Su director, Óscar Barreto, habló con Nación Media sobre la rica historia de esta agrupación fundada en 1912 por los maestros italianos Nicolino Pellegrini y Salvador Dentice, y que acogió como alumnos y músicos a nombres ilustres como José Asunción Flores, Remberto Giménez, Félix Fernández, Darío Gómez Serrato, entre otros. Un espacio que, a pesar del tiempo, sigue formando y dejando huellas en la historia musical paraguaya.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos: Gentileza

Si la primera mitad del siglo XX para­guayo se caracte­rizó por conflictos e ines­tabilidades, sin duda el año 1912 no fue uno de los momentos más armónicos y pacíficos. En el contexto de pequeñas pero reiteradas olas de inmigración euro­pea, ciencia y arte encontra­ban en Paraguay un terreno difícil y, al mismo tiempo, con mucho crecimiento posible. Ese año nacía de la mano de Nicolino Pelle­grini y Salvador Dentice la Banda de Música de la Poli­cía y la Escuela de Apren­dices de la Policía, dos ins­tituciones que esta semana cumple 110 años.

La posibilidad institucio­nal de una formación pro­fesional en una disciplina artística y la proyección de un trabajo remunerado en ella están aún lejos de ser la constante en la vida cultural paraguaya y, más aún, en el siglo pasado. Esta condición material respaldaba a una escuela que formó a varias de las figuras más importantes de la música del Paraguay.

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Óscar Barreto, director de la Banda de Músicos de la Policía, valora la rica his­toria de la agrupación y refiere entre líneas que José Asunción Flores, ex miem­bro y creador de la guara­nia, fue engendrando sus creaciones en ese segundo hogar que podría ser la banda entre el trabajo y su Punta Karapã querido.

Barreto, con 13 años, se escapó de su San Pedro del Ycuamandyyú natal y empezó su formación en la escuela de músicos como tantos otros. Hoy cumple más de una década como director y habló con Nación Media sobre la historia y el presente de la Banda de Músicos de la Policía.

DE ITALIA CON LA MÚSICA

–¿Cuál fue el origen de la Banda de Músicos de la Policía Nacional?

–La Banda de Músicos de la Policía Nacional fue fun­dada por los maestros ita­lianos Nicolino Pellegrini y Salvador Dentice en el año 1912. Ellos vinieron con varios músicos italianos. Al principio todos eran italia­nos y después iban nacio­nalizándose hasta que llegaron los músicos para­guayos como los primeros que se formaron allí, José Asunción Flores, Remberto Giménez, Emilio Bigi, Félix Fernández, Darío Gómez Serrato, por citar algunos. Anteriormente se llamaba Policía de la Capital y con la nueva Constitución de 1992 pasó a ser Policía Nacional. Es la misma policía que tuvo origen ya en 1843. Y esta banda empezó su día en el año 1912.

–¿Por qué las fuerzas tie­nen sus propias agrupa­ciones de música?

–Primer se formó, muchos antes, la banda de los mili­tares. Después ya se formó la banda de la Policía. Hay que saber que la música for­talece el alma y el espíritu de una institución. Fortalece el relacionamiento y tam­bién en la parte emocional, y levanta la moral, tanto de la fuerza pública, de los sol­dados, de ciudadanos. Por eso, en la banda de la Poli­cía se realiza la retreta lle­vando música, cultura y todo lo que es arte a los ciu­dadanos. La famosa retreta que se realiza justamente la plaza Italia y la plaza Uru­guaya. Y con eso se iba for­taleciendo hasta llegar a los grandes conciertos en el Teatro Municipal.

–¿Qué huellas dejaron esos primeros maestros?

–Los directores Pellegrini y Dentice han dejado una doc­trina buenísima, que hasta hoy se mantiene. Una disci­plina musical, una forma de ensayar, una forma de diná­mica grupal y de ensayo. También aportaron con una forma de generar músicos, de hacer crecer a los músi­cos y de seguir estudiando porque el músico practica hasta muerte. Ellos han dejado esta disciplina y una estructura formal a la Policía Nacional, y eso ha estado dentro de la institu­ción policial al servicio de la ciudadanía. Todos estos que se formaron aquí son compositores, directores de orquestas y desde aquí, desde la Banda de la Policía también se formaron varios directores.

–¿Cuál fue el formato sonoro dominante de la banda?, ¿el tipo de instru­mento? ¿Y cambió eso?

