A punto de cumplir un mes como directora del Teatro Municipal de Asunción, Tana Schémbori charla con Augusto Dos Santos para el programa Expresso, del canal GEN. La directora de cine, de teatro y docente destaca el potencial que tiene Paraguay para convertir al audiovisual en una industria y asegura que su objetivo más cercano es lograr que el teatro vuelva a tener preponderancia en la vida artística de la ciudad.

  • Fotos: Nadia Monges

–ADS: ¿Qué representa para una maestra de actores que un día tenga a su cargo un tea­tro tan importante para nuestra historia?

–Vos sabés que todos los días pienso en eso. ¿Por qué estoy acá? Y la verdad que estuve en un momento, sobre todo después de la pandemia, de estar todo el día en casa, y de hacer oficina desde ahí, ver­dad, como que a todos nos cambió el chip, y este lugar es un lugar de mis afectos. Desde 1991 recorría abajo con “Yo el Supremo” con el maestro Agustín Núñez, yo hacía jefatura de escena. Des­pués estuve como actriz. Y te hablaba de la pandemia por­que es como que miramos la vida de otra forma. Yo decía en principio, soy muy joven aún para estar acá, frente a un teatro, yo me veía más, dentro de 15 años o 20, pero la pandemia te dijo: La vida es esta. Cambió la regla de muchas cosas. Pero lo pri­mero que hice fue hablar con mi marido, con José, y él sabe lo que yo amo el teatro. El cine y el teatro siempre fueron así, tipo siempre fue qué lo que soy yo. Y después con Juanca (Maneglia) y él me dijo, si te va a dar tiempo, con nues­tro sueño de seguir esto del cine –ahora estamos con la tercera película– y entonces dije, este momento digo que sí. Es un momento que creo voy a poder lograr algunos cambios. Cuando estás acá, te das cuenta que los cambios que podés hacer se van achi­cando tus objetivos, porque, bueno, hay muchas cosas.

–ADS: Un poco se me ocu­rre con base en la primera pregunta, cómo se conci­lia el cine con el teatro. Es como que se ve muy cuer­das separadas, pero el ele­mento actoral es muy pro­pio de ambos ámbitos. Es decir, generalmente el tea­tro es la cuna, ¿no?

–El teatro es la cuna de muchas cosas. En mi caso, la experiencia en el teatro yo la llevé al cine en la parte acto­ral, o sea, me comunico con los actores de una manera diferente gracias a esa expe­riencia. Y en mis puestas, lo mucho que yo traje del cine. Mis puestas tienen poco texto, mucho cuenta el cuerpo. Se nutren. En algún momento llevan caminos separados y es como que no hacés ni lo uno ni lo otro. Pero cada tanto nomás me agarra eso. Y Juanca siem­pre me dice no pienses más en eso, hacé nomás. Enton­ces, lo que ahora digo para ubicarme, porque viste que uno necesita decir qué es lo que es, porque hay encuentro de directores de teatro y a mí no me llaman, encuentro de mujeres del cine, sí, me sue­len llamar. Sabés dónde me ubico, yo soy una formadora de actores y actrices y quiero que así se me recuerde.

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–ADS: Pese a que tu con­dición de generar cine es universalmente cono­cida, pero rescato mucho el hecho de verte como maestra de actores, y hace algunos meses, en este sitio entrevisté a Silvio Rodas, y con una humildad extraor­dinaria, me decía que él quería aprender a actuar en cine. ¿Te parece que es un camino por transitar todavía ese tema de formar un circuito entre ambas disciplina y que se relacio­nen con más naturalidad?

–Sí, creo que es un desafío y creo que se está dando. Es increíble cómo ya hay escue­las de cine, todas las universi­dades tienen carreras afines. Y ahí es como que los chicos, por ejemplo le convocaron a Silvio para un corto y él ganó, o sea, el cine depende total y absolutamente de los acto­res y actrices, hasta en la voz. El cine y el teatro no serían nada si no está habitado por los actores y las actrices. Y creo que de manera natural se está nutriendo. Y el desa­fío de ahora, de los directo­res, es cómo tratar al actor. Porque tienen vergüenza de cómo marcarles, etc. Yo hablo mucho con los jóvenes que están estudiando cine, y ellos tienen ese miedo de cómo marcarle, y yo les digo, tu película depende absolu­tamente de eso.

