Historia y presente conjugan una línea de tiempo en el emblemático edificio que se ofrece como un punto de partida para descubrir la ciudad y sus pintorescos alrededores. Un museo permite acceder a los hechos de la Guerra de la Triple Alianza que la tuvieron como protagonista y ayuda a acercarse a una población que se reinventó cuando el tren ya dejó de pasar. Ubicada en un paisaje de cascadas y cerros, apuesta al turismo para continuar su proyección nacional.

La intendenta de Pirayú, Cynthia Godoy, invita a la gente: “En la Semana Santa tendremos activida­des importantes. Vengan a visitarnos y se van a encon­trar lugares donde comer de diferentes precios así como posadas, establecimientos rurales y circuitos para visi­tar, la Iglesia, el Campa­mento Cerro León, la casa del General Díaz, el Cerro Ita’angua, el Ñandu rape, y otros circuitos”, anticipa.

“Es importante y beneficioso que puedan llegar, comprar artesanía y se queden a dis­frutar de los hermosos pai­sajes”, agregó reiterando el convite a acercarse a esta localidad ubicada a 50 kiló­metros de Asunción.

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Es que el turismo es funda­mental. Bettina Bray, más­ter en Restauración Arqui­tectónica y responsable de la recuperación de la Estación lo resume así: “El rescate del patrimonio cultural siempre ha estado ligado al turismo, que a su vez es un vínculo de comunicación intercultural. Es un recurso social ya que su conocimiento afianza el sentido de identidad de los pueblos en su propio terri­torio. Es también educativo y de desarrollo territorial que debe ser difundido por el turismo sostenible. Como bien lo expresa la Carta Inter­nacional Sobre Turismo Cul­tural, expedida por el Ico­mos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), el turismo sigue siendo uno de los medios más importan­tes para el intercambio cul­tural, que ofrece una expe­riencia personal del pasado, de la vida actual y de otras sociedades”.

Godoy recordó que están preparando el 7º Festival del Chipa Pirayú a realizarse el 5 de junio. “Creo que con estos eventos vamos a ir ayudando a nuestra gente pirayuense con lo que ellos saben hacer”.

Esta agenda viene a sostener la idea del proyecto que según expone Bray es que “el edifi­cio, ícono del patrimonio his­tórico arquitectónico, se con­vierta en un polo generador de desarrollo para la comuni­dad, al albergar un atractivo cultural como es el Museo del Sitio del Ferrocarril; un atractivo para el turismo, como es la ubicación de la ofi­cina de información turística dentro del edificio, que ser­virá para poner al tanto a los visitantes de las actividades y los atractivos no solo de la ciu­dad sino del departamento de Paraguarí; y espacios inter­nos o salones destinados al usufructo de la comunidad, ya sea para la realización de reuniones, charlas educati­vas, seminarios, eventos cul­turales, muestras de arte y artesanía de artistas y arte­sanos locales, etc.”.

De esta manera, “se convierte en un punto de encuentro de visitantes, a partir del cual se inicia un recorrido por esta hermosa ciudad que conserva un casco histórico con caso­nas muy bien mantenidas y una iglesia con un patrimonio cultural muy valioso, con una rica artesanía que es expuesta en el sector que correspondía a los talleres del ferrocarril, al lado de las vías, y una rica gastronomía para degustar.

UN MUSEO VITAL

Osvaldo Salerno, arquitecto y artista visual, es otro actor fundamental en esta recupe­ración. “Me convocaron para trabajar el contenido museo­lógico”, cuenta explicando que la tarea de restauración y puesta en valor hecha en Pirayú “es solo un aspecto del gran Plan de Gestión Ambien­tal de la Dirección de Caminos Vecinales”, recordó.

