No fue fruto de una muy pensada estrategia digital, ni de una delicada acción de diseño gráfico, tampoco va ganar premios a nivel regional. Nuestra marca país es un meme a raíz de un video viral desde hace más de 10 años y el autor es conocido simplemente como El Borracho de la Arbolada.

La marca país es una propuesta de valor de lo que ofrece un país a visitantes e inver­sionistas. Tiene tres dimensiones: turismo, exportaciones e inversión extranjera directa. Bueno, ni las marcas establecidas por el Gobierno ni la que ganó realmente el mundo para nuestro país lograron algo en esas tres aristas.

Pero los CM’s alrededor del mundo se divierten con sus icónicos diálogos para hacer copys promo­cionando algún contenido que nada tiene que ver con el video original. Youtu­bers de todo el mundo hasta hoy hacen video reacciones a “Y el voló, y yo volé de él, pero volé por la arbolada”. Y gracias a eso, Paraguay es conocido en el mundo. Es un logro, es una vergüenza, pero es paraguayo y se le asocia instantáneamente a la tricolor del corazón de Sudamérica. No hay vuelta que darle.

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Desde un jugador de bas­quetbol flotando para cla­var la pelota en el aro, algún dragón de ciencia ficción abriendo las alas para viajar, todos unidos diciendo “Y yo volé…”. Esa frase Paraguay hecha por un paraguayo, paraguayo como vos y más slogans clichés que se le pue­dan agregar. La estrategia de posicionamiento de un país en particular se enmarca en el objetivo de capitalizar el origen de los productos, las empresas y las personas en los mercados globales. Hoy somos el país del Borracho de la Arboleda, para bien o para mal.

De Diego Pérez, el verda­dero nombre del borracho de la arbolada no sabemos mucho más que alguna que otra aparición pidiendo dinero en las calles para comprar comida, drogas u otro producto para su con­sumo. Él sabe que la gente lo reconoce, pero nunca pudo sacarle el mejor provecho a su “marca” para mejorar su calidad de vida.

Lo último fue que el delan­tero y goleador del Real Betis, Borja Iglesias, en medio del festejo luego de coronarse campeón de la Copa del Rey, tras vencer al Valencia, sorprendió ante cámaras cuando en plena entrevista empezó a imitar al “Borra­cho de la arbolada”. Acá pode­mos festejar con el meme de “Mi país, mi país”, ponele. Ya en su momento, la conocida cantante Rosalía había res­pondido en su cuenta de Ins­tagram con un par de frases de “El borracho” y creó una revolución. Para las primeras declaraciones de Borja luego del partido, tanto el perio­dista como el deportista no tuvieron mejor idea que res­ponder con una espectacu­lar imitación de aquel jocoso suceso que todos los paragua­yos recordamos, y al parecer sigue vigente para muchos en el mundo, al igual que la marca país de otros países.

La marca país es un término de reciente creación que se utiliza en el marketing y la comunicación. Hace referen­cia a los valores intangibles, la reputación y la imagen de marca de un país. ¿Para qué necesitamos marca país? El término marca país o coun­try brand nace de la necesi­dad de los sectores empre­sariales y los gobiernos por generar una identidad propia frente a los mercados inter­nacionales.

Paraguay lo intentó en los últimos dos gobiernos con resultados discretos. No nos identifican con la comida como a Perú, ni con las playas como a Colombia o Uruguay, nos identifican con el borra­cho de la arbolada, el de la pendiente medio trambólico. Sí, los mercados internacio­nales saben que en Paraguay hay que saber subir y bajar. Gracias Diego Pérez por esto.

El video original subido a finales del 2009 y principios del 2010 a Youtube alcanza las 8 millones de reproduc­ciones y existen doblajes al menos en 96 idiomas. Un borracho hablando en TV no es algo nuevo, un borra­cho inventando palabras en TV con una narrativa pecu­liar y en plena era de inter­net, sí. Allí está la clave de su inmortalidad. La principal lección que nos puede dejar es que lo formado o lo artifi­cial no funcionan. La espon­taneidad sigue ganando. Se pueden seguir inventando cargos o roles estratégicos que supuestamente garan­tizan viralidad, engagement y otros términos cargados de masa airosa poco oxigenada.

Y seguiremos escuchando que alguien estaba tomando en la jurisdicción de un sur­tidor cuando le reclamó a su acompañante que ya era momento de ir a dormir por­que al día siguiente se traba­jaba. Su acompañante entró en razón, pero a su modo. Tomaron la motocicleta y aceleraron a gran veloci­dad y sin darse cuenta, ter­minaron en un camino sin fondo, lo que hizo que cho­caran contra unos árboles, no sin antes salir despedidos del biciclo. Terminaron bien, pero la motocicleta pasó a mejor vida.

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