–ADS: Nunca va a tener la población que tiene una cancha de fútbol, que el fútbol nos encanta a todos, pero cómo te figurás una situación de éxito, a la impronta que le vas a poner a este proceso, ¿cuál es tu mirada?

–Y ahora que no cumplí aún el mes, entré con una meta que sigue siendo y que es el público venga más al teatro munici­pal. Porque la experiencia que tenemos con la pandemia es que las salas de teatro se llena­ban más que las salas de cine. Las salas alternativas, ¿ver­dad? Este teatro es enorme, tiene más de 600 localidades, pero lo que quiero es que la gente vuelva al teatro muni­cipal, que venga a tomar un café, que entre simplemente para leer un libro si quiere. Que vuelva a ser convocante, pero entiendo también que eso es una cosa de todo el cen­tro. Todo el centro está como que la gente tiene miedo por la inseguridad, hay todo un tema con el centro, y este es el corazón del centro, y todos nuestros teatros también. Entonces, por un lado, es una tarea nuestra, y por el otro, una tarea de todo el centro. Y por otro lado, sí creo que el Teatro Municipal tiene una deuda, es decir, está el ballet, está la OSCA, realmente tanto la música como el ballet tie­nen su lugar, pero hay una deuda un poco con el teatro, es el teatro municipal y el tea­tro tiene que tener una pata.

–ADS: Y eso es fundamen­tal. Es probable que haya habitués porque el lugar ofrece cada tanto números artísticos, pero ¿qué bueno sería que estos sean mayor­mente de teatros, no?

–Sean obras teatrales de gente que ahora está. Hay cada vez más directores, pro­ductores, en mi cabeza como que estoy diseñando toda­vía. Porque todavía estoy en un proceso diagnostical del teatro, pero siempre tiene esa parte humana, tiene muchos desafíos, pero tiene esa parte humana que siem­pre digo, gracias a Dios, es siempre el cimiento. Más allá de que haya diferencias de forma de trabajar, pero veo que es gente entusiasta, que le quiere al teatro, que el teatro es su lugar. Con esa gente se puede hacer todo. Eso lo que a mí me genera como una buena energía. Y bueno, los desafíos propios de una entidad muni­cipal que tiene muchísimos empleados, muchos vicios que viene desde hace mucho tiempo, y como yo vengo del sector privado. Este es un ofi­cio que representa un patri­monio, no es que así nomás se puede hacer cambios.

–ADS: También es un desa­fío importante porque el sector público, cuando se mete en la cultura, diga­mos, porque trabajaste mucho en el sector pri­vado, pero, sin embargo, hay como un potencial, hay como un jugo para sacarle todavía que no se hizo, me refiero en términos de financiamiento, de recur­sos, de logística.

–Y ese fue uno de los moti­vos por los cuales yo dije que iba a salir un poco de mi silla, porque creo que nosotros, del sector privado, hay que salir un poco y mirar, acer­carnos, la cultura Augusto sigue siendo el último esla­bón. Y te da rabia de repente, te quejás un rato pero después decís que vas a luchar para que sea un poco más impor­tante y que la gente entienda que nosotros solamente a través de la cultura vamos a trascender. No sé cómo lo que no se sigue entendiendo eso. Siempre digo, está bien que tengamos vaca, soja, nos vamos a hacer más rico, pero la gente que se hace más rica, va a tener sus hijos y nietos en un lugar que no apuesta por su cultura. O sea, la cul­tura de la educación es lo que hace que un país sea grande. Entonces, seamos ricos, que vamos a tener que vivir acá y tus nietos van a sufrir la con­secuencia.

–ADS: Y dentro de eso se mete en el debate la ley de cine, las fórmulas que ha buscado el cine, para lograr su financiamiento. Nece­sariamente tenemos que hablar de eso. De la ley de cine, si satisfizo personal­mente el camino que llevó hasta ahora.

–Yo le quiero dar al Instituto Nacional de Audiovisual Paraguayo, que a partir de una ley que la remamos con Juanca, estuvimos en el ini­cio pero no somos los respon­sables que esto haya salido, fueron los compañeros, que son muchos. Desde una mesa interinstitucional, que estuvo a cargo de Ana Martini, y lo que hizo fue integrarle a todos. Y hubo muchos deba­tes y muchas diferencias, pero salió una ley y hay un insti­tuto. Todavía le falta los fon­dos correspondientes y que funcione mejor, pero yo le doy un voto de confianza, porque son procesos largos. Ya hay cosas de coproducción, que son cosas importantes y todo se consigue con fondos.

