Megan Fox y su novio Machine Gun Kelly caminaron por allí y la foto se volvió postal de algo que muchas veces no se comprende: el valor de la naturaleza que engalana la capital. Al hecho se sumó la vertiginosa autorización de los concejales para la construcción de una estación de servicios en plena área protegida, lo que llama a preguntarse qué se hace por el cuidado de estas áreas esenciales. “Caminar el humedal” se llama un proyecto que busca reivindicar el uso ciudadano de estos espacios verdes de reconocida belleza.

“En el equipo venimos inves­tigando sobre el relacionamiento del agua y la ciudad hace más de 5 años, pero en particular surge esta preocupación debido a que el crecimiento exponencial de las ciudades del mundo pone a los humedales bajo una amenaza permanente de depredación humana y Para­guay no es una excepción”, comentó Carlos Agüero en diálogo con La Nación.

“Caminar el humedal” es un proyecto que encararon en la Agencia de Innovación Urbana los arquitectos Car­los Agüero, María Paz Gill y Bertha Peroni.

“Tal es así que en la última década la presión, tanto de actores del sector público, como del sector privado, están poniendo en riesgo no solo al futuro de este ecosistema tan preciado, sino también exacer­bando la vulnerabilidad de ciertas zonas de la ciu­dad ante inundaciones y otros efectos que los cam­bios en el territorio pro­ducen”, agrega.

“También nos preocupa el hecho de que estos terri­torios no estén efectiva­mente protegidos o míni­mamente regulados por las autoridades y puedan ser objeto de intervenciones sin estudios previos que avalen su necesidad, expon­gan sus impactos, medidas de mitigación y compensa­ción. Realmente no esta­mos reflexionando acerca de cómo deben ser las urba­nizaciones en un territorio tan particular o si no deben existir, mientras tanto, hay sectores que se adelantan e impactan sobre estos terri­torios y nosotros llegamos cuando ya está todo hecho”, mencionó.

- ¿Cuáles son los prin­cipales impactos que se están causando en la bahía de Asunción?

- A nivel físico el princi­pal sería la reducción de la superficie de los hume­dales y la contaminación. A nivel intangible y cultu­ral sería la invisibilización del mismo. Por ejemplo, la Costanera tiene un largo tramo de humedales que tienen una potencia pai­sajística y recreativa, pero no hay manera de bajar a ellos. Es como tener alimen­tos guardados en la cocina, pero que no tengas la llave para entrar a buscarlos.

Agüero recuerda que la Costanera de Asunción fue construida sobre los hume­dales que “son parte de la planicie de inundación del río Paraguay; al ser un río de llanura necesita de espa­cio para volcar sus aguas en épocas de crecidas. La cons­trucción de la avenida Cos­tanera consiste en un terra­plén longitudinal que deja escasos pasos de agua solo en los sitios donde conver­gen los arroyos lo cual evita el acceso del agua natural­mente desde el río hasta la planicie y con esto se impacta en la fauna y flora que habitan el sitio. Tanto la bahía de Asunción, el banco San Miguel y los humedales de la zona son sitios suma­mente importantes para el crecimiento de peces, cara­coles, camarones, mejillo­nes, insectos (macroin­vertebrados), los cuáles necesitan de sus aguas cal­mas para desarrollarse”.

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

Los habitantes de los baña­dos también tienen su efecto: “La ocupación de la zona de inundación por los asentamientos infor­males también genera un gran impacto. El creci­miento desigual de nues­tra ciudad que localizó a las personas vulnerables en estos sitios y la inac­ción de nuestras autori­dades ante esta situación hace que al menos la 5ta. parte de los habitantes de Asunción se localice en los bañados. Estos asen­tamientos no cuentan con sistema de recolección de basuras ni desagüe cloacal impactando directamente en el sitio”, recordó Agüero.

“Otra cuestión de impor­tancia es la pertinencia del relleno de más hectáreas de humedales a lo largo de la Costanera en la actuali­dad. Se puede visualizar nuevos parques lineales totalmente desconecta­dos de la ciudad; por ende, vacíos y en un futuro cer­cano abandonados y degra­dados. Además, tenemos el caso puntual, reciente, del lote cedido para la estación de servicios, por ejemplo. Y algo que no se puede dejar de lado es la contaminación que llega a la bahía mediante los arro­yos Antequera, Perú y Las Mercedes”, dijo.

Los técnicos creen que es posible revertir este cuadro “conociendo su importancia y su funcio­namiento. Y esto hay que hacerlo utilizando distin­tas metodologías o aproxi­maciones. Iniciativas que vengan de todas las direc­ciones, desde la sociedad civil y desde instituciones del Estado. Desde activi­dades recreativas como lo hicimos nosotros hasta la legislación, el control y el incentivo por parte del Estado. Visualizarlo en todos los lugares que se pueda, no sé… como por ejemplo que los chef pue­dan ofrecer platos con los peces que crecen en estos territorios como el pacú, el surubí, el tres puntos por nombrar algunos”, indicó.

LAS ACTIVIDADES

“Caminar el humedal” es un proyecto científico cultu­ral cuyo “objetivo es descu­brir y visibilizar el territo­rio de los humedales desde una experiencia práctica”, definió Agüero refirién­dose al proyecto que está financiado por el Instituto Cultural Paraguayo Ale­mán (ICPA) con el apoyo del Departamento de Cul­tura de la Municipalidad de Asunción.

