La bióloga Fátima Ortiz habla de los avanzados estudios que se realizan sobre flora y fauna de los humedales del país. Recuerda que es importante abordar científicamente el Ñeembucú y que la quema de la vegetación, la contaminación de las aguas y la cacería de la fauna silvestre afectan gravemente las poblaciones de organismos que los habitan. Estudio y protección van de la mano, según relata.

“Todo lo que abarcó nues­tro trabajo Biodiversidad de los Hume­dales de la Región Oriental del Paraguay fue realizado a tra­vés de un proyecto cofinan­ciado por el Consejo de Cien­cia y Técnica (Conacyt) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen)”, cuenta la bióloga Fátima Ortiz. Gra­cias a estos estudios se pudo verificar la presencia de un número diverso de ranas, reptiles, aves y mamíferos en los extensos espacios húme­dos que se esparcen hacia el sur del país.

“El proyecto lo dirigió Karina Ñúñez y lo integramos Gri­selda Zárate, Fátima Ortiz, Medes Mendoza, María Vera, Fátima Piris da Motta, Patri­cia Salinas, Talia Appleyard y Andrea Weiler”, recordó.

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El país actualmente cuenta con seis Sitios Ramsar o Humedales de importancia Internacional que cubren 785.970 hectáreas y se espera la designación de la Bahía de Asunción, la reserva privada Laguna Blanca, Reserva de Recursos Manejados Lago Ypacaraí, Estero Camba de Ñeembucú y el Estero Susú, estos últimos como sitios previstos en los próximos tres años.En diálogo con Nación Media, la experta que es reconocida en los medios por haber conducido el pro­grama “Paraguay Salvaje”, explicó los avances que se dan en esta sensible área del conocimiento.

-¿Cuáles son las funciones de los humedales?

-Los humedales albergan una gran diversidad de orga­nismos, y cumplen servicios ecosistémicos de importan­cia para la salud ambiental y la calidad de vida de las per­sonas. Entre estos servicios ecosistémicos se encuentran la regulación de ciclos hídri­cos, ya que funcionan como esponjas naturales que miti­gan el efecto de las inunda­ciones.

También contribuyen a la depuración de las aguas, la reposición de aguas subterrá­neas y la retención de sedi­mentos, y además constitu­yen sumideros de carbono, por lo cual contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático.

-¿Cuál es la situación de los humedales?

Si bien la investigación en Paraguay ha tomado mucho impulso en los últimos años gracias al financiamiento del Conacyt, aún hay mucho que conocer sobre áreas de gran riqueza natural en Paraguay. La Ecorregión Ñeembucú constituye un ejemplo de eco­sistema poco estudiado, pero que está sujeta a muchos cam­bios antrópicos, es decir cam­bios generados por el hombre.

-¿Podría contarnos de algu­nas investigaciones realiza­das?

Dentro de la Facultad de Cien­cias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción existe un grupo de investigadores que se ha orientado a trabajar con la ecología de los humedales, a través de los estudios enfo­cados al conocimiento de la diversidad de fauna y flora. Una de estas investigacio­nes ya concluida, es la que se enfocó en ampliar el cono­cimiento sobre la riqueza y abundancia de la herpeto­fauna (anfibios y reptiles) de los humedales del Ypoá.

Otras investigaciones en curso están enfocadas en valorar los servicios ecosis­témicos de Ñeembucú a tra­vés del análisis de la diversi­dad funcional y taxonómica de las comunidades de fito­plancton, plantas, anfibios y aves, y en analizar la fauna asociada a agropaisajes en el departamento de Misiones. Además, se está desarro­llando una nueva línea de investigación enfocada en la ecoacústica de vertebra­dos. La ecoacústica o ecología acústica estudia la biodiver­sidad, el comportamiento y patrones de actividad a tra­vés de los diferentes sonidos de animales.

Dichas investigaciones apor­tan datos actualizados sobre la riqueza, composición, abundancia y distribución de las especies, de gran valor científico por ser claves para la evaluación de la diversidad en el transcurso del tiempo y el desarrollo de estrategias orientadas a la conservación de las especies y los ecosis­temas.

-¿Cuáles son los principa­les impactos negativos que sufren los humedales?

-La conservación de estos ecosistemas se ve amenazada por las modificaciones a las que están sometidos, propi­ciadas principalmente por el desarrollo de actividades agrícolas-ganaderas y por la urbanización creciente, en ausencia de una planificación territorial. Estas actividades se vinculan con la quema de la vegetación, la contamina­ción de las aguas, y la cacería de la fauna silvestre, que afec­tan gravemente a las pobla­ciones de organismos que los habitan.

-¿Cómo contribuir a la con­servación de los humedales?

-Para fomentar la protección de los humedales, se requiere un mayor compromiso por parte de todos. Las institucio­nes encargadas de promover el desarrollo sostenible deben sustentar sus decisiones en información científica, y en las necesidades de los pobladores de las áreas. Asimismo, deben realizarse controles estrictos a modo de garantizar el cum­plimiento de las pautas esta­blecidas.

Asimismo, es muy importante difundir los resultados de las investigaciones a la sociedad, a través de eventos de edu­cación ambiental, contacto con la prensa, elaboración de materiales educativos para fomentar el conocimiento y la valoración de estos ecosis­temas vulnerables, buscando el compromiso de los ciuda­danos para su conservación.

