Durante los últimos años recorrió la Gran Asunción con sus equipos fotográficos retratándola en su quehacer diario. Con imágenes pensadas para ayudar, tomas aéreas o de gran acercamiento a la vida diaria, Juan Carlos Meza y el proyecto Fotociclo tienen un registro de más 280 mil imágenes urbanas, algunas verdaderamente sorprendentes. Las fotos ilustraron un Atlas Metropolitano y estudios científicos que invitan a reflexionar sobre la urbe gigante que se conformó con la unión de municipios, proceso que tiene un registro en esta lente curiosa que ayuda a reflexionar sobre cómo el hombre construye y destruye su propio hábitat.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@gruponacion.com.py
- Fotos Juan Carlos Meza
Los brillos de una lluvia nocturna anticipando un raudal, el dibujo apocalíptico de unas nubes de tormenta sobre edificios de altura, las mil formas del tráfico, la cara oculta de las sombras, detalles de la arquitectura, la vida animal, la vegetación exuberante aparecen generosos en la obra de Juan Carlos Meza.
Reportero gráfico, artista de la imagen, en el proyecto Fotociclo recorrió Asunción y sus ciudades vecinas buscando acercar a los ciudadanos una mirada que les sirva para apropiarse de los espacios públicos. Aquí su charla con Nación Media.
–¿Cómo surgió la idea del Fotociclo?
–La iniciativa nace en el edificio de Azara y Yegros, en el piso 10, donde funcionaba Buena Vista, un espacio compartido de trabajo. Era un almuerzo de fin de año en el que estábamos proyectando cosas que queríamos hacer por la ciudad para el año siguiente.
Era un espacio de coworking (trabajo en conjunto) en el que estaban María Glausser, que es tejedora de redes; Mario Villalba, de la red Paraguaya de Ciudades Sustentables; Juanma Cabarcos, creador de marcas, y Ale Valdez, que es diseñador de contenidos.
Me preguntaban qué quería hacer, entonces les dije que quería recorrer la ciudad sacando fotos y hacer una suerte de muestrario de cada barrio, que era una idea que ya tenía en los 80, pero que en esa época no se podía georreferenciar (lo que se hace hoy con el Google Maps cuando enviamos la ubicación en que estamos con un teléfono celular, por ejemplo).
Ellos se engancharon y pudimos con tecnología de punta, la georreferencia, con las fotos ubicadas en mapa, ir concretando el proyecto de recorrer la ciudad y colectar también los mensajes de la gente con respecto a la basura, a la accesibilidad de las veredas, etc. Así surgió, de manera muy natural, porque el año anterior habíamos participado de puerto Abierto, donde se desarrolló una conquista del espacio público que nos entusiasmó mucho, es un poco hijo de ese proceso.
–¿Hay un registro urbano importantísimo de Asunción y la Gran Asunción?, ¿de cuántas fotos hablamos?
–Actualmente tenemos un archivo de 280 mil fotos aproximadamente.
–Más allá del importantísimo registro, ¿qué objetivo le das al proyecto?
–El objetivo principal es pensar en la ciudad, usar la foto para que la gente se sensibilice con el uso de la ciudad, siento que así puedo ser útil con mi trabajo.
Tratamos de hacerlo con mucha pasión y entusiasmo. Es muy difícil cambiar las cosas, pero tratamos de aportar nuestro grano de arena en la discusión de la ciudad. Intento hacer una foto diferente utilizando la última tecnología. Mi tema esencial son las panorámicas.
Disfrutamos de todos los proyectos que hacemos, hicimos 5 exposiciones de una muestra en los bañados que fue la experiencia que más me gustó, también un montón de eventos placenteros, me gustó la experiencia con la gente.
Hay cosas que son más tristes, hay mucha injusticia y eso me entristece, pero siempre es muy profundo lo que se vive en la calle con la gente y me entusiasmo mucho con los proyectos.
–Con larga experiencia en medios y en la foto artística. ¿Qué te motiva a la hora de fotografiar?
–La fotografía es como un juguete, me da la posibilidad de volver a ser niño y me encuentro en la calle jugando a que soy un fotógrafo y que estoy descubriendo todo, me da la posibilidad de la inocencia de la mirada. Me siento como turista, investigador, un niño descubriendo el mundo con la cámara.
Siento que la cámara me da una conexión entre ojos, corazón y mente, me siento demasiado bien haciendo fotos y creo que ese es el entusiasmo del Fotociclo.
–Al volar drones lograste increíbles imágenes. ¿Qué cosas descubriste con las posibilidades que dan estos equipos?
–El dron me cambió la visión porque te da la posibilidad de ver la ciudad de una manera muy diferente y a mí me gustan mucho las panorámicas, así que realmente la visión es muy diferente. El aporte de Fotociclo es experimentar la foto desde arriba, lo que pasa es que los videos, que son muy interesantes, muestran las cosas con otro lenguaje. Nosotros nos concentramos en fotografiar, en desarrollar ese lenguaje y las perspectivas panorámicas que podemos dar y ese es el aporte principal del dron.
–Tu preocupación por la ecología se ve en las fotos. (Recuerdo una de la desembocadura del Mburicaó, muy impactante). ¿Qué podés contarnos sobre el tema?
–Lo ecológico-ambiental siempre fue una preocupación muy grande en mí, pero se agudizó al ver desde arriba. Por ejemplo, cómo el arroyo Mburicaó desemboca en el río Paraguay. ¡Es realmente increíble lo que está haciendo el ser humano! Descubrir eso fue un acontecimiento para mí, así que trato de volar siempre para ver cómo van evolucionando los proyectos, la costanera, la crecida de los ríos, el problema de la basura, es grave el tema ecológico y desde arriba se ve muy bien, así que aprovecho para volar todas las veces que puedo.
