buenos Aires” interrogó a indígenas sobrevivientes de un alzamiento conjunto entre las reducciones de Santo Tomé, Yapeyú, la Cruz y San Borja. Según Elorduy, los nativos dieron fe de que unas tropas llegadas “desde la Concepción” estaban encabezadas por el capitán Nicolás Ñeenguirú”.
Este informe difundió la idea de que la figura de Nicolás I estaba realmente basada en la del cacique Nicolás Ñeenguirú, quien para ese entonces “gozaba de fama y respeto entre las naciones guaraníes”.
Por la misma época, el padre Florian Paucke informó a sus superiores que conoció al mismísimo Nicolás Ñeenguiró, quien no era más que “el jardinero del padre Tuk”.
“Hubo un Nicolás Ñeenguirú, indio del pueblo de la Concepción que en las turbulaciones de 1754 y 1755 mandaba a otro llamado Sapé á los indios alzados por los padres. Más jamás tuvo tal arrojo de tomar dictado de Nicolás I, pues fue un infeliz mandatario de los jesuitas y se volvió á su casa tranquilamente, como ellos y sos (sus) parciales, pasadas aquellas resistencias, suscitadas por la Compañía para oponerse á las órdenes del rey”, conforme se constata en la Colección General de Documentos y la Causa Jesuítica.
LA EXPULSIÓN
En 1767, el rey Carlos III de España decretó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de la Corona. Muchos de los misioneros volvieron a sus respectivas sedes. Tras los procesos correspondientes, los jesuitas expulsados del Paraguay atacaron a quienes propagaron los rumores y negaron su participación en los alzamientos de las reducciones.
La investigación de la orden, acompañada por la autoridad papal, encontró evidencias que hacían suponer que “los padres proporcionaron pólvora, distribuyeron armas, dirigieron la construcción de cañones, realizaron negociaciones con indios infieles e instruyeron a los indígenas (en tácticas militares)”.
“En ocasiones, las tropas indígenas obtuvieron la victoria con el comando directo de los padres”, por lo que los investigadores dedujeron que Nicolás I, o Nicolás Ñeenguirú, fue una invención de los sacerdotes para hacer de chivo expiatorio con el fin de escapar del castigo por sus acciones contra la reputación de la Compañía y la autoridad de la Corona.
El historiador inglés Robert Southey afirmó haber leído en 1817 en Ginebra un compilado de la “Historia de Nicolás I”, calificando la obra de “producto de un ignorante que esperaba ganar unas monedas con ella”. Southey entendió que todo se trató de “un movimiento mucho más amplio contra la Compañía de Jesús para desacreditarla ante los reyes de España y Portugal” a fin de expulsarlos y hacerse con sus propiedades, lo que efectivamente terminó ocurriendo.
Por su parte, el renegado jesuita Bernardo Ibáñez, expulsado de la Compañía y luego acérrimo enemigo de la misma, señala que fueron los jesuitas mismos quienes “crearon la fábula del rey Nicolás I para evitar que se supiera que eran ellos los únicos autores de la resistencia de los pobres indios”.
Sea como sea, lo único cierto es que, entre la enorme ola de rumores, quedó sin clarificar si el caso se trató de una campaña de desprestigio, una vendetta de los esclavistas, una ocurrencia de los hacendados o una invención de los propios padres jesuitas.