JOVEN SOBRESALIENTE

Fátima Natalia Ortiz, de 31 años, se hizo conocida por promocionar la educación ambiental en el pro­grama televisivo “Paraguay salvaje”. Es licenciada en Ciencias con mención en Biología por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción (Facen-UNA). Además hizo un masterado en Ciencias Biológicas “Mención Biodiversidad y Sistemática”, en la UNA. Se especializó en la ornitología, haciendo un estudio exhaustivo de las aves diurnas del campus universitario de la UNA en la ciudad de San Lorenzo. Gracias a esa investigación publicó una guía de campo fotográfica (dispo­nible en: https://fieldguides.fieldmuseum.org/es/gu%C3%ADas/gu%C3%ADa/697).

Es docente tanto en la Facen como en la Facultad de Ciencias Agrarias y coordinadora en el área de la Biología del CPI. Es investigadora y realiza periodismo ambiental y reportajes fotográficos sobre la naturaleza del Paraguay.

CASI UN CUARTO DEL TERRITORIO NACIONAL

La Convención de Ramsar define los humedales como “extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, perma­nentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las exten­siones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. Los hume­dales son considerados ecosistemas de alta biodiversidad y con servicios ecosistémicos de importancia para la salud ambiental y la calidad de vida de las personas ya que son altamente productivos, de gran riqueza y diversidad. El Paraguay cuenta con grandes áreas de humeda­les como el Pantanal Paraguay, las lagunas del Chaco Central, las lagunas del Chaco húmedo, los humedales del pie de cerrados, los pertenecientes al humedal de Arroyos y Esteros, los del Bosque Atlántico, el bañado de Ñeembucú, y los pastizales inundados.

Hasta el momento Incluyó en la lista Ramsar seis humedales: Estero Milagro-25.000 ha (San Pedro); Lago Ypoá-100.000 ha (Paraguarí, Ñeembucú, Central); Laguna Chaco Lodge-2.500 ha (Pdte. Hayes); Laguna Tte. Rojas Silva-8.470 ha (Boquerón); Río Negro-370.000 ha (Alto Paraguay); Tinfunqué-280.000 ha (Pdte. Hayes). En consecuencia, estas zonas pasa­ron a ser de interés mundial y estar bajo vigilancia internacional. Río Negro, Lago Ypoá y Tinfunqué son áreas silvestres protegidas (pero no implementadas), y Chaco Lodge es una reserva natural privada no oficial.

Otras a considerar son el Refugio de Vida Silvestre Humedales del Bajo Chaco (8.500 ha), Monumento Natural Laguna Blanca (157 ha) en el departamento de San Pedro, Monu­mento Natural Lagunas Méndez y Sisi (776 ha) en Ñeembucú, Monumento Natural Isla Susú (5.000 ha) en el departamento de Caazapá, así como la Reserva Ecológica Bahía de Asunción (522 ha) y el Parque Nacional Ypacaraí (16.000 ha), que protege el lago del mismo nombre y los esteros del río Salado. En el marco de la integración de la información, Para­guay cuenta con algunos antecedentes. El primer mapa de áreas potenciales de humeda­les (Burgos, 2003) elaborado a partir del mapa de reconocimiento de suelos de la Región Oriental a escala 1:500.000 (1995) y el mapa de vegetación y uso de la tierra de la Región Occidental a escala 1:500.000 (1991), permitió estimar que el 23% del Paraguay, involu­cra humedales. Otro antecedente reciente, es el Mapa de Acuíferos de la Región Oriental (Proyecto SAG) en el cual se reconocieron áreas de recarga y descarga de acuíferos trans­fronterizos con áreas de humedales definidos considerando un enfoque hidrogeomorfoló­gico.

ACCIONES URGENTES

En noviembre del 2021 se publicó el estudio “Escenarios posibles para el futuro de los hume­dales del Corredor Paraná-Paraguay: Pantanal, Esteros del Iberá y Delta del Paraná” en el que participaron alrededor de 40 investigadores. “Estamos en una crisis socioambiental global en la cual los humedales se encuentran entre los ecosistemas más afectados”, dijo el presidente de Wetlands International, Rubén Quintana al presentar el trabajo que forma parte del Programa Corredor Azul de la Fundación Humedales (Wetlands International),

El investigador Gilberto Gallopín expuso a su turno: “Existe una transformación agrícola del suelo, un avance de la frontera agropecuaria que impacta en la condición ecológica y su fun­cionamiento, en la biodiversidad, sus bienes y servicios ecosistémicos y en las actividades productivas tradicionales locales”. El presente muestra la concentración urbana; las grandes infraestructuras hídricas; el cambio climático; la actividad minera, de pesca y caza; y “la falta de coordinación política y acciones institucionales” como elemento dañinos de esos ambientes, apunta.

En coincidencia, la Convención de Ramsar sobre los Humedales pidió el pasado 2 de febrero, Día Internacional de los Humedales, “actuar por la humanidad y la naturaleza”, recordando que estos espacios están desapareciendo más rápido que los bosques. Su secretaria general, la colombiana Martha Rojas dijo en la oportunidad: “Se ha perdido casi el 90 por ciento de la superficie de los humedales del mundo... Nos queda solo el 10 por ciento de lo que había origi­nalmente”.

De hecho, el Pantanal, humedal primordial de Sudamérica que compartimos con Brasil y Bolivia está pronto a ser inscripto en el Registro de Montreux, la lista mundial de humedales en riesgo grave.

El ambientalista brasileño Andre Siqueira, de la Ong Ecología y Acción (ECOA) consideró: “La Convención necesitaba acompañar más de cerca todos los problemas que atraviesa el Panta­nal en los tres países; son grandes obras de infraestructura como represas, hidrovías y puertos, además de incendios, deforestación, agricultura de llanura y crisis climática. Así podría exigir medidas más claras a los tres gobiernos para enfrentar estos problemas”, expuso.

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