La actriz Amber Heard, luego del dramático y mediático juicio contra Johnny Depp que perdió, se alejó de todo y se instaló en un pequeño pueblo de Mallorca, España, con su pequeña hija y vive sencillamente. La reina Letizia se volvió a “coronar” como la royal más elegante de Europa en el último acto del 12 de octubre, pero con su hija pequeña. En Suecia, los reyes de Holanda vivieron importantes encuentros y moda. La coronación de Carlos III será el 6 de mayo y se habla de si Camilla lucirá la corona con el “diamante maldito” o no.

UN REFUGIO ESPAÑOL PARA AMBER

Amber Heard vive en Mallorca, España, con su pequeña hija. Luego del mediático juicio que atravesó con resultado negativo con su ex marido Johnny Depp, la actriz y modelo ha encontrado en la isla balear el mejor refugio alejada de la polémica. Apenas se habían visto imágenes de ella desde que concluyera el juicio en junio y emi­tiera un rotundo comunicado en el que expresaba su desacuerdo con el veredicto del jurado. La Justicia falló a favor de Depp al con­siderar que hubo difamación en su contra y dictaminó que ella tendría que pagarle 14 millones de euros y este, a su vez, tendría que indemnizarla a ella con cerca de dos millones. Amber ha alqui­lado una casa en el pueblo de Costitx, según informó el Diario de Mallorca, y trata de vivir una vida anónima utilizando un seudó­nimo para pasar desapercibida. Según informa la prensa local, se hace llamar Martha Jane Cannary, el verdadero nombre de Cala­mity Jane, una experta tiradora y jinete que luchó contra los indios americanos. Un dato a tener en cuenta después de saber que Depp ha presumido siempre de que su tatarabuela era nativa americana, enemiga entonces de la citada revolucionaria. La vida parece trans­currir con normalidad para Amber Heard, rodeada de su círculo más próximo, entre los que está su amiga, la directora de fotogra­fía Bianca Butti. La modelo disfruta a tiempo completo de su hija Oonagh, de año y medio, ya que desde que se falló el veredicto del jurado no ha vuelto a trabajar en ninguna película. “Aquaman and the Lost Kingdom” y “In the Fire”, los dos filmes que rodó antes del fallo del juez, siguen pendientes de estreno y se lanzarán en el 2023. Por lo pronto se la ve feliz, siempre con su hijita, jugando en la plaza, paseando o de compras.

LETIZIA Y SOFÍA, A LUNARES

El pasado 12 de octubre, como cada año, cuando en España se conmemora el que llaman Día de la Hispanidad, en el que los reyes participan de un acto importante con el ejército y autoridades luego del cual se realiza en el Pala­cio el saludo de todas las autoridades legislativas y del ejecutivo, además de otras instituciones a los monarcas. Esta vez, la reina Letizia volvió a confir­mar, de acuerdo a los medios internacionales, que nadie le quita el cetro de la “más elegante” entre las royals europeas. La Reina lució un exquisito y vapo­roso vestido con fondo en verde claro y pequeños lunares en blanco de la firma sevillana Vogana. Mientras, su hija, la infanta Sofía, llevó un diseño de Carolina Herrera con fondo azul y lunares también, pero un poco más gran­des, en blanco. Todos fueron al catálogo de Carolina Herrera para ver que el modelo original de la casa era bastante más largo que el bello y vaporoso que llevó la joven Sofía, que lució sus larguísimas piernas con unas bellas balle­rinas en azul marino. La heredera del trono, la infanta Leonor, nuevamente se ausentó de la fiesta, ya que está en su colegio de Irlanda, donde cursa los estudios secundarios con compañeros y compañeras como la princesa Arianne de los Países Bajos, por ejemplo, y parece haber encontrado el primer amor en un joven galés que la acompañó a España en las pasadas vacaciones de verano en familia. Medios franceses de prensa especializada elogiaron nuevamente el look impecable de la Reina y de su hija menor. Y no se olvidaron de men­cionar que la propia Letizia ha recibido la sugerencia de parte de los médicos de “bajar un cambio” en el uso de tacones exageradamente altos como vemos siempre, ya que padece de una patología denominada neuroma de Morton, que es un problema (un pequeño tumor o quiste benigno) en la planta de los pies, entre los dedos, que causa mucho dolor, que se incrementa cuando se abusa del uso de tacones y punta fina de calzado. Así que la reina deberá dosi­ficar el uso de sus zapatos más icónicos, motivados por la diferencia de altura con su altísimo esposo y su deseo de verse muy estilizada, pero que le cuesta dolores de pies que debe combatir a veces con infiltraciones.

