POR JIMMI PERALTA, Jimmi.peralta@nacionmedia.com - Fotos: gentileza - archivo
El doctor en psicología José Britos comparte algunos conocimientos y opiniones respecto al rol de los padres, en un contexto de permanentes y acelerados cambios sociales. Cómo ser buenos padres de los “nuevos niños” que han llegado a un mundo tan diferente al que vivieron ellos en su niñez y otras preguntas que nos hacemos en estos tiempos.
El actual flujo vertiginoso de la comunicación, que tiene como medio de desarrollo a la tecnología y, en particular, al mundo digital, evidencia mucho más que antes la obsolescencia de los paradigmas, los modelos de pensamiento y cómo lo nuevo se convierte en viejo demasiado rápido, antes de poder ser pensado, reflexionado desde la práctica, lo nuevo parece se superado por algo más nuevo, ¿cómo se da eso en el contexto social?
CAMBIO DE ROLES
La paternidad y la nueva paternidad, una reconfiguración de los roles sociales masculinos se está dando en diálogo y confrontación. Los padres de hoy crían a sus hijos en un mundo distinto del que los acogió en la niñez y hoy la sociedad y sus hijos esperan de ellos algunas cosas distintas. La dinámica social es permanente y en los últimos años el avance en los derechos de las mujeres también tuvo su resultante en esta reconfiguración de la paternidad. Papás más presentes, involucrados en la vida de los hijos, responsables de las tareas domésticas, democráticos, “paternidad activa”, la llaman. La clásica función de proveedor se amplía. La paternidad es más que poner comida y techo.
¿Quién establece qué es una nueva o correcta paternidad? ¿Cuán natural es la transformación de los roles?
¿Existe también una nueva niñez? ¿Cuándo los paradigmas son superados por otros?
José Gaspar Britos Rivas, director en centro de ciencias del comportamiento, doctor en psicología, docente universitario, habló con El Gran Domingo de La Nación y evacuó algunas de las interrogantes que surgen en este contexto.
¿NUEVA PATERNIDAD?
– ¿Hay una nueva niñez? ¿Hay una nueva paternidad?
– Siempre. El diseño del ser humano contempla una capacidad dinámica para el aprendizaje que, en otros términos, significa cambio. Entonces, siempre habrá una nueva niñez y paternidad. La cultura, a través de los registros (escritos, audiovisuales, etc.) y sus instituciones, trata de estabilizar los conocimientos, valores, costumbres, actos, pero estos evolucionan y fisuran los paradigmas.
– ¿De dónde surgen estos nuevos modelos, o aspiraciones?
– Cuando el ser humano necesita, es decir, cuando está motivado, innova, crea, recrea, recicla; entonces, los nuevos modelos son productos de la esencia humana. No nos debe sorprender.
– ¿Es menester aggionarse a estas nuevas formas de ser padres?
– Si tomamos “menester” en su acepción de “necesidad”, la respuesta es sí. Porque lo rígido, en las personas y en los fenómenos físicos, se rompe, se quiebra. Por ejemplo, podríamos estar convencidos que postergar la iniciación sexual de nuestros hijos es lo mejor, pero no concebir la posibilidad que puede ocurrir nos alejaría de ellos y ni tendremos oportunidad de estar cerca.
– ¿Se puede decir que al ser más compartido el rol del cuidado (en la idea de familia tipo) se saca de la centralidad a la mujer?
– Antes que sacarle centralidad a la mujer, creo que se amplía el rango de recursos interpersonales que tienen nuestros hijos e hijas.
– ¿Es Paraguay, según tu experiencia, un ámbito donde estos cambios de paradigma marquen influencia?
– Percibo que nuestro país experimenta cambios al ritmo de nuestro sub-desarrollo, pero que ocurren los cambios no tengo ninguna duda, sobre todo porque hay mucha movilidad poblacional, sin mencionar el acceso a los medios de comunicación en la sociedad global.
– ¿Hay anacronía entre la cosmovisión de familia que tiene un niño, respecto a los roles de sus padres y el suyo, respecto a la cosmovisión de sus padres?
– Creo que siempre… Porque, aunque el mundo sea el mismo para ambos, tienen destrezas, recursos, experiencias, vivencias y sabidurías diferentes.
– El tradicional rol de proveedor, en este contexto de precariedad general de la vida social de un país como el nuestro, ocupa más tiempo de vida que del padre.
– Así es, tiempo insuficiente entre padres, hijos, hijas, tanto en la precariedad como en la abundancia. Vivimos en la ilusión que en un futuro cercano propiciaremos un oasis de tiempo compartido y solo nos damos cuenta que no es así cuando la realidad nos estalla en cara.
– ¿En qué sentido suele ser un anhelo para el hombre la paternidad? ¿Qué se espera de la paternidad?
– No sabría si es un intento heredar para los hijos un legado que nos hemos encargado de construir, de extender el clan familiar que tanto amamos, de ampliar el espectro de amor que le tenemos a nuestra pareja, o de otras tantas motivaciones no explícitas… Carecemos de investigación científica sobre el comportamiento en nuestro país, por lo tanto, al hablar de nosotros, lo hacemos casi como legos.