“Lo más difícil fue usar un poquísimo presupuesto para contar la historia del poblado y de la estación”, apunta sobre la tarea. “No sólo es el momento en que se construye el edificio diseñado por un téc­nico inglés sino que es impor­tante hablar de la comunidad, del asentamiento que venía del siglo XVIII en un espa­cio pequeño y poco dúctil para convertirlo en museo. Por suerte conté con un muy buen equipo técnico de histo­riadores, especialistas en cul­tura, personas que trabajaron la restauración, fotógrafos y pudimos concluir en fecha”, destacó.

“Entendemos que será un punto de atracción turística, un centro de reuniones y una oficina de información, para los que quieran acercarse a la experiencia de una localidad que mantiene su conjunto de arquitectura de los siglos XXIX y XX, como el templo que ya fue restaurado y otros atractivos que se vienen esta­bleciendo”, comentó.

Salerno saludó la reciente inauguración a la que asis­tió el presidente Mario Abdo Benítez, pero no dejó de extrañarse por los 15 meses “que se esperaron para habi­litar los trabajos”. Entiende que en ese tiempo “el turismo podía haber jugado un papel importante para la reactiva­ción después del impacto de la pandemia del coronavirus”, ejemplificó. La intendenta Godoy recuerda lo difícil que fue el tiempo a causa de la enfermedad: “Las artesa­nas casi no tuvieron trabajo, hubo poca producción y ahora estamos implementando una política importante con la inauguración de la estación que es uno de los atractivos principales de nuestra que­rida ciudad”.

Bray comenta a su turno que “fue un desafío realizar la obra de restauración en cinco meses y medio, ya que debido a la irrupción de la pandemia, fue interrumpido el avance de los plazos para el desa­rrollo de los trabajos corres­pondientes al contrato de la licitación, los que se acorta­ron; pero al haber un inmi­nente cierre del proyecto a fin del año 2020, la obra de todos modos debía entre­garse a fines de ese año. Por ese motivo, y bastante tiempo antes de la fecha de entrega final de obra, se debió empe­zar a trabajar en horario extendido.

A pesar de ello la obra fue terminada en tiempo y forma, no realizándose nin­gún pedido de ampliación de plazos para la entrega, ni de monto del contrato debido a costos adicionales, que sí los hubo”, recordó. Un 90% de la gente que trabajó en la restau­ración es de la ciudad. “Es una forma de involucrar a la comu­nidad y a la vez dejar gente capa­citada que pueda ir aportando en la conservación de este y otros edificios patrimoniales”, agregó la especialista.

Los trabajos fueron impulsa­dos por el Ministerio de Obras Públicas (MOPC) y estuvie­ron a cargo del Consorcio Ica­tec, conformado por Icasa, CAEM y Tecnicom, con una inversión que supera los 1.359 millones de guaraníes.

UNA RICA HISTORIA

Una fotografía antigua muestra a soldados del ejér­cito brasileño for­mados frente a la estación de Pirayú. La gráfica corres­ponde a la ocu­pación de la ciu­dad por parte de las tropas aliadas, en mayo de 1869. Una reproducción de esta foto –que ofreció importan­tes datos históricos para el proyecto de restauración– forma parte del acervo del museo montado actualmente en el edificio.

Tomas fotográficas de Fernando Allen resumen el espíritu de Pirayú y una colección de objetos antiguos de la estación como balanzas, muebles, herramientas y otros se suman a los donados por pirayuenses para completar una narrativa sobre la ciudad y el tren.

Hay muestras de tejidos tradicionales que se fabrican en la zona así como referencias a la gas­tronomía, donde la chipa Pirayú tiene la categoría de sello distintivo.

“Como estaba anunciado, el jueves se inauguró la línea férrea que acababa de construirse, desde la estación Guazú Virá hasta la capilla de Pirayú, distante tres leguas de esta y 14 de la capi­tal. Partieron los primeros trenes hasta aquel punto a las dos de la tarde. Estos pasos prueban bien el alto grado de prosperidad a que el Gobierno lleva al pueblo paraguayo”. La crónica del Semanario de 1864 –rescatada por el historiador David Velázquez Seiferheld–, hace referen­cia al momento histórico en que el ferrocarril arribaba a la ciudad de Pirayú, desde Ypacaraí (entonces Guazú Virá). Luego las vías llegaron a extenderse hasta el campamento Cerro León.

