La arquitecta Ana Rosa Lluis O’Hara comparte su perspectiva sobre la situación que pone en puja el interés social, el Estado y el capital privado respecto a la conservación y puesta en valor del patrimonio arquitectónico del Centro Histórico de Asunción, que además de su dimensión material reviste un enorme valor intangible como memoria viva del devenir de nuestra sociedad.
- Por Jimmi Peralta
- Fotos Roberto Zarza y Emilio Bazán
Un olvido casi inmediato de la realidad social, de sus saberes, de sus logros y de sus fracasos, y el abono complementario del lugar común de la melancolía para todo lo que fue, la historia como recuerdo trillado y exagerado, esas son algunas de las formas en las que la sociedad local suele borrar su historia; otra de las formas es la demolición y el abandono de los edificios.
En un país donde todavía no queda claro hacia dónde debe inclinarse la balanza en la disputa progreso-cultura, el papel del patrimonio arquitectónico siempre está por develarse ante el ciudadano.
La arquitecta Ana Rosa Lluis O’Hara, quien cuenta con una maestría en patrimonio urbano, habló con La Nación sobre los conceptos y valoraciones que amplíen el horizonte de comprensión sobre el tema, y enfatizó la mirada sobre Asunción, que mañana está de aniversario.
–¿Cuál es la definición de “patrimonio” en términos culturales o históricos?
–Particularmente opino que el patrimonio cultural es la herencia que recibimos de nuestros antepasados y que marca a fuego nuestra vida, porque no solo tiene que ver con lo tangible: la casa donde vivimos, los objetos familiares, sino también con lo intangible o inmaterial, como ser el idioma que hablamos, las costumbres, la gastronomía, la música, el arte en general, nuestra manera de hacer las cosas. Esta herencia patrimonial es la que nosotros dejaremos a las generaciones venideras. En décadas pasadas, se tenía una mirada muy individualista sobre el patrimonio, es decir, desde la propiedad privada. Actualmente, el patrimonio es mirado desde la línea de lo social, como un factor de desarrollo de la comunidad. El patrimonio es para la comunidad a la que pertenece, no para el turismo. El turismo debe ser solo una vidriera para mostrarlo al mundo, sin afectar su autenticidad, y una manera de aportar a su mantenimiento, solo eso.
–¿Qué criterio puede utilizar un ciudadano para determinar si un edificio puede ser valorado como patrimonio arquitectónico?
–La mayoría de estas edificaciones patrimoniales hablan por sí solas y son fáciles de identificar como patrimonio. Ellas poseen galerías perimetrales con columnas con molduras y otros detalles, fachadas tapa, frisos con detalles en relieve, molduras, aberturas muy elevadas, rejas de hierro forjado, espacios interiores por lo general, más elevados que en la arquitectura actual, pisos de ladrillos de gran tamaño, o con diseños florales o geométricos, cielorrasos pintados, pintura mural, muros de grandes ladrillos, de 30 cm de espesor en adelante, balcones con balaustres, patios con aljibes, bovedillas catalanas, gradas de mármol, techos con tejuelitas y alfagías, maderas de gran escuadría y longitud, etc. El problema está en esas edificaciones que no poseen ornamentos y que aparentemente pasan desapercibidas, pero cuando uno las analiza en detalle encuentra también muchos elementos que nos cuentan una historia de 100 años o más y que, aunque no estén registradas, deben ser protegidas.
–¿Qué rol debería tener el Estado respecto a estos patrimonios?
–El Estado, a través de la Secretaría Nacional de Cultura, tiene la obligación de velar por la protección del patrimonio cultural del país. Sus tareas están detalladas en la Constitución Nacional, en la Ley Nacional de Cultura y en la Ley Nacional de Patrimonio Cultural de Paraguay. Entre ellas, la más importante desde mi punto de vista y mi experiencia de estos más de 20 años siguiendo paso a paso la mala suerte que corre el patrimonio arquitectónico de nuestro país, en especial el del Centro Histórico de Asunción (CHA), sería el de parar con las demoliciones.
–¿Qué función social, sea educativa, narrativa, estética o turística, cumple el patrimonio?
–En lo educativo, el patrimonio es un documento que nos revela un montón de datos e información de cómo vivían las personas en el momento de su creación. Por lo tanto, el patrimonio transmite un mensaje del pasado a las futuras generaciones. Por ejemplo, antes de la llegada del primer automóvil al país, las esquinas no tenías ochavas, porque ellas no eran necesarias, ya que las ochavas cumplen la función de ampliar el campo visual del automovilista al llegar a una bocacalle. Este caso se observa en la Casa de Herrera y Yegros, demolida por su propietario casi en su totalidad.
En lo social nos cuenta cómo vivían las personas en la intimidad de sus hogares. En las viviendas las cocinas no estaban a la vista de las visitas, como ahora, porque socialmente ellos se vinculaban de una manera menos abierta que nosotros en la actualidad. En lo estético se valora el poder adquisitivo de los propietarios y eso se veía reflejado en sus viviendas y comercios.
–¿Se puede clasificar a estas construcciones como unas más importantes que otras?, ¿cuál es el criterio?
