En esta entrevista con Augusto dos Santos para el programa “Expresso” del canal GEN-Nación Media, el sacerdote jesuita y pedagogo Jesús Montero Tirado aborda la problemática educativa del Paraguay. Entre otras consideraciones, advierte sobre el error de haber excluido a las universidades de la elaboración del Plan de Transformación Educativa e insiste en la necesidad de un enfoque interdisciplinario en el proceso escolar. Además, analiza el papel de la religión en la educación, las nuevas tecnologías y la polémica ideología de género.

Fotos: Jorge Jara

–ADS: Hay un tempranero cuestionamiento a la ausencia de las universidades en el Plan de Transformación Educativa.

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–JMT: Para mí uno de los problemas que tiene el Plan Nacional de Transformación Educativa es que ha prescindido de las universidades de Paraguay. Ha preferido consultar con dos universidades extranjeras, la Columbia de Nueva York y la Pontificia Católica de Chile. Y ni siquiera les ha convocado cuando ha necesitado ayuda profesional a las universidades, sino que ha preferido contratar a oenegés para que le ayuden a procesar ciertos temas dentro de todo el proceso. Es decir, las universidades están marginadas y en el plan, que se llama plan de transformación de la educación, en realidad no es de la educación, sino de algunos aspectos de la educación escolar. Porque no hay ningún plan para la transformación de las universidades, ni para la transformación de los institutos superiores, ni para la transformación de los institutos técnicos superiores. Bueno, y para poner en otro campo, que no es el universitario, tampoco incluye la transformación para la educación campesina y rural, que está exigida por el artículo 115 inciso 13 de la Constitución y el 79 de la Ley Orgánica. No hay ninguna alusión para la transformación de la educación para la cooperación, exigida por el artículo 73 y el 103 de la Constitución, etcétera.

–Ha sido una cultura prácticamente de este país, incluso de la burocracia de este país, olvidar a la universidad a la hora de las reflexiones, ¿no?

–Sí, la universidad tiene mucho que hacer. Está lejos del ideal de universidad de estos tiempos, sobre todo en países de vanguardia. No nos podemos comparar, ¿verdad? Hay méritos y hay facultades dentro de las universidades privadas que están consiguiendo cosas importantes. Pero en general la mayoría de las universidades, las 50 y tantas que existen, muchas de ellas, como es conocido popularmente, se les llama universidades de garaje porque no responden, no tienen campus, no tienen bibliotecas, no tienen los recursos técnicos. Incluso en la pedagogía interna, dentro del proceso de formación profesional, están siendo débiles porque es conocido que están regalando títulos, algunas de ellas a cambio de cuotas. No tienen exigencia con rigor académico a la hora de la evaluación y por eso están saliendo profesionales de muy baja calidad.

–Basta ser diputado para ser dueño de una universidad por la permisividad y se llega al colmo de que hay cirujanos que llegan a terminar la carrera sin haber visto un honorable muerto ninguna vez en todo el proceso. ¿Cómo se cambia el estado de la situación de las universidades en esas condiciones?

–Yo creo que la organización del ministerio, que es el último responsable lógicamente de todos los niveles de la educación, el Viceministerio de Educación Superior, están suficientemente definidas sus identidades, su naturaleza, sus funciones. Y el Cones, que es el Consejo Nacional de Educación Superior, las dos instituciones responsables de la vigilancia, acompañamiento, estímulo, en fin de la planificación universitaria junto con la Aneaes, que es la que garantiza la acreditación. En fin, no sé si trabajan conjuntamente y tienen unas políticas definidas. Es más, me consta que en este gobierno el presidente Mario cuando tomó el poder dio la consigna de que no se tocará a las universidades y de hecho el Gobierno no no da a conocer cuál es la política educativa para las universidades. La política universitaria es desconocida y de hecho al Cones, que le corresponde proponer, no sabemos que la haya propuesto y que esté alguna mesa instalada realmente. En general la administración pública del nivel universitario tiene deficiencias fundamentales.

–Una mala universidad es una siembra muy peligrosa para el futuro, ¿no?

–Claro, por eso es urgente incluirla en un plan de transformación de la educación, puesto que las unidades son parte fundamentalísima de la educación del país. Bueno, pues lo correspondiente es que se hubiera planificado la transformación de las universidades, pero no solo no se ha planificado, no se les ha llamado ni siquiera a elaborar el plan de transformación que se ha hecho, es decir, una marginación total por parte de los responsables del Plan Nacional de Transformación Educativa con respecto a la educación universitaria y de los institutos superiores.

