Por Jimmy Peralta - Fotos: Roberto Zarza - archivo LN-GEN- gentileza

Directora de cine, de teatro y docente, son algunas de las facetas de Schémbori, quien tendrá a su cargo desde mañana uno de los espacios culturales más importantes del país.

La memoria tiene como cualidad la imperfección y su sometimiento permanente a la voluntad inconsciente de quién realiza ese ejercicio de traer al presente lo pasado. Recordar es olvidar un aspecto y exagerar otros. Por fuera de la cuestión documental que lo registra, en la memoria colectiva citadina el Teatro Municipal de Asunción cuenta con su propia leyenda: veladas exitosas, butacas plenamente ocupadas, teatro masivo y grandes producciones en música, drama y humor.

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La teatrera y cineasta Tana Schémbori tendrá a su cargo oficialmente desde mañana la dirección del Teatro Municipal, y sin dudas su principal desafío es estar a la altura de la historia del Ignacio A. Pane, pero también ella se propone nuevas formas de pensar y de plantear la escena y los escenarios del mítico edificio.

Tana habló con La Nación – Nación Media respecto a lo que se viene, del desafío de introducirse en el trabajo público, y de la responsabilidad que representa su nuevo cargo.

–Como teatrera, ¿qué representa para vos estar al frente del histórico Tea- tro Municipal?

–Y es una mezcla de emociones, una mezcla de emociones porque son recuerdos de hace más de 30 años, de estar con la obra de “Yo el Supremo”, de ver que cambió mucho el teatro, aunque de alguna forma no cambió. Tengo recuerdos de “Chiquitín” Lambaré, de Jesús Pérez, de Orlando Amarilla, de Ramón del Río, de Jorge Ramos. También estuve con la obra “Boing, Boing”, que fue en 1996. Después estuve con obras mías, por supuesto, pero nunca ni se me hubiese pasado por la cabeza que algún día iba a estar al frente del teatro. Entonces es una mezcla de emoción y de miedo, es mucha, mucha responsabilidad. Es como que me siento de repente un poco presionada con esa responsabilidad.

–Entre la escena teatral local y el Municipal todavía existe como una deuda, y más cuando se recuerda al viejo teatro municipal como un éxito en el género popular de las épocas ¿A -qué se debe eso?

–Mucho te pienso en eso. Creo que también pasó eso con el cine. Me acuerdo que mi abuela me contaba de que se iban en masa a ver proyec- ciones del cine mexicano, del cine argentino, que se iban en grandes masas a ver. Yo creo que cambiaron también las formas masivas de ver, verdad, de ver lo popular, y el teatro paraguayo, digamos, creo que tiene como como una deuda con lo que es nuestra identi- dad también. Pero ojo, identi- dad no solo son las cosas por el género popular, también es el teatro contemporáneo, son también los musicales. Sería lindo que vuelvan ese teatro popular que teníamos antes, la zarzuela, y que vuelvan por ahí con una mirada más nueva, por ahí más adaptada a los códi- gos de ahora, y para eso tene- mos que mirarnos a nosotros, y mirar también lo que se hace afuera. Entonces, lleva mucho replantearse, reflexionar al respecto, entender cómo está nuestra cultura, nuestro tea- tro, nuestros espectáculos en general.

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

–Cuando aceptas un desafío dentro del sector público de seguro hay muchos peros. ¿Cuál fue el motor inspirador que te hizo superar todos los contras durante tu proceso de decisión?

–Me costó muchísimo decidirme, hasta el día antes en el que Angie (Duarte) me dijo “mañana tienes que ir”, me costó mucho. A mí lo que me hizo decidir fue ver todo el proyecto en general, y que yo no voy a estar sola, o sea, está Félix Toranzos) en la Manzana, está Rocío (Rolón) en el CPJ, o sea, hay gente muy interesante en las áreas y el equipo con el que yo cuento en el Teatro Municipal también es un equipo muy, muy genial. Un equipo que está entusiasmado, porque siempre digo, si un equipo está como ya “achanchado”, ya no se puede hacer muchas cosas. Sin embargo, me mostró que es un equipo que está como muy comprometido, que tiene ganas de llevar adelante el Teatro. Conozco a mucha gente que está en la parte técnica y yo creo que todo eso es lo que me decidió y que también que aceptaron mis condiciones del tiempo que yo le podía dar, de qué manera yo podía estar, cuáles son las cosas en las que iba a darle más énfasis, y eso me ayuda a tomar una decisión de salir un poco de mi zona de confort. Yo tengo una zona de confort que es evidentemente mi empresa, que es mi escuela. Las decisiones las tomamos allí en forma conjunta con Juanca (Maneglia), pero, eso también me hizo decir, “bueno, voy a salir de mi zona de con- fort, voy a ver un poco qué me pasa viviendo la experiencia del sector público”.

