Por Jorge Zárate, jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: Emilio Bazán, Jorge Jara y archivo LN
En marzo del 2023 se presentará la candidatura de la guarania a patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. En el 2025 este género musical cumplirá un siglo de interpretar la paraguayidad y de mostrarla al mundo. Aquí unos ecos de las celebraciones de estos días.
La guarania plasma un paisaje musical y allí radica su magia, su trascendencia. Por ejemplo, al oír “Mburikao”, quien conoce los arroyos de la Región Oriental puede recrearlos en la imaginación, en el sentir, en un ejercicio que puede ser tanto íntimo como colectivo.
Dice Ricardo Flecha: “José Asunción Flores es parte de la identidad nacional y cuando se pierde identidad, se pierde soberanía. Su obra genial resume un poco el sentir, primero del asunceno y, después, del paraguayo. Hay muchos valores en su música que nos resumen quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos llegar. La guarania no es solamente un género musical, es un estado de ánimo, un lugar, una forma, un espejo donde nos miramos los paraguayos”, apunta.
Lo hace minutos antes de subir al escenario a brindar el primer concierto de la serie Estación Guarania, una gira por las estaciones del ferrocarril Carlos Antonio López que busca celebrar en el país al maestro y su creación.
El periodista cultural y escritor Antonio Pecci coincide: “Es necesario celebrar a José Asunción Flores por ser quien dio identidad musical a nuestro país con la creación de un nuevo género, como es la guarania. Una búsqueda que le demandó varios años de intenso trabajo, afanes y estudios. Y que comenzó con una pregunta, siendo integrante de la Banda de la Policía, trombonista titular, un día abordó al director de la agrupación, el maestro italiano Nicolino Pellegrini, preguntando por qué la Banda de la Policía no interpretaba música paraguaya.
El repertorio de la misma estaba integrado por sinfonías, fragmentos de óperas, valses en las retretas que se ejecutaban dos veces a la semana en las plazas céntricas de Asunción y que congregaban a mucha gente. La respuesta del director fue clara y contundente, indicando que la música paraguaya no existía y que lo que se solía escuchar era una música primitiva, que además no podía escribirse para todos los instrumentos de la banda”.
Pecci, autor de tres libros sobre Flores y su obra, sigue narrando que “la respuesta provocó una profunda desazón en el joven José, que lo llevó a un estado de angustia e insomnio según cuenta su gran biógrafa Sara Talía, a quien él mismo le relató la anécdota ya muchos años después. ‘Ese fue el inicio de mis trabajos en pos de una música genuinamente nacional’, le dijo. ‘Ndakevéi’, decía, ‘sentía que mi patria no tenía himno ni bandera...’. Y comenzó a investigar con la ayuda de Víctor Montórfano, joven escritor y amigo de infancia de José Asunción. Encontraron muy pocos trabajos. Y que la música tradicional, además, estaba mal escrita. Un día toma una popular polca, ‘Ma’erãpa reikuaase’ (‘Para qué quieres saber’), de Rogelio Recalde, y la reescribe en un ritmo más lento, de 6 x 8, agregándole giros armónicos y melódicos. Un trabajo que le resultaba muy difícil por sus limitados conocimientos musicales.
Ese trabajo experimental fue presentado al maestro Pellegrini con el pedido de que lo ensayara la agrupación. Y el director, luego de observar la partitura, le indica que conduzca él mismo el ensayo. El joven trombonista toma coraje y lleva adelante el ensayo una soleada mañana en el Cuartel Central de Policía, relata él mismo. La música fue interpretada como él la había escrito y el resultado fue sumamente favorable y festejado por todos”, apuntó.
Hay otro elemento central en la tarea de Flores. Así la apunta Flecha: “Con la guarania nace la reivindicación del idioma guaraní porque había una infamia que circulaba entre los grupos de poder, la oligarquía que decía que el guaraní entorpecía el español. ¿Qué hizo Flores ante ello?.
Eligió a los más grandes poetas que dominaban los dos idiomas como Rigoberto Fontao Meza y Manuel Ortiz Guerrero y echaron por tierra aquella infamia”.
Luego añade que “Flores sufrió mucho y respondió con música a todas esas ofensas, por eso es bueno que destaquemos cómo respondió al movimiento que intentó negarle la paternidad de la guarania atribuyéndosela a Ortiz Guerrero. Lo hizo con talento y con propuesta porque Flores le cantó a todo, a la mujer, al río, al monte y también a la penuria de los campesinos con ‘Ñemitÿ’. Es parte de nuestra identidad en un momento muy crítico que está viviendo América Latina, que sufre injerencias de otros países”.
PATRIMONIO UNIVERSAL
La semana de la guarania tuvo una serie de actividades entre la que se incluye la muestra fotográfica “Un músico y su tiempo” en el hall del teatro José Asunción Flores del Banco Central (BCP), que podrá visitarse hasta el 2 de setiembre inclusive.