MODELO INTERDISCIPLINARIO

–En ese mismo contexto, padre, ¿hay también ausencia de la formación docente en este debate?

–La formación docente que se está dando no tiene calidad. Entre otras cosas porque el mismo ministerio, a la hora de proponer sus diseños curriculares, tiene falencias fundamentales. Por ejemplo, actualmente ninguna ciencia es autónoma, todas se apoyan con ciencias auxiliares y el planteamiento de cualquier ciencia es necesariamente interdisciplinar. Eso no existe. Eso no existe en los currículos, que son unitarios, cada asignatura se da por su cuenta, no se relaciona con las otras que tienen estricta relación. Te pongo un ejemplo, la pedagogía, que es ciencia y práctica de la educación, refiriéndonos a nuestro campo del que estamos hablando. Bueno, desde el momento en que la pedagogía como ciencia y práctica de la educación no está interdisciplinariamente planteada con sus ciencias auxiliares. Volvamos al plan de transformación, el plan de transformación no fundamenta lo que propone con las ciencias auxiliares necesarias para todo proyecto educativo. La antropología. Es decir, el educador se pregunta ¿qué tipo de varón y mujer vamos a formar? ¿Qué va a salir de acá? ¿Cuál es el el producto de los egresados? Eso no existe, no está definido, no existe la sociología como ciencia auxiliar del plan de transformación, no existe la psicología. En la psicología hay muchas corrientes, pero bueno, enmarcándonos en las corrientes humanistas porque son las más aproximadas al campo de la educación estrictamente hablando. ¿Cuál es la corriente prevalente que propone el ministerio? No existe la definición. En un mundo donde se están produciendo conocimientos a una velocidad extraordinaria que están cambiando por completo el anaquel, toda la reserva que tenemos de conocimiento. Fíjese que se calcula que en 10 años el 50% de los conocimientos de la humanidad han caducado.

–Asimismo...

–¿Qué propone el plan de transformación educativa sobre la teoría del conocimiento?, ¿qué conocimiento van a dar?

–¿Cómo estamos formando maestros en Paraguay hoy?

–Para responderle con propiedad y con validez intelectual se debe hacer una exploración e investigación de qué es lo que está pasando. Los flujos de opinión que llegan de reacciones de los que se están formando, los que se han formado, de los familiares, de lo que reciben en las instituciones educativas los profesores formados, etcétera, es que la formación que se está dando es totalmente inadecuada e insuficiente, que no solo no incorpora, como estábamos diciendo, por ejemplo, toda la filosofía de la educación que supone la epistemología, la axiología, en fin, o sea, el campo de los valores. Los maestros no dominan este campo, o sea, no han sido formados con solidez suficiente para que ellos dominen el ámbito del conocimiento, no solo la pedagogía, sino la didáctica y las nuevas tecnologías aplicadas a la didáctica con las posibilidades que hay.

–Y entonces son una especie de burócratas del sumario, de un plan de estudios que hay que aplicar día a día en las aulas. Me apena que en nuestro país siempre que hablamos de grandes maestros tendemos a hablar del pasado.

–Y sí, en el presente no hay líderes en la docencia que se destaquen realmente dentro del profesorado, como para decir “bueno, es un referente clave, hay que citarlo, hay que conocerlo”. No, no tenemos, porque llevamos años con deficiencias en la formación.

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

–O sea la formación docente es un ciclo que probablemente no va a remediar las carencias de formación de una persona en temas generales, en literatura, por ejemplo.

–Bueno, está tocando usted un problema de todo un campo enormemente amplio. El sujeto educando, el niño, adolescente, joven, el adulto, sobre todo los niños, adolescentes y jóvenes actuales son totalmente diferentes de lo que hemos sido nosotros en esas edades. Le pongo ejemplos muy concretos. El niño llega ahora, es una estadística media, a la escuela con 1.000 horas de televisión. Yo no llegué porque la televisión no existía, por tanto es totalmente diferente el mundo cultural que tiene en su cabeza de todo lo que ha recibido, sin digerirlo sistemáticamente ni con conocimiento apropiado, etcétera. Pero el impacto lo tiene. Bueno, pero no solo eso. Ahora tiene miles de horas de celular que supone comunicaciones con múltiples culturas, múltiples ambientes, que él puede entrar, salir, etcétera, o sea, el niño llega a la escuela con un bagaje de información no bien digerida, pero sí adentrada que es totalmente diferente al de antes, entonces la pedagogía, la educación ya no puede ser como antes.