Según fuentes históricas, la construcción de la estación de tren de Pirayú se inició en los prime­ros meses de ese año de 1864, con la dirección del arquitecto inglés Alonso Taylor y la colabo­ración de Benigno Abesada. Otro dato señala que Elizardo Aquino también tuvo participación en los trabajos; militar y experto constructor, años más tarde Aquino llegaría al rango de gene­ral del Ejército paraguayo y tendría destacada participación en la Guerra de la Triple Alianza.

La estación de Pirayú fue testigo de varios acontecimientos importantes de nuestra historia. Hasta allí llegaron las tropas brasileñas en su avance sobre nuestro territorio y desde saldrían para Asunción.

El 25 de mayo de 1869 fue capturada y usada como comandancia. Desde allí ejecutó alguna de sus perversas órdenes Gastón de Orleans, el Conde d’Eu.

Ya en tiempos de paz, los canastos llenos de “chipa Pirayú”, para deleitar a los capitalinos par­tieron en los trenes administrados por ingleses.

Hace unos 25 años el ferrocarril comenzó a agonizar y con su ausencia los edificios y los pue­blos sintieron el abandono.

La restauración del edificio es un mínimo acto de justicia.

PINTURAS E INSPIRACIÓN

“Esta magnífica obra de nuestro compue­blano Elvio Cohene es una invitación al deleite de la imagi­nación. Obviamente inspirada en nues­tra icónica estación ferroviaria, la recrea llevándonos a una dimensión del arte surrealista”, cuenta la página de Facebook, “La Estación Pirayú” de la obra que ilustra esta página.

Cuenta Juan de Dios Valdez, el pintor que recorre el país con su proyecto “Pintando Paraguay” en su página de Facebook: “Contacté con Elvio Cohene y resultó que no fue él quien me gritó, sino su amigo Víctor de los Santos. Ambos son pintores autodidactas a quienes veía en las redes compar­tiendo fotos de sesiones de pintura al aire libre desde diferentes lugares. Al día siguiente salí de mañana para ir a elegir el tema, el primero de Pirayú; la estación de tren recién restau­rada. Le busqué un buen ángulo, opté por una vista desde atrás con un primer plano de las casonas ubicadas en las cercanías de la estación. Y el gran espejo de agua donde se reflejaba una de las dos torres del edificio… Me llamó la atención el famoso Tape Boli, unas dos cua­dras de empedrado y viviendas hechas por los prisioneros bolivianos de la guerra del Chaco.

Me recordó mucho de Areguá. Quizás si viviera por lo menos un año en cada pueblo ten­dría el tiempo suficiente para la contemplación y apreciación suficiente para poder pintar.

Lo interesante fue conocer a estos dos jóvenes pintores entusiastas, uno con más experien­cia que el otro, Elvio en el graffiti o murales pintados con pintura al agua y aerosol. Los pai­sajes sobre lienzo los hacía con acrílico y trabaja bastante con ilustración digital. Víctor con menos experiencia pero más arriesgado era el que usaba óleo. Una tarde tuvimos una espe­cie de “Másterclass” como Víctor era sonidista antes de la pandemia, usa dos pedestales de micrófono como caballete y su paleta era una tapa de bibliorato. Traté de darles todos los consejos prácticos que pude y una pequeña demostración sobre perspectiva atmosférica. Como tengo el auspicio de Novelty, no dudé en regalarle un juego de óleos; los colores pri­marios y el blanco. Tienen mucho potencial y sobre todo ese espíritu romántico de salir a pintar en el campo, algo muy necesario para un paisajista”, expuso.