–Está compuesta mayori­tariamente por instrumen­tos de vientos, en la familia de vientos madera, vientos metal y acompañados por la percusión. Eso es básica­mente lo que es una banda. Así se inició y hasta ahora se sigue manteniendo. Hoy en día en la banda de la Poli­cía hay varias agrupaciones musicales, contamos con la Orquesta Sinfónica, Banda Sinfónica, Jazz Band, Con­junto Folclórico, Orquesta Popular y así, pero su base es la banda de instrumentos de viento. O sea, que somos fuertes, nuestra fortaleza está en el instrumento de viento.

ACERCAR A LA SOCIEDAD

–¿Qué funciones cumplió la banda durante estos 110 años?

–La banda de música de la Policía Nacional cumple un rol muy interesante den­tro de la Policía Nacional para la sociedad. ¿Cuál es la interacción entre la Poli­cía y el ciudadano? A través de la música, nosotros for­talecemos la imagen poli­cial. Podemos acercarnos a la ciudadanía a través de la música. También hacemos prevención, porque lleva­mos arte, cultura y educa­ción en todos los barrios de la República del Paraguay, invitándoles a los jóvenes o diciéndole no a la droga, no a la delincuencia juvenil, sí al arte, sí la educación. La música puede transformar civilizaciones, puede trans­formar pensamientos, emo­ciones, sentimientos. La banda de la Policía Nacio­nal cumple un rol muy pro­tagónico dentro de la socie­dad. Aquí nació la guarania, aquí se van formando jóve­nes que el día de mañana van a ser agentes multipli­cadores de nuestra cultura y de nuestra música. Por tanto, la banda de la Policía no es solamente la institu­ción policial, sino que es de la sociedad, porque hoy en día se cumplen entre 700 a 800 servicios o presentacio­nes al año.

–¿Cuál es la relación entre la banda y la Policía con respecto al ingreso?

–En el año 1912 ya tuvo lugar la Escuela de Aprendices, de la cual tomaron parte los grandes de la música para­guaya. Esta escuela es como un conservatorio, al que uno ingresa en la escuela, pero ya en la banda de músicos se forma ahí como músico profesional, dentro del régi­men policial, dentro de la doctrina y dentro de la dis­ciplina policial.

–¿Cómo se dio histórica­mente la formación de los músicos de la Banda?

–Esta escuela justamente ahora también cumple 110 años con la Banda de Músi­cos. Fue y es semillero de grandes músicos, semi­llero de la guarania, semi­llero de las polcas, semillero de nuestra cultura. En reali­dad, fue escuela de grandes músicos que han pasado y que después formaron otros proyectos como la OSCA o la Asociación de Músicos del Paraguay. Y esta escuela se constituyó como eje funda­mental para la formación académica en el país en la parte musical.

EL MÁS GRANDE

–¿Qué figuras relevantes del arte nacional forma­ron parte de la banda de la Policía?

–El más grande, el precur­sor de la música paraguaya, José Asunción Flores; tam­bién Remberto Giménez, Carlos Lara Bareiro, Félix Fernández, Darío Gómez Serrato, Herminio Gimé­nez, Florentín Giménez. Y muchísimos más como Luis Cañete. Y otros tantos que han pasado hace poco como el recién fallecido maestro Remigio Pereira. Y otros jóvenes que hasta hoy día siguen manteniendo el pro­fesionalismo de la banda. Esta escuela formó a gran­diosos músicos.

–¿Qué transformaciones tuvo la Banda en los últi­mos años?

–Muchísimos cambios tuvi­mos los últimos tiempos. Más bien se trató de adap­tarse a los nuevos tiem­pos, nuevas teorías, nuevos métodos de enseñanza, por­que la escuela sigue funcio­nando, está reconocida por el Ministerio de Educación y Ciencias. Para la admi­sión se tiene un examen muy exigente. Los alum­nos tienen que competir entre ellos para ingresar. De hecho, queda una cantidad mínima de 10 aproximada­mente que ingresan anual­mente. En el año 2014 se fundó la Orquesta Sinfónica de la Policía Nacional. Nada más y nada menos tenemos una sinfónica dentro de una institución policial. Tam­bién se formó la Orquesta Popular y la Banda Ceremo­nial, que es una banda para ceremonias, para el Himno Nacional, que cumple el ser­vicio en los desfiles, en las embajadas, en los ministe­rios y en otras instituciones educativas.