–¿Qué es lo que tiene que poner la escuela en el futuro con chicos que ya vienen con un bagaje de información extraordinario?

–Bueno, para mí la pregunta suya requiere dar respuesta al primer planteamiento que hice de la antropología. La antropología que supone el uso del celular y la computadora es radicalmente distinta a lo que somos nosotros. Te digo en concreto. Con la computadora como con el teléfono celular, yo tengo una memoria inmensa extendida en el disco duro en la nube, etc. Yo tengo una memoria a mi disposición que yo nunca tuve, mi memoria cerebral es limitada, pero ahí yo tengo una extensión de mi memoria. Tengo una extensión de la vista. Yo veo lo que naturalmente puedo alcanzar con mis ojos. Con la computadora yo estoy viendo ahora mismo a mi familia en España, a mis amigos de Japón y estoy viendo el paisaje de aquel país, etc. O sea, mi vista se ha extendido extraordinariamente. Lo mismo el oído. Uno puede estar oyendo un concierto de Nueva York o de París, incluso pasar de uno al otro en cuestión de segundos. Mi oído se extiende y capta con la vista. Yo puedo ver lo micro y lo macro hasta el cosmos con programas que tenga en la computadora. Mi ser se ha extendido de tal manera con unas potencialidades que nunca tuvo. Eso lo tiene el niño, el adolescente, el joven que está manejando estas tecnologías. Es decir, estamos educando a un ser totalmente diferente de lo que ha sido hasta empezar estas tecnologías que son recientes. Eso supone que toda la pedagogía y la didáctica tienen que cambiar, tiene que ser otra. No puede ser la que hemos tenido hasta ahora porque él, como he dicho, el niño llegaba antes como tabla rasa, es decir, llegaba a la escuela sin nada. Ahora mismo llega con un bagaje extraordinario y al mismo tiempo que el profesor está hablando, él puede estar jugando con el celular e incluso si el profesor está hablando de un tema de geografía, él puede decir “está equivocado, está diciendo eso y aquí estoy yo viendo lo contrario”, etc. O sea, la confrontación del bagaje que tiene y que está desarrollando sus potencialidades y en el acceso a información y conocimiento es muy superior.

–Si antes lo que hacía la escuela era llenar esta copa de agua y hoy esta copa ya viene casi llena, ¿entonces cuál es el rol o el énfasis de la escuela del futuro?

–El primer rol ya lo dijo la Unesco, pensando en la pedagogía del siglo XXI, aprender a aprender. Porque los conocimientos cambian constantemente, mis contextos cambian constantemente, y yo tengo que estar aprendiendo. Entonces aprender a aprender no solo aprender a hacer y aprender conocimientos, sino aprender además a ser, porque mi ser está cambiando. Y yo tengo que aprender a ser con mi propia identidad permanente de mi personalidad en estas nuevas circunstancias, soy otro ser. O sea, eso supone aprender a convivir, porque ahora ya no convivo solo con mis vecinos o con la sociedad cercana propia de mi pueblo o mi ciudad, e incluso a nivel relativamente nacional, ¿verdad? No, ahora yo estoy conviviendo con el triple de culturas simultáneamente. Y tengo que aprender a convivir con todas ellas.

–Aprender a aprender es el desafío.

–El mundo se ha convertido en una aldea, como dijo (Marshall) McLuhan en los años 45, la aldea global.

EDUCACIÓN RELIGIOSA

–Usted refiere el artículo 71 del Código de la Niñez, donde se elimina la educación religiosa. Muchos plantean que eso es coherente con un Estado laico. ¿Cuál es su mirada al respecto?

–El tema de la educación religiosa es muy interesante porque aquí lo tenemos excluida de los diseños curriculares. El ministerio arbitrariamente por su cuenta tomó la decisión y sacó definitivamente la educación religiosa. No se trata en este caso concreto de que la escuela dé una religión concreta, aunque en nuestro país de alguna manera estaría justificado porque el 96% de la población en el último censo se ha declarado cristiana, entre católica y cristiana. Pero bueno, aun así siendo una mayoría absoluta de una misma religión, no se trata de que la escuela se dedique a enseñar esa religión, sino la cultura religiosa para entender lo que es la religión y lo que está significando para comprender, sobre todo en nuestro país, nuestras raíces, nuestra historia y nuestras culturas. ¿Cómo se entiende? Una ciudad como la nuestra, que se llama Asunción, si no sé de quién se trata, ¿qué es eso de Asunción? Si no conozco la religión, ¿cómo se puede entender una ciudad que tiene en la calle Santísima Trinidad, el barrio Trinidad? En fin, tiene la Recoleta. Entonces todos los nombres referidos a santos, a hechos religiosos, ¿cómo se puede entender si no conozco lo que es la religión? ¿Cómo se puede entender el fenómeno Caacupé, cuando se celebra la fiesta de la Virgen Santísima, si yo no manejo la religión? Es decir, es una aberración total en un país que está profundamente vinculado a lo religioso, que tiene sus raíces, su historia, su cultura vinculada a eso. Es más, no solo el 96% es cristiano, sino que el Viceministerio de Culto tiene inscritas 294 religiones diferentes reconocidas en el país. En un país con esa vivencia resulta que la educación prescinde por completo de la religión. Fue una barbaridad.