La historia y el presente del Municipal abren nuevas oportunidades de la mano de Tana Shémbori.

–¿Cuál es tu relación como artista y como espectador con el Municipal?

–Bueno, como artista, evidentemente de cariño, recuerdos, y como espectadora con ganas de que el teatro me dé más cosas. Y parto justamente desde ahí para lo que para mí es mi meta, que es que el público vaya al Teatro Municipal, no solamente para ver obras en la sala principal del Teatro, que por ahí se lleva algunas condicionantes, que implican jerarquía. Hay cosas que hace el ballet que son impresionantes, que son cosas que son dignas de mostrarse en una sala internacional y que muy poca gente ve. Es cortita la temporada y tantos lugares donde partir para trabajar estrategias para que la gente se vaya. Vuelvo a insistir, no solamente a los espectáculos de la sala principal, sino de llenar otros espacios, de tomar otros espacios, de que gente que por ahí está emergente tome esos espacios, esas ideas están corriendo mi cabeza y las comparto con el equipo.

–¿En qué proyectos vienen pensando?

–A priori es esto que te digo, o sea, estamos construyendo los proyectos. Ya estoy ahora con una programación casi cerrada, porque eso se hace ya en enero. No es mucho lo que yo voy a poder meter en programación, pero sí por ahí en trabajar en estrategias para que el teatro tenga más asistentes. Y eso tiene que ver con la parte también de afuera, tiene que ver con la seguridad, que el espectador pueda estacionar en un lugar seguro, y eso también tiene que ver con el centro, no es una cosa solamente del teatro.

–En estos últimos años, las obras se fueron a bares, galpones y otros espacios alternativos ¿A qué creés que se deba eso?, ¿ves eso como un problema, o algo que tiene que coexistir con el teatro?

–Yo creo que tiene que coexistir totalmente, yo creo que eso es genial. A mí me encanta, me encanta que se vaya la gente a lugares alternativos y muchos de esos lugares alternativos están todos cerca. A mí me encantaría que el Teatro Municipal abra esos espacios alternativos en el propio Teatro. Entonces que ahí también la gente encuentre espacio alternativo, así como encuentre el gran espectáculo en la sala principal.

Tana Schémbori en la dirección de actuación en el filme “7 cajas”.

–¿La pospandemia es un momento para apostar en el arte?

–Súper, lo es. El ejemplo está en el año pasado, cuántas obras se hicieron, con supuestamente mitad de gente que tenía que irse. Porque la necesidad de salir, la necesidad de vernos, y la necesidad de nutrirnos de esto que es tan maravilloso, que es el teatro, los espectáculos, los con- ciertos, el ballet, es grande. Entonces yo creo que es un momento ideal.

GALAS Y OBRAS ALTERNATIVAS

–¿Cómo proyectás al Municipal, como un escenario de galas, un lugar de obras permanentes de todo tipo?

–Justamente como eso, como un lugar de galas y como un lugar de obras alternativas. Eso tiene que ser si queremos público, esas dos cosas tienen que ser y tiene que ser un lugar donde uno se pueda ir a tomar un café, se pueda ir a sentarse a leer un libro. Si me preguntás, ese es mi sueño.

–En lo personal, ¿qué representa para vos un aleja- miento de los otros proyectos que llevás, sea en el cine, en el mismo teatro?

–No, no me voy a alejar. No, no quiero usar esa palabra. O sea, sí me alejo de algunas cosas que tienen que ver con la productora, con el día a día, más con tema de comerciales, pero no de mis enseñanzas, no de mi escuela, ni de la ficción, que los empujó en forma paralela, porque ahí está quién soy, y creo que eso es lo que nutre lo otro. Entonces no voy a dejar. Para mí es prioridad lo que es mi vocación, lo que es contar historias, lo que es el cine y el teatro con mi escuela.



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