- Toni le hace un homenaje a pocos días de su partida a la profesora Estela Rodríguez Cubero, pionera en la restauración en el Paraguay y que fuera su maestra en el conocimiento de este importante quehacer para la conservación del patrimonio tangible e intangible de nuestro país.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Se suele decir “faltó tiempo para charlar con un ser querido que parte”, pero así es la vida. Ha viajado a los 92 años Estela Rodríguez Cubero Chavarri. Muchos millenials o centenials dirán ¿quién fue Estela Rodríguez Cubero? Para saber haremos un pequeño racconto de la misma que empieza con una historia que tiene que ver, tal vez, con la política pendular paraguaya con la Argentina y el Brasil.
Estela Rodríguez Cubero Chavarri nació en la vieja San Lorenzo del Campo Grande en el seno de una familia numerosa; se crió en el centro, frente mismo a la iglesia de esa legendaria ciudad. Pero vayamos al origen de una historia que cambió la visión de la conservación de los bienes culturales en el Paraguay, siendo la primera restauradora paraguaya.
1954 Y LA MISIÓN CULTURAL BRASILEÑA
Corría el año 1954, Saturnino de Brito, arquitecto brasileño que dirigió las obras del Hotel Guaraní, había hecho un álbum de fotos de las principales iglesias y tallas barrocas paraguayas, sugiriendo a las autoridades la creación de un órgano específico para la defensa del patrimonio histórico paraguayo, pero por algún motivo la idea no fue escuchada. Es recién en 1960 cuando se empieza a tomar conciencia del valor del acervo patrimonial con la llegada de Livio Abramo, que es enviado al Paraguay por el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo con el fin de organizar una muestra de arte barroco paraguayo en la mundialmente prestigiosa Bienal de Sao Paulo de 1961. A la misma se enviaron 63 obras del periodo barroco paraguayo. Esa presentación guaraní en esa vidriera internacional despertó el interés del público en general, así como también del periodismo especializado, tanto europeo como de los EEUU.
1964. LA VENIDA DE UN GRAN RESTAURADOR BRASILEÑO
Debido al éxito, en 1962 se realizó en Asunción un “reprise” de la muestra realizada en la Bienal el año anterior, ya bajo los auspicios de la Misión Cultural Brasileña. Debido a todo ese gran movimiento promoviendo la conservación del patrimonio tangible e intangible del Paraguay se realiza en 1964 en Asunción un taller intensivo de restauración artística con el renombrado restaurador brasileño Edson Mota, con la participación de 60 personas interesadas en tan importante y descuidado tema en nuestro país hasta esa fecha. De todos ellos debía surgir un elegido para estudiar restauración en Río de Janeiro, que recayó indiscutiblemente en la figura de Estela Rodríguez Cubero, que ya había estudiado en España desde 1954 a 1956 Organización de Museos y Bibliotecas, y que además fuera becada por un año en 1962 por la OEA para realizar un curso de Bibliotecología. Haciendo en esa misma época estudios de arte pre y pos colombino recorriendo varios países latinoamericanos, entre ellos Colombia, México, Ecuador y Perú.
ELOGIOS Y GRANDES ARTISTAS BRASILEÑOS
Los elogios a los estudios y trabajos de Rodríguez Cubero en Río de Janeiro no se hicieron esperar y es designada por el profesor Mota para incorporarse a varias restauraciones, entre ellas la de la iglesia Nuestra Señora de la Concepción de Minas Gerais y nada más y nada menos que la restauración del Palacio de Itamaraty en Río de Janeiro. En aquellos años de permanencia en lo que fuera la meca de la arquitectura moderna latinoamericana tuvo el privilegio de alternar con grandes artistas brasileños hacedores de la epopeya del arte moderno del Brasil, también con los legendarios Óscar Niemeyer, Lucio Costa y Roberto Burle Marx, creadores de la ciudad de Brasilia.
Ya de regreso al Paraguay y por la recomendación del profesor Edson Mota –que consta en sendas cartas dirigidas a las autoridades paraguayas de la época– es nombrada jefa del Departamento de Patrimonio Histórico y Artístico del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, comandado en aquel entonces por el Gral. Marcial Samaniego.
UN NOMBRE IMBORRABLE EN LA CULTURA PARAGUAYA
El enorme trabajo realizado tanto en el Paraguay, el Brasil, los EEUU y varios países de Latinoamérica hace que el nombre de esta mujer paraguaya quede para siempre en la memoria cultural de los paraguayos y es nuestra obligación seguir difundiendo sus enseñanzas para muchos que tuvimos el privilegio de trabajar a su lado a través de todas estas últimas décadas. Las sentidas y sintéticas palabras de Miguel Ángel Fernández, uno de los últimos integrantes de la legión de la “buena amistad” de aquellos años de la vieja Misión Cultural Brasileña, no se hicieron esperar:
“Una larga amistad y una enorme tristeza por su partida. Nos conocimos en el primer curso que impartió en Asunción el Prof. Edson Mota en 1964 sobre restauración de obras de arte y desde ese entonces fuimos amigos. Estela fue a Brasil a perfeccionarse bajo la dirección del profesor Mota. Nos volvimos a ver en Río de Janeiro y después, cuando volvió al Paraguay, seguí atentamente y apoyé sus trabajos en Yaguarón, Tobatí y Atyrá, cuyos tesoros ella salvó de la ruina. La suya fue una larga y meritoria trayectoria profesional. Honramos su recuerdo y sus discípulos continuarán su obra con la competencia que ella supo transmitirles”, termina diciendo el profesor Fernández.
RESTAURADORA DE GRANDES COLECCIONES
Realizó un enorme trabajo de restauración de colecciones tanto del Paraguay como del exterior destacándose la colección del Museo Juan Sinforiano Bogarín, la de Abelardo de Paula Gomes, la colección Guy De L’Estrange, la colección Latourrette Bo. Luego sería figura fundamental en la creación del Museo de Arte Sacro al lado de su creador Nicolás Latourrette y doña Franco Bo.
Ya a una edad avanzada ella seguía sirviendo y trabajando en lo que fuera su pasión. Es así que en el 2006 tuve el honor de ser convocado por ella junto con Carlos Spatuzza para la restauración de la legendaria Villa Heyn (Villa Scavone desde 1919), en lo que fuera el paraje Manorá, entregándome la investigación de datos históricos de aquella importante antigua zona patrimonial asuncena, que consta en el legajo de la restauración de dicha propiedad en los archivos del Ministerio de Obras Públicas. Villa que en sus orígenes poseía varias hectáreas desde lo que hoy es la calle Feliciángeli hasta la Avda. San Martín y desde la actual avenida España hasta la zona de las Hermanas Carmelitas Descalzas.
AMADA Y ODIADA: UNA FIGURA PIONERA
En síntesis, Estela Rodríguez Cubero, figura importante del quehacer cultural de Paraguay, amada por muchos y odiada por otros, es quiérase o no una pionera y figura fundamental para la concienciación sobre el respeto al patrimonio histórico en nuestro país. Para muchos que frecuentábamos su chalet de la calle Yatayty Corá del barrio Pinozá sabíamos de su amor a los gatos. Estoy seguro de que hoy seguirán siendo cuidados por su incondicional amigo, el veterinario Raúl Tuma Pedro. Termino sintéticamente con las palabras con las que hoy empecé: “Cuando parte un ser querido, pareciera que faltó tiempo para despedirnos”. Eso es lo que siento hoy. Hasta siempre, eterna profesora.