–¿Qué objetivos se traza la Policía para su banda con vistas al presente y el futuro?

–Actualmente el comando institucional da su apoyo total y reconocimiento al trabajo que hace la Policía Nacional. Anualmente se realizan 700 a 800 servi­cios a la sociedad. En todos los actos oficiales, desfiles sociales, conciertos didácti­cos en los colegios, concier­tos de extensión cultural y concierto de temporada. La Policía Nacional actual­mente utiliza la banda de música como un brazo eje­cutor de la prevención, demostrando así que a tra­vés de la música se puede hacer prevención. Pode­mos invitar al ciudadano a hacer mejor música a través de los conciertos, para que los ciudadanos puedan par­ticipar porque una persona que participa en un con­cierto difícilmente que esté asaltando el día de mañana. Entonces, desde el punto de vista policial, la Banda de Músicos de la Policía Nacio­nal cumple un rol protagó­nico como brazo preventivo de la delincuencia juvenil, de la drogadicción, el alco­holismo, enseñando a tra­vés del arte o inculcando a través del arte.

Gumercindo Lugo, José Asunción Flores y Darío Gómez Serrato.

–¿Cuál es su historia de vínculo con la música?

–Bueno, tengo una rica his­toria, yo nací en San Pedro del Ycuamandyyú, en el interior, en una comuni­dades de fuera de la ciudad. Mis padres me inculcaron las primeras notas musi­cales. Mi papá me enseñó cuando yo tenía 5 años, mi tío. Todos son músi­cos, pero éramos todos empíricos. A los 5 años estudié acordeón y a los 13 años vine yo a escondi­das de mi familia a Asun­ción a entrar a la banda de la Policía como aprendiz. Hice la carrera de oficial en la Academia de Policía y actualmente como director musical estoy hace como 15 años. La música es mi pasión. Yo siempre digo que en cualquier profesión cuando trabajamos con amor y con pasión pode­mos lograr muchas cosas en este país.

REMBERTO Y EL HIMNO NACIONAL

Remberto Giménez, compo­sitor, compilador y arreglador del Himno Nacional del Para­guay, es una de las figuras más destacadas dentro de la his­toria musical del país y de la Banda de Músicos de la Policía. Fue aprendiz en la Escuela de Músicos y tuvo como maes­tros a Pellegrini y Dentice, y fue profesor del maestro José Asunción Flores. La letra de “Chaco Boreal” es de su autoría y la música la hizo el primer director paraguayo de la banda de música, Gerardo Fernández Moreno. También compuso “Maris­cal López”, “La marcha presidencial”, “Mburuvicha”, “El cons­cripto”, “Campamento Cerro León”, comenta Óscar Barreto. “Él era discípulo de los maestros italianos y se dedicó a hacer canciones patrióticas y también himnos de colegios, creaciones inolvidables”, agregó.

NICOLINO PELLEGRINI: MAESTRO Y FORMADOR

Nacido en Viggiano, Italia (1873), Nicolino Pellegrini arribó al país en 1893. Se formó en la música desde muy pequeño, estudió en Ginebra, tuvo pre­sentaciones en París y luego emigró al Brasil.

En Paraguay tuvo alumnos de la talla de Agustín Pío Barrios, José Asunción Flores, Hermi­nio Giménez, Félix Fernández, Remberto Giménez, Gerardo Fernández Moreno, Mauricio Cardozo Ocampo y Darío Gómez Serrato.

Creó más de 100 composiciones, entre ellas la primera zarzuela paraguaya, “Tierra guaraní”, y dirigió la Banda de Músicos de la Policía hasta su muerte, ocurrida en la ciudad de Asunción, Para­guay, el 19 de julio de 1933.

JOSÉ ASUNCIÓN FLORES

José Asunción Flores es el más alto representante de una gene­ración de artistas paragua­yos que marcaron el siglo de la música paraguaya. Sin dudas la formación adquirida en la Banda de la Policía estaba a la altura del arte popular y de la creación académica, lo que le permitió llegar al corazón de su pueblo tanto como elevar a niveles sinfónicos la música popular paraguaya para ser interpretada posteriormente en los centros de música más impor­tantes del mundo.

Oriundo de La Chacarita, Flores fue de niño lustrabotas y después aprendiz en la Banda de Músicos de la Policía de la Capital; ade­más, estudió composición con Félix Fernández y el director Salva­dor Dentice.

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