–ADS: La misma situación se puede aplicar con el tea­tro por ejemplo.

–Con fondos.

–ADS: Con fondos priva­dos, es decir, aquí también faltan esos recursos.

–Y eso es algo que yo me doy cuenta, cuando tenés la Municipal, la Manzana de la Rivera, y tenés la casa central, y entonces ves que se ve esto como gasto, como un gasto en cierta manera y ves qué te da. Y yo siempre digo, no hay que medir que te dé una plata. Por supuesto que hay que medir también con la plata, pero también con lo intangible. Que es una riqueza que no podés medir con la plata que te da un lugar. Pero ese intan­gible que vos le das a los chi­cos de un colegio que viene a dar un ensayo de danza, de un ensayo de la OSCA. Eso es un intangible que nadie va a poder medir y eso es algo que tenemos que triplicar. ¿Cuánto sale lo intangible que nos dejó el cine, “7 cajas” por ejemplo?

–ADS: ¿Qué te produce cuando ves a dos persona­jes típicos habitantes de “7 cajas” estar con tanto éxito?

–Hasta las lágrimas me emo­cioné. Estuve mensajeando con ella estos días. Con Juanca estuvimos hasta las lágrimas. Yo me emocioné tanto. Cuando la vi triun­fando en Argentina nomás luego ya. Le dije, Lali, vos le vas a conquistar a todo el mundo, porque tiene esa per­sonalidad. Y Nico es casi un hijo, y mirá que él la remó mucho. Él fu alumno mío en el 2000, en El Estudio, de Agus­tín Núñez, y yo no le entendía cuando él hablaba. Yo decía, este chico tanto ama lo que hace, y pudiendo vivir acá, él dijo no, yo me voy a jugar por mis sueños. Y eso por ejem­plo es algo intangible. Ellos son dos ejemplos para miles de chicos que sueñan, que pueden tener la posibilidad de vivir de esto. Me emociona enormemente verlos así y me llena de orgullo.

–ADS: ¿Y cómo están las formativas, el trabajo de nuevos actores?

–Nosotros cumplimos en nuestra escuela 13 años, pero también veo que se están formando los del Instituto Municipal de Arte, de Bellas Artes, y es increíble la canti­dad de gente que hace actua­ción. De todas las edades eh. Yo tengo un alumno ahora en primero, que tiene 65 años, se llama Lucio. Y ahora gente de 40 y 50 que se anima, que dice por qué no. Y es espec­tacular ver. Algún día quiero que vayan un sábado y vean lo que es.

–ADS: Justamente, en este camino recorrido que lle­vás, ¿encontrás aspiracio­nes nuevas en los chicos que van arrancando?

–Hay diferentes, siempre está el del éxito, el que quiere ser exitoso en la TV, ser una estre­lla y tener seguidores en las redes. Después está el que es más profundo, el que quiere estar en las tablas, tener una carrera. Mirá que siempre yo digo, una cosa no es mejor que la otra, si uno quiere ser exi­toso, ganar el Oscar, es válido, pero cuidado con las frustra­ciones. Porque estamos pues en un país que todavía se está armando. Yo le llamo el exitista, el que busca el éxito, o el que ve esa posibilidad de éxito, y está el otro que ve esto como una profesión buscando nutrirse en las tablas. Porque como es audiovisual, con la única base que es el teatro, les encanta el audiovisual a los chicos, pero el teatro le genera otras sensaciones. Cuando tienen la experiencia del tea­tro, les genera una energía increíble, es como que siem­pre están esos dos perfiles.

–ADS: Dentro de ese camino, ¿tuvieron que hacer cambios al respecto de nuevas tendencias?

–Constantemente. Es como que nos miramos, nos critica­mos y también vemos lo que se está haciendo afuera.

–ADS: Nunca el cine es igual, ¿verdad?

–Nunca. Y ahora con las plataformas que estamos hablando. ¿Qué pasa con el público? Es más infiel. Más inmediato, el público ve en un fin de semana todas las tem­poradas. Eso que antes per­manecía más tiempo, un año, ahora en la plataforma se ve todo en una o dos semanas. Entonces, vos como creador, decís qué hago para que a esas personas les guste mis pelícu­las, porque hay que competir con series, con otras pelícu­las más rápidas, y está bravo.