Algunas de esas tomas ilustran esta página en una muestra que también incluye instrumentos y otros objetos que pertenecieron al maestro Flores y que se invita a visitar.
Puede verse hoy un mayor involucramiento institucional en la celebración, aunque el devenir requerirá mayores esfuerzos, dice Flecha: “Ahora tenemos más apoyo verbal, pero lo que necesitamos es más apoyo económico, presupuesto para la cultura, para esta campaña. En marzo del 2023 se presenta la candidatura a la Unesco para que sea declarada patrimonio universal, pero en el 2025 es el centenario de la guarania, así que tenemos que prepararnos para hacer simposios, conciertos, porque la gente tiene que entender de dónde viene y cuál fue su contexto histórico”.
El cantante considera que “es importante que las instituciones estén a la altura de esta agenda, pero también la sociedad y, sobre todo, los músicos. Realmente a veces me siento solo y sé que mucho tiene que ver con la cuestión ideológica. He escuchado por ahí ‘ahí está ese zurdito que quiere posicionar el nombre de Flores’, lo que es una gigantesca estupidez porque el legado del maestro trasciende esto. Flores ya estaba arriba cuando comencé a cantar. Soy un entusiasta de la guarania que ama a José Asunción e intenta seguir su ejemplo de gran músico y gran persona porque a veces es difícil encontrar esa conjunción. Él era un romántico, un hombre que actuaba como pensaba, algo que se ve poco –me viene a la memoria Ernesto Guevara–. Son muy pocos los que lo hacen. También fue un gran pacifista. Merece su obra ser patrimonio inmaterial de la humanidad porque reúne las condiciones de solidaridad, amor y fraternidad y en eso estamos”, apuntó.
Antonio Pecci sostiene que “en el corto plazo hay que incentivar la creación de nuevas guaranias atendiendo a sus parámetros bien definidos. La guarania de raíz, como se dice ahora. Y preservar el legado que tiene casi cien años y al cual han enriquecido con su trabajo talentosos músicos como Herminio Giménez, Mauricio Cardozo Ocampo, Carlos Lara Bareiro, Agustín Barboza, Demetrio Ortiz y letristas destacadas como Zulema de Mirkin, María Teresa Márquez y muchos más creadores”.
También que “por otro lado es necesario hacer una campaña de encuentro y difusión con jóvenes del sistema educativo, con alcance nacional, ya que luego de más de tres décadas de prohibición de la guarania y su creador, se han desconectado como dos generaciones de estudiantes. Es decir, poner de moda nuestro ritmo nacional por excelencia, a través de concursos estudiantiles, audiovisuales, documentales, para lograr la atención de la gente joven. Porque en los adultos y en los mayores, esa semilla está plantada. Y se los ve llenando los teatros y en los conciertos al aire libre en Asunción y ciudades del interior. Pero eso no basta. Tiene que volverse parte de las políticas públicas”.
Entiende entonces que “un buen argumento es que alrededor de la guarania se viene desarrollando una campaña para la postulación de la misma ante la Unesco para que sea declarada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Categoría que ya tienen el tango y el chamamé, entre otros géneros latinoamericanos. Y eso requiere de un trabajo articulado entre instituciones oficiales y la sociedad civil a lo largo de los próximos dos años. Y llegar al 2025, al centenario de creación de este género, con un país que lo celebra y lo reconoce como parte fundamental de su identidad nacional”, concluye.
UNA BÚSQUEDA APASIONADA
Cuenta Antonio V. Pecci, escritor y biógrafo de José Asunción Flores, que tras el arreglo de la polca “Ma’erãpa reikuaase” (Para qué quieres saber), de Rogelio Recalde, la búsqueda de perfeccionar el lenguaje de la música propia continuó por meses “hasta que en 1925 compone una obra para tres instrumentos que titula ‘Jejuí’. Y se la encomienda a un trío de músicos alemanes que tocaban en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel. La recepción fue sumamente positiva.
Continuó, no obstante, experimentando y buscando hasta que recién al año siguiente, en 1926, crea una obra para un conjunto y que puede ser cantada, ‘Arribeño resay’, con versos en guaraní y castellano, del poeta Rigoberto Fontao Meza. Esta pieza fue interpretada en el Teatro Nacional, hoy Municipal, y se tornó popular inmediatamente. Se cantaba en las serenatas, en los bares, venía gente del interior a escuchar el nuevo ritmo.
En rápida sucesión surgieron ‘Ñasaindýpe’ (A la luz de la luna) con versos de Félix Fernández; ‘Ka’aty’ (‘Yerbal’) e ‘India’ con letra de Fontao Meza. Hasta que en 1928 conoce al poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero, quien le pone versos definitivos a ‘India’ y se inicia una estrecha amistad y creación de temas inmortales como la citada, además de ‘Ne rendápe aju’, ‘Panambi vera’, ‘Paraguaýpe’, entre otras.