“El recorrido que realiza­mos empezó en la Manzana de la Rivera, desde allí fui­mos a conocer los humeda­les que están al margen de la Costanera y paramos en una de las lagunas donde se vio de manera didáctica algunas de las especies que habitan esta laguna. Luego fuimos hasta la playa Mon­tevideo, tomamos unos tukutukus (embarcación) que nos llevó hasta Chaco’i, aquí se realizó la segunda experiencia práctica guiada por un grupo de biólo­gos.

Esta consistió en tirar unas redes en los humedales para ver los peces y moluscos que había en estas lagu­nas. Luego de esta actividad seguimos caminando por el riacho Pajaguá para obser­var el territorio y algunos “testigos” de las crecidas. Los testigos son marcas en el territorio del agua, es así que encontramos una columna de la Ande que tenía la marca de la última crecida, estaba a 2 metros, aproximadamente, del suelo esta marca. Luego volvimos a playa Montevideo donde terminó la experiencia”, relató sobre las experien­cias sobre el terreno.

El proyecto está compuesto de dos partes, una de ellas es el paseo que ya se realizó, y la siguiente parte es una serie de podcast sobre los humedales visitados, que funcionará como una audio­guía para quienes quieran realizar el mismo recorrido para conocer este territorio lleno de biodiversidad y pai­sajes bellos que se conoce­rán próximamente.

“Como reflexión final, a nivel urbanístico, nuestra tarea como sociedad es debatir e imaginar cómo queremos uti­lizar estos lugares porque lo que hemos hecho hasta ahora a nivel general fue marginar­los, dejarlos ahí a su suerte, y ya sabemos lo que pasa cuando estos espacios se dejan a su suerte, se ocupan por fábricas o industrias que no deberían estar ahí, por asentamientos humanos que no reúnen las condiciones sanitarias míni­mas de habitabilidad”.

“Una reserva natural como la del banco San Miguel es un lugar hostil para el asunceno o el visitante. Uno tendría que tener la facilidad para llegar, que haya alguna ins­talación básica para poder visitarlo, estar cómodo, como cualquier parque o reserva natural bien gestio­nada”, reclamaron.

MEGHAN LLEVÓ LOS OJOS DEL MUNDO A LA BAHÍA

El sistema de humedales de la Costanera y la Reserva Ecológica del Banco San Miguel se extienden por unas 300 hectáreas donde se puede practicar el avistaje de aves, algo que cada vez es más practicado en el turismo internacional.

Unas 32 especies de aves migratorias visitan la reserva en diferentes etapas del año, cuestión que fue un elemento principal en la declaración de Capital Verde de Ibe­roamérica que lograra Asunción en el 2015.

Por eso quizá la megaestrella de Hollywood Megan Fox y su novio rapero Machine Gun Kelly pidieron hacer el recorrido. La actriz de “Transformers” y pareja también fueron fotografiados contemplando el atardecer desde Ko’ape Mirador Bar, del barrio Loma San Jerónimo.

“Promovemos el e-Bird, que está orientada al aviturismo. Y con la ayuda de numero­sos grupos que se organizaron hoy día, realizamos días de observación de aves donde levantamos todos nuestros registros en esa app. Eso después sirve para que la gente pueda ser partícipe de, primero que todo, gozar de la naturaleza y la belleza de las aves, y luego de la ciencia ciudadana, porque esos datos son muy valiosos para estudiar y entender las tendencias poblacionales y movimientos de las especies”, dijo a Nación Media José Luis Cartes de Guyra Paraguay.

“Estamos muy contentos porque observamos el crecimiento de grupos organizados como el CON, el Club de Observadores de Naturaleza y sus otras organizaciones asocia­das, y otros más como Opades y algunos grupos locales como en Bahía Negra y Filadelfia, Chaco. También fomentamos la visita a nuestras áreas de reserva, para eso, que lastimo­samente en la actualidad solamente Cañada El Carmen está habilitada, pues las condi­ciones de clima extremo y las tormentas dañaron las instalaciones en las otras reservas o no permiten el turismo todavía”, finalizó diciendo Cartes.

SITIOS PROTEGIDOS

Los ambientes húmedos en el Paraguay ocupan aproximadamente un 20% de la superficie del territorio y se encuentran sujetos a graves presiones que amenazan su existencia. “Desde 1994 Paraguay se adhiere al convenio de Ramsar donde se establecen como humedales de importancia a nivel interna­cional a los parques nacionales lago Ypoa, Tinfunque y Río Negro; como también los privados laguna Chaco Lodge, laguna Teniente Rojas Silva y laguna General Díaz, todos humedales en el interior del país.

Si bien no están declarados sitios Ramsar en el presente, en el país existen otros territorios como el Pantanal Paraguay, las lagunas del Chaco Central, las lagunas del Chaco Húmedo, que se reconocen como ecosistemas altamente productivos y uno de los indicadores más evidentes de su riqueza y diversidad son las aves de humedales”, recordaron los responsables del proyecto “Caminar el humedal”.

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