POR EDUARDO PALACIOS, ep9780394@gmail.com
En nuestras historias siempre habrá un capítulo más dedicado a este artista singular, hasta ahora inigualable en cuanto a la trayectoria en el país y en el exterior. Locutor de radio y TV, actor de teatro y cine, quien un 10 de julio de 1969 fallecía en Asuncion, quedando truncada una carrera exitosa.
AÑOS 40
ZP 11 Radio Charitas, la decana de las emisoras nacionales, fundada en el año 1936, así como muchas otras figuras estelares de la radio y el teatro, fue la cuna de su nacimiento profesional en los primeros años de la década del 40, comenzando como locutor y por méritos ascendiendo como director de programas y conductor de destacados espacios. Paralelamente a su tarea radial inició su formación teatral en una de las instituciones más emblemáticas del arte nacional como el Ateneo Paraguayo, bajo la dirección de don Fernando Oca del Valle.
“En 1941 estrenamos la reidera comedia de Néstor Romero Valdovinos y Julio César Maldonado, ‘La pensión de doña Liga’, tema deportivo musical en el que me tocó interpretar el papel de don Nicola, personaje que identificaba al club Libertad, Carlos Gómez a Sportivo Luqueño, Jacinto Herrera a Sol de América, Ernesto Báez a Cerro Porteño, Emilio Araújo a Pdte. Hayes, Francisco Marín a Nacional y César de Brix representaba a Olimpia, entre otros; doña Liga estuvo encarnada por Nelly Prono, inicialmente y ya para las últimas funciones, Emigdia Reisofer”, según consta en la obra “El Karamegua”, de Aníbal Romero, pág. 133, citando una de las primeras actuaciones de Jacinto en una comedia llevada al Teatro Municipal, obra con libretos de Romero Valdovinos, difundida luego en el formato de programa humorístico en Radio Teleco con mucho suceso.
Jacinto Herrera tuvo destacada actuación en obras teatrales en Asuncion con el Ateneo Paraguayo, antes de emprender su viaje a Buenos Aires en el año 1944 donde cumpliría la etapa más importante en su vida artística hasta el año 1965, participando, entre otras, en la obra en dos actos y en prosa “Los Malechores del Bien” de Jacinto Benavente y “Nuestra Natacha”, de Alejandro Casona en los papeles estelares con Emigdia Reisofer, conforme consta en el libro escrito por Aníbal Romero, ya citado.
Su partida a la capital argentina en la búsqueda de nuevos horizontes artísticos creó un gran vacío en el ambiente teatral y radial asunceno, donde su figura creciente se había venido consolidando. En esa época ya había salido de Charitas para instalarse en Radio Teleco con otros importantes locutores de la época.
EN “LA MECA” PORTEÑA
Tras su llegada a Buenos Aires en febrero de 1944, sumándose a otros talentosos artistas paraguayos como José Asunción Flores y Herminio Giménez, por citar solo a algunos de ellos, Jacinto Herrera es convocado por la compañía teatral de Pepe Ratti, debutando en Córdoba en la obra “Los maridos engañan de 7 a 9″ según el artículo periodístico firmado por Rogelio Silvero, dedicado a Jacinto, en La Opinión de Asunción, el 7 de agosto de 1992.
En cuanto a su presencia en el cine argentino, Hugo Gamarra, cineasta compatriota, presidente de la Fundación Cinemateca del Paraguay, señala que “los actores eran muy bien pagos, el ambiente profesional era exigente y competitivo. Trabajó para 24 largometrajes en 17 años, entre 1947 y 1964 –uno de esos, en que compartió con Alfredo Arcón y Graciela Borges, no se estrenó– es decir, en promedio: más de una película por año. Jacinto interpretó papeles en dramas y melodramas, comedias y musicales, pero se le recuerda más por sus caracterizaciones de recios, marginales y hampones, porque marcó un arquetipo en esos policiales de cine negro porteño. Lograr esto no es fácil. Los personajes de villanos o resultan de cartón, de una sola dimensión, o son más difíciles de componer que los de protagonistas, porque tienen que ganarse el interés y la simpatía del espectador, lo tienen que sentir como alguien vivo y real. Y Jacinto era capaz de dar vida a cada uno de ellos sin caer en un estereotipo, sin repetirse nunca”.
En la capital argentina, a más de su tarea actoral y su solidaria participación en los eventos de los compatriotas, Jacinto Herrera presentaba los grandes espectáculos artísticos de los músicos paraguayos y a la vez era el conductor de los programas musicales de los mismos en las principales emisoras porteñas como radio El Mundo y Splendid, donde su figura sobresalió también en exitosas radionovelas, haciendo pareja artística con Julia Sandoval, por entonces una de las actrices más afamadas.
Tras su retorno al Paraguay, en octubre de 1965, realizó “El show de Jacinto Herrera” en la naciente televisión canal 9, y una versión radial con el mismo título del programa de TV, en Radio Ñandutí. Asimismo, volvió a Radio Charitas y realizó audiciones especiales en Emisoras Paraguay. Retomó las actuaciones en teatro formando su propia compañía y el municipal se llenó de público en cada presentación; mismo escenario que también sería en la noche del 10 de julio de 1969, el salón velatorio ante su irreversible partida a la eternidad tras unos días de haber estado internado en un sanatorio capitalino.