–Otra faceta que vemos es la de las campañas como la de recuperación de plazas tomadas por seccionales. Contanos un poco.
–Mirando la ciudad desde arriba descubrimos la falta de espacios verdes públicos. Reflexionando sobre eso dimos con la tesis de grado de Iván Gayoso, un arquitecto que hizo un importante estudio sobre las seccionales del Partido Colorado que ocupan terrenos que deberían haber sido plazas. De allí surgió una campaña con el equipo del Fotociclo para ejercitar un poco la imaginación de la ciudad y para trabajar en una propuesta cívica que es una propuesta muy seria de recuperar espacios verdes públicos o incrementarlos en los barrios.
ATLAS Y ESTUDIOS
El trabajo de registro de Juan Carlos Meza y el proyecto Fotociclo, que iniciara ya en el año 2015, gana valor en su aporte a estudios técnicos de alta calidad como el Atlas del Área Metropolitana de Asunción (AMA).
“Estos materiales son los más interesantes en los que trabajé, por la calidad técnica de la gente, la variedad y profundidad con que enfocaron el tema”, destaca el reconocido fotógrafo.
También fue parte del estudio de los urbanistas Mabel Causarano y Vladimir Velázquez Moreira, “El Puente que une Asunción con el 2037″, que consideró tiene “un enfoque muy interesante para el futuro partiendo del análisis del pasado”.
En esos trabajos se reporta que la ciudad tiene 520.917 habitantes de acuerdo a la estimación poblacional para el 2022. Con datos del censo se recuerda que 10.566 hogares se encontraban en situación de pobreza en el 2012 y que 174.349 personas migraban diariamente para trabajar en la capital en el 2012.
Otro dato importante es que hay solo 25 unidades de salud familiar (USF) para los 68 barrios de la ciudad. Esto equivale a 1 USF por 20.862 habitantes. También hay apenas 8 estaciones de bomberos resguardando a la ciudad; 12 hospitales de los 26 con que cuenta el AMA que son 26.
En el Atlas participaron los arquitectos urbanistas Jean-François Abéride; Renaud Gache; Benoît Payrastre y Jean-Baptiste Jacquel; los geógrafos urbanistas Colin Gache, Jonathan Goetz y Thomas Heuveline. También el doctor en geografía y urbanista Kevin Goetz. Todos contaron con la asistencia de Fernanda Navarro y las arquitectas Analía Torres, Florencia Capurro y de Alma Fleitas, ingeniera ambiental.
Allí se concluye: “A partir de los insumos cartográficos que expone el Atlas del Área Metropolitana de Asunción (AMA) se ha puesto a disposición un soporte suplementario indispensable para describir, interpretar y analizar las formas y de las estructuras contemporáneas que adquiere la aglomeración más importante del Paraguay en el marco de su proceso de metropolización.
Un elemento de observación determinante consiste en la manifestación reciente de un cierto fenómeno de integración espacial que tiene como consecuencia una homogeneización social, económica y urbana entre el municipio capitalino, por una parte, y el resto de los municipios de la aglomeración, por otra parte.
Este proceso no se produce de manera regular en el territorio: aunque parezca paradójico, los contrastes socioespaciales entre los barrios se agudizan.
Además, es de notar que el centro de gravedad de la aglomeración se ha desplazado: cuando el municipio de Asunción concentraba el 54% de la población metropolitana en el año 1982, esta cifra se redujo a 23% en los primeros años de la década de 2020. De ahora en más, por ejemplo, la población del único tropismo este (696.834 habitantes previstos en el 2022) ya ha superado al número de habitantes del municipio capitalino (520.917 habitantes previstos en el 2022), otrora ampliamente predominante. De igual manera, la población del tropismo sur (498.839 habitantes previstos en el 2022) adquiere progresivamente un peso prácticamente similar al de la capital. Naturalmente, este reequilibrio de fuerzas demográficas, combinado con el reciente aumento de la clase media, y con el mejoramiento paulatino del nivel de infraestructuras, modifica profundamente las estructuras socioespaciales de la aglomeración, así como la organización misma del tejido de las actividades económicas y de las centralidades de hecho. No obstante, aún existen muchos desafíos para acompañar la amplitud y la naturaleza de los cambios en curso y reorientar las tendencias en curso.
La creciente periferia del Área Metropolitana de Asunción (AMA), a pesar de su proyección y potencial, evoluciona en parte como un espacio desestructurado y anómico, delegándose en algunos casos el ordenamiento de la ciudad a los actores privados y particulares, cuyas estrategias se adecuan a las condiciones del mercado.
A pesar de todo lo mencionado, los grandes proyectos estructurantes que se desarrollan en el Área Metropolitana de Asunción (AMA), es decir, aquellos que gozan de la mayor dotación financiera, se concentran casi todos en la periferia este del municipio capitalino. Es el caso del conjunto de intervenciones que se inscriben en el proyecto de la franja costera, que concierne a los bañados Sur y Norte de Asunción, y que convoca la construcción de vías costeras, de operaciones de viviendas sociales y del desarrollo de rellenos hidráulicos para poner a disposición suelo comercializable para el sector privado. Cómo no mencionar también la construcción inminente del puente Héroes del Chaco, entre el norte del municipio de Asunción y el distrito chaqueño de Villa Hayes. También se puede destacar la ejecución en curso del proyecto de construcción de las nuevas oficinas de gobierno, en el predio del Puerto de Asunción. De este modo, pareciera que el objetivo es extender la aglomeración hacia nuevos espacios, creando suelo disponible y urbanizable de manera prácticamente artificial, en particular mediante rellenos hidráulicos”.