MODA Y JOYAS CONTRA EL FRÍO

Hablando de tacos, de moda y de reinas, mencionarla a ella es casi imprescindible. Es que los reyes de los Países Bajos Máxima y Guillermo realizaron una nueva visita oficial a Suecia. Y allí se mostra­ron nuevamente muy cercanos a la familia real sueca, que los recibió con los brazos abiertos y com­partieron encuentros tanto de día en distintos eventos como cenas de gala, donde las reinas y prin­cesas se lucieron poniéndose encima “todo lo mejor” de sus guardarropas y lucieron joyas de esas que compiten con las estrellas. Y la reina Máxima no se quedó para nada atrás en el despliegue y se llevó los aplausos por sus outfits tanto de día, en los que lució bellos trajes de chaqueta y monos en colores top como el magenta y morado o azul marino y sobre todo de noche. En una ocasión, la vimos repetir el bellísimo vestido enteramente bordado en plata con un solo hombro en base de rosa pálido con joyas increíbles como tiara, collares, prendedores y hasta condecoraciones. Y, en otra noche donde hacía ¡5 grados!, se quitó la capa para salir en la foto con un increíble vestido de fiesta con transparencias y escote Bardot y unas esmeraldas de película que llamaron la atención. El vestido en cuestión ya lo estrenó el año pasado para el concierto por su 50 cumpleaños y es una creación de Iris van Herpen, una diseñadora de moda holandesa conocida por fusionar la tecnología con la arte­sanía tradicional en la alta costura. Tiene un truco porque el fondo color nude del que sobresalen líneas en azul grisáceo hace un extraño efecto. Y, como para subrayar su importancia, se puso una esmeralda en forma de huevo famosa por su pureza y tamaño enorme entre las muchas joyas de la corona. Ella la colocó ahora en un collar de diamantes de su propiedad y así la lució divinamente. No estrenó ningún look, pero los recicló magistralmente.

CORONACIÓN Y EL DIAMANTE “MALDITO”

Ocho meses después de acceder al trono, el rey Carlos III será coronado con una ceremonia a la altura de un rey inglés. El gran evento, al que asistirán miem­bros de otras casas reales, como ya sucediera con el funeral de su madre, la reina Isabel II, tendrá lugar el próximo 6 de mayo del 2023.

Se ha informado oficialmente la fecha y el lugar elegido, que será la Abadía de Westminster de Londres, el mismo lugar en el que fue coronada su madre el 2 de junio de 1953. La ceremonia, que estará oficiada por el arzobispo de Canter­bury, tendrá como protagonistas no solo al rey Carlos, sino también a la reina consorte Camila, que también será coronada. A los 73 años, Carlos es el rey de mayor edad que asciende al trono británico, superando al rey Guillermo IV, que tenía 64 años cuando asumió la corona en 1830. Cuando sea coronado tendrá 74 años. De lo que habla la prensa británica, además, es que el día coincide con el cumpleaños de uno de los nietos de Carlos, el pequeño Harry, hijo de Enrique y Meghan Markle, y de si Camilla Parker utilizará para el acto de su coronación la famosa corona de la reina madre que posee el llamado “diamante maldito” por su origen espurio. Se trata de la corona que tiene ese diamante en su cúpula, el Koh-i -Noor, de 105 quilates y que reclaman varios países de la época de la colo­nia británica.

Entre los países que reclaman están India, Pakistán y Afganistán. La corona, que todos vieron en la reina madre en la coronación de su esposo, el padre de Isabel II, tiene, además de ese diamante, uno de los tallados más grandes de la histo­ria, otros 2.800 diamantes más pequeños. Una joya de incalculable valor que fue obsequiada a la reina Victoria por Duleep Singh, el último emperador de los sijs, que tan solo tenía 10 años en 1855. Después fue colocada en la corona en 1937. Pero hoy, esa joya podría generar “sensibilidades políticas” que harían inadecuado el uso de la corona. Otros piensan que se puede quitar dicho dia­mante y reemplazarlo por otra piedra que no tenga cuestionamientos... Vere­mos qué decide Camilla.

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