Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com

“Conoce tu aldea y conocerás el mundo”, parafraseando, yo digo: “conoce tu barrio y conocerás el mundo”, en el caso del Dr. Alfredo Kronawetter podemos decir: “conoce tu bar y conocerás el mundo”, nos dice hoy Toni ante el primoroso librito “Mis relatos” que fuera publicado en el año 2017.

Cuando empezaba a escribir sobre mi ciudad lo hacía desde la mirada del pequeño mundo en el que nací, el barrio General Díaz, “conoce tu aldea y conocerás el mundo”, dice el refrán, parafraseando, yo digo: “conoce tu barrio y conocerás el mundo”, en el caso del Dr. Alfredo Kronawetter: “conoce tu bar y conocerás el mundo”.

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Los relatos de Kronawetter se centran en sus recuerdos desde niño del legendario bar y pensión Independencia sobre la calle Oliva, que abrió su madre doña Concepción Ávalos, para sobrellevar las penurias económicas ligadas a la confiscación de los bienes de la familia liderada por el austriaco don José Kronawetter que había llegado a la pueblerina Asunción de 1929 contratado por la compañía “Dikerhoff” para realizar los trabajos de cemento armado del puerto de Asunción y que allá por 1944 prestó servicios en la Segunda Guerra Mundial en la Embajada de Alemania.

CONOCERNOS MÁS

Cuando uno va leyendo este pequeño librito “Mis relatos” de tan solo 34 páginas, va entrando en subterfugios de recuerdos de una Asunción que muchos no vivimos. En la presentación el Dr. Enrique Kronawetter, hijo del autor, dice: “Los relatos de mi padre, don Alfredo Kronawetter Ávalos, me permitieron conocer episodios que jamás pude escucharlos personalmente de su parte”. Esta frase nos es muy familiar a muchos hijos de esa época que no conocimos historias de nuestros padres, pero que en el caso del Dr. Kronawetter Ávalos al escribir esta pequeña monumental historia ayuda a entender mejor las nuestras, conocernos más a nosotros mismos y me recuerda al artista/educador Livio Abramo que decía: “la monumentalidad de una obra nada tiene que ver con el tamaño de la misma”, en este caso ese dicho se cumple a cabalidad.

EL “FAKIR COLOMBIANO SANDOKÁN”

Cada corto capítulo inspira a imaginar interminables historias, como la del colombiano Alberto Castillo que un día del año 1953 llegó a la zapatería de los Causarano al lado del legendario bar Independencia preguntado por “Pibi”, apodo del escritor, diciendo que había salido hacía siete años de Bogotá para recorrer en bicicleta todos los países sudamericanos, pero que estaba cansado y enfermo queriendo volver a Colombia pidiendo ayuda, el hombre fue acogido en la pensión. Buscando la manera de juntar fondos para ayudarle a retornar a su país natal, luego de varias ideas, decidieron presentarlo como “el faquir colombiano Sandokan”, el particular evento se realizó en el entonces Hotel Colonial hoy Ministerio de Relaciones Exteriores, el acto de presentación presidió el Dr. J. Bernardino Gorostiaga, quien fuera en ese momento presidente del Partido Colorado.

A los 21 días de estoica permanencia en el cajón no soportó, finalizando así la hazaña, para esa fecha ya habían juntado una suficiente cantidad de dinero y se pudo comprar el pasaje de vuelta con unos dólares de viático. Así le tendieron la mano a este hermano colombiano, tal vez con la convicción de resarcir de alguna manera el gesto del país cafetero con el Paraguay en la Guerra del 70.

Alfredo “Pibi” Kronawetter (en el centro). Asunción, 1962.

RELATOS MBYKY

Recorrer los capítulos de estos “relatos mbyky” (relatos cortos) es como viajar en un tren de pocos vagones cargados de muchos recuerdos como: “Protacio Díaz Aquino, el castrista, pero de Lara Castro”, “El pirata modelo 1950″ o la historia del Dr. Víctor Paz Estensoro, presidente de Bolivia, quien cenó en el “Independencia”. Historias y sus vericuetos que nos inspiran a rememorar nuestras propias vivencias sin tiempo a partir de este legendario bar y pensión asunceno. Sintetizo todo en una sola frase que resume la historia del Dr. Kronawetter: “conoce tu bar y conocerás el mundo”.

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