–¿El concepto formación religiosa incluye procesos de evangelización o estamos hablando de cuestiones distintas?

–Yo estoy hablando a nivel de cultura y formación general de cultura religiosa. Otra cosa es que yo, además, por mi compromiso personal, del mío, de evangelizador como sacerdote jesuita. Bueno, yo aproveché mi comunicación con los alumnos que han venido libremente a recibir mi educación a darles mi evangelización. Pero eso es personal y ubicado en la individualización de mi institución, etc., a la que acuden quienes quieren porque no están obligados, pero la educación pública, que es para todo el mundo, yo respeto todas las religiones posibles, aunque la mayoría sea de una u otra, respeto todas, pero si le doy lo que es, lo que significa la religión como cultura, como modo de entender lo trascendente, como modo de realizar la proyección del futuro más allá, después de la muerte, etc.

–Porque además es imposible evitar alusiones a la religión en otras disciplinas, como la historia, como la filosofía.

–No se puede entender nuestra historia, no solo la de Paraguay, sino del mundo sin las religiones, o sea, porque no solo Occidente, es Oriente. O sea la influencia de Buda en el siglo V antes de Cristo ha sido definitiva y sigue siendo definitiva. Es impresionante. Y bueno, no era cristiano obviamente. Cristo no había nacido todavía, pero tiene una filosofía que se le convierte prácticamente en religión con una visión de lo trascendente, de la proyección del sentido de la vida, el sentido último de la vida que le da a su dimensión espiritual esa calidad extraordinaria.

IDEOLOGÍA DE GÉNERO

–Un tema espinoso, que es la cuestión de ideología de género. ¿Usted descalifica ese debate en general o plantea que ello no debe sustanciarse en el espacio escolar?

–Yo la ideología de género la tengo bien identificada y bien conocida y bien estudiada. No estoy de acuerdo de ninguna manera. O sea porque las propuestas fundamentales de la ideología de género van contra mi razón, mi sentido común más elemental. Empezando porque ellos proponen que la actividad sexual sea totalmente liberada. Hasta lo que podríamos llamar nosotros libertinaje. Y que da lo mismo, que todos tenemos los mismos derechos en torno a la sexualidad. Evidentemente como personas todos tenemos los mismos derechos humanos fundamentales. Pero hay derechos humanos específicos, o sea, la pareja de matrimonio. En nuestro caso cristiano normal de varón y mujer. Tiene unos derechos específicos que yo, como soltero, no tengo obviamente. O sea, hay derechos humanos fundamentales comunes a todos y hay algunos específicos. El niño tiene unos derechos que no tiene el adulto.

–Este debate, este posicionamiento que es mundial, que es tan intenso, ¿cómo percibe de cara al futuro?

–Yo creo que hay un pluralismo en todas las cosas y ante esto también, pero científicamente los efectos que está trayendo la ideología de género en la vida, en la biología de la persona, todavía no están bien conocidos. Pero ya hay indicios de que realmente crea un caos en el organismo. En Barcelona hay un hospital, no me acuerdo ahora del nombre, pero está en internet y ahí lo he encontrado yo. Hay un hospital que de hecho se especializó en recibir a personas que tienen problemas de salud que son bisexuales o transexuales, homosexuales, etc. Bueno, ellos dan como estadística que mueren antes los que hacen la transexualidad en general, que tienen más problemas depresivos con más frecuencia que las personas que no están en esos cambios sexuales, en ese estilo de vida, etc. Eso no se dice, pero esa es la realidad. Tampoco se dice que el porcentaje en el mundo, por más ruido que hagan, no está pasando del 6%. Y bueno, el 94% es una mayoría demasiado absoluta para que enfoquemos toda nuestra vida a partir del 6%. No tiene mucho sentido eso.

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