OTRAS VOCES

Bettina Bray cuenta que “hay un grupo multidis­ciplinar en formación de personas entusiastas interesadas en el rescate y preservación del patri­monio ferroviario, no solo del Ferrocarril Central del Paraguay y del tran­vía, sino de otras líneas de transporte sobre rieles que existieron en el país”, explicando que a nivel nacional existen esfuer­zos privados por recupe­rar los rieles.

Y agrega: “La tarea de recu­peración edilicia de las antiguas estaciones ferroviarias de por sí tiene una importancia fundamental pues constituye el rescate de una parte importante de nuestra historia nacio­nal plasmada en la arquitectura. Sería ideal combinar dicha tarea con la reactivación del sistema del ferrocarril nacional por tramos, como lo fue la iniciativa del proyecto turís­tico-cultural Tren del Lago, entre las ciudades de Itauguá, Areguá e Ypacaraí”, recuerda.

Para Osvaldo Salerno “en esta época de sobreprecios de las gasolinas, la reactivación de algunas redes del sistema de ferrocarril podría ser una buena salida de parte del gobierno para facilitar el traslado real de la gente, no solo turístico, a las localidades más cercanas a la capital. Eso se pone más en claro a causa de lo que estamos viviendo. No solo por la pan­demia que significó pérdidas de vidas de connacionales y familiares sino también la gue­rra Rusia-Ucrania, donde el primer efecto es la subida del petróleo. Una circulación de tre­nes de corta distancia ayudaría muchísimo a la gente que no tiene vehículos”, consideró.

EL TREN DEL FUTURO

“El Tren de Cercanías es un proyecto transformador que vendrá a modificar sustancial­mente la vida de todos porque permitirá un transporte cómodo, confortable y más puntual para llegar a los puntos de trabajo”, asegura Lauro Ramírez, presidente de Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa). “Estamos en el momento final de los estudios para su remisión al Congreso, expectantes en que se apruebe y avancemos en la construcción”, dijo sobre la actualidad del proyecto.

Requerirá una inversión de US$ 550 millones que aportaría Corea del Sur a través del Exim­bank. El estudio de factibilidad fue elaborado por la Corporación de Desarrollo Urbano e Infraestructura en el exterior de Corea (KIND, su sigla en inglés). Será un tren eléctrico que se desplazará a 30 km/h promedio y será integrado al sistema de transporte público de pasajeros a través del billetaje electrónico.

La construcción del tren, que se realizaría por etapas, llevará un proceso cercano a los cua­tro años. El primer tramo se construirá entre Luque y Asunción. El trayecto hasta Ypaca­raí contará con siete estaciones, 29 paradas y un depósito ferroviario en su extensión de 43 kilómetros.

Transportará 285 pasajeros por cada viaje, lo que permitirá que miles de personas lo usen a diario para trasladarse a sus lugares de trabajo. Generará un total de 20 mil empleos de manera directa e indirecta durante su construcción. Posteriormente, una vez terminada la obra, creará 500 puestos laborales de forma definitiva para la operación del tren y la estación.

“El ferrocarril fue la columna vertebral del desarrollo del Paraguay. Estamos empeñados en volver a darle esta columna vertebral a nuestra nación, con el tren de cargas y de pasa­jeros próximo a ser inaugurado en Encarnación en el cruce con Posadas”, indicó Ramírez.

“Tenemos que conseguir romper la inercia de décadas en el país y establecer un nuevo ferrocarril masivo que esté presente en el día a día de la gente. En paralelo tenemos tam­bién una mayor presencia en el transporte de cargas tan necesario para nuestro país por ser mediterráneo. Esto nos da previsibilidad y seriedad para el transporte al extranjero utilizando una forma más segura de llegar a destino a un precio más conveniente”, apuntó.

“Necesitamos trenes que nos interconecten con Argentina y Brasil para dejar de depen­der de las bajantes del río o los inconvenientes en las rutas, es una manera de garantizar la salida de nuestra producción”, indicó.

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