–De hecho que sí. Existen criterios internacionales para determinar la valoración de un patrimonio. Esa valoración se remite a criterios históricos, estéticos y simbólicos que fluctúan a través del tiempo de manera diversa y según la categoría de los bienes. Esta valoración se aplica tanto en lo referente a patrimonio inmaterial o intangible: el ámbito de las ideas, costumbres, tradiciones, folclore, etc; como también en las manifestaciones materiales de la cultura, como son los objetos de arte, arquitectura, artesanía.
–¿Se puede decir que Asunción posee un rico acervo cultural en lo que respecta a patrimonio arquitectónico?
–Asunción posee todavía un rico y variado acervo cultural patrimonial hoy. Mañana seguro será un poco menos en cuanto al número de componentes de ese acervo.
–¿Cuenta Asunción con pocas edificaciones previas al siglo XX? ¿Por qué?
–Asunción aún cuenta con numerosas edificaciones previas al siglo XX, pero de seguir con esta ola de demoliciones, que ya lleva varios años, pronto el centro histórico de la Madre de Ciudades será una burda imitación gua’u de Nueva York desnaturalizada, descontextualizada y sin nada que contar de su rica historia a las generaciones venideras.
–¿Existen huecos en la narrativa de la historia arquitectónica de Asunción en este sentido?
–Creo que a lo largo y ancho de nuestro país existen muchos huecos en la narrativa de su historia arquitectónica. Con relación a Asunción, se cuenta con algunas investigaciones realizadas por historiadores y también periodistas que aportan mucho al conocimiento y son una base para futuras investigaciones e intervenciones. La arquitectura moderna, por ejemplo, debería ser más considerada a nivel de declaraciones patrimoniales. Así tenemos el caso de las 15 casas de Pindú, que estaban catalogadas como patrimonio cultural y por una cuestión de favores políticos fueron descatalogadas por el actual ministro de Cultura para posible demolición de una de ellas: la Casa Kostianovsky.
–¿Cuáles son los edificios categorizados como patrimonios arquitectónicos más relevantes en Asunción?
–Entre los edificios monumentales (no solo por su tamaño, sino por su valoración), tenemos a la Catedral, el Panteón, el Palacio de López, La Encarnación, la Estación San Francisco, el Cabildo, la Casa de la Independencia y otros. En los edificios de pequeña escala tenemos la Casa Fratta y el Ex Hotel Hispania, obras del genial constructor catalán Enrique Clari. La primera, uno de los mejores exponentes del Art Noveau en el país, y la segunda, del Art Decó.
–¿Qué labores importantes respecto al patrimonio se desarrollaron en Asunción y qué trabajos están pendientes?
–Con relación a labores de restauración positivas, se han realizado muchas intervenciones que pusieron en valor varios edificios, como ser el conjunto de la Manzana de la Rivera, coordinado por el Arq. Carlos Colombino; las Casas del Bicentenario, el Panteón, entre otras intervenciones particulares. Entre ellas cito la restauración de la Escuela Gral. Díaz, llevada adelante y a pulmón por los ex alumnos interesados en la recuperación de su memoria colectiva.
–¿Asunción explota de alguna forma su riqueza arquitectónica?
–Particularmente considero que es muy poco el provecho turístico que se pueda obtener actualmente de la riqueza arquitectónica de Asunción, ya que la misma no solo se encuentra afectada y devastada en todo lo referente a sus edificaciones patrimoniales, sino la dejadez y el abandono se percibe en cada detalle de nuestra ciudad, especialmente del Centro Histórico: demoliciones permanentes de patrimonio, veredas rotas o inexistentes, polución excesiva debido al flujo vehicular sin control ni propuestas de solución por ausencia de un plan de movilidad, plazas abandonadas a su suerte, señalización y equipamientos deteriorados, cables aéreos que perjudican la visual de los edificios históricos, delincuencia debido al abandono de la población en horas de la noche, etc.
La Catedral. Es el templo católico más importante de la capital del país. De estilo clasicista italianizante, construida durante el gobierno de don Carlos Antonio López, considerada uno de los siete tesoros del patrimonio cultural material de Asunción. Se ubica en el Centro Histórico de Asunción, por lo que está protegida por la Constitución Nacional, la Ley 5621/2016 “De preservación del patrimonio cultural del Paraguay”, varias ordenanzas municipales y cartas internacionales referentes al patrimonio cultural. Sin embargo, ha sido gravemente desvalorizada con la construcción del edificio de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Asunción, porque la valoración de un bien patrimonial se extiende a su entorno inmediato, el cual se encuentra también protegido porque el Centro Histórico también está catalogado y protegido por varias ordenanzas municipales.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR PATRIMONIO CULTURAL?
Es el conjunto de testimonios, artísticos o simbólicos, transmitidos por el pasado a cada cultura y, por ende, al conjunto de la especie humana. Elemento constitutivo de la afirmación y enriquecimiento de las identidades culturales y legado común de la humanidad, el patrimonio confiere sus rasgos característicos a cada lugar y es la memoria de la experiencia humana. Fuente: Unesco (2003).