El caraguatayense Sachio Nakagoe Nagahashi es el orgullo de la comunidad nikkei paraguaya (descendientes de japoneses). Tuvo una carrera de poco más de una década, pero le bastó para dejar huella. Esta es su historia.
- Por Gonzalo Cáceres
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Fe de erratas. El episodio ‘Algo del talento asiático en el fútbol paraguayo’ llegó bien lejos, tan lejos que no lo hubiésemos imaginado (?): hasta el exótico Japón, y no dejó títere con cabeza.
Desde la tierra del Sol Naciente el ex futbolista Sachio Nakagoe se puso en contacto con su servidor y soltó un dato pasado por alto: él no es japonés ni surcoreano: es paraguayo, y más paraguayo que la mandioca.
En honor a la verdad, el buen Sachio Nakagoe es el primer jugador nikkei en la liga profesional paraguaya y se hizo merecedor de su propio artículo.
ORÍGENES
Los orígenes de Sachio Nakagoe se pueden rastrear hasta la localidad de Kōchi, capital de la prefectura del mismo nombre, en Japón. Desde allí sus padres Toshikazu Nakagoe y Masami Nagahashi decidieron emprender un largo viaje en pro de abandonar el devastado país pos Segunda Guerra Mundial, en busca de una mejor plaza para rehacer sus vidas.
Es así que los Nakagoe llegaron al Paraguay, que por esos años recibió un importante número de inmigrantes japoneses y otros asiáticos. La oportunidad estaba servida.
Los Nakagoe primero se establecieron en Colonia Fram, Departamento de Itapúa, para luego echar raíces en Caraguatay (Cordillera), donde en 1964 nacería el protagonista de esta historia.
“EMPECÉ TARDE”
El joven Sachio se destacó por sus condiciones físicas, pero como él mismo lo mencionó, su llegada al fútbol, quizá fortuita, se dio algo “tarde”. “Comencé a los 18 años más o menos, en la liga de Caraguatay, específicamente en el Club Cordillerano Central. De ahí jugué en la selección de Caraguatay”, recordó el hombre.
Fue el paso por el siempre apasionante Interligas lo que marcó un antes y un después en su carrera deportiva. Sus aptitudes fueron rápidamente valoradas por los rivales y cazadores de talentos (por ejemplo, la selección de Caacupé –que eliminó a su equipo– se lo llevó como refuerzo para la fase final de una de las tantas ediciones del torneo).
EN LA CAPITAL
Sachio no llegó a disputar las finales del Interligas con los de la Villa Serrana debido a una lesión, pero el recordado Julio ‘Bocha’ Gómez arregló su arribo al fútbol capitalino.
Para 1985, Nakagoe se transformó en el primer nikkei paraguayo en ser contratado por un club profesional de la liga local, en este caso Rubio Ñu, el tradicional club albiverde de la populosa Santísima Trinidad.
“Yo jugaba de 10. Me adapté muy rápido (a Rubio Ñu) y poder jugar con grandes jugadores como Pedro Farías, Ricardo Valinoti, Gumercindo Fernández, Hugo Ríos y otros me ayudó mucho. Debuté con el profe Jovino Mendoza”, mencionó.
El término nikkei se aplica a los emigrantes japoneses y sus descendientes, por lo que tras su despegue profesional, Sachio se hizo notorio en la comunidad nipona.
El ofensivo gozó de una modesta carrera de la mano de Rubio Ñu (1985-1989), Atlético Tembetary (1990-1992) y Presidente Hayes (1996). Ya en sus últimos años se hizo internacional en el Gamba Osaka de Japón, donde estuvo un par de temporadas.
Tras su estancia en Osaka, Sachio volvió al país y a su natal Caraguatay. Le dio punto final a su carrera deportiva donde todo empezó para él. “Jugué una temporada en Presidente Hayes y después terminé mi carrera en el club Cordillerano Central de Caraguatay”, señaló.
¿QUÉ ES DE SU VIDA?
Un tiempo después de colgar los botines Sachio volvió a Japón con su esposa Lux Marina y sus dos hijos. Allí probó suerte en la industria automotriz y encontró trabajo en una empresa que presta servicios a Honda Motor.
Su trayectoria no quedó en el olvido y en el 2019 fue reconocido por la comunidad paraguaya de descendientes japoneses como el primer atleta nikkei en llegar a la liga profesional de nuestro fútbol.
Sachio Nagakoe también se anotó una gran victoria contra el cáncer y hoy día roza los 59 años de edad. Se siente un paraguayo más y no reniega de su identidad. “La verdad que casi no extraño la comida paraguaya porque acá hacemos de vez en cuando algún fútbol con los amigos y hay de todo… chipa guasu, asado, ere erea”, comentó entre risas.
El 10 caraguatayense espera conseguir la ansiada jubilación en Japón y quizás en un par de años más volver definitivamente al Paraguay, su amada tierra.