–ADS: ¿Creés que estas butacas se quedarán en algún momento solamente para el teatro y ya no para el cine?

–Si no existe la butaca, no existe el teatro. Pero el cine creo yo, eso de irte al cine para ir a ver una película, para mí eso es así tan fundamental, y siento mucho esto, pero digo que la experiencia se va a ir apagando, esas salas gran­des, lastimosamente ya no será así. Ojalá me equivoque y las salas grandes sigan, porque yo quiero seguir yendo a ver una película. O bien las salas donde se viven experiencias más atrapantes, quizás esas irán reemplazando. Pero en las salas de cine, cada vez va menos gente.

–ADS: Desde “7 cajas” en adelante y los cambios que se generan en la industria, ¿a estas alturas ya tienen una visión positiva de las plataformas como futuro?

–Son las dos cosas. Porque por un lado, en la pandemia se vio más las plataformas, y eso de alguna manera es generar contenido y es mucho trabajo para todos nosotros. Pero por el otro, lo negativo sería esto de la inmediatez. Porque las series son películas, cada capítulo es una película, que para nosotros, los realizado­res paraguayos, no acompaña casi eso. Porque apenas logra­mos fondos, apenas logramos que se entienda, y en el mundo una serie mínima tranquila­mente tiene una inversión de dos millones de dólares, y acá no se acompaña ese proceso. Entonces siempre una de cal y otra de arena.

–ADS: Si hacer cine signi­fica solamente clasificar para hacer Netflix, es difí­cil, ¿no?

–Sí, es difícil y es un gran desafío. Si bien tienen ellos la oportunidad para nuevos realizadores, pero creo que a Paraguay le falta todavía como por ejemplo tener su lugar como tiene Argentina, o como Uruguay que tiene ahí la oficina de Amazon, y conste que somos un país que tiene demasiadas historias para contar, y conste que tene­mos lugares para locaciones nunca antes vistas. Pero es todo un tema. Está la indus­tria que se tiene que mover, y está también lo creativo. Acá tenemos buenísimos crea­dores y hermosas historias. Para mí por ejemplo Dani Da Rosa es un excelente produc­tor ejecutivo. Es una persona que tiene esa visión y necesi­tamos más personas así que salgan a vender a Paraguay, como locación, como gente creativa, verdad.

–ADS: Y probablemente que haya mayor consenso desde el sector privado al res­pecto de la importancia de financiar proyectos, tanto en cine como en teatro.

–Bueno, nosotros en cine no podíamos haber hecho nada sin el sector privado. Un banco, una telefonía, que fueron los que creyeron en nosotros. El sector público también ayudó con peque­ños fondos que había en ese momento. Creo que ahora hay mayor conocimiento de eso, pero viste que también se mezcla todo.

–ADS: Te quiero preguntar sobre la tercera película…

–Bueno, Juanca terminaba recién de hacer sus guiones, él trabaja con cartones así, escribe todo con diferentes colores y es una etapa donde yo no entro, pero ya sé de qué se trata. Es la historia de un chico que quiere hacer su pelí­cula. Y está situada en las Tres Fronteras, en Ciudad del Este. Y me encanta el punto de par­tida, cuando me contó el eje ya le dije que me encanta. Y que­remos hacer el año que viene. Y se inspiró en unos chicos, te acordás que hacían los cortos de Carayaó, son chicos muy humildes que hacían sus pro­ducciones así con teléfonos, y Juanca cuando vio eso se quedó flasheado, porque eso también fue la democracia que tenemos ahora en los medios, que ahora con un celular podés contar una historia.

–ADS: Justamente, te parece que se puede hacer un poco más a nivel, me parece que hay un precon­cepto al respecto de que el cine luego es carísimo, y entonces los municipios locales ya están en desa­liento, pero ¿qué le dirías vos a la gente?

–Que tomen sus cámaras y filmen. Que lo hagan. Hoy el desafío ya no es con qué es. Nosotros hicimos “7 cajas” con una cámara de Foto 1D, tenía una vergüenza. Pero lo importante es qué con­tás. El desafío son las ideas, llegar al público, y yo creo que deben hacer. Creo que tenemos como paraguayos una mirada que no tiene el resto. Las historias de este país todavía no se contaron. Y eso nos va hacer trascen­der, y al hacer, si te equivo­cás, es la única manera. Por­que el cine es mucho oficio, es hacer, hacer y hacer. Le diría a la gente que arme su película con lo que tenga.