Pronto el nuevo ritmo se expandió a Buenos Aires y luego se difundió a nivel mundial a través de diversos grupos e intérpretes”, recordó Pecci.
PERSEGUIDO
Relata Antonio V. Pecci en “José Asunción Flores. Creador de la guarania”: “Desde principios de la década de 1960, el régimen autoritario desataba en el país una intensa campaña plagada de falsedades. La misma estaba centrada en la negación de la autoría de Flores como creador de la guarania para atribuírsela a Ortiz Guerrero. Y que continuó luego de su muerte en 1972, por el pavor del régimen a que la repatriación de sus restos concitara una multitudinaria concentración ciudadana. Además de negarle la paternidad del nuevo género, le negaron los documentos y hasta la nacionalidad. No podían aceptar la campaña por la libertad de los presos políticos impulsada por Flores a nivel internacional y tampoco su militancia comunista”.
FECHA CLAVE
El trovador Pachín Centurión menciona que “para los que amamos la guarania y tenemos un profundo respeto al maestro José Asunción Flores, que se desarrollen homenajes nos llena de alegría y esperanza, porque el maestro nos legó una nueva forma musical partiendo de lo folclórico, lo fue desarrollando hasta llevarla a la sinfonía. Luego nuestros grandes creadores lo adoptaron y compusieron hermosas y recordadas guaranias. En épocas pasadas recordábamos al maestro Flores en el día de su cumpleaños en la clandestinidad, cantando guaranias en Punta Karapã de la mano del maestro Arturo Pereira”, dice recordando los 27 de agosto que se vivieron en dictadura.
“Hoy después de medio siglo las autoridades dedican más atención y reconocimiento e incluso se están haciendo gestiones en forma oficial para que la guarania sea declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Queda mucho aún por hacer, ya que la guarania es más conocida en el extranjero que en nuestro país, porque representa al Paraguay en el mundo entero. En nuestro país y en el interior se conoce muy poco de la guarania y de su creador”, reclama.
Difusor incansable del repertorio de Flores, Centurión insiste en plantear “este desafío y compromiso para los autores, músicos e intérpretes de difundir la obra del maestro como de otros autores que siguieron la ruta, tanto los tradicionales como los contemporáneos”.
Antonio Pecci apunta que “celebramos cada 27 de agosto el nacimiento en un humilde ranchito de Punta Karapã de este creador que le dio identidad musical al Paraguay. Y por iniciativa de Óscar Mendoza y un grupo de compatriotas en Buenos Aires, quienes conforman la asociación Guarania, se presenta al gobierno de entonces, en 1994, el pedido de que dicha fecha sea declarada Día Nacional de la Guarania y en el 2011 dicha iniciativa se convirtió en ley. Y el Ateneo Cultural José Asunción Flores conmemora esa fecha con diversos eventos y en compañía de diversas organizaciones e instituciones oficiales”, refiere.
DE RUSIA CON AMOR
La cantante lírica Ana Benítez acompañó a Ricardo Flecha en una versión memorable de “India” durante la presentación de Estación Guarania, concierto en el que también tuvieron destacada participación el cantautor Ulises Silva, que compuso un tema especial para la gira, y el dúo Gente en Camino.
Benítez es soprano y estudia arte vocal lírico en Moscú, capital de Rusia, desde hace tres años. Investigar el paso de José Asunción Flores por ese país despertó su curiosidad. “Sus archivos originales están clasificados y guardados en la Biblioteca Nacional en Moscú y también en el conservatorio existen copias de sus partituras. Lastimosamente no están todas en un mismo lugar, así que ahora asumí para mi vuelta la misión de reunirlas, para lo que tengo que contactarme con especialistas para poder acceder a los archivos, porque las personas que no tienen cierto nivel de acreditación no pueden ingresar”, comentó en diálogo con Nación Media.
“Flores es estudiado como un compositor latinoamericano destacado en la época de la Unión Soviética. Como estudiante de desarrollo artístico musical y teatral, algo que quiero destacar es el estudio que hacen de sus compositores en Rusia. Casi el 80% del programa de estudios es de compositores rusos y las clases se dan en ruso. Sería un sueño que en Paraguay podamos hacer lo propio con la obra integral de nuestros grandes maestros, empezando por José Asunción
Flores”, se ilusiona. “Quiero recalcar el legado de Flores no solo en el ámbito musical, sino también su compromiso político, social y cultu-ral. Los artistas de hoy estamos llamados a comprometernos con la sociedad y el país con nuestro arte”, apunta. “El género de la guarania es cercano para mí porque estudié música clásica, pero tiene dificultades técnicas que son un desafío para una cantante. Hay rangos vocales de agudos a graves que son difíciles de encarar”, comentó.