–ADS: ¿Estamos en víspera de vivir una etapa linda de cine como tuvimos antes de la pandemia?

–Sí. Lo que pasa es que me hice ya esa pregunta, por­que me hago esas preguntas. Y ahora me pregunto cómo va a ser cuando estrenemos esta nueva película. Yo creo que los tiempos cambiaron y cambiaron para siempre. La manera de ver cine ahora ya no es la misma de “7 cajas”, ahí nos enfrentamos a la pla­taforma. La gente seguro que va a esperar que los títulos estén en alguna plataforma, pero también queremos que esté en las salas de cine, y entonces es ver cómo vamos a hacer esa vinculación. Son preguntas que nos tenemos que hacer y estamos en un momento de transición. Me encantaría decir que se van a llenar de nuevo las salas como en la época de “7 cajas”, pero veo difícil ya ahora por cómo veo que la gente se acostum­bra a ver cines. “Spiderman” fue la película más taquillera hoy, las de superhéroes son las que las salas están esperando para tener público. Y enton­ces allí hay todo un desafío que no sé cómo contestarte.

–ADS: ¿Cuáles son tus pla­nes inmediatos, para este semestre?

–Con el teatro terminar este diagnóstico que estoy haciendo, hay cosas internas que tenemos que solucionar, con la ayuda de fondos priva­dos, sin dudas, que gracias a Dios existen y sé que nos van a ayudar. Y después es gene­rar toda una política para que el teatro tenga su lugar. Mi sueño es que haya tres puestas al año, una clásica, una con­temporánea y otra de autores nacionales nuevos o antiguos, que esta sala se abra para esas posibilidades. Que el ballet siga acá, que la OSCA siga. Con respecto a lo mío, a lo privado, que podamos tener un guión de hierro para la tercera pelí­cula y eso es lo que hace que la película se sostenga. Y ade­más de comprender este tema del mercado.

–ADS: Eso es clave, y eso necesita más de ingenie­ros más empresariales que cineastas, probable­mente, no; además de ver esta gente que entienda de estas nuevas plataformas, ¿verdad?

–Es clave. Y sí. Es viajar mucho. Es reunirse con la gente, enten­der lo que se está haciendo afuera y a partir de eso ver, Paraguay es una industria naciente que por la pande­mia se detuvo pero que tiene un potencial que los demás no tienen. Cuando nos fuimos con Juanca en el 99 a Nueva York, el profesor nos dijo algo que se me quedó. Nos dijo, ¡qué lo que tiene Paraguay por eso uste­des son tan creativos! porque le encantaban los cortos que nosotros presentábamos. Y nosotros nos decíamos que no había nada. Nosotros esa vez nos compramos una cámara de 16 milímetros, pero a veces, la escasez hace que la creativi­dad sea maravillosa, y noso­tros tenemos que aprovechar eso, pero no para vivir toda la vida con escasez, por supuesto que nos merecemos tener los medios. Yo no sé qué haría si alguien me da 50 millones de dólares para hacer una película. Quizás no sabría qué hacer.

–ADS: ¿Cómo ves el pro­ceso que se está dando en Chile, Argentina, respecto a las producciones que ellos van teniendo?

–Suerte que me hablás de Chile, para mencionar aque­llo del sector público y pri­vado. Cuando nosotros nos íbamos con Lali y demás a los festivales a los que nos invitaban, siempre había un encargado de relaciones exte­riores de Chile, y él siempre nos invitaba a la noche chi­lena, con empanadas, vinos, le invitaba a todo el mundo en los festivales importantes. Y un día le pregunto quién era, y me dice que él es un funciona­rio de relaciones exteriores. Es decir, el gobierno entendió que el cine es la embajada más importante que hay. Noso­tros nos vamos a todos lados y hacemos presencia en estos eventos, me dice. Pero fue un pensamiento político detrás. Ellos empezaron a hacer ese lobby en el 2010, des­pués en el 2016 ya ganaron el Oscar, ¿entendés?, enten­dieron eso. A nosotros nos falta entender. Hubo veces que íbamos con “7 cajas” a presentar la película en otro país y nuestra embajada nos pedía entradas.

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